Sanemi Shinazugwa

Esta es la segunda parte de una colaboración, te recomiendo... Buah, para entender lo que sucedió; debes ir a leer la primera parte que vallolet-elizabeth escribió. Ya que esto es una continuación de ella. El link estará aquí, en los comentarios.

Aunque de noche, las dos chicas con broche de mariposa regresaban a casa. De tus ojos aún salían lágrimas pero ya no estabas llorando tanto, ni siquiera podías considerar el hecho de sentirte arrepentida de lo que sucedió, o siquiera de estar enojada; te encuentras molesta, sí y dolida pero aunque Sanemi haya hecho tal imprudencia, no puedes odiarlo. Sus sentimientos por Kanae eran obvios, incluso cuando ella seguía con vida. Te dedicabas a observarlo con admiración, cegada por sus técnicas y habilidad, pensaste que la comunicación y amistad entre ellos dos era solo eso; una buena comunicación y química de amigos. Si bien cada que comenzaban a discutir, era por algo que él decía, tú lo tomabas demasiado mal, gracias a eso llegaban a los gritos y a que alguien los tuviera que separar.

—¿Qué fue lo que sucedió, ________? —volvió a preguntarte Shinobu cuando ya estabas más calmada.

No querías contarle toda la verdad, esperabas que ella se decepcionara de ti; después de todo se trata de su difunta hermana y el hombre que te gusta.

—Sanemi me rechazó —dijiste. —Reaccioné mal, fue mi culpa...

—No, claro que no —Shinobu te abrazó haciendo que las dos pararan. —No tiene nada de malo que te hayas enamorado, ________. Está bien si por el momento no quieres volver a ver a Sanemi, puedes quedarte y hacer cosas en la finca.

Tragaste saliva mientras negabas.

—Lo voy a superar —dudaste. —Así que esta bien si me lo llego a encontrar; solo le hablaré normal y como si nada hubiera sucedido.

Shinobu confió en tus palabras, sin embargo tu no.

Estabas tan dudosa que, el escenario que pudiste haber imaginado; pasó. Te encuentras sola, las niñas están dormidas, Kanao se fue con Shinobu, Aoi fue a comprar al pueblo. Te quedaste porque aparte de que no querías dejar solas a las niñas, tampoco tenías ganas de salir; fue entonces que llegó tu mala suerte. Tu cuervo llegó con un aviso de que tendrías que salir de misión junto al pilar del viento. Quien ya se encontraba afuera de la finca de Shinobu esperando a que salieras. Tu cuervo se iba a ir por la ventana pero lo detuviste antes de que pudiera hacerlo.

—¡Por qué no me dijiste antes! —suspiraste soltándolo.

De cualquier manera no podrías negarte. Es trabajo.

Escribiste una nota que les dejaste a las niñas, tomaste tu katana y bajaste las escaleras. Diste un gran respiro antes de salir; los fuertes latidos de tu corazón te ponían nerviosa, intentaste mantener la calma pero te era imposible. Cada que recuerdas que el te dijo Kanae, no solo te duele, también hace que te pongas triste. Cuando saliste él caminó hacia ti, ibas a hablar primero, pero decidiste no hacerlo. Te fijaste en sus brazos y él tenía algo en ellos, quizás ropa. No preguntaste nada, ni siquiera te salían las palabras de la boca, no sabías que decir.

—Te tardaste demasiado —dijo cuando comenzaron a caminar.

—Me avisaron apenas... —respondiste suspirando.

Se podía sentir la incomodidad entre los dos, Sanemi desvió la mirada; temía por lo siguiente que iba a hacer.

Tomó la prenda en sus brazos, te tomó de la mano haciendo que dejaras de caminar y luego te puso el haori. Lo miraste con los ojos abiertos, tu sorpresa no podía ser más evidente. Las lágrimas comenzaron a acumularse en tus ojos, tragaste saliva, Sanemi estaba esperando a que dijeras algo; pero sonreíste y luego de soltarte de su agarre, seguiste caminando.

—¡Lo siento!, ¿está bien? De verdad lo siento —te dijo caminando a tu lado. —Hice mal al llamarte Kanae, lo sé, ________.

—Como si en verdad te importara... —respondiste acelerando el paso.

—Sé que me porté como un imbécil contigo —volvió a hablar. —Estoy muy arrepentido de lo que dije, de todas las veces que peleamos, escúchame por favor.

Seguiste caminando sin hacerle caso a sus palabras.

La paciencia de Sanemi disminuyó aún más por cada paso que diste, mandó todo a la mierda y te tomó de la muñeca; haciendo que dejaras de caminar, te jaló hacia él y te abrazó con fuerza. Pusiste tus brazo en su pecho para tratar de separarlo, sin embargo dejaste de luchar una vez comenzó a hablar de nuevo, y cuando sus manos acariciaron tu espalda. Correspondiste al abrazo, rendida; no ibas a seguir luchando, no serviría de nada. Él al verte más calmada volvió a hablar, también con tranquilidad.

—Mi intención nunca fue hacerte sentir mal, _______. Ni que pensaras que solo quería acostarme contigo. Me sentía furioso porque amaba de verdad a Kanae, nunca pensé que mis sentimientos llegarían a cambiar por ti.

—No digas tonterías, Shinazugawa-san, sólo me lastimas más. —comenzaste a llorar. —Recházame o acéptame de una vez.

—Deja de llamarme por mi apellido, dime por mi nombre —se alejó un poco para agarrarte del mentón y mirarte a la cara. —No llores así, desde ahora te protegeré; me aseguraré de no hacerte daño.

—Dices cosas muy tontas, Sa- —él te interrumpió.

—Guarda silencio —acercó su rostro al tuyo. —He estado pensando mucho en ti, así que si me lo permites me gustaría pasar tiempo contigo.

—¿Por qué de un momento a otro eres tan caballeroso? —tragaste saliva. —Sí vas a besarme, s-solo hazlo.

Tus nervios eran notables, tomaste a Sanemi de las mejillas y ahora lo besaste tú. Él sonrió en medio del beso, sintiéndose feliz porque hayas sido tú quien tomó la iniciativa. A diferencia de la vez que se acostaron; acá se pudo sentir más amor entre los dos, el cariño y lo bien que se sienten ahora que arreglaron las cosas. Te separaste luego de un tiempo, debido a tanto sentimientos habías olvidado que tenían que ir a trabajar, así que cuando te alejaste le hiciste ver tu preocupación.

—No, no tenemos que hacer nada —respondió Sanemi.

—Pero mi cuervo me dijo... Y tú estabas esperándome.

Sanemi sonrió, comenzó a reír al ver tu reacción.

—¿Tienes hambre? También podríamos ir a mi finca o si prefieres demos un paseo.

También sonreiste al ver la tierna sonrisa de el de ojos amatista, pero tus ojos bajaron hacia el abdomen descubierto de Sanemi; maldeciste el que su uniforme fuera así. Te llevaste la mano a la boca mientras te dabas la vuelta, pensamientos no inocentes aparecieron por tu mente. Intentaste retomar la compostura, tomaste a Sanemi de la mano y comenzaron a caminar.

—¡Vayamos directo a tu finca! —dijiste aún nerviosa.

Sanemi sonrió, dejó de caminar haciendo que tú también pararas, y luego te cargó en sus brazos.

—Te amo, _______ Kocho.

Todo tu rostro se puso rojo al escucharlo.

Un año y algo después, por fin finalizamos la colaboración XDDD
vallolet-elizabeth

Mientras tanto, ando súper ocupada, se los juro ;c voy a intentar escribir algún pedido al rato y mañana para publicarlos. Quiero hacer headcanons de algún personaje y escenario.

¿Propuestas? (⁎⁍̴̛ᴗ⁍̴̛⁎)

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