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Dedicado a AranzaNolasco

"Cuando algo ha sufrido un daño y tiene una historia, se vuelve más hermoso".

¿Cuantas cosas pueden pasar para tener historia con alguien?

Recuerdo cuando te vi por primera vez, el primer día de clases en la preparatoria. Aun me da risa pensar que de no ser por que te vi entrar a ese salón jamas me hubiera dado cuenta que también era el mio y más gracioso aun quedar sentados uno al lado del otro.

Recuerdo que después de una semana de haber iniciado comenzaste a hablarme pero solo durante la clase de matemáticas, mientras que en las demás seguíamos en silencio. No solías mantener conversación con nadie, yo en cambio conversaba mucho con mis nuevos amigos, aunque solía verte de reojo de vez en cuando. Un mes después, durante el descanso, yo estaba guardando mis cosas para ir a comer con Iida-kun y Uraraka-san pero antes de hacerlo trate de ver un poco lo que hacías, estabas dibujando unas hermosas y pequeñas alas de ángel en la esquina de tu libreta, no pude evitar decir lo lindas que eran y eso dio comienzo a una nueva relación entre nosotros.

Comenzamos a conversar un poco más y en más clases, poco a poco te fuiste integrando a mis amigos, a mi, y a la vez, al grupo entero. Nos volvimos más cercanos al tener gustos iguales e inclusive me enseñaste a dibujar. No era mi fuerte, pero aún así me enseñaste.

Ambos entramos al mismo club de la preparatoria mientras Iida-kun y Uraraka-san acudieron a otro. Algunos días salíamos los 4 juntos y en ocasiones solo eramos tú y yo.

Así pasaron varios meses, sintiendo comodidad con la compañía del otro. No sabia como explicarlo pero me agradaba cuando estábamos juntos, cuando solo eramos los 2. Un día cuando hablaba con Uraraka-san saliste en nuestro tema de conversación y ella me dijo que cada vez que estaba contigo o hablaba de ti mi rostro tenia un brillo especial. Me explicó muchas cosas y entonces fue cuando me di cuenta que me había enamorado de ti. Cabe decir que ese día ya no sabia ni como mirarte a los ojos.

Pude asimilar mis sentimientos y gracias a ello pude retomar mi relación contigo e incluso intente acercarme más a ti creyendo en una pequeña esperanza de ser correspondido.

¿Y como olvidar el día que te confesé mis sentimientos? Ya estábamos cursando nuestro segundo año. Estaba hecho un manojo de nervios. Todo por culpa de Uraraka-san quien me "amenazó" con decirte mis sentimientos si yo no lo hacia ese mismo día. Tal vez la cosas hubieran sido mas fáciles si ella te lo hubiera dicho pero yo deseaba que lo supieras por mi y solo por mi. Durante las clases no pude atreverme, ni mucho menos en el club, ya habíamos salido de clases y juntos salimos de la preparatoria. En el camino me estaba carcomiendo por dentro buscando el como confesarme, buscando la mejor y más prudente forma de hacerlo. Cosa que se fue al caño cuando me llamaste e inmediatamente salí de mis pensamientos gritando por impulso "ME GUSTAS TODOROKI-KUN". Jamás olvidaré nuestros rostros después de aquello, yo estaba del rojo más brillante que pueda existir y quería que la tierra me tragara en ese preciso segundo, tú a simple vista tenias tu expresión seria pero no había que ser adivino para darme cuenta de que presentabas una especie de crisis existencial en tu mente. Pasaron varios minutos en los que ninguno se movió ni hablo. Al final fuiste tú quien hablo, diciendo que te hacían feliz mis sentimientos pero necesitabas analizarlo porque no querías darme una respuesta equivocada, a lo cual yo comprendí y decidí esperarte. Afortunadamente ese incidente no afecto nuestra forma de tratarnos y las cosas siguieron su curso.

Ya comenzábamos nuestro tercer año y cada día que pasábamos era más tiempo entre nosotros dos, Iida-kun y Uraraka-san iniciaron una relación y aunque aun solíamos salir los 4 juntos ellos buscaban tiempo para estar solos y con ello solo quedábamos tú y yo. A la mitad del año volví a decirte lo mucho que te quería y que sabría esperar por ti siempre. Tú cuestionaste el porque lo haría, la respuesta es simple: "tengo posibilidad de ser correspondido, porque lo estas considerando". No diste objeción a ello y continuamos.

Fue difícil asimilar la graduación. El saber que ya no te vería como antes me dolía pero al final de la ceremonia prometimos seguir frecuentando. Y así lo hicimos, nos dimos el habito de salir los fines de semana, ambos optamos por escuelas distintas y aunque la universidad se volvió un poco pesada siempre arreglábamos tiempo para nosotros. En veces solíamos visitarnos en las universidades y eso era lo que más me gustaba.

Uno de los días más felices de mi vida fue aquel en el que fuiste a verme a mi universidad sin avisarme, nunca entendí las razones que te llevaron a darme aquella sorpresa. Aquel día yo me encontraba en una de las mesas de estudio con mi nuevo amigo, Shinzou-kun, estábamos terminando un proyecto de clase, me llevaba muy bien con él, además de que sabia de mis sentimientos hacia ti. Estaba tan concentrado en el computador y Shinzou-kun comenzó a hacerme cosquillas, seguí su juego hasta que tu voz un tanto molesta nos interrumpió. Yo me alegre de verte y te salude animado, me devolviste el saludo pero con una expresión seria haciéndome sentir incomodo. Al final Shinzou-kun y yo terminamos el trabajo, él se fue por su lado y tú y yo salimos de la universidad. No negaré que desde que habías llegado Shinzou-kun se comportó un poco empalagoso conmigo y eso me ponía nervioso porque temía que malinterpretaras todo. Optamos por pasear un poco ese día y comenzó a llover, nos refugiamos en un puesto que se encontraba cerrado esperando que la lluvia cesara un poco para irnos a nuestras casas. Yo intente disculparme por la actitud de Shinzou-kun pero tu respondiste que no importaba y que gracias a él aclaraste varias dudas. Quise preguntarte más cosas pero mis labios fueron callados por los tuyos, me habías besado. Aun suelo tocarme los labios de recordar aquel día: nuestro primer beso, tu declaración y el que me pidieras ser tu novio.

Era el chico más feliz del mundo no podía creer que todo aquello era real, mi espera fue gratificada de la mejor manera.

Nuestro noviazgo fue simple pero lleno de amor. Preferíamos darnos cariño cuando estábamos a solas que en público. Tú no sueles ser muy expresivo pero cuando estabas conmigo te volvías todo lo contrario, yo me enamoraba más y más de ti. Con el tiempo nos presentamos ante nuestras familias y amistades quienes aceptaron nuestra relación.

Ambos decidimos apoyarnos mutuamente en los estudios. Había ocasiones en que por ello no podíamos tener citas pero compartíamos el tiempo ayudándonos con las tareas aunque nuestras carreras fueran diferentes. No importaba como pasáramos el tiempo mientras estuviéramos juntos.

A nuestros 2 años de relación yo aun no cabía en mi felicidad, al despertar eras mi primer pensamiento y también el ultimo cuando me iba a dormir. Ya casi no podíamos vernos porque la universidad tomó más tiempo del que deseábamos y yo comencé a trabajar medio tiempo, en veces solo era por 2 semanas y otras veces era hasta un mes sin vernos. Nos entendimos y aprendimos a esperarnos, siendo los mensajes y llamadas nuestra forma de conectarnos. O al menos eso creí.

Conforme el tiempo pasó, las cosas comenzaron a cambiar entre nosotros, por alguna razón sentía que actuabas extraño. Tus mensajes disminuyeron drásticamente y casi no llamabas, supuse que la universidad te estaba acaparando más tiempo y no lo tome serio. Más días después sentía que al responder mis mensajes eras un poco seco, me atrevería decir que cortante y en las llamadas parecías no prestar mucha atención, temía que estuvieras cansado. Quería irte a visitar pero te negabas. Preguntaba si estabas bien o si algo te molestaba, tú solo decías "Todo esta bien, no te preocupes" y te hacia caso pero aun me preocupabas.

Así sucedió varias veces, te sentía cada vez más distante, me tenias preocupado pero cada vez que tocaba el tema respondías lo mismo. Te ofrecí mi ayuda muchas veces pero decías que no era necesario así que decidí darte tu tiempo y tu espacio.

Después de eso me enfoque demasiado en mis estudios y en mi trabajo, tanto que poco a poco comencé a descuidarme, principalmente en mi alimentación y mi sueño. Fue cosa de tiempo para que todo aquello me azotara fuertemente, finalmente colapsé y fui hospitalizado. En las condiciones en las que me encontraba mi recuperación no seria fácil. Siendo sincero, me sentía como un muñeco de trapo viviente, mis fuerzas eran nulas por lo que requerí asistencia completa de las enfermeras y mi madre. Con seguridad puedo decir que fue horrible pasar por ello.

Shinzou-kun, quien fue quien me auxilio cuando colapsé en el salón de clases, me visitó durante el mes que estuve hospitalizado, me ayudó con el papeleo de mi inasistencia de la universidad y con la renuncia a mi trabajo. Realmente estaba agradecido con él, pero lo que yo más deseaba era tenerte a mi lado y que cuidaras de mi. Pedí a Shinzou-kun que se comunicara contigo y te dijera mi situación. Intento llamarte, te envió mensajes, pero tú nunca respondiste. Me estaba preocupando mucho por tu comportamiento, no sabia lo que pasaba y no entendía nada.

Días antes de ser dado de alta Shinzou-kun me dijo que fue a buscarte a tu universidad y, aunque intentaste evitarlo, logró contarte mi situación. Se veía molesto mientras me lo decía y al final me recomendó cuidar no solo mi salud física sino también mi salud emocional y que para ello debía hablar contigo seriamente sobre nuestra relación.

Continué mi recuperación en casa, ya podía moverme por mi cuenta aunque no podía esforzarme, también ya podía comer un poco más, lo que fue un gran alivio para mi madre.

Mientras los días pasaban no podía olvidar lo que Shinzou-kun me dijo, él tenia razón, la grieta entre nosotros se estaba volviendo muy grande, me dolió mucho el que nunca me visitaste en el hospital. Te envíe mensajes informando que ya me encontraba mejor y que deseaba que me visitaras, temía que no respondieras pero afortunadamente lo hiciste y eso me dio tranquilidad, prometiste visitarme durante el fin de semana y me alegre mucho, pero al llegar la fecha no viniste, eso sucedió otras 2 veces y siendo sincero, me dolía mucho. Nunca quise exigirte ni obligarte a nada, era paciente en todo pero ante nuestra situación cada día me dolías más y lloraba por ello.

Pasó nuevamente un mes para terminar mi recuperación en casa. Finalmente podría volver a clases, aunque ya no podría trabajar por un tiempo. Pensé mucho las cosas y decidí que lo primero que haría seria hablar contigo en persona. Sabia que necesitábamos enfrentar la situación, teníamos que hablar de nosotros, yo aun te amaba demasiado y por ello debía hacer todo lo posible para reparar las cosas. Sin embargo, también pasó por mi mente la opción de una ruptura, por más que negara esta posibilidad tenia que darme a la idea de que existía, por más pequeña que fuera. La razón de esta decisión fue porque al igual que Shinzou-kun, los doctores indicaron que debía estar estable tanto física como emocionalmente para evitar recaídas.

Aquel día salí de mi casa temprano para irte a visitar a la universidad. No quise avisarte que iría porque quería darte la sorpresa. Pero tal parece que la sorpresa la lleve yo, a los pocos minutos de llegar te vi bajar las escaleras de tu edificio junto a Inasa-kun, uno de tus compañeros, ambos me vieron y yo los salude agitando mi brazo, estaba a punto de acercarme a su lado cuando diste la vuelta y nuevamente entraste al edificio seguido por Inasa-kun. Decir que fue extraño es decir poco, pero quise suponer que olvidaste algo, aunque esa suposición duró muy poco al ver como cada vez que me veías cambiabas de dirección. No tenia que ser muy inteligente para darme cuenta que estabas evitándome y eso me hacia sentir molesto y muy triste.

Decidí enviarte un mensaje diciendo que debíamos hablar de algo importante y que te estaría esperando. Y así fue, pasaron las horas y yo seguía esperándote. En un intento de no aburrirme comencé a caminar por el campus, pase por un edificio y me dio curiosidad, nunca había entrado a otro edificio de esa universidad que no fuera el tuyo. Pasaba por los pasillos viendo los alrededores y saludando a algunos alumnos que se encontraban fuera de clases. Entré a un salón vacío del segundo piso, era muy espacioso. Me acerque a la ventana para ver como se veía todo desde ahí. Mi vista se detuvo en cuanto te vi caminando solo hacia la salida de la universidad. No entendía, creí que te había llegado mi mensaje, y así fue ya que tenia la notificación de que lo habías leído. Rápidamente marqué tu número mientras te miraba por la ventana, te vi tomar tu celular y ver la pantalla, suplicaba internamente que respondieras pero fue todo lo contrario. Las lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas en el momento en que vi que guardaste tu celular nuevamente y seguiste tu camino hasta salir por completo de la universidad.

En ese momento, mi corazón termino por romperse...

ווווווווווווווווווווווו×

Pido una disculpa por los corazones que se han roto al leer esto.

En mi defensa solo puedo decir que a mi me dolió más de lo que creen escribirlo.

Continuará...

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