Introducción - Parte 3
Un mundo que estaba en constantes guerras, desde el momento en que los elfos llegaron a este continente escapando de su tierra natal.
Pero fue hasta hace unos cuantos años cuando la guerra dejo de ser entre elfos oscuros y su gobernante, Olga Discordia, contra los humanos. Y las llamadas 5 fortalezas que rodeaban el borde del continente de Eostia.
Y la lucha se volvió contra un grupo llamada "Kuroinu", que al final todos perdieron, los elfos oscuros y alianza formada por los humanos, el comandante de este movimiento era un hombre llamada Vault, aunque la chica uso en mas de un momento la palabras demonios para referirse a ellos.
Eventualmente todas las mujeres, o la mayoría de ellas fueron tomadas para servir a los hombres, solo algunas que eran especialmente buenas combatiendo, o apoyaron a Kuroinu, se salvaron de ese destino.
Eventualmente Kuroinu tomo todo los pueblos pequeños, y dejo que los ogros, diablillos, goblins, hombres lobo, orcos entre otras especies, tomaran a las mujeres que quieran e hicieran con ellas lo que les apeteciera.
Ella había logrado escapar gracias a un golpe de suerte, pero tuvo que abandonar a su familiar para eso.
Luego le conto de su viaje hacia el lugar donde se encontraron.
― Lo que yo hice fue hacer un pacto. Mi abuela me contó historias de cómo los elfos más antiguos, cuando necesitaban ayuda, iban a ese lugar sagrado para pedir ayuda a la naturaleza. Aunque sinceramente no estaba segura de qué era lo que pasaría, pensé que simplemente mi deseo de que todos los de Kuroinu murieran se volvería realidad, pero en lugar de eso...
La chica se detuvo y lo miró con una expresión ligeramente decaída.
― Tú saliste del pozo.
― Ya veo. ― Kimimaro dijo. Le disgustaba lo que el ejército de Kuroinu había hecho, pero era la norma en este mundo, donde luchabas por sobrevivir toda tu vida.
Lord Orochimaru también había hecho actos bastante grotescos para alcanzar sus objetivos, pero esa era la diferencia entre él y Vault. El objetivo de Lord Orochimaru era encontrar la verdad del mundo, un objetivo que el propio Kimimaro había deseado.
Porque cuando obtuvieras la verdad del mundo, también sabrías por qué viniste a este mundo, por qué naciste.
Mientras tanto, Vault parecía solo un hombre patético y despreciable. Con un objetivo igual de absurdo.
Miró a la chica que se había quedado callada.
― Entonces, ¿tú eres la que me trajo a este mundo?
La chica se encogió ligeramente antes de asentir.
― Sí, al final, fueron mis acciones las que te trajeron a este horrible y podrido mundo.
Ella dijo, como si realmente lamentara el hecho de haberlo traído a este lugar.
Kimimaro, por otro lado, solo sentía gratitud, pues, aunque no fuera intencional, ella lo había sacado de ese lugar, uno que era peor que el infierno.
Sin embargo, Kimimaro también fue capaz de notar otra cosa.
Está vivo.
Había renacido en este mundo.
Pero... ¿por qué?
Solo escuchando las palabras de la chica era obvio que había pasado una eternidad desde que caminó sobre este mundo, tanto así que, según las palabras de la chica, su clan, llamado "elfos", había vivido por varios milenios, pero él ni siquiera había escuchado de ellos.
Las aldeas, los países elementales.
Todo eso había desaparecido, y él, aunque una parte de su corazón se negara a creerlo, tenía que aceptar que era probable que Lord Orochimaru también se había ido.
Su razón para existir ya no estaba más.
Pero entonces, miró a la chica que estaba sentada sobre el suelo, decidió hacer otra pregunta.
― ¿Sabes qué significan estos símbolos? ― Kimimaro señaló su marca de maldición de la tierra. El sello constaba de tres líneas ligeramente curvas, que se extendían en un patrón triangular. Pero ahora había más, una serie de intrincados símbolos que él no era capaz de comprender, que formaban un círculo encerrando su sello.
La chica se fijó en el lugar, y luego se levantó para acercarse más. Cuando Kimimaro notó que sus ojos se abrían ligeramente, supo que al menos tenía una idea.
― Son runas antiguas... ― la chica dijo mientras se acercaba más, frunció el ceño mientras miraba las marcas negras. ― No, no las puedo leer... lo siento.
― Ya veo. Por cierto, tienes algo parecido en tu mano.
La chica se sobresaltó y rápidamente levantó su mano. Estaba envuelta en unos pedazos de su ropa, pudo ver una mancha de color rojo.
Ella se quitó las vendas lentamente, y luego miró su mano. Lo primero que vio fue una desagradable cortada en su mano, hizo una mueca cuando se dio cuenta, y luego buscó lo que él estaba diciendo. Lo encontró cuando giró su mano.
Era un círculo con runas parecidas, pero diferentes; tampoco podía leerlas.
― ¿Sabes qué significa...? ― Kimimaro preguntó con una expresión curiosa.
― Más o menos, pero hay una forma en que puedo comprobarlo... ― la chica cerró sus ojos y comenzó a mover su mano hacia su mano, lentamente. Cuando los abrió, vio que las runas estaban brillando ligeramente. Giró los ojos lentamente y notó que las runas de Kimimaro también estaban brillando solo un poco.
― ... ― Kimimaro se mantuvo en silencio y la miró, esperando una explicación.
― Creo que más o menos entiendo lo que está pasando.
― Entonces explícalo.
― En pocas palabras, creo que tú y yo tenemos un contrato. ― Kimimaro frunció el ceño ligeramente. ― Es algo así como un vínculo que nos une...
― Conozco los contratos ―, dijo Kimimaro. Aunque eran diferentes formas, supuso que era más o menos la misma lógica. ― Pero hablas de ello como si no estuvieras segura.
― Nunca había visto un contrato, solo había escuchado de ellos, pero al menos por la reacción de las runas en mi mano y las tuyas, eso creo.
― Ya veo... ¿Qué vas a hacer ahora?
― Yo... no lo sé. No hay venganza... creo que es imposible ―, dijo ella mientras se volvía a sentar en el suelo, cruzando sus manos alrededor y recargando su espada contra un árbol. ― Yo no sé... por qué sigo en este mundo...
La chica bajó la cabeza y comenzó a sollozar lentamente.
Kimimaro la miró impasible y luego reflexionó sobre toda esta situación.
Según lo que esta chica dijo, había un vínculo entre los dos, y él pudo sentir su pecho ligeramente cálido cuando el sello comenzó a brillar.
Pero ahora mismo, ya no tenía ningún motivo para seguir viviendo. Lo más fácil sería acabar con todo en este momento, pero el hecho de volver a ese lugar lo mantuvo alejado de esa idea.
Por otro lado, una parte de él pensaba que debía de haber un significado en estar en este lugar y en este momento.
Giró su cabeza y miró a la chica.
Y con ella.
― Te ayudaré. ― Las palabras salieron con facilidad de su pecho. La chica levantó su mirada y lo observó con una expresión sorprendida.
― No... no tienes que hacerlo. El hecho de que estemos vinculados por las runas no significa que debas ayudarme. En primer lugar, fue culpa mía que hayas venido hasta este mundo podrido... Puedes vivir de la forma en que quieras...
Kimimaro no dijo nada mientras se levantaba y tomaba su kimono de color lila que estaba en el suelo. Se lo puso con un movimiento práctico y subió la cremallera. Luego se acercó a su grueso cinturón de color morado y lo envolvió alrededor de su cintura.
Fue la primera vez que Ness veía a Kimimaro vestido, y una parte de ella sintió que él era diferente a todos los demás que había conocido antes.
― Debe de haber un motivo por el cual estoy en este lugar ― dijo Kimimaro, y luego agregó―: Por el cual nos encontramos tú y yo. Así que pienso vivir hasta encontrar ese motivo.
― ¿Te refieres... al destino?
― No ― respondió Kimimaro―" me refiero a mi razón de existir en este mundo."
Fue un pensamiento que no dijo en voz alta, se giro para mirar a la elfa.
― Tal vez lo encuentre mientras te ayudo en tu venganza. Además, no sé qué pasará si llegaras a morir. Tal vez este sello ― llevó una mano a su pecho― es lo que me mantiene en este lugar. Incluso si al final no fuera el caso, no quiero correr el riesgo de volver.
La chica comprendió un poco los motivos del peliblanco, al menos solo un poco.
― Entiendo... Supongo que ahora somos compañeros ― dijo ella con algo ligeramente parecido a una sonrisa.
Kimimaro se detuvo un momento, mirando de reojo, pero no dijo nada, antes de tomar un pescado y extendérselo a la chica.
― Deberías comer para recuperar tu salud.
Ella extendió su mano y lo tomó.
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― Por cierto, ¿Dónde estamos?
Ness preguntó mientras examinaba el paisaje. Había árboles y colores brillantes, así que obviamente estaban lejos de donde ella se había desmayado.
― No estoy seguro, simplemente me alejé lo más posible de ese lugar, porque te estaba matando.
― Ya veo, lamento haber corrido en ese momento.
― No importa ― dijo Kimimaro mientras daba otro salto. La forma más rápida de moverse era que Kimimaro cargara en su espalda a Ness, así que ahora mismo él estaba saltando entre los árboles.
Esa fue probablemente la primera señal obvia que tuvo Ness de las habilidades de Kimimaro. Sentía el viento golpear su rostro mientras se movían por las ramas de los árboles, con sus brazos envueltos alrededor del cuello de Kimimaro.
Se sentía mucho mejor ahora. Gracias a Kimimaro, había podido comer y recuperarse por completo. Incluso había conseguido dormir 8 horas completas.
Aun podía sentir el miasma en su cuerpo. Eso fue algo que ella aceptó cuando fue a ese lugar, y sabía que eventualmente la mataría, pero se permitió ignorarlo por ahora.
Por otro lado, había hablado con Kimimaro. Ahora ya sabía su nombre, y él le planteó muchas preguntas. ¿Cuál era su plan para obtener venganza? ¿Exactamente en qué consistía su venganza?
Ella pudo responder la primera sin problemas. Quería vengarse de todos los de Kuroinu, pero no estaba segura de cómo llevarlo a cabo.
Kimimaro le dio varias propuestas. La primera fue que él atacara las bases de Kuroinu por su cuenta y matara a todos.
Ella pensó que esa opción ni siquiera debería considerarse, porque no podía imaginarse enviar a Kimimaro a pelear por ella de esa manera.
La otra opción fue formar una alianza con algunos de los otros reinos. Considerando las acciones de Kuroinu, seguramente había más de un reino que no estaba dispuesto a esperar pacientemente a que esta nación del servicio decidiera atacarlo para expandirse, especialmente considerando la personalidad de su líder, Vault, al menos por lo que había escuchado de él.
No era una cuestión de si lo haría, sino de cuándo comenzaría a mover sus fuerzas para invadir otro reino.
Había un único problema con eso: ella no conocía mucho de los reinos humanos. Sabía que existía una nación pequeña habitada por altos elfos, pero Ness era consciente de que nunca sería aceptada por ellos. Dudaba que los altos elfos orgullosos consideraran a Kuroinu hasta que fueran atacados por ellos.
Escuchó que había al menos tres reinos aparte del de los altos elfos, pero solo conocía uno de ellos: el llamado reino de Aurelia, ubicado al oeste del continente. El único problema era que para llegar a ese reino tendrían que atravesar territorio controlado por Kuroinu. Incluso si tomaban la ruta más larga posible, la probabilidad de encontrarse con miembros de la nación del servicio era casi una certeza.
Kimimaro escuchó sus palabras atentamente y finalmente dijo algo.
― Antes de movernos hacia otro reino, lo mejor que podríamos hacer es recopilar información ―dijo con voz serena mientras tomaba un pescado y comenzaba a comerlo―. Si simplemente llegamos diciendo que queremos ayudarlos en su lucha contra Kuroinu, es probable que piensen que somos espías de Kuroinu. Por otro lado, si somos capaces de conseguir información sobre cómo están moviéndose y organizándose, podremos dar esa información al reino de Aurelia, lo que ayudará a tu objetivo de acelerar la caída de Kuroinu.
Las palabras de Kimimaro salieron con facilidad, y con un tono tan aburrido que casi parecía que fue algo obvio para el, esa forma de pensar removió algo en el fondo de Ness, ¿Quién era el?
― Pero... ¿Cómo vamos a obtener información?
― Yo lo haré.
La chica frunció el ceño por un momento antes de preguntar.
― . . . ¿Cómo lo harás?
Kimimaro lanzó su palo de madera hacia el fuego y dijo con voz medida:
― Simplemente iré a una de las bases de Kuroinu y obtendré la información necesaria del líder de ese lugar.
Sus ojos estaban aterradoramente serenos.
― No ―dijo ella con un susurro―, no puedes. Es demasiado peligroso.
Ella casi suplico. Pero Kimimaro no pareció reconocer su preocupacion.
― No hay problema ―respondió Kimimaro mientras se ponía de pie―. No voy a atacar de frente, simplemente me infiltraré para encontrar al líder y extraer información de él.
La chica frunció el ceño por un momento, notando el tono tan respetuoso que Kimimaro usaba para referirse a ella. Aunque parecía un respeto vacío, por que ella no había hecho ni una sola para que el tuviera una alta estima suya.
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Kimimaro se detuvo y ella miró hacia delante. Estaban parados en una rama especialmente alta de un árbol, frente a ellos a unos cuantos kilómetros se podía ver una fortaleza rodeada por una muralla de piedra.
Kimimaro alzó los ojos al cielo; en una hora ya estaría oscureciendo.
Entrecerró los ojos mientras observaba los alrededores.
― Parece que encontramos el lugar.
― Tan rápido ―dijo la elfa en su espalda. En solo unas pocas horas de viaje habían recorrido un trayecto que normalmente tardaría varios días a caballo.
― Te dejaré por aquí y prepararé un perímetro por si algún miembro de este "Kuroinu" se llegara a acercar.
Kimimaro dio un salto y aterrizó en el suelo, luego dejó a la chica a un lado.
Luego miró a su alrededor. Este lugar estaba ubicado en la cima de una pequeña colina, rodeado de espesa vegetación que hacía difícil que alguien pudiera ocultar el sonido de sus pasos, a menos que se moviera entre los árboles. Según lo que había escuchado de Ness, nunca había visto a alguien moverse como él.
¿Cuánto tiempo había pasado para que la técnica de saltar por los arboles se hubiera perdido hasta este punto?
Kimimaro movió su mano y se mordió uno de sus dedos. Luego comenzó a moverse hacia uno de los árboles y dibujó un kanji, concentrando chakra en él.
Luego de un momento observó su trabajo. Orochimaru le había enseñado muchas cosas.
― Puedes intentar enviar tu "mana" a este sello.
Kimimaro dijo mientras se volvía para mirar a la chica.
Ness asintió ligeramente antes de caminar hacia el árbol. Colocó su mano sobre el sello y comenzó a inyectar su mana en él, justo como Kimimaro había dicho. El sello brilló brevemente antes de desaparecer.
― Hmm, supongo que la diferencia entre el "mana" y el "chakra" es demasiado grande para que un sello pueda funcionar con él.
Por un momento pensó en usar la sangre de la chica imbuida de su mana para verificar si funcionaba de esa manera, o si es que la estructura de los sellos era esencialmente incompatible con el "mana". Pero lo descartó por el momento.
― No te preocupes, si se trata de ocultarme, soy buena en eso, ― Ness dijo con una sonrisa que nunca llegó a sus ojos.
Kimimaro la miró un momento antes de asentir ligeramente.
― Está bien, me iré ahora, y es probable que regrese hasta el amanecer.
Dijo Kimimaro, mientras comenzó a caminar hacia el bosque.
― Espera . . . ― la chica se acercó a él y tomó su mano. Kimimaro la miró. ― Por favor, ten cuidado . . . y lamento que tengas que hacer esto por mí.
Luego soltó su mano, y Kimimaro se dio la vuelta lentamente, antes de irse caminando, el sonido de sus pasos desapareciendo lentamente mientras se alejaba.
Finalmente solo Ness quedo sola.
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fin
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