Capítulo 2

Miraba las enormes rejillas desde afuera, suspiro cansado - ¿Qué hago aquí? – se cuestionó el agente, sacudió sus hombros y con mirada firme toco el timbre. Una voz femenina le pidió nombre y motivo. Cuando el agente contesto su puesto y nombre las puertas se abrieron. Una chica rubia espero a la puerta, había salido de aquella enorme puerta de caoba con ventanas – Buen día – dijo el agente educado en cuanto vio a la chica

― Buen día, eres el agente ¿verdad?

Aunque cuestionando esa presentación, asintió con su cabeza – perfecto – sonrió la rubia. – los niños juegan en el patio con él. Sígueme

"Con él" sonrió pensando en el hecho, seguramente el albino había hablado de él, y por ello fue "el agente" para aquella chica. Camino por los pasillos aunque eran altos, contaba con los mismos altos ventanales dándole luz a todo el lugar, aunque el edificio se veía viejo también estaba bien ambientado, quizá era un orfanato distinto al que el ex mafioso creció.

Siguió a la rubia hasta otra gran puerta, tras de ella podía escuchar los gritos y risas, olía extremadamente fuerte a pasto mojado y fue cuando la rubia abrió aquella puerta que pudo verlo. Los niños jugaban con globos de agua, y pequeñas telas con agua para resbalar, Atsushi estaba con ellos jugando, mientras portaba la manguera. La rubia suspiro – se supone que regarían el césped y las flores – dijo de manera fastidiada pero su tono era alegre.

Atsushi volteo a ver hacia la puerta, y sus miradas se cruzaron, se había sonrojado de inmediato y quedado inmóvil, los niños habían aprovechado para continuar su ataque y ganarle al albino. La rubia miro al azabache de manera siniestra, y es que para secar a todos los niños necesitaría ayuda.

El agente se vio involucrado en todo, desde sujetar a los chicos hasta llevarlos al gran baño donde todos se bañaban, la rubia se había llevado a las chicas de su lado y el albino junto al azabache llevaban a los niños. Después de un alegre baño donde los niños siguieron jugando, el agente ayudo a los niños a vestirse mientras Atsushi tomaba un baño. La rubia se los había llevado a todos con una gran sonrisa y un "Gracias" de por medio. Le pidió al agente esperar en las mesas del jardín, pudo ver lo hermoso del lugar, eran campos grandes de trigo y tenían aquel pequeño pero colorido jardín. Suspiro mirando como el sol comenzaba a bajar.

Atsushi salía al jardín con dos tazas. Dejo la taza de té al lado del azabache sorprendiéndole ligeramente, miro al albino quien se veía fresco, un poco de agua aún se acomodaba en su cabello – me sorprendió verte – dijo alegre el albino

― Lo noté, perdiste completamente esa batalla

― He tenido más rudas – dijo divertido

― ¿el azúcar?

― Ya tiene – dijo el albino tomando su taza con café – como te gusta

El agente se ruborizo ligeramente – gracias

Su conversación comenzó con el porque de su viaje hasta el orfanato y esté solo se excusó sobre tener una misión en el pueblo. Prosiguieron a hablar sobre las flores, allí fue cuando subo el nombre de la rubia "Elise" hija del doctor y que el albino la apreciaba como una hermana. Explico sus deberes con los niños, y claro no faltaba la invitación a quedarse. A lo que el agente acepto. Convirtiendo en una rutina el que Akutagawa viajará al orfanato cada día libre, solo para verlo.

Como llegar al pueblo le tomaba solo 30 minutos en autobús, solía ir después de sus trabajos, y regresaba no muy tarde, a veces solo iba para ver al albino y hablar de su día y otras aprovechaba para llevar uno que otro presenté, como unos chocolates a la rubia por siempre ser amable con él (Sugerencia de Oda). Su día de descanso lo pasaba en el orfanato jugando con los niños, y ayudando a Atsushi. Aunque llevaba dos semanas yendo y viniendo no conocía al famoso doctor. Eso sí, los niños le apreciaban en grande, sobre todo cuando podían jugar con Rashomon. Era el final de semana cuando Atsushi y Elise tendían la ropa que lavaron

― No tarda en llegar Akutagawa, ¿se quedará?

― No le he preguntado, pero imagino que si

― Ha sido de gran ayuda estás últimas dos semanas, además – la rubia sonrió – te la pasas mandándole mensajes – cuestiono y el albino se sonrojo

― Es mi amigo

― Repítelo cuanto quieras – extendió una hoja larga – ve con él a hacer las compras de la quincena

― Pero esas las haces con Mori-san

― Sí, pero Rintarou quiere descansar, cuento contigo y el agente

Atsushi tomo la hoja con ambas manos y sonrió – cuenta con nosotros.

Mientras tanto en la agencia, Akutagawa trabajaba duro quería llegar pronto al orfanato. Los agentes lo sabían y se divertían viendo lo serio que tomaba aquello para poder irse. Oda fue quien se acercó al chico – Akutagawa

― ¿si? – respondió rápido y firme a la mirada de su mentor

― Hoy como sabes llegue tarde

― Si

― Fue porque me detuve en un puesto de curry

― Así que fue por eso – susurro Kunikida

― Y gane estos – menciono estirando dos boletos. El agente los tomos – úsalos

― Pero yo no

― No estoy de edad de usarlos, úsalos tu

Oda no dio pie a nada, se había marchado. Akutagawa vio los boletos y se sonrojo. Volteo a ver a la agencia con una mirada filosa y todos voltearon a ver al techo mientras chiflaban – dejen eso – se quejó el azabache y todos rieron

Había regresado al orfanato, era el atardecer, miro los boletos y volvió a guardarlos en sus bolsillos. Paso por la puerta, ya sabía cómo entrar y salir del lugar, entro al orfanato anunciándose – ya llegue – dijo a los pasillos y comenzó a escuchar una bandada de pasos llegar, suspiro

― ¡Akutagawa! – gritaban los niños al verlo

Tomaron al azabache de sus manos, lo llevaban consigo o lo empujaban, el caso era llevarlo. Atsushi esta vez estaba en la cocina con alguno de los niños, orneaban galletas – huele bien – dijo el agente alegre

― Bienvenido – dijo el albino

Los niños volvieron a jalarlo, querían enseñarle al agente como lograban hacer galletas. Después de una clase sobre galletas impartida por los niños, el agente termino decorando las galletas con los niños mientras Atsushi limpiaba todo. – bien niños, deben ir a hacer las tareas, si todos lo hacen bien podrán comerse las galletas

― ¡Si! – respondieron todos.

Todos los niños bajaron de las sillas de las mesas en la cocina y fueron a su sala de estudio, allí los vigilarían. Atsushi suspiro cansado mientras se quitaba el delantal - ¿mucho trabajo?

― No tanto – menciono y le miro - ¿Qué tal tu día?

― Nada mal, mucho papeleo

― Y odias el papeleo ¿no? – menciono y el azabache subió sus hombros - ¿entonces por qué fue bueno?

― Me regalaron algo bueno

― ¿en serio?

Akutagawa subió los boletos para que el albino los viera – un boleto platino en la feria de Yokohama. Incluye la pista de hielo – menciono y el albino sonrió nostálgico

― A Kyouka-chan le gustaba ir allí – menciono y el azabache le miro con gran sorpresa

― Así que has ido

― Si, bueno... tenía cierta libertad a ciertas horas

― Esta vez... ¿quisieras ir conmigo? – pregunto y el albino le miro

― Claro – dijo sonriente - ¿está bien que tome un boleto entonces?

― Me ofendería si no.

― Pero tú también debes ayudarme

― Pídeme lo que quieras.

Así fue como termino cargando cientos de bolsas por el pueblo. – Atsushi ¿Por qué compramos tanto? – menciono irritado pero no fue queja

― Elise-chan y Mori-san están cansados de algunas reuniones, me pidieron hacer las compras de víveres.

― Así que solo me estabas esperando maldito – se quejó el azabache y Atsushi le guiño el ojo mientras le sacaba la lengua

La verdad lo disfrutaron ambos, salir del orfanato y pasar el rato. Atsushi aún conservaba aquel largo abrigo del cual el agente alguna vez se burló, hoy en día le parecía adorable. Compraron lo necesario, aunque entre ellos había risas, como en ese momento donde Atsushi no sabía si llevar cebolla o no, no estaba en la lista pero a veces la ocupaban y estaba en oferta. Atsushi sostenía las cebollas en sus manos y el azabache le tomo una foto - ¿Qué haces? – le cuestiono

― Me pregunto si nos cobraran las cebollas de tanto que las tallas

― Grosero – dijo sonrojado

― Llévalas, las necesitaras

― Bi-bien

O aquel momento cuando el azabache estaba recargado en el carro de compras por estar de pie, y Atsushi llego atacándolo con un porro gigante. El agente se defendió con una zanahoria. Ambos chicos volvían, los niños dormían. Atsushi acomodaba las compras en los depósitos, el agente le ayudaba. – Esto es lindo – menciono el albino y el agente le miro

― ¿el qué?

― Nunca había hecho compras y jugado con libertad – le sonrió – fue divertido

― Si, lo fue

Ambos chicos tomaron una lata, se miraron, el exmafioso sonrió y soltó la lata, el agente solo la tomo y le siguió con lamirada. Atsushi seguía sonrojado. El agente sonrió, el albino realmente portabauna ligera pero agradable luz cálida.



...

Bueno esté es el segundo capítulo ¿a que son tiernos?

Bueno por el momento no tengo portada, no se nos ocurre nada bueno pero en cuanto tengamos algo les haremos saber.

¡Gracias por leer!

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