La mesa del comedor está ocupada por toda la familia Donovan.
En las puntas se encuentra Andrew y William — su padre— . En el costado derecho a este se encuentra su hermano y frente a él su esposa. Al lado mío se encuentra la acompañante de Frank y frente a mí , el susodicho. Era extraño, debían estar las parejas juntas . Todos estábamos organizados en fila por género, parecía que era normal en la familia.

—¿Y para cuándo la boda, chicos?—pregunta William.

Andrew envuelve su mano con la mía por encima de la mesa y eso me hace
adoptar una postura recta .

—Pronto,  padre. Necesitamos tiempo para arreglar todo. ¿No es verdad, amor?

Siento que me pellizcan y reacciono.

—¿Eh?.

—Estaba hablando de que nos falta tiempo para los preparativos de la boda .

Mueve sus ojos varias veces hacia su padre y noto que tengo que seguir su frase.

—Ah,  si.

Siento que   los ojos de Frank atraviesan mi mente para saber lo que estoy a punto de decir.

—El sastre necesita tiempo para confeccionar los vestidos . Necesitamos un lugar que nos guste y una decoración que convine con el ambiente y nuestros trajes. Necesitamos tiempo,  cariño

William nos observa serio, pero a la vez alegre por como nos estamos comunicando.
No puedo decir lo mismo de Frank.

—Ya escuchó a mi prometida . Todavía no nos podemos casar.

Wiliam pone la servilleta en sus muslos y coge el cuchillo y tenedor en sus manos.

—Entonces, no los molesto más.
A comer,  familia .Buen provecho.

Respiro cuando el padre de Andrew  no hace más preguntas y se centra en su comida.
Todos degustamos la carne de pollo asada y quedamos satisfechos al terminar con un estómago lleno de alimentos deliciosos y jugos muy ricos.

—Su majestad. ¿Cómo conoció a Andrew?—pregunta la mamá de Frank.

Ash y ahora que digo. Tengo algo en mente,  pero estoy muy segura de que le molestará a la persona que estaba al frente.

Puf , que me interesa , mejor todavía .

—Lo conocí en BlackMoon .En nuestra escuela real.

—Cuenta más , niña .Quiero saber todos los detalles románticos.

Aunque sus preguntas me estresan , me mira con cara tierna y prosigo mi cuento.

—Estaba triste por haberme peleado con mi mejor amigo y él me fue a apoyar . Ayudó a que no se destrozara
una amistad de tantos años.

Miro a Frank y recuerdo que fué así mismo como lo conocí. Por otro lado,  Andrew está mirando perplejo todo el show de miradas.

—¿Y qué pasó?

Me da nostalgia contar esta parte de mi vida.

—Mi amigo se separó de mí .
Yo había sido la primera culpable porque me había alejado de él, así que lo hizo con razón . Yo lo hubiera hecho.

—¿Y Andrew?

Me estoy desviando del tema . Tengo que seguir  la historia.

—Andrew me apoyó tanto después de la pérdida de mi mejor amigo que solo pude enamorarme al verlo tan atento en mis momentos de tristeza. Andrew fue el primer amor de mi vida .

Hablo de Andrew ,pero no lo miro. Ya los ojos verdes de Frank  me habían hipnotizado como en el pasado.

—Realmente estoy agradecida con él.
Fue el mejor compañero que tuve en ese momento difícil que pasaba.

Rompo la conexión que tenía con el hombre que me estaba volviendo la cabeza loca con los recuerdos y vuelvo mi vista a mi supuesto prometido.

—Es lindo nuestro amor, ¿cielo?.

Andrew tenía la cabeza agachada porque sabía que estaba procesando mi historia con su primo .
Levanta su rostro y tiene lágrimas en los ojos. Ya sabía yo que iba a pasar algo así. Conté que fue por su culpa que estuve triste.

Esto solo me pasa a mí.

—Es muy lindo,  Laia Bell.

Sonrió cuando responde.
Sé que está hablando de nuestra amistad,  aunque los otros piensen que somos unos locos enamorados.

Por otra parte, Frank se marcha de la  mesa . Me gustó echarle en cara que sí estuve verdaderamente enamorada de él. ¿Qué hago ahora? . Ya sabe que lo de Andrew y yo es falso. ¿Cómo sé que no se lo contará a todo la familia?

—Ay , que historia más romántica.
Ojalá tengan muchos hijos.

!Eh!
Andrew y yo nos miramos a la misma vez sorprendidos y contenemos la risa que quería salir de nosotros.

—Permiso,  necesito ir al baño.

Me levanto de la mesa y William me dice:

— En la tercera puerta que está en el pasillo.A la derecha,  querida.

—Gracias.

—A sus servicios, mi reina.

Pongo cara de asco con su última frase,  pero contengo las ganas de darle una golpiza.

Otro día será.

Abro la puerta que me dijo el padre de Andrew e inmediatamente enjuago mis manos de agua y las paso por mi rostro. Tenía un calor insoportable en el comedor que no me dejaba vivir.
Era casi imposible tener la mirada de Frank encima y contar nuestra historia de amor en otra  relación.
Era una locura.

Más locura fue escuchar que el pestillo del baño se había cerrado y que el rey de mis pensamientos se había parado en frente como si no acabara de hacer lo más estúpido de su vida .

—¿Qué haces aquí?—interrogo.

—Eso te pregunto yo a ti.

Me cierra el paso al poner sus manos en el lavamanos y dejarme su pecho pegado a mi espalda. Nuestras caras quedan  pegadas y mirándose al espejo.

—Ya te dije que me voy a casar con tu primo.

Golpea el mármol de la estructura donde tiene posada sus manos  y grita:

—¡No quiero más mentiras, Laia!

—¡Déjame en paz!—grito yo también.

En un brusco movimiento me gira de frente y ahí sí que me quedo muda al ver sus músculos en los hombros contraerse y su cara de cachorro y demonio escrutar mis ojos .

—Por favor,  no le cuentes a tu padre que Andrew y yo no somos pareja .

—Tú no me dices la verdad . ¿Porqué habría de hacerlo?

Trato de safarme de su agarre,  pero no puedo y aprieta más mi cuerpo contra el suyo.
Me quito la máscara de luchadora y me rindo.

—Porque yo acabaría mal. Pero bueno,  ese no es tu problema.

Agacho mi cabeza y él me suelta.

—¿Crees que lo contaría?

Encojo mis hombros.

—No sé .Ya no sé quién eres, si el muchacho que me enamoré u otra persona, pero es tu decisión, no le puedes mentir a...

—No lo contaré , Laia.

Me da la espalda y cuando está a punto de marcharse dice:

—Pensé que sabías que tu bienestar estaba primero que el mío cuando éramos pareja. Orita me sorprendió  él amor que sentías , pero ahora lo dudo con tu desconocimiento hacia mí.

—No quise decir eso .

Un fuerte portazo hizo que salte y cuando me quedo sola pienso:

¿Porqué habré dicho eso ?

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