8. Reina Regente
Después de tanto tiempo el silencio en el castillo Ozteir se hizo presente, la música de la radio o de los demás objetos tecnológicos dejó de sonar.
Las risas se apaciguaron, nadie reía a carcajadas ni mucho menos mostraba una mueca de felicidad.
Ya no primaban las risas y el cántico, tan solo las lágrimas y el llanto.
Exactamente hace quince largos años que un miembro de la familia Ozteir fallecía, la última en hacerlo fue Regina Ozteir, la abuela de Jerome, Marcus y Diana.
El turno de Jerome Ozteir llegó, mucho antes de que todos lo imaginaron, la vida del Rey de Dersallia llegó a su fin, no llegó a tener ni siquiera cincuenta años, le faltaban tan solo dos para alcanzar el medio siglo.
En el cuarto en que solía dormir junto a su esposo se encontraba Seline acompañada de Kathian, su hija que no dejaba de llorar, ella estaba con la cabeza apoyada en su regazo.
Seline estiró sus manos, sabía que no era tiempo de seguir llorando, no más.
Habían pasado tres horas del deceso de su esposo pero pronto debía reunirse con los demás miembros de la familia Ozteir, había que buscar un o una regente hasta que se decida finalmente al próximo rey o reina de Dersallia.
Seline miró a su hija, notó que se había quedado dormida, con delicadeza la dejó acostada sobre la gran cama, la arropó con una gruesa sábana que estaba a unos pocos centímetros de ahí. Se levantó, se secó las lágrimas y salió de la habitación, esperando no volver a llorar, algo que sabía que era inevitable.
Caminó por los pasillos del gran castillo, cada sirviente le daba el "sentido pésame", ella solo asentía por amabilidad.
No tardó en llegar hasta la sala de reuniones, uno de los tantos aposentos que el gran castillo Ozteir albergaba dentro.
Llegó hasta la puerta de la sala de reuniones, se quedó sin dar un paso más esperando el momento apropiado para abrir la puerta de madera.
—¿Por qué lo harían los dos? —se escuchó la voz de Grinmur—. Yo estuve ahí cuándo ellos dos se conocieron.
—Oh quizás eso te hicieron creer —exclamó Marcus.
Al abrir la puerta Seline se encontró con Marcus, su cuñado sentado alado de su sobrino, Grinmur. En unos muebles ubicados en el lado derecho de la sala se encontraba Diana sentada sobre el regazo de Gailos, su esposo.
Notó que los cuatro estaban tristes, sus ojos estaban algo rojos y vidriosos aunque no tanto como los de ella o de Kathian.
—¡Seline regresaste! —Marcus le dedicó una ligera sonrisa—. Estábamos hablando...
—Sobre mi hijo, lo sé —dijo sin dejar que su cuñado terminara de hablar—, Te escuché desde afuera.
Seline lo miró fijamente.
—¿Por qué otra razón tendría que huir con la última persona que vio vivo a Jerome? —preguntó Marcus colocándose de pie.
—No padre, no creo que sea momento de atosigarla con preguntas —Grinmur intervino.
—No te preocupes Grinmur, tenemos que descubrir con el verdadero culpable —exclamó con seriedad Seline.
Se sentó en otro de los cómodos muebles de color celeste claro.
—O con los culpables —dijo Gailos haciendo que todos lo mirararan—. No sabemos quién más estuvo planeando el asesinato de mi hermano, porque algo es seguro y es que esto ya estaba planeado con tiempo.
Diana se levantó y empezó a caminar de un lado a otro.
—Estoy dudando si realmente el asesino sea mi sobrino —mencionó Diana antes de recoger una copa de vino que estaba en una mesa de vidrio—. ¿Por qué lo haría no tiene motivos?
—Ser el nuevo rey de Dersallia es un motivo suficiente —agregó Marcus—, ¿No lo creen?
Seline miró a su cuñado, arrugó su entrecejo mientras no dejaba de mirarlo fijamente a los ojos.
—¡Con mi hijo no! —alzó su voz Seline—. Yo confío en mi hijo, y estoy segura de que él no haría una barbaridad así.
—Pero es un gran argumento —soltó Gailos pero desvió la mirada cuándo Seline lo miró con enojo.
—¿Y qué hay de este otro chico? —Diana bebió de su copa—. No estamos olvidando de él, recuerden que cuándo llegó todo se complicó, llegó diciendo que es hijo de Jerome, y las pruebas dijeron que si, matándolo, el también sería el futuro rey de Dersallia.
—Y puede que haya utilizado a Kin para todo esto —comentó Seline apoyando la teoría de su rubia cuñada.
—No sé, algo no cuadra —expresó Marcus mirando a los dos mujeres—, Kin tiene algo que ver con el asesinato de su padre, estoy seguro.
—¡Opino igual! —Gailos miró a Marcus a la vez que llevaba su mano derecha al aire para mostrar su dedo pulgar en signo de aprobación.
—Es que hay tantas interrogantes —mencionó Grinmur llevando su mano derecha su barbilla.
—¡No! —Seline se mostró molesta—. Hasta que no se muestre lo contrario, yo apoyo y creo en la inocencia de mi hijo.
Seline y Diana se juntaron al mismo tiempo que Marcus y Gailos hicieron lo mismo, un debate se estaba formando, un debate sobre quién tenía la razón, sobre si Kin fue quién planeó el asesinato de su padre o si no lo hizo él y tan solo fue secuestrado o manipulado por Tron.
Grinmur se mantuvo imparcial, no sabía cuál teoría apoyar.
La discusión se tornó pesada cuándo de a poco empezaron a alzar su voz, gritos e insultos se escuchaban resonando fuerte por todo el lugar.
—¡Silencio! —gritó Kathian al entrar por la puerta.
Todos se quedaron en silencio no porqué lo pidió sino porque usó su poder, el grito sónico, no moduló su voz ni siquiera graduó el nivel de este, tan solo lo soltó provocando que todos los presentes tuvieran un fuerte dolor en sus oídos.
Intentaron tapar sus orejas con sus manos pero fue inútil, no se esperaron algo así y todos resultaron con sus oídos afectados.
La mesa de vidrio se rompió al igual que las copas, la botella de vino, los focos y demás objetos de vidrios del lugar.
Además muchos objetos de madera y metal cayeron al suelo.
—¡Niña sí que sabes hacer una entrada! —exclamó Grinmur con voz fuerte a la vez que sus manos estaban tapando sus orejas.
—¡Lo siento! —se disculpó ella—. Pero sus gritos se estaban haciendo molestos.
—No más que los tuyos —dijo Gailos sobándose sus orejas.
—Yo también confío en mi hermano —habló Kathian ignorando por completo las palabras de Gailos—, Estoy segura de que él no lo haría, es imposible, aquí hay algo que se nos está pasando por alto, hay algo que no estamos viendo.
—Siento lo mismo —agregó Grinmur—. Pero revisamos las cámaras de seguridad y no vimos nada sospechoso.
—¿Y si alguien más fue? —interrogó Kathian mirando a todos los presentes.
—¿Estás insinuando que uno de nosotros fue? —le preguntó su tío, Marcus—. Me parece absurdo.
—Eso no lo dije yo...si se ofendió por algo ha de ser —soltó la miembro más joven de la familia.
—Buena teoría —Grinmur se acercó a su prima—. Todos somos sospechosos aquí.
El joven de cabello largo miró su prima y luego miró a Seline.
—Estoy de acuerdo —dijo Seline—. Todos somos sospechosos hasta que se demuestre lo contrario.
—Pero es innegable que Kin y Tron son los principales sospechosos —habló Marcus con voz alta.
—Bueno, saben que...no pienso seguir discutiendo —Seline estaba por irse del lugar.
—Eso haría el verdadero asesino —acusó Marcus.
—¿Qué cosa? —preguntaron al mismo tiempo Grinmur y Kathian.
—Irse de aquí para evitar ser interrogado —respondió Marcus mirándola fijamente
—No tengo problemas en que me acusen de ser una de las sospechosas, claro está en que sé que soy inocente —dijo Seline con gran seguridad mirando rápido a todos los presentes—. Y no me voy porque tenga temor a ser interrogada sino porque como Reina Regente tengo que informar el deceso de mi esposo a toda la gente de Dersallia.
Se marchó de la sala de reuniones acompañada de Kathian.
Media hora después, en las afueras del castillo Ozteir una gran multitud se formó, las personas estaban a la espera.
De uno de los balcones principales del castillo apareció Seline, se posicionó frente a un micrófono.
Segundos después Kathian llegó acompañada de Grinmur.
También llegaron al lugar Marcus, Diana y Gailos.
Las personas empezaron a especular y a formular teorías al no ver ni a Jerome, el rey de Dersallia ni mucho menos al futuro rey, el príncipe Kin.
—Buenas tardes queridos habitantes de Dersallia —empezó a hablar Seline lo que provocó que todo el público se quedara en silencio—, Yo Seline de Ozteir, la reina regente de Dersallia, lo sé, tienen muchas preguntas en este momento, tengo que informarles que... —se quedó en silencio, decir las siguientes palabras era algo desgarrador para ella. Kathian se le acercó por la espalda, la abrazó. Lágrimas de sus ojos rodaron. —Los convoqué para darles un anuncio muy importante... —se le hizo un nudo en la garganta—. Jerome Ozteir, el Rey de Dersallia ha fallecido.
Toda la multitud se alarmó, gran parte de las personas quedaron consternadas.
—Sí, el rey de Dersallia falleció hoy, hace aproximadamente cuatro horas. Sé que es algo muy duro para todos como lo es para mí y para toda la familia Ozteir —trató de secar sus lágrimas pero era imposible estas aparecían sin parar—, Por eso estoy pidiendo a quién lo apreció alguna vez, a quién lo quiso y a todo él quiera asistir, están invitados a su sepelio mañana a las once en punto de la mañana.
Unos cuantos lloraron al ver a Seline de esa manera, Kathian tampoco pudo evitar llorar.
La muerte de Jerome Ozteir, el Rey de Dersallia se hizo pública y como era de esperarse la noticia se esparció por todos los rincones.
A Kin y a Tron también les llegó la noticia del sepelio de su padre, tenían que acudir, no pensaban dejar escapar la oportunidad de despedirse de su padre por última vez.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top