𓏲 Capítulo 9

Dos días después, Chaeyoung seguía sin saber sobre Nayeon y su extraño comportamiento, y la mayor le ignoraba olímpicamente cuando las tres se juntaban diariamente a almorzar como era costumbre desde que se habían conocido.

Chaeyoung no la entendía y se sentía algo frustrada, ¿qué había hecho mal? Se preguntaba por la hostil actitud de su unnie con ella. No estaba acostumbrada a la indiferencia de Nayeon contra ella, la castaña siempre estaba atenta con Chaeyoung, le acariciaba el cabello luego del almuerzo y cuando les quedaba tiempo libre, se tomaba el tiempo para comer con ella porque Chaeyoung era lenta al hacerlo, siempre le escuchaba con una atención impresionante, con esos ojos almendrados atentos encima suyo. Nayeon todos los días le mandaba los bocetos de los diseños que hacía o le sacaba fotos a su perrito porque sabía que a Chaeyoung le gustaba verlo.

Pero ahora nada, y Chaeyoung extrañaba a su dulce y atenta amiga de cabello blanco y que ahora mismo ni si quiera se había despedido de ella al levantarse luego de comer e ir a botar sus envases, dejándole con Jeongyeon que le miraba como si fuese una idiota mientras comía su segundo envase de ramen con entusiasmo.

Chaeyoung miró esa cabellera castaña con pinches de colores hasta que desapareció de su vista entre el montón de gente que se encontraba en el comedor al aire libre a pesar del frío.

— Unnie— llamó Chaeyoung, aún sin girarse a la pelinegra quien alzó las cejas con comida en la boca y en los palillos— ¿Tú sabes que le pasa a Nayeon unnie? Me ha estado ignorando estos dos días...

Cuando Chaeyoung se enfocó en Jeongyeon al ver que Nayeon ya se había ido por completo, se sorprendió al verla con un tic en el ojo y el rostro ensombrecido, con la boca llena de ramen y los palillos detenidos contra sus labios. Chaeyoung le miró confundida, y vio a Jeongyeon exhalar con rabia mientras terminaba de comer lo que tenía en la boca y tiraba su envase aún con comida en la mesa junto a los palillos.

— ¿Me estás tomando el pelo?— preguntó con brusquedad, tomando desprevenida a Chaeyoung y haciéndole sobresaltar.

— ¿No...?— el tono de Chaeyoung se llenó de miedo.

Jeongyeon exhaló, llevándose las manos a la frente para mirar al suelo y comenzar a murmurar números para calmar un poco la fulminante rabia y no encestarle un puñetazo a Chaeyoung.

— ¿A tí acaso no te entra nada más en la cabeza que no sea Mina y tu carrera como profesora de matemáticas?— Chaeyoung parpadeó confundida, ¿qué tenía que ver Mina y las matemáticas?

— No te entiendo, Jeongyeon, ¿por qué estás enojada?— la coreana intentó tocar a su mejor amiga pelinegra para mirarle el rostro, pero sintió un fuerte empujón de parte de esta al erguirse.

— ¡Que le gustas a Nayeon, imbécil!

Parpadeó, una, dos, no sabe cuantas veces en total intentando procesar aquello. Y comenzó a reírse graciosa, cerrando los ojos y negando con la cabeza ante la broma que le había hecho Jeongyeon, ¿gustarle a Nayeon? Claro que no, era imposible que eso pasara.

Se carcajeó sobre su almuerzo un par de segundos más antes de abrir los ojos nuevamente y mirar a Jeongyeon, deteniéndose abruptamente al ver que la pelinegra no se estaba riendo, no estaba sonriendo y tenía una vena marcada en el cuello sin dejar ese tic en el ojo. Jeongyeon no estaba bromeando con ella.

— P-Pero, ¿qué dices?— borró todo rastro de risa y su boca cayó en una mueca, sus brazos cayendo a sus costados.

— No puede ser cierto— le escuchó a duras penas, antes de chillar al ver a Jeongyeon alejar su bandeja de comida y dejar caer su cabeza repetidas veces sobre la mesa, golpeándose una y otra vez con frustración antes de volver a mirarla como una lunática con el cabello revuelto y una sonrisa macabra y enojada, los ojos brillantes en furia— Eres una idiota, Chaeyoung, ¿acaso nunca te haz dado cuenta de todas las veces que Nayeon ha mostrado interés en ti? ¿En como siempre vela por tí y si le pides que me tire piedras ella lo haría sin dudar?— Jeongyeon alzó las cejas, extendiendo las manos con obviedad, y Chaeyoung volvió a pestañear sin captarle— Chaeyoung, Nayeon prácticamente le salen corazones de los ojos, las orejas y hasta de la nariz cuando te ve, siempre está pendiente de ti, siempre dice que si a todo lo que le pidas... Nayeon se la pasa hablándome de ti, dándote mimos, ¿por qué crees que cada vez que hablas de Mina ella saca una excusa para cambiar de tema o irse? Piensa en la salida al cine, antes de que llegara tu novia estaba de lo más bien y ¡Oops! Llegó Mina y Nayeon de pronto se sintió mal y no soportó estar en el cine— Jeongyeon se tiró por completo en la silla y se llevó dos dedos al puente de la nariz— Yo no debía decirte esto, se supone que Nayeon lo haría cuando fuese el momento o algo así me dijo ella pero esto no puede seguir así, tú eres una idiota que no se da cuenta de las cosas, Nayeon es una cobarde que piensa que la vas a odiar si te cuenta y le estás haciendo mucho daño, demasiado daño sin darte cuenta.

Chaeyoung pensó, su cabeza maquinando más rápido que una calculadora intentando pasar toda la información que Jeongyeon le había entregado. Recordó el incidente del estómago de Nayeon y su fondo de pantalla, luego una vez que mientras contaba algo sobre Mina casualmente Nayeon pasó a derramar su bebida sobre la mesa, otra vez que le rogó que le enseñara matemáticas -que, ahora recordaba Chaeyoung, nunca tomó un ramo de matemáticas este semestre- y gracias a ayudarle canceló una salida con Mina, y finalmente el cine, como reaccionó frente a Mina y ella.

Chaeyoung le estaba haciendo daño a su mejor amiga y recién se estaba dando cuenta, ¿qué clase de monstruo era? Ni si quiera lo hacía conscientemente y eso la ponía peor porque sentía que nunca le tomó la atención suficiente a Nayeon como para darse cuenta de las cosas.

¿Qué había causado por su estupidez?

Entre todo el estupor, algo le golpeó como una piedra.

— P-pero... ¿y tú?— habló luego de un rato, con la garganta seca y comenzando a sentirse como escoria al abrir los ojos ante la realidad.

Jeongyeon le miró confundida mientras se llevaba a la boca su leche de fresa— ¿Yo qué?

— ¿Ustedes dos... no se gustan?— preguntó con cautela, y Jeongyeon se atragantó con el liquido rosa que estaba bebiendo, escupiéndolo sin poder evitarlo y asustando a Chaeyoung que se levantó intentando escapar de las gotitas de leche con saliva de su mejor amiga.

Jeongyeon comenzó a toser con dificultad, golpeandose el pecho ante el ataque de tos que le dió de forma repentina y colocándose roja al instante, Chaeyoung le miró con los ojos abiertos al igual que varias personas que estaban alrededor mirando al pobre Jeongyeon luchar para respirar.

— ¡¿D-De donde... sacaste eso?!— preguntó histérica, tomando aire a bocanadas entre pequeñas tosidas y mirando a Chaeyoung con los ojos cristalinos.

Chaeyoung se volvió a sentar, relamiendose los labios— Eh... no lo sé, pensé que ustedes dos se gustaban, varios lo piensan.

Los ojos de Jeongyeon casi se salen de sus cuencas mientras se tiraba aire con las manos y sentía picazón en la garganta, Chaeyoung tomó un par de servilletas y comenzó a limpiar el desastre de la mesa.

— N-No sé de dónde sacaste que Nayeon y yo nos gustabamos... pero no es así— negó, inhalando ya casi repuesto por completo— Ya te dije que a Nayeon le gustas tú, y por mi lado a mi me gusta Jihyo y Sana.

— Jihyo y Sana... ¡¿Jihyo y Sana?!— Esta vez gritó Chaeyoung y Jeongyeon le golpeó la pantorrilla por debajo de la mesa con una sonrisa que expresaba un "cállate o te cuelgo", Chaeyoung asintió haciendo una mueca de dolor y acercándose para susurrarle— ¿Las novias de veterinaria? ¿Jihyo o Sana?

— Las dos— Chaeyoung abrió la boca impresionada— ¿Qué tiene? Ambas son calientes, me gustan por igual... ¿y tú que haces aquí aún? Creo que tienes que hablar con un ser diminuto y arreglar una amistad antes de que te patee en tus partes nobles sin que Mina las conozca— Jeongyeon intentó evitar que Chaeyoung siguiera preguntando del tema.

Chaeyoung enrojeció, empujando a Jeongyeon y arrugando la frente antes de levantarse con una mueca de la mesa.

Debía hablar con Nayeon y aclarar todo lo que estaba pasando antes de seguir haciéndole daño.

Winter balbuceó algo entre los brazos de Chaeyoung antes de caer dormida, tuvo que retirarla antes del jardín porque al parecer tenía algo de fiebre y había vomitado el almuerzo apenas lo comió. Chaeyoung miró a su bestia con preocupación, apenas salió del casino su madre y Mina le llamaron por Winter y ella partió olvidando todo por su hermanita.

Besó la nariz caliente de Winter desde donde estaba y le arropó con cuidado entre sus brazos antes de cerrar el auto e ir a la entrada de la clínica donde su madre le estaba esperando -no entendía como, pero ella había logrado tener un box preparado para su hija apenas Chaeyoung supo sobre lo ocurrido-.

— No sé cómo se encuentra, pero se ha dormido— le dijo bajito a su progenitora, besando su frente en forma de saludo y pasándole a su pequeña bestia, que al verse alejada de Chaeyoung comenzó a mover los deditos buscando algún cuerpo caliente que le abrazara y ropa que agarrar. Cuando Winter sintió a su madre apegarla contra ella, balbuceó otra cosa y se acomodó en su pecho, apretando el uniforme de perritos azul marino.

— Ahora lo voy a revisar, capaz algo le cayó mal al estómago ayer en el cumpleaños de su amiguito— su madre le acarició el brazo a Chaeyoung en forma de agradecimiento, y la coreana tragó saliva y asintió, mirando con lástima la piel pálida y la carita de cansancio y enfermedad de su pequeña bestia— Tengo que volver adentro o si no me ocuparán el box, ¿te llamo para que le vengas a buscar?

Volvió a asentir, y se agachó para recibir el beso de su madre antes de que ella desapareciera dentro de la clínica, ella quedándose con el mal gusto en la boca al ver los cabellos de su hermana por encima del hombro de la mujer.

Volvió al auto cuando les perdió de vista con un suspiro, mandandole un mensaje a Mina contándole la situación con Winter. Mina habia sido quien llamó a Chaeyoung y quien se quedó con Winter cuando le vio mal, luego vendría con ella a buscarla.

Su mente volvió a hacer click cuando cerrando la puerta del conductor vio el chat de Nayeon en su mensajería, una fotografía de la chica y un vestido verde musgo con flores como su ícono, Chaeyoung comenzó a repasar cada momento que pasó con Nayeon y que lograba recordar. Como un montón de veces se vió dibujado en el cuaderno de bocetos de Nayeon vistiendo extravagantes piezas creadas por ella, como siempre le mandaba corazoncitos a través de mensajes, en como Nayeon siempre le esperaba a la hora del almuerzo porque demoraba bastante e incluso le ofrecía más comida, mientras que Jeongyeon simplemente se iba porque tragaba y odiaba esperar -de hecho, Nayeon siempre se enojaba con ella cuando le picoteaba comida, pero no con Chaeyoung-, en las mil veces que le hacía cariño cuando no lo pedía en el cabello o sujetaba sus brazos cuando se sentía nerviosa, angustiada o temerosa.

Todas aquellas pequeñas cosas Chaeyoung siempre las vió en un ámbito amistoso, Nayeon siempre la trató de aquella manera desde el momento uno y jamás había notado interés de parte suya. Pero ahora que Mina había llegado a su vida, su pequeña amiga ya no era igual y Jeongyeon tuvo que abrirle los ojos a la mala.

Debía hablar con Nayeon, disculparse con ella por cada cosa inconsciente que causó, por cada daño que le hizo a una personita tan especial como lo era la castaña.

Nayeon unnie, ¿me puedes decir dónde estás para ir a buscarte y tomar un café? Creo que necesitamos hablar

Por favor, te lo ruego, no me ignores

No quiero seguir lastimándote

Chaeyoung pensó que no le iba a responder al verle conectada en kakaotalk, y luego de dos minutos mirando sin cesar la pantalla en la asolera frente a la clínica, bloqueó su celular para salir de allí y no causar tráfico, lo dejó caer en sus piernas con un suspiro pesado y un mal gusto en la boca, sin saber que hacer.

Pero su celular vibró, y dándole una rápida mirada pensando que era Mina o Jeongyeon, se encontró con una notificación de Nayeon que mostraba su ubicación, sin nada más.

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