Pensar
-Bueno, se ha ido de aquí, sólo espero que no vuelva a difamarme de esa manera.
-No te preocupes Kion, hasta el momento no volverá, pero si llega a hacer un acto de bien, puede que vuelva.
-¿Por qué debería volver con la semejante mentira que te hizo creer?
-Todos cambiamos, ella no sería la excepción, ya aprenderás a perdonar a los demás.
-Vale, vale, lo que digas. Iré a ver a Fuli, tengo que explicarle lo sucedido
-¿Sabes cómo explicarle?
-Prefiero decir la verdad, ningún tipo de mentira, quiero valerme por quién soy.
-Sigue así hijo.
Se retiró un poco indignado, aunque no entendió muy bien por qué le diría que siga así, siendo que no se sentía muy agusto así hablando con Fuli
-Ahora si entiendes lo ocurrido, Fuli?
-Mmm, no lo sé-mirando a la izquierda con algo de ironía-
-Venga Fuli, sabes cómo soy , no te mentiría, además por qué jugamos en ocasiones a este "jueguito", yo el malo y tú la inocente.
-No es necesario que digas las cosas así Kion.
-Bueno, si no me crees, no me creas y ya, asunto cerrado.
-¿Sabes? La verdad es que es un poco difícil para mí tratar de pensar en la situación en sí.
-¿Qué dices?
-Nada, sólo digo que casualmente siempre suceden cosas malas de esta magnitud entre tú y yo, y de veras, ya no sé qué es verdad y qué es mentira
-Vale, piensa lo que quieras, ya no quiero seguir toda esta "novelita", te darás cuenta si soy inocente o no.
-Pues bien ¡Adiós!
-¡Adiós! Y piensa en lo que digo.
Kion reaccionó de una forma que no debió ser la correcta, se enojó tanto que cuando llegó a la roca del rey, le suplicó a su padre para retirarse y no volver en un tiempo, todo para no ver a Fuli, se sentía con mucha rabia, y algo desconcertado.
-¿Pero Kion, qué pasó? ¿No era que te llevabas muy bien con ella?
-Todo cambió padre, y necesito algo de respiro a toda esta situación.
-No puedes irte así sin motivos, recuerda, tienes en ti la guardia del león.
-Ya nada de eso me importa, simple, nos peleamos por un pequeño malentendido culpa de este falso Kion. Si me voy, quizá logre reflexionar sobre mi verdad.
-Bueno, no te preocupes, traeremos a algún suplente en tu lugar.
-¿De verdad puedes hacer eso?
-Claro, siempre en cuando sea en bien para tu bienestar. Todos tenemos un mal día de vez en cuando, y necesitamos desconectarnos de nuestros problemas.
-¿Y tú algún día te desconectarás de los tuyos?
-Soy el rey, un rey debe poder soportar los problemas. Lo que te estoy diciendo ya lo hice cuando era una cría, ahora ya soy mayor para no enfrentarme al problema.
-Gracias padre, prometo no irme muy lejos de aquí, serán sólo...
-Ve a donde quieras, disfruta el momento, cuando recargues las energías y puedas hablarlo con ella, vuelve.
-Entonces ¿Ya puedo empezar?
-Sí, yo te autorizo.
-Adiós, estoy seguro de que no tardaré mucho.
-Estoy seguro de eso, nos vemos en otro momento hijo.
Luego de pasar un rato solos y abrazándose entre padre e hijo, Kion inmediatamente se va de la roca del rey, ni siquiera se despidió de Kiara ni de Nala que luego al enterarse se preocuparon de que algo le pudiera suceder a Kion.
-Pero Simba ¿En qué has pensado para mandarlo así como así a nuestro hijo? Es un cachorro.
-Primero, yo no lo mandé, él tomó su decisión de irse, y lo comprendí. Y otra, él ya no es tan cachorro, poco a poco va siendo consciente de lo que está haciendo.
-¿Aunque sea sabes dónde ha ido?
-Seguramente no muy lejos de aquí.
-Perfecto, ahora no sabes ni dónde está. No posee el rugido y puede terminar mal con alguno de sus enemigos queriendo cobrar venganza.
-Sabrá defenderse, no es un tonto.
-¿Saben? Por qué mejor dejan de pelear, Kion tomó su decisión y no debemos oprimirlo, lo que él decida estará bien, se ha sentido algo mal durante este tiempo, y tiene que distraerse conociendo otros lugares-Molesta decía Kiara-
-Kiara tiene razón, vamos todos a dormir en paz ahora, entendamos a Kion.
-Lo que digas Simba, no quiero que perdamos tiempo en esta charla.
Kion corrió con tantas fuerzas, que hasta incluso olvidó su regla de no irse tan lejos de la roca del rey. A lejos casi que ni se notaba la roca, se puso a llorar un poco, entre lágrimas se sentó y creyó encontrar el lugar para poder dormir, al menos esa noche.
-Psst, Psst, Psst, rooonk, yat
Estaba moviendo las patas pensando que sería una mosca que no le dejaba conciliar el sueño.
-Venga, no puede ser que no pueda dormir, ya suficiente tengo con la distancia.
Cuando se le dio por abrir los ojos ya que el ruido se tornaba insoportable, en toda la cara le cubría algo con aspecto a búfalo, robusto, aunque no lo pudo identificar muy bien, no emitió una sola palabra, quedó congelado ante la imagen de este animal.
Tenía unos ojos bastantes rojos que lo miraban con desprecio, la mandíbula emitia el sonido que crujía y la mirada no era agradable, además que estaba muy oloriento.
Como el joven león estaba acostado boca arriba, del susto de no poder controlar los movimientos, cayó resbaladozamente hacia el fondo de una selva que lo llevó a varios kilómetros, se llevó puesto encima varias plantas, bichos, algunas arañas pequeñas, frutas caídas y demás cosas, finalmente su rostro terminó atropellando contra un árbol.
Ante tal velocidad, el golpe lo dejó inconsciente con una gran marca roja en la mitad del cráneo.
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