2/3 - Kagaya Ubuyashiki y Tanjiro Kamado

—¿No será mucha molestia si me quedo aquí? —dudaste.

—Para nada, te recibiremos con los brazos abiertos —respondió tras una risita.

—¡Me encantaría quedarme aquí! —respondiste energética. —También quiero agradecérselo a Shinobu, así que si me lo permite, Kagaya-san, me gustaría poder visitarla cada fin de semana.

—No te preocupes por eso, vas a ser libre de hacer lo que gustes. Si necesitas ayuda puedes pedírsela a Shinobu o los demás pilares, incluso a mí o Amane —respondió.

«Así que su esposa se llama Amane...» te tocaste el corazón, una sonrisita débil apareció en tu cara. Te sentiste extraña al escuchar ese nombre, pero, tus emociones te dominaron en el momento. No resististe a correr, y abrazar con cuidado al hombre de ojos color lavanda en frente tuyo. Kagaya se sorprendió en el momento; no se esperaba un abrazo de tu parte, su cuerpo estaba tenso en un momento pero proceso la situación con rapidez; también te rodeó con sus brazos, lo apretaste con cariño y agradecimiento.

—Le seré leal en todo momento —comenzaste a hablar —prometo trabajar por el bien de la familia y la organización, ¡si hace falta entrenaré con los pilares y me volveré fuerte!

Exclamaste.

A Kagaya le sorprendió aún más tu entusiasmo, no quitó su sonrisa de la cara. Te escuchó con atención.

—Muchas gracias por todo...

El tono de tu voz le hizo darse cuenta de que habías comenzado a llorar, él comenzó a acariciar tu cabello y luego tu espalda; normalmente no haría eso, no obstante siempre hay excepciones. Después de algunas palabras tan profundas de agradecimiento... ¿por qué no recibir una recompensa a cambio? No es mucho, pero para ti significó mucho que, no sólo no se molestara por el abrazo, que correspondiera y ahora esté intentando hacer que te calmes. Lo hiciste, la serenidad de Kagaya ayudó en eso, tus emociones se apaciguaron gracias a ello.

—No te preocupes, mi niña, yo también agradezco que te sientas así —respondió.

Fue entonces que el tiempo pasó, semanas, meses... Viviste junto a él todo ese tiempo, hablabas con Amane e incluso Kiriya te confesó (como un secreto) que es un chico. Todos los días te despiertas temprano sin falta, ayudas a la limpieza del hogar e incluso aprendiste a cocinar, los fines de semana vas a visitar a Shinobu en la tarde y cada noche entrenas con algún pilar para después dormir. Parece una rutina aburrida, pero a ti te gusta y lo haces por Kagaya... Que tortuoso, la única razón detrás de todo eso es que comenzaste a verlo con otros ojos. Ya no podías recibir un halago o una muestra de cariño normal sin verlo de otra manera, ahora te sientes rara y en consecuencia a tus sentimientos; te duele verlo con su esposa.

Diste un gran suspiro mientras te tiras sobre el pasto, una voz te hizo sobresaltar.

—Kagaya... —murmuraste al verlo.

—¿Puedo sentarme a tu lado?

Te levantaste y lo ayudaste a sentarse, él se acomodó sentándose en el pasto también.

—¿Qué haces aquí?... ¡No me molesta tu presencia! Al contrario, pero es extraño; ¿dónde está Amane?

—Le pedí ayuda a Kanata para venir aquí, Amane está haciendo algunas cosas —respondió. —¿Por qué te parece tan raro?

Una risita salió de su boca al preguntar eso.

—Es que casi nunca estás solo...

—Ni siquiera ahora —volteaste a verlo. —Tú estás conmigo.

«Diciendo ese tipo de cosas... No sabes cuanto me confundes» pensaste.

—Así es.

—¿Podrías acercarte un poco más, mi niña?

«Encima llamándome así...» le hiciste caso, te pusiste justo a su lado y sentiste como él tomo tu mano.

—Ha pasado casi un año desde que estás aquí, quisiera darte un regalo... También será la selección final pronto.

—Cierto... —desviaste la mirada. —No necesito ningún regalo, no hace falta.

—Insisto —volteaste a verlo.

Un suspiro salió de tu boca.

—¿Qué tal un haori? —preguntaste. —No quiero ningún color en específico, sigue tu instinto...

Él río.

—Dudo poder salir a una tienda por uno, pero daré indicaciones exactas —respondió. —Sé que vas a regresar, así que por favor cuidate.

Te jaló de la mano hacia él, tragaste saliva porque quedaste recostada en su pecho, los latidos de su corazón te hicieron sentir nerviosa, sumándole a eso el hecho de que te está abrazando. Estabas tensa pero al instante te calmaste, su toque es delicado y suave.

Ninguno de los dos dijo algo más, sólo se quedaron así un tiempo.

Más confusión para ti.

• • •

Antes de que te fueras, en tu habitación había una prenda doblada, la tomaste y en cuanto lo viste tus ojos se te aguaron, había una nota escrita por Kanata a un lado, reconociste su letra, aunque se trataba de algo que dijo Kagaya. "El noveno en la segunda fila del lado derecho, parte trasera de la tienda". En realidad tuvo que dar indicaciones muy específicas, reíste. Habías hablado con Aoi, le contaste tus sentimientos (cambiando nombres claro), ella te dijo que siguieras tus instintos, que lucharas por él... Cuando te diste cuenta que sus consejos no sirvieron sin que sepa con exactitud de quien se trata, recurriste a Shinobu; ella fue quien te dio el consejo que en este momento vas a seguir.

Dejaste una figura que habías comprado la última vez que fuiste a un pueblo lejano, al lado dejaste una carta (que pudiese escuchar toda la familia Ubuyashiki) y saliste en busca de reafirmar tus sentimientos o cambiar de parecer. Si bien Uzui tiene 3 esposas, Kagaya no es Tengen, e incluso es mucho más calmado y simple que el pilar del sonido.

Te pusiste el haori y saliste.

Cuando ya había empezado la selección final te diste cuenta de los frutos de tu entrenamiento, no recordabas que Kanao también estaría ahí, así que de alguna manera te sentiste más cómoda. Los demonios tenían diferentes niveles, así que si bien habían algunos fuertes; por lo menos en tu camino llegaste a encontrar a muchos débiles, salvaste a algunos compañeros pero al parecer no sirvió. No quedaron muchos al final, te alegraste de estar viva, sin embargo te arrepentiste de tu decisión con Kagaya cuando habías salido de la montaña. Revolviste tu cabello, suspiraste y luego miraste la katana con la que habías peleado, ahora tendrás que emprender un viaje sola.

—¿Estás bien? —preguntó un chico.

Volteaste.

—S-sí, no es nada —respondiste retomando tu compostura.

Él sonrió y no dijo nada más.

Quizás regreses con Shinobu y luego salgas de ahí.

• • •

Estás caminando por las calles de Tokyo, nunca habías estado en una ciudad tan grande y hay mucha gente, tus ojos se dirigieron a una persona, lleva un sombrero blanco y un traje; frunciste el ceño, de alguna manera se te hace conocido, pero no sabes de donde. Entonces viste como alguien lo tomó del hombro haciendo que se detuviera, aprovechaste la oportunidad para también acercarte.

—Yo te conozco... —dijiste en voz alta pero con duda.

Aquel hombre volteó a ver al chico a un lado tuyo y después a ti.

Miraste al joven a tu lado y te diste cuenta que era uno de los que estaban en la selección final, tus ojos fueron a su katana, la cual estaba apunto de sacar, pero se detuvo porque una niña llamó al hombre enfrente de ustedes. Tragaste saliva pensando que te habías equivocado y tus recuerdos te hicieron una mala jugada, sin embargo cuando ese hombre estaba por irse, un chico que iba pasando por ahí se convirtió en demonio. El joven de pendientes reaccionó rápido, le ayudaste a detener al ahora demonio, pero los guardias comenzaron a llegar.

El decir todo lo que pasaron después, haría más larga la historia.

Sin embargo terminaron yéndose juntos.

—¿Así que te llamas Tanjiro? —preguntaste con una sonrisita caminando al lado suyo.

—¡Así es! —respondió. —Nos vimos antes, ¿verdad? En la selección final, si no mal recuerdo.

Asentiste.

—Que sorpresa volver a vernos —dijiste. —Es bueno no estar sola.

—Ya no lo estarás, no te preocupes —respondió.

Sonreíste.

—¿Sabes? Pude haber regresado a casa y sólo esperar a recibir mis misiones, pero... salí, dejé una nota y ahora ya no quiero volver a pesar de arrepentirme de mi decisión.

Tu sinceridad hizo a Tanjiro feliz, que alguien le cuente algo tan profundo y personal es bonito, casi un logro, ya que sabe que la persona que lo hace confía en él.

—¡Entonces acompañame y vayamos juntos, así ya no estarás sola y podrás prepararte para cuando tengas que regresar!

Lo miraste, un brillo apareció en tus ojos, él también tiene una sonrisa preciosa.

—¿En verdad?

—¡Claro! Aunque sí será así, también debo de confesar algo.

—¿Qué es? —preguntaste.

—Mi hermana es un demonio...

Por alguna extraña razón no te sorprendió, el hombre con aquel sombrero, un pariente convirtiéndose en un demonio... Son cosas que te suenan familiares, pero no terminas de entender.

—Ella se ha de sentir agradecida de tener a un hermano como tú —dijiste. —¡Eres en verdad una persona muy linda! Que agradable... Te preocupas por ella, y a juzgar por lo que vi ella es alguien tranquila. Me fui cuando estaban con Tamayo así que no me enteré de mucho...

—Gracias, _______.

Y así fue como se volvieron amigos. Continuaron haciendo misiones juntos, hasta que encontraron a Zenitsu quien se les unió (no sin antes pedirte ser su esposa, pero Tanjiro lo regañó) y luego dieron con Inosuke. Así que salir de tu hogar hizo que descubrieras un nuevo y mejor mundo, en este momento Zenitsu e Inosuke tienen una misión juntos, mientras tanto tú y Tanjiro aprovechan el tiempo que tienen libre; salieron a dar un paseo al rededor del pueblo donde se encuentran, es grande pero nada comparado con Tokio. Hace no mucho recibieron su paga, los dos subieron de rango así que él dijo que quería comprarte algo, sin embargo tu también lo dijiste; para que no siguieran de esa manera, cada uno ofreciéndole al otro, quedaron en comprarse algo mutuamente, así como darse un regalo.

Encontraste un señor que te llamó la atención, está vendiendo algunos dulces así que te acercaste corriendo, siendo perseguida por Tanjiro. Cuando llegó junto a ti, le diste unos luego de haber pagado y siguieron caminando.

—Cuando Nezuko vuelva a ser humana, voy a comprarle mucha ropa bonita para que se vea más hermosa de lo que ya es —comentaste con una sonrisa mientras le dabas un vistazo a la caja y luego volvías tu vista al camino.

—Creo que quien debió de haber dicho eso, soy yo —Tanjiro río.

—Bueno, después de un tiempo es la única chica que he visto y es mi amiga —respondiste con una sonrisita.

—Entonces si llegas a comprarle algo a Nezuko te tendré que dar algo a cambio.

Te respondió tu amigo para luego darle una mordida al mochi en sus manos.

—No hace falta. ~

—¡Claro que sí! —exclamó. —Estoy seguro de que te verás preciosa en un kimono muy lindo, el color que tiene tu haori te queda bien.

Sus palabras hicieron que te sonrojaras, pero en cuanto mencionó tu haori tus labios se curvaron con tristeza.

—¿Es así? Este fue un regalo —dijiste suspirando. —De alguien que me gustaba... ¿gusta?

—Oh... ¿sucedió algo malo? —negaste.

—Sólo que tiene familia... ¡Aunque ahora estoy mucho mejor! Te conocí a ti y conseguí nuevas metas, tengo más amigos y soy feliz contigo...

Tus nervios se apoderaron de ti cuando procesaste tus palabras.

—Y con los demás... —agregaste.

—¡Estoy alegre de que pienses eso, _______-chan! Seguiremos haciendo que te sientas cómoda. Yo te quiero mucho y estoy seguro que los demás también...

Lo miraste de reojo y te diste cuenta de que sus mejillas están levemente rojas.

—No recuerdo mucho sobre mi pasado —confesaste. —Así que estoy alegre de poder hacer nuevas memorias junto a ti y los demás.

Creo que el hecho de que lo mencionaras a él separado de tu grupo de amigos es demasiado obvio, tanto que ni tú te diste cuenta. Incluso Tanjiro pudo sentir un leve olor a amor emanando de ti, es por eso que se sintió avergonzado; su consuelo fue que quizás había entendido mal porque estabas hablando de alguien más, y de ahí salía ese olor, pero eso no quitó ese pensamiento de su cabeza. Cuando terminó de comer su mochi, tú lo tomaste de la mano y comenzaron a correr.

Luego de ese momento tan divertido, no mucho después tuvieron una misión donde no creerías regresarías a tu hogar. Todos vuelven a donde una vez fueron felices, ¿no?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top