Linaje, parte 2.

Ha pasado una semana desde que Jin Ling aceptó el trato del dragón de Qishan, es momento de cumplir con su parte del trato.

Día 2 - (Y combinación de muchos) Overstimulation, oversize, belly bulge, oviposition.

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Yuan no falló en su palabra.

Aunque el dragón vivía en reclusión contaba con todo lo necesario en esa cueva, incluso tenía su propio cultivo de verduras y si necesitaba algún producto del pueblo había una doctora que le visitaba cada dos días, aparentemente el llevarle provisiones era el pago de su deseo. Durante esa semana Jin Ling había disfrutado de deliciosas comidas, el dragón era un buen cocinero y todos los días le preguntaba al cultivador que le gustaría comer para que él se lo preparara. Jin Ling pasó esa semana conociendo sobre Yuan y dejando que este le preguntara todo lo que quisiera, el azabache parecía siempre ávido de conocer más detalles sobre su vida.

Aún en la cueva el castaño siguió su rutina de meditación y entrenamiento, esto escuchando al dragón tocar su guqin (que obviamente lo hacía en su forma humana).

Pero no solo había cumplido con la parte de prometerle vivir cómodamente. Por lo menos durante una hora al día Jin Ling había estado recostado en la cama, con su cadera alzada y sus manos apretando las sabanas mientras los dedos del pelinegro se hacían paso en su interior, arrancándole gemidos llenos de placer cada que acariciaban su próstata y le masturbaba. Su entrada pronto se acostumbró a las intromisiones, haciendo que cada vez tuvieran que usar menor cantidad de lubricante.

Finalmente el día en que se aparearían había llegado.

Ambos ya se encontraban en la cama con sus túnicas descansando en el piso de la cueva, mostrándose por primera vez completamente desnudos. A diferencia de sus encuentros anteriores ahora Yuan se encontraba recostado boca arriba, con un muy nervioso Jin Ling sentado sobre su pelvis.

Los dos chicos tenían sus rostros rojos por la vergüenza, algo curioso considerando que Yuan había tocado al cultivador de forma impropia toda la semana pero el verse de esa manera era dar un paso más allá.

—Tranquilo, te ayudaré.—La voz del azabache tembló ligeramente, pero carraspeó mientras pasaba su mano a la mejilla del cultivador.

Jin Ling rió mentalmente, pensando en decirle que entre los dos, Yuan parecía el más nervioso pero cayó cuando aquella mano le guió para que se inclinara. El castaño buscó los labios del mayor, sintiéndose aliviado cuando sus bocas se encontraron comenzando con esos besos que emocionaban a ambos de sobremanera. Entrecerró los ojos temblando ante el roce de su piel desnuda.

El tacto de Yuan era caliente, quizás se debía a su naturaleza como dragón o simplemente Jin Ling se había vuelto demasiado sensible a este, al punto de que cada zona que este acariciaba se sentía como si quemara.

El ojigris bajó sus manos sus manos a la cintura del cultivador, deteniéndose para estirar su mano derecha hacia un lado, tomando aquel nuevo lubricante y llenando sus dedos de la aceitosa sustancia. En esta ocasión no se tomó el tiempo para meterlos lentamente, ambos dedos se hicieron paso entre los glúteos del cultivador en un solo movimiento. El castaño se separó del beso, jadeando ante la placentera sensación y apoyando su pecho sobre el del mayor mientras este le preparaba diligentemente. Dos dedos pronto se convirtieron en tres, sin detener sus dilataciones pero para frustración del castaño, Yuan solo daba suaves roces contra esa zona que le hacía caer rendido ante el placer.

—Yuan...por favor.—imploró, pero como respuesta el dragón solo se acercó a besar su frente.

Jin Ling soltó un jadeo de frustración cuando los tres dedos salieron de su interior. Su entrada estaba completamente lista para recibirlo, así que ahora era turno de Jin Ling.

El cultivador lentamente volvió a la primera posición, sentándose y volteando para ver el erecto miembro de Yuan. Trago saliva mirando aquel pilar. Volvió a sentirse nervioso porque tres dedos no se asemejaban en nada a ese trozo de carne que estaba por entrar en él por más preparación que hubiera tenido. Era largo y grueso, con la punta rojiza. No había manera que eso entrara sin hacerle llorar de dolor.

—A-Ling, ¿estás seguro de esto? Aún puedes negarte.—La voz de Yuan le hizo salir de sus cavilaciones.

Yuan le había cuidado en esa semana, e incluso durante cada sesión de "preparación" el ojigris le masturbaba para ayudarle a deshacerse del problema entre sus piernas ignorando que él mismo contaba con una dolorosa erección. Además para ese encuentro había propuesto que Jin Ling estuviera encima para que el cultivador pudiera controlar la penetración e incluso notó su preocupación.

—Cumpliré mi promesa.—respondió con convicción antes de usar la fuerza de sus rodillas para alzarse.

Sus manos fueron primero al lubricante, tomando una generosa cantidad entre sus manos antes de acariciar el miembro de Yuan. El dragón entrecerró los ojos, soltando suspiros mientras que Jin Ling se encargaba de dejar todo su falo lustroso por el lubricante. Se detuvo en la base, dando unas caricias antes de alinearse y comenzar a bajar sobre este. Sus movimientos eran lentos e intentaba mirar hacia otro lado para no ver el par de ojos plomizos que en ese momento estaban fijos en él.

Primero fue la punta, a pesar del tamaño se hizo paso fácilmente gracias a toda la preparación y el lubricante

—Ah...A-Ling se siente tan bien.—gimió Yuan posicionando sus manos sobre los muslos del cultivador. Sentía la ferviente necesidad de tocarlo, pero sabía que si sus manos iban a la cintura de Jin Ling, su instinto tomaría el control penetrando con fuerza buscando su propio placer sin importarle el estado de Jin Ling. Lo que Yuan menos quería era lastimarle, así que mantuvo sus manos quietas en sus muslos.

Ambos hombres jadeaban ante la nueva sensación. Cálido y apretado, Yuan no podía describirlo de otra manera. Mordía su labio inferior con fuerza como una manera de aguantar las ganas de mover sus caderas contra el cultivador. Ansiaba estar completamente dentro de él, de reclamarlo como suyo y llenar el interior de Jin Ling con su semilla. Nuevamente esa voz oscura, quizás su instinto se había hecho presente pero antes que pudiera acallarla, Jin Ling bajó por completo.

El cultivador había dejado que la lujuria y el placer tomara el control. El miembro de Yuan era completamente distinto a sus dedos, le llenaba y saciaba ese extraño sentimiento de algo faltante que había sentido la última semana. Jin Ling no había querido admitirlo, pero tras los primeros días comenzó a anhelar por más.

Sin esperar unos segundos más, el castaño comenzó a moverse encima. Apoyándose en sus piernas para meter y sacar el miembro, arrancándole jadeos al dragón cuya excitación crecía ante la imagen del lujurioso castaño moviéndose sobre su pene en busca de su propio placer. La cueva se llenó de los gemidos de ambos junto con el sonido de sus pieles chocar.

Yuan volvió a tomar a Jin Ling del rostro, besándolo de forma demandante y aprovechando para cambiar de posición.

—Lo hiciste muy bien, A-Ling.—Besó sus labios para aferrarse a las piernas del castaño.

Ahora Jin Ling se encontraba recostado entre las almohadas y Yuan entre sus piernas, llevando el ritmo de las estocadas buscando aquel dulce lugar que sabía que a su amante volvía loco. El cultivador tembló cuando el miembro de Yuan chocó contra su prostata, haciéndole gemir de forma aún más escandalosa y aguda pero moviendo sus caderas en señal que ahí era donde deseaba ser tocado.

Jin Ling se veía demasiado lindo y sensual al mismo tiempo. La manera en que sus cabellos se esparcían por la cama mientras que movía sus caderas, su rostro rojo por el esfuerzo y sus labios rojizos que no dejaban de soltar jadeos de placer. Además su mirada, no se parecía en nada a aquel cultivador con ojos decididos sino uno que había sucumbido ante el placer. Le beso nuevamente, bebiendo cada gemido del castaño.

No hizo esperar a Jin Ling, moviéndose contra ese lugar tan sensible que conocía tan bien, lo hacía con fuerza. Finalmente cayendo ante su propio instinto que le ordenaba follarse concienzudamente al cultivador.

Ambos respiraban con agitación mientras sus pieles se cubrían de una capa perlada de sudor. Siguieron con ese ritmo desenfrenado hasta que Jin Ling sintió una calidez extenderse por todo su cuerpo, su miembro sin atender chorreaba líquido preseminal y el que Yuan lo masajeara solo ayudó a que su orgasmo llegara pronto.

—Yuan. Yuan...ahh...—Siguió gimiendo el nombre del dragón hasta que se corrió, manchando su propio abdomen y parte del de Yuan.

Yuan detuvo sus estocadas pero se mantuvo en el interior de Jin Ling. El cultivador lentamente salía del éxtasis mirándolo con confusión, pero pronto cayó en cuenta de algo importante: Yuan no se había corrido.

—A-Ling, necesito cambiar un poco mi forma. Si duele dímelo, prometo que me detendré.—A pesar de la ronca voz del dragón, está conservaba esa serenidad que atraía al castaño a confiar en él.

Asintió mirando como Yuan cambiaba, pero su tranquilidad se rompió al sentir como el miembro en su interior se hacía más grande. Gracias a su orgasmo su cuerpo se encontraba relajado, siendo capaz de soportar el cambio pero también estaba el hecho que acababa de tener un orgasmo. Era extraño sentir como algo se inflamaba en su interior, como el miembro de Yuan penetraba sus paredes hasta el punto en que se hacían paso más allá de estas.

Los ojos del cultivador se llenaron de lágrimas porque era doloroso pero al mismo tiempo su miembro estaba volviendo a reaccionar ante el placer.

—¿Estás bien?—preguntó el dragón con suavidad, atrayendo la atención del cultivador.

El pelinegro mantenía su forma humana, con la diferencia que ahora era mucho más alto. Antes no se llevaban mas de una cabeza de diferencia, pero ahora estaba seguro que su altura superaba los dos metros.

Jin Ling solo asintió, su voz no salía más que para soltar vergonzosos gemidos.

Con la afirmativa Yuan retomó sus estocadas pero estas ya no eran con la misma fuerza pasional de hace unos momentos. El dragón temía que Jin Ling se lastimara, así que sus estocadas se volvieron lentas pero certeras. Cada estocada llegaba más profundo que la anterior, formando un bulto en el plano abdomen del castaño haciendole gimotear del placer y el dolor.

Yuan acariciaba el miembro de Jin Ling, masturbándolo como una manera de distraerlo del dolor sin darse cuenta que sus acciones solo causaban que el cultivador cayera aún mas en el placer. Jin Ling no tardó en tener su segundo orgasmo, pero en esta ocasión apenas y salió un poco de semen.

—A-Ling...ngh...Por favor, se mio.

El orgasmo del cultivador había hecho que su interior se apretara, ayudando al dragón a finalmente llenar a Jin Ling con su semilla y algo más. Jin Ling no podía hablar, su cuerpo temblaba sintiendo su estómago llenándose no solo de semen, sino también algo aún más cálido.

Tras unos segundos Yuan salió de su interior con cuidadosamente, admirando el abultado miembro del cultivador con una sonrisa. Volvió a su tamaño normal y se acercó a Jin Ling para besarle, su frente, sus ojos aun llorosos y finalmente sus labios.

—Lo hiciste muy bien, ahora deberías descansar. Yo me encargaré de limpiarte.—prometió dando otro beso en su frente de forma protectora mientras se levantaba de la cama para tomar un paño para limpiar al castaño.

El cultivador se quedó recostado, mirando al techo aún conmocionado. Sus manos lentamente bajaron hasta su vientre, acariciando cuidadosamente esa zona y sintiendo como algo se movía.

¿Realmente podría volver? 

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Aaaaaaah que nervios escribir esto jajaja

La verdad no quería hacer a Yuan aparearse en su forma totalmente de dragon, bc esto no es monsterfucking y tampoco quería que fuera un experto en esos temas porque ha vivido por si solo en esa cueva y lo unico que sabe de sexo es por libros que dejaron sus ancestros. Y también JL, con tantas responsabilidades y estres con suerte se habrá tocado algunas veces pero nunca había tenido relaciones. Así que...si, les tocó el sexo rarito.

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