5. Rubbing - SatoSugu

Solo un poquito

Cuando Suguru acepto salir con Satoru sabia los pros y contras, en especial los contras, ya que el chico que le pidió salir podría tener todo el dinero del mundo y por eso mismo era alguien que fue malcriado hasta el cansancio.

Gojo Satoru era alguien arrogante, engreído, con falta de empatía hacia la mayoría de la gente, solía desafiar a los profesores debido a supuestas fallas cuando enseñaban algún tema.

Y eso solo hablando unas pocas, porque todavía debía mencionar que el idiota solía ser un mujeriego, hasta hace poco siempre presumía de lograr tener en su cama a cualquier mujer, menos a Shoko ya que ella era una muy buena amiga de ambos, así que ella estaba fuera de la lista de conquista del albino.

Por eso mismo fueron sus dudas cuando el idiota se le confeso.

-- Me gustas Suguru.

Se lo había dicho con bastante seriedad, tanto que incluso llego a dar miedo, pero no podía aceptar así de fácil.

-- Abre el hocico de una vez -- riño -- ¿Es acaso algún tipo de apuesta?

-- ¡Nunca había sido más sincero en toda mi puta vida! -- grito indignado el albino, incluso sus pómulos se sonrojaron -- ¡En serio me gustas!

La duda seguía ahí, el conoce a Gojo Satoru tal vez incluso mejor de lo que se conoce a sí mismo, por eso, genuinamente, creyó que se trataba de una broma pesada.

No fue casi luego de tres meses de intentos pésimos de cortejo por parte del albino, incluyendo un grito vergonzoso desde la azotea del internado.

-- ¡Suguru, si no me aceptas, saltaré desde esta azotea! -- grita el idiota con un megáfono.

-- ¡Haz una pirueta! -- grita Sukuna desde el patio con otro megáfono antes de ser golpeado por su gemelo.

-- ¡Gojo - senpai, no lo haga!

Hasta que su amiga se le acerco una tarde, diciéndole que Satoru iba enserio por primera vez en su vida.

-- Yo tampoco sé cuándo empezó ese gusto que Gojo tomo por ti, pero créeme, ese idiota nunca se tomaría tantas molestias si solo fuera algo pasajero, deberías darle una oportunidad.

Se había cruzado de brazos, todavía un poco escéptico.

-- Y si hace algo, lo matamos entre sí.

Ahí si se convenció.

-- Te daré una oportunidad Satoru, solo una, atrévete a engañarme y juro que te arrepentirás.

A pesar de que su amenaza iba muy enserio, Satoru ignoro todo y se lanzó a abrazar a su ahora novio.

¡En su cara perras, ahora Suguru era suyo para siempre!

-- Suguru~, por favor, solo un poquito -- rogo el albino que ahora estaba sobre él.

Parece que había olvidado la parte sexual, este idiota parecía nunca agotarse.

-- Hoy no Satoru, tengo un examen importante y no puedo faltar, podría incluso perder ese curso.

-- Suguru~.

-- He dicho que no, deja de ser tan terco -- renegó, empujando al chico, haciendo que cayera a la cama.

Estuvo dispuesto a tomar su mochila e ir a su clase para tomar su examen, pero fallo en una cosa, olvido que no debía mirar a Satoru a los ojos.

Vio cómo su pareja le hacia una carita de perrito triste, ese puchero se le veía horrible, pero por alguna razón siempre caía con eso.

Su mirada descendió hacia cierta tienda de campaña que se había formado en los pantalones del albino.

Parecía un crio, teniendo erecciones tan rápido.

-- Está bien -- fue muy débil -- pero solo frotarnos, nada más -- condiciono.

La carita de felicidad de Satoru mostraba que el maldito sabía cuál era su debilidad.

Avanzando unos minutos después, ambos chicos estaban sin nada que los cubriera, juntos uno frente al otro, con ambas erecciones pegadas uno con el otro, el rostro de Suguru era con diferencia el más sonrojado.

El albino tomo ambas erecciones como pudo y comenzó a frotarlos, generando que ambos comenzaran a gemir, si bien no podía compararse a la penetración, esta sensación era bastante buena.

Podía sentir como el pre-semen salía mientras ambos miembros eran frotados al mismo tiempo.

-- S-Suguru...

Miro hacia el albino que le suplicaba con la mirada, ambos acercaron sus rostros hasta que sus labios se juntaron.

Sus lenguas comenzaron a danzar entre sí, con gemidos ahogados por parte de ambos mientras cómo podía seguían frotando sus falos entre sí.

-- Este maldito, incluso es bueno besando.

Podía sentir el placer recorriéndole de pies a cabeza, intentando no caer ante los besos de Satoru, pero entre que sus lenguas se enredaban entre ellas y el constante frote, termino por llevarlo hasta el límite.

-- G-Ghhh... A-Ahhh~

Al final, termino siendo el primero en venirse, su semilla termino manchando ambos abdómenes desnudos además de la mano de Satoru, quien miraba la erótica escena de su novio agotado, con un sonrojo en sus mejillas y con la lengua hacia afuera, goteando saliva.

-- Suguru... te vez tan erótico en este momento -- sonrió un poco.

La respuesta del contrario fue tomar el miembro todavía erecto de Satoru, quien gimió por el contacto.

-- Todavía faltas tú, maldito hormonal...

Satoru, aun con los ojos entrecerrados por la excitación, intento memorizar la erotica imagen de Suguru bombeando su miembro, esperando porque eyaculara pronto.

Y en realidad lo hizo, no paso mucho para que ahora el semen de Satoru los manchara a ambos, aunque eso no impidió que Satoru besara a Suguru con pasión.

Claramente el solo correrse una vez no había sido suficiente, realmente quería más, necesitaba sentir el calor que significaba estar dentro de Suguru, pero claro, el anti romance le dio tremendo puñetazo en la boca del estómago.

-- ¡Te había dicho que solo un frote y ya! -- exclamo.

Geto Suguru llevo unos 15 minutos tardes, pero aun así logro hacer su examen, aunque eso sí, un deje de remordimiento rondaba por su cabeza cuando recuerda la carita de Satoru triste.

Y si, al final de su examen, Suguru no se apareció en las siguientes clases y tampoco se apareció el fin de semana en el club.

Pero por alguna razón Satoru se le veía de muy buen humor.

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