Shinobu Kocho
La pilar del insecto se encontraba en su finca sin alguna misión pendiente, había terminado algunas hace poco y el patrón le ofreció un descanso. Sin embargo eso no fue excusa para huir de sus deberes, aunque tuviera más tiempo libre; si un kakushi traía algún herido, ella se encargaba de él con la ayuda de Aoi, dependiendo de su mejoría lo seguía tratando ella o se quedaba al cuidado de las niñas. También consiguió más tiempo para pasar junto a Kanao y entrenarla, así que Shinobu se encuentra disfrutando de un poco de tranquilidad. Ahora mismo ella está experimentando entre medicinas, sacándole provecho a su conocimiento farmacéutico.
Sin embargo pese a que era de noche, escuchó como alguien llegaba. Le causó curiosidad puesto que la última vez que revisó, todos estaban dormidos.
Salió a ver que era lo que sucedía, entonces te encontró sentada en el piso; debajo de un árbol. Se acercó a ti ya que no te reconocía de nada, entonces al verte más de cerca se dio cuenta de tus heridas, y de la razón por la cual es seguro que te encuentres ahí. Se acercó a ti para después mirarte directo a la cara, su sonrisa tranquila y piel pálida brillaban debido a la tenue luz; por tu estado pensaste haber muerto y estar en el cielo, pero su tono de hablar y palabras te sacaron de tu alucinación.
—¿Te encuentras bien? —ese tono inundó tus oídos.
Ibas a responder pero en cuanto abriste la boca comenzaste a toser sangre, Shinobu se alejó a tiempo como para que sólo un poco salpicara su haori. Suspiró.
—No parece que te encuentres bien —volvió a agacharse para verte. —¿Tienes fuerzas aún? Agarrate de mí, te llevaré adentro.
Obedeciendo sus palabras, te agarraste de ella para que te ayudara a levantarte. Fue difícil llegar y se tardaron un poco porque ibas cojeando, no puedes caminar bien. Shinobu te llevó directo a un cuarto y te dejó sobre la cama. Te pidió que te movieras y aún así te ayudó; te pusiste de lado para que no te ahogaras por si llegabas a vomitar sangre. Entonces con más luz se percató de lo roto que está tu uniforme, la sangre en este y las heridas en tu rostro y cuerpo. Sacó la funda de tu katana y la dejó a un lado de la cama, abajo en el piso.
—Necesito saber si eres capaz de hablar —te dijo mientras comenzaba a desabotonar tu uniforme.
—S-sí... —respondiste a duras penas.
Shinobu sonrió ante tu respuesta, te movió un poco para quitar la parte de arriba del uniforme; dejandote con esa playera blanca que se suele usar debajo. Esta se veía mucho más manchada y el color rojo que absorbió de la sangre era feo; Shinobu pensó que si no te moriste peleando contra aquel demonio, podrías hacerlo por haberte desangrado mucho.
—Vuelvo en un momento.
Dijo para después salir de la habitación, dejando la puerta abierta.
La joven se dirigió por agua y la puso a calentar, mientras tanto fue a buscar toallas y vendas para ponertelas. Regresó al cuarto a dejar las cosas que había agarrado, sólo viste como volvió a salir y regresó con el agua tibia. Jaló una silla para poder sentarse a un lado de la cama, entonces también abrió la camisa blanca que llevabas, pero no te la quitó. Con un paño tomó un poco de agua, y la comenzó a limpiar la sangre seca al rededor de tu herida, ya no salía tanta sangre, sin embargo aún era probable lo de morir desangrada. Aunque solo estaba limpiándote, dolía y se lo hacías saber quejándote no por voluntad propia, no querías darle molestias después de que se tomó la molestia de ayudarte tan noche, sin embargo te era imposible aguantar tanto el dolor.
—Necesito saber que te sucedió para ver que te doy —te dijo con un tono tranquilo mientras tomaba otro pañuelo.
—Estaba luchando contra un demonio y entonces otro me atacó por detrás, no recuerdo con exactitud que hizo, pero dolió mucho. —Shinobu suspiró.
—Bueno, veré que puedo hacer —te miró. —¿Los pudiste derrotar?
—¿Ah?... ¡Claro! —respondiste rápido. —Pelear contra los dos fue mucho más difícil pero los eliminé.
—¡Bien hecho! —se levantó y acarició tu cabeza.
Ese acto hizo que te sonrojaras, habías escuchado mucho sobre ella, y la mayoría de cosas son verdad; pero no creíste que fuera mucho mejor que hizo. El elogio tan simple que te dio te hizo sentirte bien, sumado a esa acción tan tierna de su parte. Tu felicidad también se debe en parte a haber recibido no solo su atención, si no también esas palabras de alguien de su nivel (un pilar); nunca imaginaste llegar a estar en una situación así.
—Necesito que te sientes en la cama, ¿puedes? —preguntó tomando las vendas.
Asentiste haciéndole caso, aunque aún dolía obedeciste. Te sentaste con la espalda derecha, entonces Shinobu se agachó un poco para comenzar a enredar las vendas al rededor de tu vientre.
—Kocho-san... Usted realmente es muy linda —tus palabras le dieron curiosidad, una risita salió de su boca.
—¿A qué se debe ese comentario? —preguntó.
—Me parece realmente amable de su parte que me haya decidido ayudar siendo tan noche.
—Parte de mi trabajo es esto —respondió al terminar lo de las vendas y te miró a la cara. —Así que si quieres dar las gracias, está bien, pero no son necesarias.
Una sonrisa apareció en tu rostro.
—Ahora mismo te encuentras en mi cuarto —comenzó a hablar. —Tengo contemplado que mañana estés mejor, me preocupa que hayas escupido sangre; así que cuando amanezca te revisaré a profundidad. Por esta noche descansa, mañana después de que te revise, puedes quedarte aquí hasta que te recuperes.
—Muchas gracias, Kocho-san... —tus ojos se iluminaron.
—Llámame por mi nombre, no hace falta tanta formalidad.
Sonrió y de nuevo acarició tu cabeza, tragaste saliva, te sientes bendecida de haber conseguido una oportunidad así. Shinobu se alejó y salió de la habitación, tú te acostaste en la cama.
Al día siguiente te sentías un poco mejor, aún te dolía el cuerpo, pero ya todo es diferente.
Te ibas a levantar pero aún no podías, no te sentías en las condiciones de hacerlo. El sol aún no salía por la ventana, así que sigue siendo temprano. Intentaste volver a dormir pero solo estabas descansando los ojos, no pasó mucho tiempo para que Shinobu entrara a al cuarto y te viera así. Sentiste como se acercó, al verte dormida decidió irse pero abriste los ojos y le pediste que parara.
—¿Estabas despierta? —preguntó sonriendo.
—Sí —respondiste con una risita nerviosa.
—Necesito que vengas conmigo, ¿puedes pararte?
—Sola no, si me ayudas...
No te dejó terminar, se hizo a un lado para que te movieras y comenzaras a pararte. Lo hiciste y en cuanto tus pies tocaron el piso, Shinobu se acercó para sujetarte. Comenzaron a caminar y te llevó a un lugar donde habían más camas, te dejó sentada en una cama, salió después de hacerlo. Volvió al instante con unos frascos y agua.
—Espero que lo de ayer haya sido por tantos golpes —dijo mientras sacaba algo del frasco. —Si fuera alguna costilla rota o algo por el estilo, complicaría mucho tu recuperación.
—Oh...
—¡Pero no te preocupes! Te cuidaré hasta que te recuperes —respondió. —debo cambiar tus vendas, también tengo ropa nueva y limpia para ti.
—¿Siempre eres así de amable? —preguntaste con curiosidad.
—Ahora mismo tienes algo de suerte —respondió guiñando el ojo.
Tragaste saliva.
—Te voy a quitar tu camisa, después de que te cambie las vendas podrás cambiarte —dijo mientras se acercaba a ti.
Cuando estuvo cerca tuyo, pudiste oler su aroma; un fresco y dulce olor a flores. Fue entonces que se te vino a la mente la primera vez que la viste, el día de ayer; se te hizo igual de radiante pese a que era de noche. Suspiraste, la pilar del insecto es algo más allá de lo que suelen hablar, incluso aunque tuviste un par de oportunidades de interactuar con la pilar del amor, elegirás mil veces y más a Shinobu.
—Ara ara, ¿en que tanto piensas? —preguntó una vez terminó de quitarte las vendas.
—En lo linda que eres —respondiste mientras una sonrisa se formaba en tu rostro.
La chica no se esperó una respuesta así, de su parte obtuviste un pequeño sonrojo seguido de una risita. Kocho volvió a limpiar tu herida para proceder a volver a poner una venda limpia sobre tu herida. Una vez terminó, se alejó un poco y de un cajón sacó ropa limpia, la dejó a un lado tuyo.
—Si necesitas ayuda, pídemela —asentiste sonriendo.
—Muchas gracias.
Ella salió de la habitación, te quitaste toda tu ropa para después ponerte la que Shinobu te dio, una vez terminaste; la llamaste. Ella volvió a entrar al cuarto, se sentó a tu lado en la cama y tomó el frasco, de ahí sacó un polvo que le echó al agua y luego lo resolvió con una cuchara.
—Eso no se ve muy bien —dijiste mientras tomabas el vaso y tragabas saliva.
—Tampoco tus heridas, sin embargo no me quejo —respondió sonriendo mientras cerraba los ojos.
—¿Qué medicina es esto? —preguntaste aún mirando el vaso.
—Solo tómalo, si quieres recuperarte, claro. No es obligatorio hacerlo. ~
Sus palabras eran tranquilas y serenas, aunque de alguna manera te dieron miedo. Suspiraste, no querías no hacerlo pero tampoco te atrevías a hacerlo. Cerraste los ojos y abriendo la boca, te tomaste todo de un trago; el agua permaneció el suficiente tiempo en tu boca, de esa manera te diste cuenta que al final no sabía tan mal como parecía. Shinobu de alguna manera te hizo pensar eso, volteaste a verla; ella sabiendo que te habías dado cuenta río.
—Deberías tener más confianza en la persona que ayudará a que te cures.
—La tengo —respondiste. —Pero me haces dudar, Shinobu-san...
—Ahora sigue descansando, aún es temprano.
—¿Qué hay de ti?, ¿dormiste bien?
—No te preocupes por ello, la herida aquí eres tú.
La sonrisa que había en su rostro no te convenció para nada, si bien Shinobu es pálida no se ve tan normal; eres incapaz de hacer mucho en la situación en que te encuentras, no pudiste hacer nada más que aceptar. Te volviste a acostar una vez ella salió de la habitación.
• • •
Ya había pasado un tiempo desde que estás en la finca, aunque al principio fue algo incómodo ver a las chicas que viven ahí; fuiste acostumbrandote al ayudar a Shinobu a hacer sus actividades, incluso desde que pudiste volver a hacer misiones, ella te dejó quedarte ahí.
—Muchas gracias por todo, Shinobu... También gracias por conseguirme un uniforme más cómodo, y por la ayuda que me diste —dijiste haciendo muchas reverencias.
—¿Qué piensas hacer? —preguntó al verte tan extraña.
—Irme, no quiero ser una molestia.
Ella comenzó a reír.
—No eres una molestia —la miraste con sorpresa. —Me gusta tu presencia, quedate y ayúdame.
Ella te había extendido la mano, pero tu saltaste a abrazarla. Correspondió feliz.
Desde ese momento al terminar una misión, tenías un lugar al que puedes llamar hogar. A veces te encontrabas a otros pilares y los saludabas con normalidad, mientras que a Shinobu le das un abrazo o un beso en la mejilla, hecho que comenzó a confundirla con sus sentimientos. Ahora te encontrabas caminando junto a la pilar, estaban dando un recorrido por la finca y se encontraban platicando mientras tanto. Ella se encuentra comentandote como le fue en su última misión, mientras tanto tu escuchas.
—No creo que haya sido apropiado preguntarle a alguien medio muerto si está bien —reíste.
—Te hice la misma pregunta a ti —imitó tu acción.
—Ese chico del que hablas, es el mismo que llegó hace unos días, ¿no?
—Así es —respondió. —Ahora mismo debería ir a revisarlos, pero Aoi se está encargando de eso. ~
—¿Eso significa que quieres pasar más tiempo conmigo? —preguntaste burlándote.
Esperando a que la respuesta de Shinobu fuera una de nerviosismo ó derivados, pero ella sonrió.
—Claro, también quiero darte algo —preguntó tomando tu mano.
Las dos comenzaron a caminar, agarradas de la mano. Terminaron en la habitación de Shinobu, ella se acercó a buscar algo entre los cajones del lugar, no pudiste ver que fue lo que agarró porque te está dando la espalda. Cuando se volteó tus ojos fueron directo a sus manos, tiene un broche de mariposa en ellas. Tragaste saliva y tu corazón comenzó a latir con rapidez al pensar las tantas cosas que puede significar, una sonrisa tonta e inconsciente apareció en tu rostro. Aún así esperaste a que ella dijera algo, y no te emocionaras en vano.
—Esto es para ti —dijo con un tono alegre. —Ahora no sólo vives aquí, también eres parte de nuestra familia.
La abrazaste de inmediato, no fue con fuerza pero sí con un montón de cariño. Estás agradecida de lo amable que es Shinobu, le debes tu vida de alguna forma. Ella tuvo que sujetar con fuerza el broche, ya que por tu abrazo repentino casi se le cae de las manos. Cuando te alejaste de ella, se acercó a ti.
—Tu cabello se ve muy lindo de esa manera —lo tomó y puso el broche en esa parte. —Podrías cambiar tu peinado si gustas, pero así te ves hermosa, _______-chan.
Te sonrojaste.
—No más que tú, Shinobu —la volviste a abrazar. —Muchas gracias, te amo.
La chica se sonrojó ante las últimas dos palabras, correspondió al abrazo.
—Solo viniste aquí para enamorarme, curioso... —murmuró.
En cuanto la escuchaste te separaste y la miraste a la cara; tu expresión de sorpresa es todo un poema. Ella sonrió, al escuchar que alguien se acercaba; te tomó de la camisa y poniéndose detrás de la pared, te besó. Aún sin creertelo y esperarlo; correspondiste.
Pobre del chico con pendientes, y de la imagen que difícilmente quitará de su cabeza.
ESTE ME GUSTOOOÓÓ
Lo acorté un poco porque comencé a escribir esto en la madrugada, (12-1am) y ya tenía un montón de sueño.
Tremendo el final.
Pedido de; sweet_sugar-
Espero te haya gustado 👉🏻👈🏻
No sé si hacer otro pedido o escribir una idea que me anda rondando por aquí 😔👌🏻 ahora sí anda medio variado el libro jujuju 👉🏻👈🏻
La mayoría de fanarts de Shinobu que hay, no me gustaN Aaa
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top