·Página Dos - Capítulo Cuatro - Tsukasa Tenma Kagamine·


Tsukasa parecía ciertamente incómodo, y con razón, ya que en todos los veranos que pasaban en las casas de vacaciones junto al palacio real, había quedado apartado por el resto de jóvenes herederos de los presidentes de cada país- junto a Mafuyu Asahina.

Rui, en cambio, había gozado de cierta popularidad, impulsándole al mismo 'estatus' que el de Airi, por lo que ambos formaron un grupo, con todos excepto los 'raritos', Tsukasa y la Asahina.

"A... a donde nos llevas, Airi...?" murmuró Tsukasa, con la voz temblorosa, denotando lo que sentía ante la situación actual.

Airi se giró, rápidamente, mientras corrían, y sonrió, algo poco habitual entre sus costumbres.

"Vamos a... cierto lugar especial-" al ver la expresión de horror de Tsukasa, rió, aún más extraño. "No, no, es un sitio perfectamente legal- bueno." se corrigió. "El concepto es legal. Ya después..."
Otra sonrisa.

Rui parecía empezar a captar lo que quería decir, a diferencia de Tsukasa, quien seguía sin comprender muy bien lo que sucedía.

Por fin, tras varios minutos, llegaron a un lugar que Tsukasa decidió que debía ser un bar, uno más pegado a lo tradicional, tirando a antiguo, con varios farolillos, carteles, y plantas por el exterior.

Pero por alguna razón sintió que, de no haber sido conducido hasta el lugar, nunca se hubiera dado cuenta de que allí estaba.

Abrieron la puerta.

Les recibió una ola de humo, proveniente de las cocinas, que olía a arroz friéndose en una sartén.

"La gente sigue usando sartenes...?" preguntó Rui, asombrado- y francamente horrorizado, siendo un amante de los lujos modernos.

Airi les condujo a una mesa, no sin antes, para el horror de Tsukasa, quitarse las faldas y cancanes en la entrada, dejándolos colgados en un perchero. Un hombre se les acercó.

"Dos veces en un día, princesa? Siete años, y en pocas ocasiones habías venido dos veces..."
Airi rió.
"Hirano, no les metas miedo..."

Les condujo hasta una mesa, donde se sentaron los tres. Tsukasa se desplomó sobre su asiento, exhausto, sin demasiada razón para estarlo.

"Entonces... como es que sois... bueno, pareja?" preguntó Airi, poniéndose cómoda para la explicación.

"Ya de pequeños, en los veranos, empezamos a gustarnos... yo le pedí salir el penúltimo, o sea, hace... 8 años?" Rui explicó. "Y llevamos así desde entonces..."

Ante la mirada de asombro de Airi, el siempre-tímido Tsukasa se tiró encima de Rui, besándolo apasionadamente.

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