·Página Seis - Capítulo Seis - Emu Otori·
Emu sonrió, extasiada.
"Aprueba la idea, Madame Shiraishi? Qué alegría!"
La líder del SS pareció orgullosa de la pelirrosa, por una vez en su deprimente vida.
"Ya sabía yo que algo de sentido común debía habitar en esa cabeza tan dispersa tuya..."
Emu rió su gracia, sin saber muy bien el porqué, sabiendo que se estaba 'burlando' de ella.
Shiraishi se levantó, acercándose a Otori, y le acarició la cabeza, como si fuera su perro.
"Qué orgulloso estará tu padre cuando sepa que su hija nos ayudó a ganar la guerra..." su rostro cambió, y su voz pasó a ser un gruñido. "Y a destrozar a esos hijos de puta que- que cuando nos emboscaron en el Chinokawa... Kohane- tus tíos-"
Golpeó la mesa, descargando toda su ira contenida contra un mueble que poco o nada podía hacer para calmarla.
"Cálmese, An-" Emu se dio cuenta de su error meros milisegundos tras pronunciar el nombre.
Madame Shiraishi giró la cabeza, lentamente y temblando, sus ojos inyectados en sangre.
"Como- cojones- me acabas- de llamar...!?" parafraseó, espuma saliendo de entre sus dientes.
Emu, al borde de la ansiedad, cayó de culo al suelo, tratando de salir de la habitación, la cual de repente ya no era ese sitio acogedor que siempre había sido para ella.
Madame Shiraishi pareció salir de un trance.
"Márchate ya, Otori. Coge tu-" miró al saco, que se movía, con los gatos tratando de salir de él. "-bolsa, y llévasela a Desufan-kun... explícale lo que me has contado a mí, mi opinión sobre el asunto, y como realizarías el- plan, si quieres llamarle así..."
Emu se levantó, hizo una reverencia, cogió la gran masa, y salió corriendo tan rápido como pudo de la estancia.
El despacho de Desufan estaba a escasos metros de distancia del de la directora del SS, siendo él uno de los 'generales' a su mando.
Él era el que se ocupaba de las tácticas militares que emplearía el SS para lo que fuese.
Abrió la puerta, con temor.
Frente a ella, una cara llena de cicatrices, ojos oscuros, y el pelo revuelto, que la miraba con rabia y furor.
"Ehm... perdone- soy yo, Emu Otori..."
Al instante, la expresión de ira pasó a una de felicidad.
"Mi alumna favorita... pasa, y, explícame el porqué de tu visita de hoy, Emu Otori..."
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