🏹𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐓𝐇𝐑𝐄𝐄
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a Percy Jackson fanfiction written by vic! 🏹
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El rumor acerca de lo que había pasado con Clarisse se extendió rápidamente y y todos tenían la mirada fija en el chico, o tal vez solo miraban a Lor que seguía empapada.
Ella trataba de asimilarlo todo, de tratar de no estar enojada con Percy, al final no había sido su culpa—o bueno al menos no del todo—
—Lor...de verdad lo siento—se disculpo el chico un poco apenado.
—No importa—negó ella.
—No ha sido culpa mía.
Lorelai lo miro escéptica como diciendo "claro que fue culpa tuya Jackson, solo que no lo dire porque soy amable y linda."
—Tienes que hablar con el oráculo.
—¿Con quien?
—No con quien, sino con que.
El chico se veía muy confundido, parecía que seguía tratando de asimilar lo que había pasado, su cabeza daba vueltas y no entendía absolutamente nada ¿Que hacía el ahí? Lorelai sabía lo que se sentía, le daba un poco de tristeza, ese chico apenas tenía doce años y ya había luchado contra un minotauro y perdió a su madre en una sola noche.
Ella se fijó como unas náyades saludaban a Percy, pero ella lo alejó.
—No las animes—aviso Lor—Las náyades son terribles como novias.
Percy bajo la mirada y frunció el ceño.
—¿Náyades?—dijo incrédulo—Hasta aquí hemos llegado. Quiero volver a casa ahora.
Lorelai frunció el ceño ¿Es que este chico no lo entiende?
—¿Es qué no lo entiendes Percy? Ya estás en casa. Éste es el único lugar seguro en la tierra para los chicos como nosotros.
—¿Te refieres a chicos con problemas mentales?—pregunto
Ciertamente si pensó.
—Me refiero a no humanos. Al menos no del todo humanos. Medio humanos.
—¿Medio humano y medio qué?—pregunto.
¿No era obvio ya?
—Ya lo debes de saber Jackson—fue lo único que dijo.
—Dios—contestó—Medio dios .
Lorelai asintió.
—Tu padre no está muerto Percy. Es uno de los olímpicos —repitió.
—Eso es un...disparate.
—¿Lo es? ¿Qué es lo más habitual en las antiguas historias de los dioses? Iban por ahí enamorándose de humanos y teniendo hijos con ellos ¿recuerdas? ¿Crees que han cambiado de costumbre?
—Pero eso no son más que...—guardo silencio un momento iba a decir "mitos" pero se abstuvo —Pero si todos los chicos qué hay aquí son medio dioses...
—Semidioses—corrigió—Ese es el término oficial. O mestizos en lengua coloquial—explicó.
—¿Entonces quien es tu padre—se atrevió a preguntar.
—Apolo, el dios de las artes, el arco y la flecha—explicó.
—Eso explica la pintura en tu playera—comentó provocando que Lorelai se ruborizada levemente.
—No me había dado cuenta—susurró nerviosa.
—¿Y mi padre?—indagó Percy.
—Por determinar—repitió Lorelai—como te he dicho antes, nadie lo sabe.
—Excepto mi madre. Ella lo sabía—hablo decidido.
—Puede que no, Percy. Los dioses no siempre revelan sus identidades.
—Mi padre lo habría hecho. La quería.
Ella suspiró y bajo la mirada ¿Como le explicaba sin lastimar sus sentimientos? Pobre chico.
—Puede que tengas razón. Puede que envíe una señal. Es la única manera de saberlo seguro: tu padre tiene que enviarte una señal reclamándote como hijo. A veces ocurre—explico.
—¿Quieres decir que a veces no?—pregunto.
Ella bajo la mirada y apretó el brazalete que colgaba de su muñeca.
—Los dioses están ocupados. Tienen un montón de hijos y no siempre...bueno, a veces no les importamos, Percy. Nos ignoran—explicó.
El guardo silencio un par de segundos, parecía pensativo.
—¿Así que estoy atrapada aquí, ¿verdad?—dijo—¿Para el resto de mi vida?
—Depende. Algunos campistas se quedan sólo durante el verano. Si eres hijo de Afrodita o Deméter, probablemente no seas una fuerza realmente poderosa. Los monstruos podrían ignorarte, y en ese caso te las arreglarías con unos meses de entrenamiento estival y vivirías en el mundo mortal el resto del año. Pero para algunos de nosotros es demasiado peligroso marcharse. Somos anuales. En el mundo mortal atraemos monstruos; nos presienten, se acercan para desafiarnos. En la mayoría de los casos nos ignoran hasta que somos los bastante mayores para crear problemas, ya sabes, a partir de los diez u once años. Pero después de esa edad, vienen aquí si no quieren acabar muertos. Algunos consiguen sobrevivir en el mundo exterior y se convierten en famosos. Créeme, si te dijera sus nombres los reconocerías. Algunos ni siquiera saben que son semidioses. Pero, en fin son muy pocos.
—¿Así que los monstruos no pueden entrar aquí?—pregunto y Lorelai negó con la cabeza.
—No a menos que se los utilice intencionadamente para surtir los bosques o sean invocados por alguien de dentro—respondió.
—¿Por qué querría nadie invocar a un monstruo?—cuestiono.
—Para combates de entrenamiento o para hacer chistes prácticos—explicó.
—¿Chistes prácticos?
—Lo importante es que los límites están sellados para mantener fuera a los mortales y los monstruos. Desde fuera los mortales miran el valle y no ven nada raro, solo una granja de fresas.
—¿Así que tú eres anual?—preguntó Percy.
Lorelai asintió mientras por el cuello de la camisa sacaba un colla de cuero con cinco cuentas idéntico al de Mike y Annabeth.
—Estoy aquí desde que tenía siete años—dijo—Cada agosto, el último día de la sesión estival, te otorgan una cuenta. Llevo más tiempo aquí que la mayoría de los consejeros, y ellos están todos en la universidad —explicó.
—¿Cómo llegaste aquí tan pronto?—pregunto.
—No te metas en asuntos que no te incumben, Jackson—habló.
—Ya—dijo incómodamente—Bueno y... ¿podría marcharme de aquí si quisiera?
—Sería un suicidio, pero podrías, con el permiso del señor D o de Quirón. Por su puesto, no dan ningún permiso hasta el final del verano a menos que...
—¿A menos qué?
—Te asignen una misión. Pero eso casi nunca ocurre. La última vez...—se interrumpió así misma recordando todo lo que había pasado.
—En la enfermería—dijo—Cuando tu amiga me daba aquella cosa...
—Ambrosía—respondió.
—Sí. Me preguntó algo del solsticio de verano.
Lorelai se tensó.
—¿Sabes algo entonces?—pregunto.
—Bueno...no. En mi antigua escuela oí hablar a Grover y Quirón acerca de ello. Grover mencionó el solsticio de verano. Dijo algo como que no nos queda mucho tiempo para la fecha límite ¿A qué se refería?—explico.
—Ojalá lo supiera. Quirón y Los sátiros lo saben,pero no tienen intención de contármelo. Algo va mal en el Olimpo, algo importante. La última vez que estuve allí todo parecía tan normal...
—¿Has estado en el Olimpo?
—Algunos de los anules(Luke, Clarisse, Mike, Annabeth, yo y otros) hicimos una excursión durante el solsticio de invierno. Es en ese entonces cuando los dioses celebran su gran consejo anual—explicó.
—¿Pero como llegaste ahí?—pregunto.
—En el ferrocarril de Long Island, claro. Bajas en la estación Penn. Edificio Empire State, ascensor especial hasta el piso seiscientos.—explicó y luego miró a Percy como esperando que ya lo supiera—¿Tu eres de Nueva York, no?—pregunto.
—Si, desde luego—afirmó.
—Justo después de la visita—prosiguió Lorelai—, el tiempo comenzó a cambiar como si hubiera estallado una trifulca entre los dioses. Desde entonces Annabeth y yo hemos estado escuchando a escondidas a los sátiros un par de veces. Lo máximo que hemos llegado a escuchar es que han robado algo importante. Y si no lo devuelven antes del solsticio de verano, va a pasar algo.
Al final Lorelai había regresado a su cabaña y había tomado un larga y merecida ducha de media hora, la verdad es que se lo merecía, después de ayudar al chico nuevo, se puso la playera del campamento, sus shorts y se dio cuenta de que sus converse estaban empapados y debía dejarlos, así que tomo otro par y se los puso, por último peino su cabello en un moño desordenado, llegó a su cabaña y se sorprendió al ver como todos sus hermanos estaban discutiendo, mientras Mike los miraba indignado.
—¿Ahora por qué discuten?—cuestionó Lor cruzandosé de brazos.
—Por quien toca mejor la guitarra, lo peor es que, llevo tratando de llamar su atención porque ya es hora de la cena—explicó Mike.
—Tranquilo, yo me encargó—hablo la chica dandolé un golpecito en el hombro a su hermano y carraspeó—¡Calmensé todos!—grito ella llamdo la atención de sus hermanos que dejarón de gritar—Es hora de la cena, así que ustedes se van a ir callados y en completo silencio, sin discutir por babosadas y si no me obedecen entre yo y Mike los mandaremós al tartaró —ordenó la castaña.
Luego miro a Mike, con esa mirada de complicidad en sus ojos y su hermano solo negó. Sus hermanos estaban en completo silencio.
—¡Cabaña siete en filas!—grito Mike—Ahora más les vale que obedezcan a Lorelai si no quieren que yo los mande al tártaro!—agregó.
Todos obedecieron a Lorelai, ella caminaba con esa sonrisa de orgullo en su rostro, mientras caminaba junto a Mike.
—Me sorprende el poder que ejerces sobre ellos—susurró Mike mientras sonreía.
—Cuando hay muy pocas chicas es más facíl—contestó encojiendose de hombros.
—Oye, por cierto Annabeth quiere hablar contigo, sabe que estás enojada con ella, y quiere arreglar las cosas—comentó Mike, mientras ella bajaba la mirada.
—Hablare con ella, pero despúes de la cena—respondió.
Cuando llegarón lo primero que hizo Lor fue ver si Percy estaba ahí, y si ahí estaba con todos los hijos de Hermes amontonados, Percy pareció notar la mirada de la chica, así que sus miradas se cruzaron, ella solo le sonrío, pero el desvió la mirada rapidamente.
Ella tomó su plato y se acercó a la fogata, y se formó esperando pacientemente a que fuera su turno para darle una ofrenda a su padre, Percy estaba frente a ella. Se preguntaba que estaría pasando por su cabeza en aquel momento.
Entonces fue su turno.
—Apolo—fue lo único que dijo mientras tiraba una pieza de carne.
Regreso a su mesa y se sentó junto a Mike.
—Sí, supongo que es mejor que los salude a todos, mocosos. Bueno, hola. Nuestro director deactividades, Quirón, dice que el próximo capturar la bandera es el viernes. De momento, los laurelesestán en poder de la cabaña cinco—explicó el señor D.
Ella escuchó como los hijos de Ares festejaban, pero ella solo hizo una mueca de disgusto, y se quedo completamente callada.
—Personalmente—prosiguío el señor D—, no podría importarme menos, pero los felicito. Tambíen debería decirles que hoy ah llegado un nuevo campista, Peter Johnson—hablo.
¿Ese había sido su apellido? ella negó con la cabeza.
—Esto...Percy Jackson—corrigió el señor D—Pues muybien. Hurra y todo eso. Ahora podéis sentaros alrededor de vuestra tonta hoguera de campamento.
El resto de la noche se la pasarón bien, cantando canciones, comiero galletas y chocolate. Ella se la había pasado tan bien, incluso Percy se veía más contento y ella había olvidado por completo que estaba enojada con Annabeth, y pronto ambas terminaron juntas riendose de cualquier tontería.
Y sin darse cuenta la caracola sonó y todos regresaron a sus cabañas, ella se dejó caer en su cama y se quedó dormida más pronto de lo que pensaba.
Lastima que no sabía lo que le esperaba
Holaaa, estoy castigada, y no tengo mi cel, perooo la ventaja es que me apure a terminar este capítulo con la compu, y solo me tarde una semana en actualizar, but tambíen actualize por q salio 1989 TV(llora en swiftie y fan de Percy Jackson)
Espero les guste, los quiero demasiado, gracias por todo el apoyo que me han dado estas ultímas semanas.
Voten y comenten digan no a lxs lectores fantasma.
chao<33
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