·Página Tres - Capítulo Doce - Tsukasa Tenma Kagamine·


Solos en los pasillos silenciosos, sin nadie más que Toya a su lado, la ansiedad que le había estado corroyendo los últimos días fue en crescendo, amenazando con tomar completo control de su mente, y sufrir un ataque en mitad de la nada.

Toya balbuceaba alguna cosa, pero Tsukasa, quien trataba de aferrarse a la poca cordura que le quedaba, desestimó lo que decía.

Los corredores se encontraban en la penumbra, debido a la carencia de ventanas.

Buscaban las escaleras que les sacaran de la planta subterránea, y llevara a la enfermería.

"Allí está..." murmuró el rubio, recuperando un poco la esperanza de llegar a ver a Rui aquel día.

Levantó al peliazul, tratando de llevarlo en brazos, pero pesaba demsiado para él. Esto no puede ir a peor...

"Tsukasa- puedo caminar..." balbuceó Toya.

El rubio le miró, sin tomarle demasiado en serio, pero sin muchas otras opciones ante las que apelar, sucumbió ante la frase del peliazulm dejándole hacer lo que necesitara.

Huraño, observó como Toya, en su limitado estado de consciencia, que parecía ir decayendo rápidamente, empezaba a subir por las escaleras, agarrándose firmemente a la barandilla, con tal de no caerse por los escalones que ya había superado.

Me equivoqué, suspiró. Esto sÍ podía ir a peor.

Tras lo que le pareció una eternidad, llegó al rellano, y bufando, cansado, Toya se arrodilló.

Sin más que hacer, Tsukasa se dirigió hasta él, cogiéndole por los sobacos, y trató de levantarle. Tras varios intentos fallidos, pudo conseguirlo, y Toya se agarró a él, rodeando su cuello con un brazo.

"Tengo sue-" un bostezo lo interrumpió a mitad de frase. "-sueño..."

Ahora, su candidez no consiguió conmover a Tsukasa, si no más bien, estresarlo, cambio el cual Toya logró detectar inequívocamente.

"Toya... porfavor, no tardaremos en llegar... quédate despierto- unos segundos más..." pidió Tsukasa, al borde de las lágrimas de la frustración, que no tardaron en asomarse a sus ojos.

Las súplicas del de los ojos brillantes no sirvieron denada, y el bicolor se desplomó en sus brazos, sumido en la inconsciencia. Escalofríos recorrieron a Tsukasa, quien sabía que debía llevarle a la enfermería inmediatamente.

"Tenma-sam- Tenma-sama?!? Su hermano se encuentra bien-!?" era una de las criadas, quien se asomaa a la escalinata.

"N-no- porfavor, ayúdeme a llevarlo a la enfermería, por-porfavor-"

Esta súplica sí fue escuchada, y la mujer bajó apresuradamente a ayudarle. Entre el lío de cancanes, y remor de las voces preocupadas de a quien se encontraban, le llevaron hasta el departamento médico.

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