Capitulo II Las Vegas
Nuestro grupo de amigos se encontraba a unos 100 kilómetros de Las Vegas, pero deciden hacer una parada para poder descansar y tomar algo a la izquierda del camino, un lugar que se veía perfecto para ello, tenía una arboleda la cual generaba una buena cantidad de sombra, así que se desvían para llegar y antes de hacerlo oyen el sonido de agua rompiendo contra las rocas, por lo que deducen es una cascada lo que significaba agua fresca para poder rellenar las cantimploras.
Guiados por el sonido del agua se dirigen a la cascada y antes de llegar, a escondidas, tras de un arbusto observan a una joven muchacha de 1 metro y medio de alto aproximadamente, pelo rojizo, un pantalón jean color celeste, remera suelta y un buzo negro con capucha la cual tenía de manera graciosa unas orejitas de gato.
Al verla Kipo expresa una cara de ternura diciendo
– que adorable. - Kipo opta por una aproximación. Pero Lobezna la detiene y le dice
– Kipo se lo que estás pensando, pero no podemos suponer que todos serán amigables tenemos que esperar a ver qué hace- Kipo pensó, la misma Lobezna de siempre, pero bueno ella nunca cambiaría, siempre será precavida. Kipo no escucha a Lobezna y se aproxima igualmente, ni bien dio un paso más cerca de esta joven, sale disparada hacia un costado a gran velocidad de inmediato le pierden de vista, Kipo transforma su nariz en la del jaguar para poder rastrearla comenzando a seguirle el rastro, pero a los pocos minutos de la persecución lo pierde, sin saber el porqué.
Lobezna, Benson y Davo la estaban esperando donde se encontraba anteriormente la chica, rastrillan la zona para encontrar algún tipo de objeto que luego Kipo pudiera rastrearla y poder así encontrarla. Tras pasar horas buscando y de no hallar nada. Deciden repostar para poder seguir el viaje y optan porque con suerte la encontrarán luego.
Al pasar unos 40 min pueden divisar a lo lejos Las Vegas, su destino por fín se encontraba cerca. Pero al llegar lo único que ven es una ciudad arrasada por el tiempo, pero como ellos ya saben, nada es lo que aparenta ni siquiera una ciudad en ruinas. Al adentrarse en ella se disponen a hallar alguna madriguera o campamento mut para poder convencerlos de trabajar juntos y que la era en la que los muts y humanos peleaban entre ellos tenía que llegar a su fin, para así seguir el ejemplo de lo conseguido en las Vistas.
Condujeron por unas horas sin tener resultado, hasta que, en las afueras de la ciudad, se topan con una puerta de unos 3 metros de alto, 4 de largo y 2 de ancho aproximadamente, en conclusión, se veía como una puerta impenetrable, al menos para un humano. Al analizarla Lobezna le propone a Kipo transformarse en mega y así arrancarla, pero el problema era que no tenían cómo sujetarla, así que van por unas cuerdas de metal de una ferretería que habían cruzado anteriormente.
Lobezna va por ellas con la camioneta mientras los demás esperan, pasan los minutos hasta que Lobezna regresa, engancha las cuerdas por los sistemas hidráulicos y se las da a Kipo, en total 10 cuerdas distintas que forman una más resistente, Kipo se transforma toma las cuerdas con la boca y comienza a jalar mientras retrocede para poder aplicar la mayor fuerza posible, pero luego de tratar por varios minutos no logran nada, pero esto no los detendría ya que las madrigueras suelen tener varias salidas en caso de derrumbes. Pero la hora no les jugó a favor y como ya estaba por anochecer la mejor opción más razonable fue buscar un lugar donde descansar, mañana podrían seguir con su búsqueda, esto no quedaría en la nada, después de todo ellos nunca se rinden.
Al caer la noche, Davo escucha un fuerte sonido, como si una gigantesca masa de metal se abriera, pero como fue solo por un momento no le presto mucha atención, prefirió ignorarla y seguir durmiendo.
Al ignorarlo, no se dio cuenta que ese ruido provenía de la puerta que habían encontrado en el día, al terminar de abrirse dejó salir un grupo de soldados armados, con rifles tranquilizantes y el objetivo de capturar a quienes habían tratado de profanar su hogar. Kipo y compañía se encontraban refugiado en un viejo hotel, estos soldados fueron directo hacia donde se encontraban, más rápidos que un rayo los rodearon y capturaron durmiéndolos con los dardos para inmovilizarlos y llevarlos a la madriguera.
Varias horas pasaron finalmente Kipo logró despertar, su primera reacción fue de asombro seguido por miedo al oír una voz que provenía de una de las esquinas del cuarto que amenazaba a sus amigos con soltarlos dentro de una caldera llena de metal fundido si se transformaba, se encontraba en una habitación cerrada con solo una puerta y sin ventanas, por ende, no podía ver o confirmar que si lo que le decían era cierto o falso, lo único que pudo preguntar fue el porqué. Al terminar de hablar se asoma una mujer, era la chica con la que se habían topado anteriormente. Kipo se asombra y menciona.
– Tu eres la chica que encontramos en la cascada- la muchacha le responde con otra pregunta.
– ¿Porque querían entrar a nuestro hogar? –
-Mis amigos y yo somos pacíficos no queremos problemas, venimos de Las Vistas, un piloto se accidentó y hace 2 días lo ayudamos, pero nos pidió que fuéramos a un punto marcado en el mapa para asistir a sus compañeros que necesitaban ayuda, solo estamos de paso y al ver esa puerta quisimos entrar para ver que era, no tenemos intención de pelear con ustedes, y otra cosa ¿me dirías tu nombre? el mío es Kipo. -
La chica se queda en silencio un momento.
– Aun no podemos confiar en tus palabras, pero descuida si te comportas y no haces nada estúpido, te puedo asegurar que no les pasara nada a tus amigos.
Kipo se alivia un poco al escuchar esas últimas palabras, y antes de que la chica se fuera le contesta su pregunta mientras cierra la puerta dejando a Kipo a solas.
– Mi nombre es Marsha.
Marsha al terminar de hablar se dirige a con los líderes de esta madriguera, los cuales se encontraban esperándola en una habitación de unos 50 metros de largo por 50 de ancho aproximadamente, bien iluminada con luces de tubo y en el centro una mesa redonda de madera, con 10 sillas alrededor de la misma.
Al llegar podemos divisar a 10 ancianos mujeres y hombres, ellos eran quienes dirigían el resto de madrigueras de todas Las Vegas, cada uno era líder de una. Marsha entra y el anciano frente a ella ordena.
– Marsha informe del individuo. -
Marsha toma aire y empieza a narrar todo lo que Kipo dijo, al terminar le solicitan que salga de la habitación, Marsha obedientemente cumple y sale, mientras los ancianos comienzan a debatir y discutir. Marsha va a ver el resto de los prisioneros, quienes se encontraban encerrados en distintas prisiones idénticas a la de Kipo, al acercarse a la primera de las celdas, en la cual se encontraba Lobezna, le hace la misma pregunta que a Kipo solo que esta vez no le respondieron, ante el silencio, Marsha comienza a hablar.
– Tu amiga es Kipo ¿verdad? -
Lobezna se para con rabia y responde.
- si le tocas un pelo a uno de mis amigos me las van a pagar todos y cada uno de ustedes-
Marsha asombrada por la energía de aquella joven continúa diciendo que no le pasaría nada si hablaba, que no buscan hacerles daño solo respuestas del porque quisieron abrir la puerta. Lobezna ante la impotencia que sentía y el hecho de negarse podría ponerlos en peor posición, decide contarle los hechos que los llevaron a estas circunstancias y que la puerta solo quisieron abrirla por curiosos. De esta manera Marsha va de celda en celda haciendo la misma pregunta recibiendo la misma respuesta que los demás, así determinando que o Kipo no mentía o lo tenían preparado, sus dudas y desconfianza en todo lo que la rodea no puede determinar la realidad de los hechos, de que ni Kipo, ni los demás le estaban mintiendo.
Al día siguiente por la mañana a Marsha le llega una orden, tenía que llevar a la Mega ante el consejo.
Marsha obedece y lleva a Kipo ante ellos. En el trayecto, Kipo puede ver donde se encontraba, no era más que una madriguera 3 veces el tamaño de lo que alguna vez fue su hogar, llena de luces, las personas no hacían más que hacer sus vidas en paz y tranquilidad, pero había un problema, la superficie. Kipo ni bien los vio supo en su interior que podía convencerlos para que todos salieran que no era peligroso o por lo menos ya no más.
Una vez entró a la sala la hicieron sentarse en el medio de la mesa redonda, para iniciar con lo que sería un interrogatorio y definir si lo que decía es cierto o mentira, y al mismo tiempo decidir qué hacer con ella.
Kipo no entiende muy bien lo que pasa, pero ante el silencio que se generó y la tención solo piensa en romper el hielo por lo que se presenta, acto seguido una mujer se para de su haciendo y menciona.
-Kipo querida ¿sabes por qué estás aquí? -
Kipo responde que no o por lo menos ella no terminaba de comprender el porqué. La señora continúa.
– Querida mía entiende estás aquí porque trataste de entrar por la fuerza a nuestro hogar- ante la acusación Kipo responde.
– Entonces debo disculparme no sabíamos lo que era, no es como si hubiera un cartel que lo avisara, pero sí puedo entender su enojo, nuestra madriguera también fue atacada hace tiempo por un mega, la diferencia es que fue destruida, pero eso no fue del todo malo aprendimos a adaptarnos y a llevarnos bien con los muts, convivimos con ellos y trabajamos juntos para crear un futuro mejor.
Todos los presentes quedaron asombrados por las palabras de Kipo, pero uno de ellos, el más viejo de hecho se levanta con violencia y exclama
- ¡los muts fueron quienes nos obligaron a vivir bajo tierra en primer lugar! no quiero recordarles damas y caballeros aquí presentes, lo mal que la hemos pasado, las crisis a las cuales tuvimos que hacerles frente por culpa de los muts y para variar quien dice estas palabras no es más que una mut, lo siento, pero mi madriguera y yo no creeremos sus palabras adornadas de flores y perfumes.
Al terminar estas palabras uno en uno se levantan los miembros del consejo apoyando al anciano y sus crueles pero ciertas palabras.
Kipo exclama que si tan solo pudieran demostrarles que no quiere hacerles daño, que no es mentira lo que ella les comunica, que de verdad puede haber un mundo pacifico Pero para su desagrado solo hay una llanura de oídos sordos, nadie escucha a nuestra valiente heroína, o eso creía, en ese mismo instante otra dama se levanta y con un fuerte golpe hacia la mesa exclama
– Miembros del consejo que demonios hacen, somos elegidos por los miembros de nuestras madrigueras porque piensan y creen que somos los más aptos para guiarlos, no para que alcemos la voz como unas verdaderas bestias tratando de hacer pedazos a una jovencita, esto definitivamente no se tolerará, exijo silencio y que la dejen terminar.
Ante estas feroces palabras todos guardan silencio, Kipo le da las gracias a este individuo y prosigue.
- ¿De verdad piensan que los muts y los humanos no pueden llevarse bien, no habría una manera uno mínima posibilidad de que lo intentaran? -
Otro miembro se levanta el más joven de ellos, opinando
– y quien se expondría ante estas bestias? yo solo diré que no arriesgare a nadie de mi madriguera para que sea devorado por bestias, no lo permitiré.
Todos asienten ante él, pero Kipo no se quedará callada ante estas palabras, a lo cual sugiere
- Y si yo y mis amigos somos voluntarios, lo logramos en las Vistas ¿qué tan difícil puede ser aquí?
El mismo hombre contesta
- Entonces estás diciendo que tú te expondrás junto a tus amigos a este peligro? ¡JA! no lo creo, pienso que solo nos miente para poder irse sin más.
Ante este nuevo panorama la señora que defendió a Kipo exhala una carcajada y acto seguido dice estas palabras.
– Niña tú piensas en verdad que los muts y los humanos pueden coexistir en la superficie ¿verdad? Entonces haremos esto, nosotros necesitamos pruebas de lo que dices es verdad y no solo que lo dices para salvarte el cuello, pero al mismo tiempo no queremos perder buenos hombres, así que te propongo esto, irás tú y Marsha, no irás con tus compañeros, solo con ella. No te cederemos tus vehículos, irán a pie- dicho esto en voz alta casi gritando da una orden directa.
– ¡Marsha entra! tienes una misión. -
Marsha entra a la habitación, se para en la puerta y queda firme frente a ellos
- Escucha tienes una nueva misión, acompañaras a Kipo en todo momento, no importa donde ella vaya, la seguirás y vigilaras, pero por sobre todo que no escape, en caso de hacerlo tienes el permiso para eliminarla-
Marsha asiente y se retira, Kipo queda impactada y ahora asustada por donde se estaba metiendo, pero no titubea por más aterrorizada que este, esto es algo que ella debía de hacer.
Acto seguido, la señora pasa al frente donde estaba Kipo, la toma del hombro y al oído le menciona que Marsha no era una muchacha cualquiera, sino ni más ni menos que una mega. Luego de estas palabras se da la vuelta hacia su silla y a mitad de camino dice sus últimas palabras escuchadas por Kipo
- No nos decepciones chica jaguar. -
Kipo sonríe, por fuera demuestra alivio y por dentro cierta admiración hacia esa persona, de unos 1,70 de alto, vestida con uniforme probablemente militar perteneciente al ejército, cabello blanco como la nieve, ojos celestes como el mismo cielo y una cicatriz que comenzaba en la frente un poco antes de chocar con el cabello y descendía por su cara pasando por el ojo izquierdo, luego por el labio superior e inferior, terminando finalmente en su mentón, esta mujer de la cual Kipo sabía muy poco, liberaba cierta aura de liderazgo, en la cual podía confiar tanto de las cosas buenas que le menciono como de las horribles. Así fue como Kipo de solo estar de paso por Las Vegas ahora tendría que lidiar con las diferencias que habían afrontado los humanos y los muts por años.
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