Capítulo LIX
Capitulo LIX
Esa misma tarde todo el mundo se encontraba en las tribunas esperando por el combate entre Sunder Gar y el oponente misterioso, quien había sido oculto hasta el momento de inicio del acto. Kipo había cumplido con la petición de Sunder Gar yendo a avisarles a los soldados lo que sucedería esa tarde, muchos en un principio no querían asistir quizás por lo que había hecho o quizás por algo más. Ante el descontento Max quien no tenía nada que ver en esto, pero aun así pensó que tenía que decir algo se posó frente a los soldados y les dijo a todos ellos.
– No les da vergüenza, quien está allí fuera encerrado a punto de empezar un combate por su libertad es su general y su líder. Como pueden pensar en dejarlo solo, él los necesita, los necesita allí apoyándolo.
– El nuevo tiene razón, puede que cometiera una estupidez, pero sigue siendo nuestro general. Nos ha apoyado en múltiples ocasiones en el pasado, creo que tenemos que devolvérselo hoy presentándonos en esa arena. ¡¿Quién está conmigo?! - Grito uno de los soldados que conformaba la multitud.
Lo que recibió en respuesta un gran apoyo por parte de los demás, con unas simples palabras y una verdad todos aquellos que no querían ir ahora estaban impacientes por hacerlo. Kipo pensaba al ver esto, que los humanos no eran perfectos, pero siempre están en el momento que uno más los necesita para apoyarse los unos a los otros.
La hora había llegado con la arena llena a rebosar, Kipo con sus amigos en el podio esperando al igual que todos los demás a que esta pelea diera inicio. Cuando la campana sonó Kaisser emergió de la compuerta de la cual había hace tiempo salido aquel presentador de aspecto extraño, diciendo unas palabras.
– Damas y caballeros aquí presentes, hoy se disputará en nuestra gloriosa arena un duelo de puños limpios, entre Sunder Gar el prisionero y general humano, contra Sam un soldado de la elite de la anterior madriguera humana.
Al terminar de decir lo siguiente, las puertas de detrás suyo y la de en frente se abrieron dando a conocer a ambos contrincantes. De una emerge Sunder Gar quien vestía su atuendo de oficial, y de la otra el soldado Sam un sujeto alto de buena musculatura, quien estaba vistiendo un pantalón de camuflaje y unas botas negras.
Kipo cuando lo vio le dijo a Amelia quien estaba a su lado al igual que Quimera.
– ¡¿Que?! Esto no es justo.
Quimera responde por ambas.
– Los duelos no son justos, son desafíos que uno supera, ahora observa con atención, puede que te sorprendas.
Kipo aun disgustada, pero siempre en mente con la promesa que había hecho se quedó parada apoyada sobre el barandal mirando atentamente lo que sucedería a continuación.
Estando ambos contrincantes cara a cara, Kaisser prosigue.
– Las reglas son sencillas, gana quien noquee al otro primero o se rinda. Si uno de los dos llegara a morir a causa de la pelea se le considera la victoria al vencedor y honraremos al muerto por un combate excepcional. Escuchadas las condiciones, ¿alguno quiere rendirse ahora?
Pero ninguno de los dos dijo nada solo silencio.
– Bien tomare eso como un no. ¡Que comience la pelea!
Grita Kaisser dando inicio al combate, Sunder Gar, se desata la corbata y la arroja al suelo, al igual que su saco, quedando solo con la camisa puesta, asume una posición defensiva y con una sonrisa engreída le hace un gesto a Sam para que este lo atacara.
Sam dejándose llevar por el gesto se abalanza sobre Sunder Gar rápidamente para una vez estar al alcance aventarle un golpe a la cara, el cual evadió dándole un pequeño toque en la muñeca de Sam que desvió su trayectoria completamente casi haciendo que callera al suelo, pero Sam no era un novato, se estabilizo rápido y se dispuesto a reanudar el ataque, esta vez con varios golpes sucesivos en distintas partes del cuerpo con la confianza de que si uno solo lo alcanzaba los demás no podrían ser eludidos de ninguna forma, pero para su sorpresa, ese viejo arrugado siguió desviándole los golpes de la misma manera que no lo hizo la primera vez.
Leves golpes en la muñeca eran suficientes para que con la misma fuerza he impulso que usaba Sam se desviaran, hay veces que la fuerza bruta no te saca de los apuros, sino el uso racional de tu cerebro, pensado y con poco esfuerzo Sunder Gar evito los agresivos y potentes golpes de Sam, buscando siempre una apertura para poder contraatacar.
Cansado Sam de que no pudiera asestarle ni un solo golpe alzo su pierna en un intervalo con intención de golpearlo directamente en un costado y así quizás frenar las manos de Sunder Gar mientras le daba un puñetazo en el pecho, en el momento de efectuar su jugada Sunder Gar no detuvo la patada por el contrario la evito agachándose y haciendo un barrido con su pierna golpeando la única de Sam que se encontraba en contacto con el suelo, logrando que este callera de lleno en el cálido suelo de la Arena mientras las luces de los reflectores le iluminaban el rostro y daban a cuenta su inminente derrota.
Sunder Gar quien se acercaba a Sam para reclamar su victoria mientras se remangaba su camisa para darle un golpe directo en la cien que lo dejaría noqueado, fue recibido por una patada en el estómago la cual no vio venir, está lo aparto unos cuantos metros
y le hizo escupir sangre, el golpe había sido tan duro que le genero un daño interno intensamente doloroso, pero si quería demostrarle a esos tres y a Kipo que no era un viejo tonto que hablaba patrañas, tenía que reincorporarse aunque con mucho esfuerzo y terminar la pelea.
Este tiempo le fue más que suficiente a Sam como para ponerse de pie y aproximarse a Sunder Gar con afán de que ahora estaba herido terminar la pelea en el siguiente golpe, pero no podía estar más equivocado al momento de dar ese golpe que según el acabaría con el combate y le daría la victoria, Sunder Gar cayó al suelo, colocando una pierna por delante se ayudó para dar un impulso sumado a la fuerza de su puño asesto un golpe directo en el hígado desprotegido de Sam que dejaría fuera de combate a cualquier ser humano o criatura viviente en este mundo y el otro
Al darse cuenta Sam de lo que estaba por hacer Sunder Gar solo le quedo recibir el golpe ya que sus brazos se encontraban extendidos lo que no le daría tiempo a bajarlos a tiempo como para sujetarlos o bloquear el golpe y sus piernas estando en carrera no se le serian de utilidad.
Cuando el golpe lo alcanzo Sam sintió como el dolor le hacía perder la vista y su cerebro se apagaba para dejarlo sumido en un profundo sueño de dolor cayendo directamente sobre el suelo mientras el tiempo se hacía cada vez más lento a la vez que perdía el conocimiento a la vez que lo último que escuchaba en sus últimos segundos de lucidez era Fue una buena pelea Kaisser se acercó a Sunder Gar quien se agarraba el estómago por el dolor que la patada le había dejado, levantándole el brazo contrario y declarándolo ganador a la vez que libre de hacer lo que quisiera.
Sus hombres quienes lo estaban viendo todo no dejaban de gritar su nombre alabando la hazaña que para un hombre de su edad seria técnicamente imposible de lograr. Él solo miro a un solo lado, al podio, donde estaba Kipo observando la pelea, de principio a fin sin mover ni un solo musculo. Aunque por dentro al ver aquella patada quería entrar en la arena y detenerlo todo, se contuvo por respeto a su promesa y a él, pero eso no le impidió el que por los nervios su gen de mega mutara involuntariamente sus brazos revelando su pelaje lo que le dio una increíble fuerza que dejo el barandal de concreto marcado con la forma de sus manos. Sunder Gar viendo que ella había cumplido con lo prometido, le hizo una seña con la cabeza indicándole que todo estaba bien y se retiró recogiendo su corbata y su saco los cuales seguían tirados en el suelo, a las brasas de los gritos eufóricos de los espectadores, Sunder Gar se fue por la puerta de la cual accedió a la arena donde Miller lo esperaba.
Al verlo y quedar fuera de la mirada del público, Sunder Gar se desplomo sobre el suelo húmedo, Miller preocupado se acercó a él corriendo mientras pedía ayuda a los guardias, Sunder Gar perdía el conocimiento a cada minuto que pasaba, esa maldita patada pensaba que realmente lo había jodido.Al llegar la ayuda de unos paramédicos, lo cargaron en una camilla llevándoselo al hospital improvisado que se había montado en la pirámide en caso de que algo por el estilo sucediera, eso sí, en sus últimos momentos de conciencia, Sunder Gar le dijo a Miller quine lo acompañaba a un lado de la camilla.
– Chico, no quiero que le digas nada de esto a Kipo o a los de más.
– ¿Ni siquiera a sus hombres señor?
– Mucho menos a ellos, si preguntan diles que estoy cansado y que pronto estaré con presente para regañarlos y darles ordenes como siempre.
– Señor, ¡Señor! – La cara de Miller cambio de preocupación a aterrado.
Al sentir que las pulsaciones de Sunder Gar bajaban y su cuerpo se tornaba frio, ¿moriría? Después de ganar esa pelea, no, eso no pasaría, pensaba Miller. Su líder era fuerte tenía que sobrevivir para seguir guiándolos, no podía abandonarlos ahora que todo se había resuelto no así, pero el futuro es incierto lastimosamente y el destino es una dama cruel que le gusta jugar con el corazón de las personas a su voluntad.
Como lo había prometido Miller cayo cuando Kipo y los soldados se acercaron a preguntar por Sunder Gar, dando esa respuesta tan falsa como la moneda de caras idénticas, pero tenía que poner su mejor cara y decirlo de forma que convenciera a quien preguntara, cumpliendo así lo que podía llegar a ser la última orden de su tan querido general.
Sunder Gar ahora luchaba por su vida hasta su último aliento, la parca no se llevaría su alma aun, pero el diablo quizás ya la hacía bailar en la palma de su mano, cuando los médicos lo dejaron solo para decidir el tratamiento aplicable, la voz de Marck se hacía presente mientras se quitaba la manta revelando su presencia.
– Parece que las cosas no están muy bien que digamos por aquí viejito, pero oye escucha, ¿estarías dispuesto a firmar un pacto con el diablo con afán de salvar tu vida, aunque esta ya no sería tuya?
Sunder Gar confundido por la extraña propuesta y por la pérdida de sangre le responder.
– Se claro muchacho.
Marck mete su mano en su bata sacando una píldora diciéndole.
– Ves esta pildorita, esta insignificante capsula.
– Si, que tiene.
– Bueno, veras esto tiene la capacidad de arreglar tu problemita en un santiamén.
– ¿Que estas esperando a dármela entonces?
Escuchando su pregunta Marck se ríe en la cara desfallecida de Sunder Gar.
– Ja, Ja, Ja, no, no, no así no funciona esto, si la quieres, tienes que aceptar términos y condiciones viejito
– Dime cuales.
Marck deja de reír para tornarse su cara oscura con su respectiva sonrisa macabra.
– Escucha atentamente, lo que quiero es un favor.
– ¿Un favor? ¿eso es todo? Le pregunta confundido pensando en qué clase de traro era ese.
– Si veras, es un favor especial, uno en blanco, con libre acceso a lo que quiera y no podrás negarte a lo que te pida, en caso contrario, lo que te sano en esta ocasión pues, en el futuro te matara.
– Estás loco.
Marck vuelve a reír como un maniaco.
– ¡Si! Tienes razón estoy completamente descolocado, ¡¡Ja, Ja, Ja!!. Pero. ¿Qué dices?... ¿Tenemos un trato? - Termina de preguntar mientras extiende su mano sujetando con la otra la píldora entre sus dedos.
Sunder Gar se toma unos segundos, cierra los ojos toma aire y le hace una última pregunta.
– ¿Cuánto tiempo tardara en hacer efecto?
– Ni bien la ingieras comenzara a trabajar para en los próximos minutos dejarte como nuevo.
Sunder Gar ahora abre los ojos y con todas sus fuerzas se reincorpora para poder verlo cara a cara y le aclara una última cosa.
– Si esta píldora, puede salvarme, entonces aceptare tus términos, pero quiero que sepas una cosa antes de sujetar tu mano.
– Adelante, te escucho.
– Si tratas de joderme muchacho, ten en cuenta que este mundo no me iré solo, de ser necesario el diablo que camina en la tierra tendrá un largo viaje junto a mi derecho al infierno.
La actitud tan repentinamente amenazadora que había adoptado Sunder Gar a pesar de ser un viejo moribundo le gusto a Marck, por lo que mientras se reía nuevamente le dio un apretón de manos dejando la pastilla sobre la camilla he envolviéndose con la manta desapareciendo de la vista del anciano. Sunder Gar contempla la píldora por unos minutos y cuando uno de los médicos aparta las cortinas para verlo he informarle cual sería el tratamiento a seguir Sunder Gar toma la pastilla y se la mete en la boca tragándola, el médico le pregunta que era lo que había injerido preocupado por la salud decadente de su paciente, a lo que Sunder Gar le responde levantándose de la camilla.
– Si el diablo se apareciera ante usted con la solución a su problema en sus manos, ¿Qué le respondería?
– ¿Que está diciendo señor?
– Responda a la pregunta por favor.
– Supongo que me negaría.
– Supone he Entonces sé que hice lo correcto.
– Señor, no lo entiendo. Solo hágame el favor de sentarse y reposar tenemos que tratarlo o empeorara.
El medico pensaba que Sunder Gar estaba delirando y que solo decía incoherencias, pero lo que no sabía o ignoraba. Era que se encontraba totalmente cuerdo y decidido con salir de ese lugar para reunirse con sus hombres, para no solo disculparse con ellos, sino también preparar lo que harían a continuación y probablemente a su remplazo.
Caminando por la ciudad mientras volvía a vestir con su uniforme, desde la pirámide hasta las barracas, se encontró con que las personas ahora lo miraban distinto, ya no era un viejo extraño sino que ahora era uno más de ellos. Él pensaba en su trayecto que así debió de sentirse Kipo cuando se enfrentó al mega oso, las miradas de admiración lo confortaban enormemente para serse sincero a sí mismo, era un buen momento para estar vivo, lo que lo llevaba a no arrepentirse de su decisión, aunque de igual manera lo preocupaba, el que le pediría Marck que hiciera, pero eso sería un problema a futuro el cual tendría que resolver, solo
Llegando al complejo, los soldados lo recibían con aplausos y halagos, realmente si uno lo pensaba bien lo que había hecho era literalmente imposible para alguien de su edad, pero una vez más se demuestra que con la debida dedicación y esfuerzo uno puede lograr lo que sea, y su aspiración por ver la cara que pondrían sus hombres y el resto de los civiles al llegar a su nuevo hogar seguro, donde sus hijos podrían crecer a salvo, sobre la superficie sin terrores que los asechara, realmente lo motivaban a seguir y seguir.
Miller quien estaba presente en la multitud, no lo podía creer, la última vez que lo vio estaba al filo de la muerte, pero verlo ahora pocas horas después, recuperado y caminando era imposible, algo había pasado, alguien había interferido, pero sabiendo quiera él único con historia completa se guardó sus preguntas para cuando estuvieran solos, de momento lo dejaría disfrutar de su victoria junto a sus hombres.
Sunder Gar se hizo paso en la multitud para subirse a una plataforma que lo dejaba por encima de todos, de esta manera todo el mundo podía verlo y escucharlo, pues lo que iba a decir seria de interés de aquellos presentes.
– Amigos, Amigas, quiero disculparme con ustedes por mi comportamiento hace unos días, no tengo excusas que valgan para librarme de las dudas que tengan con respecto a mí, pero si les digo una cosa y es que no volverá a repetirse nunca más, ya que después de todo oficialmente me retirare de ejército.
Los soldados y algunos de los civiles que lo estaban escuchando se preguntaban preocupados, el porqué, porque los abundarían ahora.
– Como muchos ya sabrán soy un hombre viejo, y mi tiempo en las filas está llegando a su fin, esa pelea en la arena me hizo dar cuenta de ello, con esto aclaro y remito, que no los estoy abandonando, seguiré a su lado hasta el final de mis días, pero ya no más como su general sino como su amigo. Ahora, por otro lado. Miller sube por favor.
Miller obedeciendo la orden sube junto a Sunder Gar.
– Muchacho, no eres la persona de mayor rango presente en este lugar, pero sabes tomar decisiones y sabrás demostrarlo en el futuro, estoy seguro de eso. Además, no podría pensar en alguien mejor como mi remplazo, eres joven, estúpido y arrogante, pero eres una buena persona. Cometerás errores, muchacho, muchos errores, pero ellos estarán con a tu lado brindándote su apoyo, hombres y mujeres se jugaran la vida por las decisiones que tomes, pero esa es parte fundamental del trabajo, al igual que confiar en su superior al mando, y desafiarlo si este da una orden estúpida, así como lo hicieron con migo cuando les ordene iniciar la operación pilar, evaluaron la situación a la perfección y actuaron en pos de ello, quiero que sepan que estoy orgulloso de todos ustedes y digo a los cuatro vientos sin temor a equivocarme que ustedes amigos míos han sido los mejores soldados que un general puede desear
Ante tales palabras conmovedoras algunos de los solados no logaron evitar que algunas lágrimas se les escaparan, siempre lo habían visto como un líder a seguir, y el hecho que de que ahora se esté retirando era algo que no podían creer. Pero tenían que afrontarlo, afrontar la cruel realidad, por lo que todos y cada uno de ellos a la vez juntaron los talones con un golpe seco de sus botas mientras llevaban su mano a la frente haciendo el saludo formal ante un superior en honor y respeto a su persona, en este caso especial uno que se iría para dar paso a uno nuevo.
Sunder Gar viendo esto, replico el saludo contestando el gesto, para luego todos a la vez junto a él bajaran los brazos colándolo a los lados posando firmes ante su relevo.
Miller está quedando solo ahora en el escenario ante los que serían sus hombres a partir de ahora en adelante, pero Sunder Gar mientras baja les decía unas últimas palabras a Miller.
– Oh, y una cosa más muchacho, si tienes alguna duda siempre podrás consultármela, no estaré muy lejos, Ja, Ja, Ja.
– Gracias señor.
Respondiendo Sunder Gar levanta su mano dándole la espalda y con un lento movimiento lo saluda despidiéndose momentáneamente.
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