Capitulo LII "Fuego"
Adán reacciono rápido a la situación, ordenando el arresto de Sunder Gar antes de que cometiera otra locura, para acto seguido pedirles que se retiren al poblado y encuentren al resto de los híbridos indicándoles explícitamente que los necesitaba con urgencia. Los soldados asintieron, uno de ellos tomo las esposas poniendo bajo custodia a Sunder Gar mientras otros dos se lo llevaban de los brazos de regreso al poblado para cumplir con la segunda orden que se les había encomendado. Adán volteo contemplando el fuego que se expandía a sus espaldas por cada segundo que pasaba, diciéndose a sí mismo Espero que lleguen a tiempo mientras mutaba en mega tomando una cierta distancia con el fuego comenzó a derribar los gruesos arboles con gran dificultad, para de alguna manera tratar de hacer un cortafuego, pero esto no era algo que lograría a tiempo solo, necesitaba de los demás.
Minutos más tarde Kipo pudo notar no muy lejos de su posición que los soldados regresaban, pero entre ellos no se encontraba Adán, en su lugar Sunder Gar estaba esposado. Sea lo que sea que hubiera ocurrido no podía ser algo bueno, parando la tarea de búsqueda y rescate de los sobrevivientes corrió hacia los soldados, quienes apresuraron el paso al verla. Encontrándose cara a cara el soldado que encabezaba a los demás le mencionó apresuradamente lo ocurrido antes de que ella pudiera siquiera preguntar, junto a esto le trasmite la orden dada a ellos por Adán.
- "Kipo, cesa lo que están haciendo tú y los demás y adéntrate al bosque, tienes que ayudarme a parar lo que Sunder Gar comenzó antes de que sea demasiado tarde". Eso dijo, si hay algo en lo que podamos ayudar estamos a su disposición.
Kipo atónita procesando todo lo que le habían dicho de un momento a otro, no sabía que decir, pero algo tenía claro, Adán necesitaba de su ayuda y ella iba a brindársela sin dudarlo.
- Esto es lo que vamos a hacer, lleven a Sunder Gar con Blex y busquen ustedes dos a Miller, díganle exactamente lo que me dijeron a mí, los demás vendrán conmigo los cargare hasta el incendio con los explosivos que traen trataremos de armar una trinchera lo suficientemente profunda como para apoyar a la extinción del fuego, mientras Adán, Ifrith, Lexus y yo cortamos los arboles quitándole que consumir al fuego.
Uno de los soldados le pregunta.
- Pero ¿cómo contactara con los demás?, no sabemos dónde están.
- Oh, eso no será un problema.
Al terminar esas palabras muta en mega dando un gran rugido, llamando así la atención de sus compañeros quien se encontraba dando vueltas de un lugar a otro dentro del poblado. Estos al no saber bien lo que pasaba se dirigieron hacia ella a gran velocidad con su tamaño el encontrarla no fue un problema.
Blex al alcanzarla pregunta.
- ¿Que ocurre Kipo? No se suponía que.
Pero antes de terminar es interrumpido por Ifrith.
- No digas una palabra más, arruinarías esto. - le dijo señalándole con cautela a los soldados.
- Cierto, cierto, bien dime niña que ocurre.
El soldado que la contacto anteriormente ahora se acercaba a ellos, contándoles al igual que a ella lo sucedido, mientras tanto Kipo se echa a correr una vez todos los soldados se encontraban sobre su lomo.
- ¿A dónde va a ahora? - Se pregunta Lexus.
Su expresión bajo su máscara cambio al recordad que Kipo era quien tenía su arma, sin dudar al recordarlo no espero a que el soldado terminara de contarle lo sucedido que muto y comenzó a seguirla, los demás imitándolo hicieron exactamente lo mismo, menos Blex quien fue detenido por aquel soldado al ser sujetado del brazo.
- ¿Tu a donde crees que vas? Le pregunto irritado.
- Voy a seguirlos parece que las cosas se pondrán interesantes por allá.
- No, tú no iras a ninguna parte, tienes que acompañarnos a escoltar a Sunder Gar junto a Miller y darle el reporte de lo sucedido, esas fueron las ordenes de Kipo y planeo llevarlas a cabo.
- Bien, tú ganas, no quiero hacerla enojar. Se pone muy gruñona cuando no le hago caso, en fin, vámonos.
A pesar de su gran tamaño Kipo recorrió el bosque a gran velocidad eludiendo los todos los árboles que se topaban en su camino, mientras los demás la seguían de cerca, estado cada vez más y más próxima al lugar del incidente se podía oler el aroma a quemado de los pastos y la madera de los árboles, quienes ardían si control a lo largo y ancho del bosque. A pesar que había pasado poco tiempo, el fuego ya se había expandido en gran medida.
Viendo esto con sus propios ojos pensó quedando paralizada parar esto, en esta situación, era algo casi imposible, pensar en el desastre que hubieran hecho los soldados si no hubieran desobedecido sus órdenes pero ese no era el caso, saber que tiene consciencia a pesar de lo que habían hecho era algo que la tranquilizaba un poco. Adán sintiendo el aroma de Kipo de entre las cenizas, emitió un rugido para que pudieran encontrarlo con mayor facilidad. Al escucharlo, ella entro en razón nuevamente, comenzado a seguir el sonido que emitió el rugido logro encontrarlo en poco tiempo.
Adán no se encontraba en óptimas condiciones, tenía quemaduras de primer grado en gran parte del cuerpo las más severas a simple vista estaban en sus brazos y piernas, las cuales había sufrido el intenso calor del fuego mientras tumbaba los árboles. Kipo viéndolo en ese estado tan preocupante se recostó permitiéndoles a los soldados bajar y volvió a su forma humana para poder atenderlo con la ayuda de los médicos de combate que viajaban con ella.
- No hay tiempo para esto Kipo el bosque entero está ardiendo. - Dijo Adán mientras los médicos trataban de vendarlo, pero este se negaba.
- Puede que tengas razón, pero de nada servirá si solo agravas estas heridas, así que cállate y escúchame. - Le contesto Kipo mirándolo de forma amenazadora.
Los médicos quienes observaban todo bien de cerca, se miraron uno al otro, para luego acercase al oído de Adán y decirle.
- Muchacho no me sentía tan amenazado desde que era un niño, creo que será mejor que le hagas caso y eso que esa mirada no iba hacia nosotros.
Adán trago saliva junto a un bocado de confianza y le contesto.
- Pero.
Sin poder terminar lo que tenía que decir es interrumpido.
- Pero nada, ahora nosotros nos encargaremos de para esto, tu solo esperaras en un lugar seguro.
Kipo ahora dirige su mirada a los médicos que estaban a tendiéndolo.
- Ustedes.
- ¡Sí! - Respondieron a vos firmes como el tronco de un árbol.
- Serán los responsables de cuidar que no haga nada estúpido mientras terminamos con esto.
- No se preocupe, nos aremos cargo.
- Bien.
Retirándose con los demás soldados Kipo deja solos a los médicos con Adán, a lo que estos se dan vuelta tomándolo cada uno de un brazo, para así llevárselo lejos de ese lugar.
- Eso duele, se supone que iban a sanarme, no a dañarme.
- Si eso haremos luego de sacarte de este lugar y hagas algo estúpido, no queremos estar en problemas, al menos no con ella.
- Tiene ese efecto en la gente cuando se enoja, ¿verdad?
Ambos asienten a la vez, mientras seguían alejándose del fuego que se hacía paso a cada segundo que pasaba.
Kipo se para frente a los soldados y sus amigos para indicar lo que aria cada uno.
- Bien, escuchen, tenemos un fuego incontrolable a nuestro alrededor que se expande a gran velocidad con cada segundo que perdamos, lo que haremos será esto para evitar que destruya lo que queda del bosque. Los soldados tomaran un perímetro de 500 metros de distancia con relación al fuego y harán los agujeros con los explosivos, conectando los agujeros de las explosiones se tendrá que formar un canal lo suficientemente ancho, largo y profundo como para que el fuego ya no tenga que consumir forzándolo a dentarse, pero esto no bastara. Si queremos hacerlo bien, habrá que cortar los árboles que se encuentren a 5 metros de la zona del canal, eso lo aremos nosotros amigos, Lexus, Ifrith y yo nos volveremos megas para talarlos, dividiremos las áreas de trabajo éramos cuatro pero ahora solo somos tres tendremos que esforzarnos el doble si queremos conseguirlo a tiempo. Todos tienen sus tareas es hora de comenzar, con la extinción de este fuego.
Dadas las órdenes que se tenían que llevar a cabo, Ifrith muto y se llevó consigo a la mitad de los soldados, para comenzar con su parte del trabajo del lado del poblado, de esta manera no lo rodearían sin darle lugar a donde moverse el abrasador fuego.
Por su parte Kipo y Lexus se llevaron a la otra mitad de los soldados al del lado contrario dando inicio a los preparativos, con los soldados colocando las cargas bajo tierra para que actuaran como excavadoras instantáneas, Kipo y Lexus se dedicaron a derribar todos los arboles como lo había planeado, Kipo cortándolos en la base con sus afiladas garras para luego empujarlos con todas sus fuerzas desde lo más alto que pudiera sujetarlos haciendo que cayeran rápidamente, al utilizar tanta fuerza pero en cortos periodos de tiempo, lograba recomponerse para ir tirándolos uno en uno a una gran velocidad, Lexus, siendo una mega serpiente se enrollaba en ellos y apretando los pobres troncos no resistían cediendo a su intenso apretón que resquebrajaban y caían.
Siguiendo a ese paso lo lograrían antes de que el fuego los alcanzara. Pero la situación en donde se encontraba Ifrith, iba un poco lenta, siendo el más fuerte de todos, al menos en fuerza, había tomado la tarea de cumplir con el tiempo de dos megas en uno, lo que implicaría mucha más velocidad, fuerza y agotamiento, lo que creyó poder lograr, pero no era el caso.
Lo hacía bien al principio, pero las cosas se tornaron mientras el tiempo pasaba, sus músculos se agotaban y su fuerza disminuía drásticamente, lograrlo solo a esas instancias era algo que no podría hacer, pero que más le quedaba, Kipo y Lexus estaban terminando con su sector, pero no llegarían a ayudarlo a tiempo, no querían rodear el fuego. Ifrith comenzó a transpirar aún más, no por el cansancio solamente sino ahora por los nervios, la incertidumbre de saber si lo haría a tiempo o no, lo consumía por dentro, pero rendirse no era una opción, no estaba en su vocabulario, así sea cayera inconsciente por el dolor que le producía el sobre esforzar de tal manera sus músculos, no iba a darse por vencido.
Pasado el tiempo el fuego se aproximaba y aún no había terminado, le quedaba poco para terminar, pero el dolor, lo obligo a detenerse, volviendo a su forma humana, Ifrith se arrodillo adolorido, decepcionado consigo mismo por fallarle a una amiga, era en cierto modo mucho más doloroso que su dolor muscular. Tomando impulso y valor Ifrith trato de ponerse de pie una vez más, pero solo volvió a caer sobre su propio peso al serle imposible el hacer fuerza para moverse. Mientras caía hacia el suelo avergonzado, un grupo de soldados los sujeto antes de que cayera, sosteniéndolo en el aire uno de los soldados que lo sostenía le dijo.
- Ya has hecho más que suficiente grandote, ahora déjanos ocuparnos del error de nuestro superior.
Sentado en el suelo con la ayuda de los soldados, Ifrith se quedó contemplando el trabajo en equipo que formaban esa unidad, era como si una sola mente los moviera, al hacerlo todo de forma tan sincronizada, unos hacían los agujeros en los arboles mientras otros colocaban el explosivo y así el que hizo el agujero se pasaba a otro sitio del árbol repitiendo la operación. Adán quien cargaba en sus brazos mutados a los 2 médicos que no lo dejaban ir se sentó a un lado de Ifrith mientras dejaba libre a los médicos y volvía sus brazos a la normalidad.
- Parece que no necesitaran mi ayuda con lo que queda.
- Dime chico, siempre han sido así.
- ¿Quiénes?
- Ellos, los soldados parecen hormigas trabajando como un hormiguero.
- Si, es lo primero que se aprende cuando te enlistas, a ser uno, ser una sola unidad, todos son individuos separados, pero cuando entras en misión, pasamos a ser uno solo, un solo ente, que se mueve en perfecta sincronía. A valla recuerdo.
- Yo nunca sentí eso que ellos tienen.
- Pero fuiste soldado.
- Es verdad, pero digamos que nosotros, nos movíamos de manera diferente, cada uno con una misión, en el campo estabas solo, nadie te ayudaría si caías eras hombre muerto, pero aquí, eso no existe, en cierta forma se siente bien.
- Se lo que quieres decir, pero ya no eres un soldado y yo tampoco.
- ¿Estás seguro de ello?
- ¿Qué quieres decir?
- Dices no ser un soldado, pero estos hombres te escucharon antes.
- Si es cierto, pero, no soy el único y de esto te darás cuenta mientras más tiempo pases con ellos, en el campo seremos una unidad, pero todos piensas por sí mismos, así como decidieron escuchar lo que le dije y seguir mis órdenes, lo hicieron también con Kipo y ella no es una soldado, ¡Ja!, es más es lo más alejado a uno que he visto en toda mi vida, nunca hace caso a lo que se le dice, sigue sus propias reglas y no lastimaría ni a una mosca, pero hay algo dentro de ella, ya lo hemos visto antes, ¿recuerdas? En el bar de motociclistas, casi mata a uno de ellos.
- Como olvidarlo, no parecía la misma niña que vi la primera vez.
- Muy cierto amigo mío, muy cierto, tenemos que evitar que cometa un error del cual luego se arrepienta para siempre, eso no puede volver a repetirse y la mejor manera de evitarlo es el conseguir que ninguno de sus seres queridos sufra un infortunio.
- Lo que estás diciendo es imposible Adán, piénsalo técnicamente, me pides que los cuide para siempre.
- ¿Seguro de eso?
- Mmh, ¿a qué quieres llegar?
- Si eliminamos a Jaxon de la ecuación, ese problema ya no existiría.
- Te das cuenta que pides traicionar su confianza ¿verdad?
Adán suspira y mira al fuego acercándose.
- Si, si lo planeas así se verá como algo malo.
- Porque lo es, no puedes hacer eso. Mira, la manera lógica de tratar esto, no es ni poner en constante vigilancia a sus seres queridos, ni eliminando a Jaxon como planteas, es mucho más sencillo que eso la solución.
- ¿Así? ¿Cual? - Pregunta Adán esta vez mirándolo a Ifrith.
- Complácela, amala, quédate a su lado, y cuando te necesite tienes que estar hay para ella, esa es la manera correcta.
- No hace falta que me lo digas, pues eso es lo que he querido desde que la conocí, ¿extraño verdad?
- Ja, Ja, Ja.
- ¿Qué te pareció tan gracioso?
- Eso amigo mío, se llama amor, no creo que seas tan tonto como para no saberlo, pero me resulta gracioso que preguntes eso, Ja, Ja.
- Quiero que sepas que arruinaste el momento que se había creado.
- Oh, vamos cálmate muchachito y siéntate a ver los fuegos artificiales.
Al colocar la última carga los soldados se apartaron de los arboles restantes y al encontrarse a una distancia segura, detonaron todas las cargas en simultaneo. Las explosiones quebraron los troncos muy fácilmente provocando que estos cayeran cortando definidamente el alimento del fuego, sumado a la gran canaleta que habían creado ya era suficiente como para parar el fuego de una vez y por todas.
Kipo quien se encontraba al otro lado, escucho la segunda ola de explosiones y no pudo evitar el preguntarse si todo estaba bien, pero ahora no podría ir por más que quisiera el fuego estaba en la última etapa y debía permanecer allí en su puesto hasta que pudiera confirmar que el fuego se exigiría y no seguiría propagándose por lo que quedaba del bosque. Lo único que podía hacer, era esperar a que esta pesadilla acaba.
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