4. Spanking - HioIsa

Domesticando al ''lindo perrito''

La soledad puede llevarte a cometer locuras, algunas más graves que otras, esto sucedió con el brujo Hiori Yo, quien deseoso de compañía y la oportunidad de sentir otro calor bajo las sábanas que no fuera el de su ex, Karasu Tabito, que se fue siguiendo los pasos de un molesto ninja, quiso cumplir uno de sus fetiches más oscuros.

Y fue por eso mismo que termino trayendo a su hogar a un cachorro de hombre lobo, Isagi Yoichi, un adorable, pero a la vez fuerte miembro de ese salvaje clan.

Cuando el cachorro llego, era claro que intentaría hacerle frente, pobre cosita, un cachorro de apenas 17 años no era nada para un mago de casi 100 años como él.

Al final, su nuevo ''invitado'', tuvo que ser sometido hasta que perdiera la consciencia para llevarlo a donde sería su nueva habitación.

-- Hiori - san... ¿No crees que sería mejor que liberaras a ese hombre lobo? Podría ser peligroso.

El de cabello cian no hizo mucho caso de la preocupación de su amigo.

-- ¿No tendrías que estar cuidando del bosque? Se supone que eres un guardián del bosque, Nanase.

El pelinegro lo mira y luego al lobo que estaba encerrado en una habitación separada, pero de vez en cuando podía ver unos ojos azules mirando desde la pequeña abertura donde podía pasar la comida.

-- Por lo mismo de ser guardián del bosque es que pude enterarme de la furia de los hombre lobo -- dice antes de mirarlo con mayor preocupación -- Hiori - san, todos están furiosos e indignados, en especial el líder actual, Noa - san esta tras la cabeza de quien se llevó al único hijo de su antigua pareja, como te imaginaras, es el que tienes ahí encerrado como si fuera un perro cualquiera.

Todo eso Hiori lo sabía, que el cachorro que ''adopto'' es el hijo de Noa con su antigua pareja que falleció por enfermedad, por lo tanto, el cachorro era el tesoro del líder la manada.

Y Hiori, como el egoísta que era, se lo trajo para adiestrarlo a ser un buen chico.

¿Cómo llego a estar encerrado en ese horrendo lugar?

Él era una bestia del bosque, su lugar estaba en la naturaleza, corriendo tras sus presas y velar por una buena mujer que sería la madre de sus futuros cachorros, en cambio...

-- Esta mal.

Pas!

-- ¡A-Ahh! -- chillo de dolor cuando fue golpeado por la fusta del brujo.

-- Yoichi, creí haberlo dicho muchas veces -- murmura mirándolo con desaprobación -- cuando te llamé, no puedes verme de esa forma.

Un gruñido se queda atorado en su garganta, ¿De qué otra forma miraría al ser que lo separo de su manada?

-- Vamos cachorro, quítate la ropa, menos el bonito collar que te puse en el cuello -- ínsito mientras se colocaba de pie.

El lobo gruñía, pero aun así obedecía lo pedido mientras era observado por el brujo que caminaba a su alrededor, deleitándose con que lo veía, admirando... esperando.

Y en solo segundos, cuando el lobo se quitó la camisa, salto con las garras delante hacia el brujo, buscando matarlo, pero en solo un chasquido unas cuerdas negras atraparon al cachorro que comenzó a jalar, intentando liberarse, hasta que sintió un piquete extraño.

-- No, no, no, mal chico Yoichi, los cachorros malos, deben ser castigados.

Fue bastante rápido, esas cuerdas negras rompieron lo que quedaba de ropa, y giraron al lobo de manera que el brujo tenía una vista perfecta de su espalda, trasero y su felpuda cola que estaba esponjada debido al peligro que sentía.

Hiori acaricio con la punta de los dedos su fusta, para luego apreciar algunos moretones en el cuerpo del lobo.

Siempre era lo mismo, el cachorro se portaba mal y él debía adiestrarlo, pero era bastante cansado.

-- Entonces... -- alzo su fusto -- comencemos.

Uno.

-- Ghh!

Dos.

-- No, espe-!

Tres.

-- ¡D-Duele!

Cuatro... Cinco... Seis...

Gritos y chillidos se comenzaron a escuchar, los ojos del lobo se llenaron de lágrimas, por el dolor y la humillación, mientras que el brujo se detuvo después de un par de golpes más, mirando los morados que quedaron, se relamió los labios, dejando caer su fusta, acercando sus labios, comenzando a besar y lamer exactamente en los mismos lugares.

Era tan extraño, primero dolía, luego una lengua cálida pasaba por los moretones como si buscara que aliviar su dolor, era un círculo vicioso de dolor y placer.

Uno que poco a poco, lo volvía loco.

-- Mmh... a-ahhh...

Pequeños susurros de alivio, junto a un pequeño sonrojo provenientes del lobo precoz que sentía como su cuerpo se estaba volviendo demasiado receptivo.

-- H-Hoy...

-- ¿Lo sentiste? -- pregunta el brujo -- Hoy es luna llena, el momento favorito de tu especie para procrear.

Negó con la cabeza, ahora entendía porque hoy se sentía más sensible de lo normal.

-- ¿Qué pasa cachorro? ¿Acaso no quieres estar conmigo?

-- Yo jamás... quise estar con un brujo loco como tú...

Lo siguiente que paso fue que recibió un palmazo en el trasero, sacándole otro gritito.

-- No, no, que cachorro de lengua floja me he venido a conseguir -- tarareo antes de darle otro palmazo -- tengo que adiestrarte.

Los espasmos llegaron y los ojos se blanquearon por las corrientes que pasaban por su espalda, Yoichi maldecía a la luna llena, no podía pensar con claridad.

-- Arara~, pero que ven mis ojos.

Una de las manos del brujo fue hacia el pene erecto del hombre lobo que soltó otro quejido.

-- Veo que te gusta mucho esto -- menciona, sonriendo levemente -- entonces creo que te gustara lo siguiente.

Luego de decir eso, sintió como era girado bruscamente, ahora estaba de piernas abiertas, mirando hacia arriba, o mejor dicho hacia ese loco que a pesar de tener un rostro tan bonito como el de una chica, en ese momento lo único que veía era a la parca.

El brujo desabrocho su pantalón, sacando su propia erección, comenzando a frotarlo contra el pene contrario, haciendo gemir al cachorro y a él mismo, ¿Por qué no?

-- A pesar de ser un cachorro tan desobediente, tu lindura lo compensa todo -- dijo con la mirada oscurecida -- así que, por esta ocasión, te daré una recompensa.

Isagi no escuchado, mirando fijamente el pene del brujo como crecía hasta superar el suyo, dejándolo con miedo, más aún cuando vio como el maldito lo guiaba hacía.

-- N-No... ¡No, por favor no-! ¡Ahhhh~!

Fue un enorme grito de dolor y placer combinados, el maldito penetro sin piedad el virgen agujero del cachorro que supo en ese momento que ya no podria regresar a casa.

Un lobo violado... vaya vergüenza, su padre estaría tan decepcionado.

-- ¡D-Duele...! ¡Por favo-! ¡Mgh~!

Hiori lo disfrutaba como nunca, era la primera vez que se sentía tan plena, mucho más que cuando Karasu y él tenían sexo, mucho más placentero... mucho más adictivo.

¿Tal vez porque tomo la virginidad del cachorro?

-- S-Se siente... -- empujo -- tan bien... -- lo saco y lo volvió a meter -- se siente mucho mejor de lo que imagine.

Isagi, con la mirada perdida, apenas podía ver, pero esa sonrisa... esa sonrisa tan llena de dicha... nunca lo olvidaría.

No sabe cuánto gimió, cuanto lloro, cuanto pidió porque el brujo terminara de joderlo, pero no fue hasta que se corrió en su interior, cuando soltó un gran gemido de placer, que pareció prestarlo atención.

Aunque solo fue para darle una bofetada y luego besar esa mejilla morada.

-- Nunca más me pidas que me detenga, Isagi... y prometo que te cuidare mucho a partir de ahora.

Confiar en ese brujo, era un caso perdido, pero tampoco podía hacer mucho, tendría que seguir con él hasta que hallara un modo de escapar o de matar al brujo.

Mientras tanto, las noches se volvieron más ajetreadas, los incautos que pasaban cerca de la guarida del brujo, en especial por las noches, lograban escuchar gritos y gemidos de placer.

Nunca se imaginarían que tipo de amante se había conseguido. 

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