Kyojuro Rengoku y Giyu Tomioka

Estás sentada, esperando a que tu madre regrese con las noticias que se supone debe darte. Cuando ella llegó, se sentó enfrente tuyo, sonreíste y la recibiste con un caluroso abrazo. Ella correspondió; cuando se alejó tomó un suspiro para comenzar a hablar, no sabía que tan bien te llegarás a tomar la noticia; tampoco quería que lo tomaras tan mal.

—Sabes que te amo mucho, hija, ¿verdad? —preguntó.

Asentiste mientras se formaba una sonrisa en tu rostro, la expresión preocupada de tu madre se calmó un poco.

—Te tendrás que casar —soltó.

Tus ojos se abrieron en sorpresa, no te molestaste, mantuviste tu serenidad; porque el hecho de ver a tu mamá así de preocupada te da a entender que también le causa recelo la situación. Te quedaste callada esperando a que prosiguiera para que te explicara que sucede, así pasó. Sin embargo el silencio entre las dos comenzó a reinar, tragaste saliva y decidiste ser tú quien preguntara.

—¿Lo conoceré o...?

—¡Claro! —respondió de inmediato, interrumpiéndote. —Lo iremos a ver esta tarde, por ahora me gustaría explicarte un poco sobre él.

—Te escucho.

—Pertenece a la familia Rengoku, es un pilar —esas palabras fueron suficientes para saber de quien se trata.

El tiempo pasó, tu madre no dijo mucho más puesto a que quería que tú lo juzgaras por ti misma; y estuvieras de acuerdo con la decisión que de alguna manera, tomó pensando en ti. Fue entonces que llegó el momento donde llegaron a la finca de los Rengoku. Estabas nerviosa, sin embargo tomaras la decisión que tomaras, tu madre te apoyará. Una vez entraron fueron recibidas por el más pequeño; el hermano de Kyojuro, Senjuro. Una sonrisa apareció en tu rostro al ver al niño siendo tan tierno, no conocías a Kyojuro y tampoco sabías demasiado de él, pero tus compañeros solían contarse historias sobre algunos pilares, así que tenías entendido el hecho de que el pilar de flama es alguien amable.

Cuando el menor se fue, poco después llegó tu futuro "prometido" junto con su hermano; estabas platicando con tu madre así que no volteaste hasta que ella te dijo.

Lo primero en lo que tus ojos se fijaron fue en su sonrisa, tan reluciente y bonita. Su cabello rubio con puntas rojas, aquellos ojos hermosos; tragaste saliva. El hecho de que sea alguien atractivo te hizo sentirte mejor, por ahí dicen que de la vista nace el amor. Él se acercó a tu madre y a ti, ahí fue cuando comenzaste a ponerte nerviosa; ni siquiera sentías algún tipo de mala vibra o algo por el estilo, de esas cosas que a veces te incomodan cuando recién conoces a alguien; estabas sintiéndote nerviosa, sí, pero no era una sensación desagradable, es un nerviosismo bonito gracias a alguien que te atrajo y llamó tu atención.

—Mi padre me contó hace unas semanas la noticia, ¡tengo mucha suerte a decir verdad! —dijo con un tono energético.

Te miró y una sonrisa apareció en su cara.

—Estoy agradecido de que hayan venido aquí, gracias por traer a su hija —le dijo a tu madre. —También gracias a ti por venir.

Cuando te miró, se te fueron las palabras.

—Claro...

—Me gustaría que mi hija y tú se quedaran solos para que se conocieran —comentó tu madre. —¿Estaría bien si me voy?

—No te preocupes, mamá... —respondiste.

—A mí tampoco me importa, vaya con cuidado.

Tu madre asintió, se despidió y salió de la finca del pilar para irse. Cuando ella se fue suspiraste, Kyojuro se dio cuenta de ello.

—¡No te preocupes! —volteaste a verlo. —Me aseguraré de cuidarte y darte un buen trato mientras estés aquí.

—Eres realmente como suelen contar, Rengoku-san —sonreíste.

—¿De verdad? —preguntó mientras una risita salía de sus labios. —Llámame por mi nombre, no hace falta tantas formalidades; pronto estaremos casados.

De verdad es fácil sentirse cómoda con él, hasta su risa hacia juego y complementaba a su apariencia y personalidad tan atractivas. Por lo menos ya no te sentías con tantos nervios encima, ahora comenzaste a sentirte como alguien suertuda, muy suertuda. No solo te vas a casar con el pilar de la flama, también es alguien amable, guapo y gentil. Seguramente mientras más lo sigas conociendo igual te darás cuenta de miles de características buenas de él; ni siquiera puedes imaginar que haya algo malo con tu futuro prometido. Así que dentro de ti, crecía un sentimiento muy bonito.

—Eres muy amable, Kyo-ju-ro-san —deletreaste su nombre al final.

—Suena muy bien cuando lo dices tú —revolvió tu cabello. —Ven, de seguro haz de tener hambre. ¡Senjuro nos cocinó algo muy bueno!

• • •

D

e vez en cuando ibas a su finca o el iba a visitarte a tu casa, así que pasaban más tiempo juntos y aunque estuviera ocupado siendo pilar, Rengoku se toma libertades para hacer tiempo libre y pasarlo contigo. Eso le sumó miles de puntos más y a ti te hace feliz. Hoy después de algunos meses decidió presentarte con sus compañeros de trabajo, dijo que al ser alguien tan importante para él, los demás tenían que saberlo también. En sí sólo quería presumir lo linda y hermosa que es su prometida. No lo pensaste en el momento, pero igual te fue imposible negarte; querías que lo hiciera, un sentimiento egoísta nació dentro de ti, y querías que los demás supieran que tienes una relación con Kyojuro.

Así que ahora te encuentras caminando junto al rubio, los dos se dirigen al lugar donde reunió a todos no sólo para comer, sino también para que te presentara.

—¡Todos van a estar sorprendidos de lo bella que eres! —comentó alegre mientras tomaba tu mano.

—Quizás sólo estarán sorprendidos de que te cases... —reíste.

—Pero eres muy hermosa —volteó a verte —de seguro eso también causará algún efecto.

Te tomó del mentón y beso tu mejilla derecha, te pusiste roja.

—Si yo te hago un halago así, siempre lo esperas y nunca he podido verte avergonzado —hiciste un puchero al ver la expresión en su cara.

—¿Entonces porque no intentas hacer algo más? —preguntó, iba a continuar pero volteó la cabeza y su mirada dio al local donde comerán. —¡Oh! Ya llegamos.

Los dos entraron al lugar, Kyojuro soltó tu mano cuando los dos se sentaron. Sólo quedaba esperar a que los demás pilares llegaran. Mientras tanto los dos se pusieron a platicar sobre anécdotas de sus misiones pasadas, no tardó mucho en que llegara el primer invitado. Lo volteaste a ver porque Kyojuro lo saludó, pero lo reconociste de inmediato.

—¡Bienvenido! —saludó tu prometido mientras levantaba la mano para indicarle donde estaban.

—Hola... —saludó el azabache cuando los observó.

—Hola —saludaste también.

—¡Qué poco ánimo entre los dos! —dijo Kyojuro al ver como se saludaron. —Giyu, te presento a mi esposa, ________ es el Giyu.

—¿Por qué le dices esposa si aún no se casan? —preguntó el de ojos azules.

—Pero lo haremos, así que no importa si adelanto un poco algunos hechos —respondió el rubio.

Ibas a decir algo ante esa situación que para ti comenzaba a volverse incómoda. Conocías a Tomioka desde que se había vuelto cazador de demonios, sin embargo por azares del destino terminaron separados luego de un año. Volver a ver a la primera persona que llegó a gustarte ahora que te vas a casar; hace que vuelvan a nacer involuntariamente sentimientos que se habían ido hace tiempo. Detrás de Giyu llegó la pilar del amor; quien sonrió al verte al lado del rubio. Se acercó a ustedes rápidamente y le habló primero al de ojos peculiares.

—¡Estoy tan alegre de que por fin haya conseguido a alguien que le gusta, Rengoku-san! —volteó a verte. —Un gusto.

—Ella era mi kohai, una gran tsugoku —te dijo Kyojuro al ver tu expresión de confusión. —¡Gracias Mitsuri!

No supiste que decir así que te quedaste callada. Seguido de ella entró un chico con una serpiente, alguien un poco extravagante... Y así comenzaron a entrar uno a uno. Hasta que por fin llegaron todos. Kyojuro se levantó para agradecerles que hayan asistido, y entonces te presentó.

• • •

Giyu aún te tenía en mente, no podía quedarse con el pensamiento de que te vas a casar con uno de sus compañeros. Así que con toda su valentía; fue a buscar a Rengoku para confesarle lo que siente por ti. Aunque tenía miedo y se sentía algo nervioso, está decidido a recuperarte ó respetar tu decisión de elegir al pilar de la flama. Vio a Kyojuro, sentado en una banca y con una expresión de tranquilidad; se sentó a un lado suyo.

—Hola... —saludó.

—¡Hola, Giyu! —respondió con energía el pilar. —¿Cómo has estado? ¡Que coincidencia verte aquí!

Si lo eliges a él, es capaz de entender las razones de porqué lo harías. Sabe reconocer que Kyojuro es un buen hombre. Tomioka quiere ir al grano, no deseaba hacer más duradero el extraño sentimiento que siento.

—Me gusta _______... —dijo firme, aún así su voz tembló.

La sonrisa del rubio dejó de ser tan grande, se veía tranquilo, pero alerta. Miró con atención a su compañero; deduciendo las posibles razones por las cuales puedes gustarle, por lo que sabe no han convivido mucho así que debió ser algo más. Entonces recordó las miradas que se dieron ese día, como se saludaron y el poco entusiasmo de los dos, no fue difícil deducir que tuvieron algo hace un tiempo.

—¿Un antiguo amor? —preguntó riendo. —Puedo comprender porque te sigue gustando aún. Es muy hermosa.

Kyojuro se puso serio, sin quitar esa sonrisa de amabilidad de su rostro.

—Estoy dispuesto a intentar tener una oportunidad con ella —agregó a lo anterior dicho. —No quiero que te sorprendas por si algo llega a suceder.

—¡Giyu, somos compañeros y casi amigos! —el pilar puso su mano en el hombro del otro. —No te estreses mucho, comprendo totalmente las razones para que tus sentimientos sean esos, sin embargo ________ es quien decidirá si...

Interrumpiste a Rengoku, regresaste junto a él y como los dos hombres estaban atentos en su plática; no te vieron llegar. Así que escuchaste sólo lo que Kyojuro se encontraba diciendo antes de tu interrupción.

—¿Qué voy a decidir? —preguntas con curiosidad mientras te sientas al lado de tu prometido. —Hola, Giyu.

Saludaste al pilar.

—A quien de los dos quieres en verdad, querida —respondió Kyojuro mirándote. —Giyu está dispuesto a luchar por ti, me confesó que le gustas.

Tragaste saliva, en este momento hubieras preferido no volver.

—Así que de eso hablaron... —una risita nerviosa salió de tu boca.

—¿Qué piensas? —preguntó el ojiazul.

«Que me trague la tierra o me mate un demonio...» Eso fue lo que pensaste pero claro no lo dirías; te tomaste un tiempo rápido para pensar en una posible solución. Tu cerebro comenzó a trabajar a su máxima capacidad para poder encontrar una solución a este problema.

—Podría tener una cita con cada uno de ustedes... —empezaste a hablar. —Eh, a los dos los conozco desde hace un tiempo así que, ¿serviría para ver que tal?

—¿Eso es una pregunta? —preguntó Kyojuro.

—No... —respondiste.

—Por mí está bien —habló esta vez Giyu.

—¡Serán dos citas en el día, una en la mañana con alguno y la otra en la tarde; así en la noche podré decidir con quien quedarme! —agregaste una vez tu cerebro proceso casi por completo todo.

• • •

T

omioka ganó la cita en la mañana, te levantaste temprano para cambiarte e irte pero en cuanto saliste; te encontraste con el pilar sentado debajo de un árbol. Él se paró en cuanto te vio y te saludó. «Vamos a mi finca...» dijo después, asentiste con una sonrisa y comenzaste a caminar a su lado, siguiéndolo. Por el camino sacaste plática; hablaron sobre como les fue durante tanto tiempo cómo se sentían o así. Fue entonces que Giyu te contó sobre una de sus compañeras; Shinobu, a quien mencionó junto a la frase: «Suele decir que nadie me quiere, pero sé que tú aún me quieres.» Fue tan repentino que intentaste ignorar ese comentario. «¡Cuándo la vuelva a ver le enseñaré lo que verdaderamente es querer a alguien!» hiciste que el azabache sonriera debido a ese comentario.

Desayunaste con él y recibiste un regalo de su parte; no sabías si era correcto aceptarlo, pero lo hiciste. Giyu permaneció muy sonriente y feliz, se veía algo tímido pero se encontraba alegre de haber podido pasar tiempo de calidad contigo.

—¿Nadie llegó a gustarte en todo este tiempo? —preguntaste con curiosidad.

—¿Gustarme?... —se puso pensativo. —Puede que sí, pero nunca llegué a enamorarme después de ti.

—Que respuesta tan sincera —murmuraste.

—Es porque quiero ser honesto contigo —puso su mano encima de la tuya. —Porque te amo y no quiero volver a separarme de ti.

—Giyu...

—Pero respetaré cualquier decisión que tomes.

El rostro de los dos se acercó poco a poco, sin embargo, antes de que sus labios se tocaran; desviaste la mirada y te alejaste.

—Lo siento —se disculpó, alejándose.

Te quedaste callada un momento, cerraste los ojos y cuando los volviste a abrir habías mandado todo al diablo. Te acercaste a Tomioka, lo jalaste del haori y lo besaste. Giyu se sorprendió, pero no perdió la oportunidad y correspondió.

Fue entonces que llegó la tarde, te despediste de Giyu y cuando te ibas encontraste a Kyojuro por el camino. El en cambio te llevó a almorzar a un lugar, luego empezaron a pasear; «No hace mucho me pagaron; así que quiero comprarte todo lo que quieras por nuestra boda». Tragaste saliva, no esperabas ni querías algo así, pero la oportunidad llegó. Ni siquiera sabías que responder, solo asentiste. Kyojuro te tomó de la mano, te llevó a una tienda de kimonos; te sorprendió que se acordara de lo que habías dicho hace un tiempo.

Te pidió que te quedaras viendo los kimonos por si alguno llegaba a gustarte, así que creíste que solo iba a comprarte uno.

Pero cuando volteaste para llamarlo, él estaba hablando con la chica encargada, y esta le estaba entregando algo. Te acercaste debido a que tu curiosidad te ganó.

—Este es especial para ti —dijo. —Está hecho a medida y con un diseño único sólo para ti.

—¿Cómo?... —preguntaste confundida.

Él te guiñó un ojo.

—Tu madre me dio tus medidas —río. —Lo demás solo hizo que lo mantuviera en sorpresa y esta cita fue la excusa perfecta para dártelo.

—Eres muy adorable, Kyojuro. No, no adorable es poco; de verdad eres casi casi el hombre perfecto.

Tu comentario lo agarró tan de sorpresa que sus mejillas se pusieron rojas.

—¿Casi casi? —preguntó.

Sonreíste mientras asentias.

Por eso de las 6 terminó tu cita con Kyojuro, te tomaste un par de horas para pensar que decisión ibas a tomar. Estando sola te es mucho más fácil pensar y justo tu madre salió el día anterior. Te tiraste a tu cama pensando en porque sucedió, tus pensamientos se volvieron más confusos al recordar el beso que le robaste a Giyu. Revolviste tu cabello, no sabías que decidir ni mucho menos que hacer; tu arrepentimiento se hace más grande conforme pasan los minutos y sólo esperas la solución llegue sola a ti, sin tener que pensar demasiado en cual será el final para los 3.

Como si tus pensamientos y plegarias hubieran sido escuchadas, la "solución" llegó a ti.

Escuchaste pasos en casa, te levantaste a ver que y te encontraste a los dos esperando afuera de la puerta. Kyojuro sonrío al verte, Giyu también lo hizo.

—¿Chicos?... Pasen por favor —ellos entraron. —¿Qué hacen a-...?

No pudiste seguir hablando porque Rengoku te tomó de la cintura, te acercó a él y luego te besó. Te tomó por sorpresa pero no pudiste negarte a su beso, sin embargo sentiste como Tomioka se ponía detrás tuyo, literalmente lo sentiste. Sus manos se colaron por debajo de tu camisa, estaban frías e hizo que te dieran escalofríos. Eres incapaz de entender o siquiera procesar lo que está sucediendo; cuando Kyojuro se separó de ti, te miró a los ojos, acarició tu cabello; dejó un beso en tu frente y volvió a besarte. Giyu comenzó a masajear tus pechos cosa que te provocó un gemido.

—Nmmgh... —te separaste de Kyojuro para poder hablar. —¿Q-qué hacen?...

Tu pregunta fue realmente tonta. Demasiado.

—Si en algún momento te empieza a incomodar, sólo dinos —Kyojuro murmuró en tu oído y se alejó de ti.

Tomioka comenzó a besar tu cuello mientras Kyojuro desabrochaba los botones de tu camisa. Ibas a mover tus manos pero Giyu las tomó, entrelanzando sus dedos con los tuyos haciendo que te sea dificil moverte.

—Esto sólo hace más difícil todo... ngh-

El azabache te mordió con delicadeza, aún así lo sentiste.

—No te preocupes, _______-chan —te calmó Kyojuro.

—Nos aseguraremos de darte todo nuestro amor —te dijo Giyu.

—Así que no importa a quien elijas después —finalizó Kyojuro para después Giyu se alejara y el pudiera quitarte la camisa. —Porque los dos te amamos.


ESTE ME GUSTÓ Y DE SEGURO LUEGO ESCRIBO UNA SEGUNDA PARTE.

pedido de; TiffSenpaii acá tu pedido, espero te haya gustado 👉🏻👈🏻


Altas ganas le traigo a Enmu, pronto voy a escribir sobre él, esperenlo (⁎⁍̴̛ᴗ⁍̴̛⁎)

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top