·Página Cuatro - Capítulo Cuatro - Tsukasa Tenma Kagamine·
"Pe-pero Rui..." se quejó Tsukasa, confundido.
Rui acercó su boca al cuello de cisne de Tsukasa, empezando a pasear sus labios por él, acarciciando con sus manos los suaves pómulos del chico rubio, que rápidamente se estaban enrojeciendo.
"Rui... no estoy se-seguro..." repitió Tsukasa, empezando a temblar, casi incontrolablemente.
Rui dejó de besarle.
"Lo siento Tsukasa... si quieres que pare, o te duele, dime que pare, y lo haré al instante." sonrió afablemente, acariciándole de nuevo la mejilla. "Lo último que quiero es hacerte daño..."
Tsukasa se apartó, mirándolo fijamente. Entonces, fue él quien empezó a besar a Rui, mientras empezaba a desabrocharse la camisa, y Rui movía sus manos, empezando a tocarle las zonas erógenas, tratando de hacerle feliz a él también. Entonces, el pelimorado le tiró repentinamente a la cama, despojándole de toda ropa que le quedara tan rápido como le fuera físicamente posible.
Enmediatamente, acercó su boca a los pezones de Tsukasa, lamiéndolso lentamente, despertando gemidos que salían de la garganta de Tsukasa incontrolablemente.
"R-Rui..." gimió, con los ojos en blanco.
El pelimorado seiguió usando su lengua, intercambiando periódicamente el hacérselo a un lado y al otro.
Tras varias veces repitiendo el mismo proceso, se levantó, e ignorando tanto como podía los gemidos lascivos de Tsukasa, tiró de sus piernas, dejando espacio para darle capacidad de empezar a bajarle el pantalón a Tsukasa. Casi al instante, el miembro de Tsukasa botó fuera, y Tsukasa se fijó en el de Rui, ya completamente erecto.
Trató de zafarse del peso que era Rui, y trató de hacerle entender que le iba a chupar el miembro, pero Rui le invirtió la posición,girándolo sobre sí mismo, y le metió los dedos en el agujero trasero.
"A-aaah....!" gimió Tsukasa, haciendo que la lujuria que ya había estado intentando tomar el control sobre Rui ahora pasara a gobernarle en su totalidad.
Casi como una fiera, llena de salvajismo, y sin un ápice de control sobre si mismo, más que el de poderse tener sobre sus pies, respirar, y dominar a Tsukasa.
"R-Rui- A-aah...!" gimió de nuevo. "Me-me estás ha-haciendo daño..."
Rui hizo caso omiso, y siguió jugueteando con su agujero. Las quejas de Tsukasa fueron a más,pero Rui siguió con sus dedos trabajando en el apretado ano del rubio.
Por fin, cuando pensó que había el suficiente espacio para hacerlo, se levantó, encarándose con la sudada, lívida, pero, mayormente, la feliz, y extasiada cara de Tsukasa, y le penetró por primera vez.
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