Yo te conozco...
Sinopsis:
Por no tener nada productivo que hacer, Kyojuro decide ir a caminar por las nevadas calles de Tokyo. Sin embargo, todo cambia cuando se encuentra a una persona que su mente había olvidado muchos años atrás.
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Mientras el Clan Kamaboko estaba en el parque en el centro de Japón, justamente en el otro parque que está al lado de ese, podemos ver a los personajes de tercer año que tanto queremos.
—Me sorprende que Sanemi no me haya lanzado una bola de nieve— Dijo Giyuu de la nada.
—Tranquilo, yo me encargo— Dijo Iguro mientras hace una bola de nieve, él estaba al lado de Giyuu.
Luego, le lanza la bola de nieve al albino, el cual estaba sentado en una banca tranquilamente tomando un cafecito junto a su novia.
Y obviamente, su paz fue interrumpida.
—¡¡¿QUE MIERDAS FUE?!!— Gritó eufórico Sanemi mientras se levanta de golpe de la banca.
—Fue Tomioka— Iguro señala al mencionado.
—¡¿Que?!— Exclamó Giyuu desconcertado.
—Necesitabas que Salami te lanzara una bola de nieve, y ahí esta— Le susurra Iguro para después guiñarle el ojo.
—¡No era eso a lo que me referi-...!— Es interrumpido por un golpe de una bola de nieve de mas o menos treinta centímetros de diámetro por parte de Sanemi.
Y ese golpe lo dejó prácticamente enterrado en la nieve.
—No entiendo, ¿por qué siempre es Tomioka el que recibe todo los golpes?— Preguntó inocentemente Mitsuri.
—Porque la iguana esa es como una Looney Toon, por más que se quiera morir, no se muere— Respondió Iguro.
—Oh... Entiendo...
—Bien, iré a desenterrarlo— Shinobu se acerca a Giyuu para desenterralo de la nieve.
Aunque en realidad, lo enterró aún más.
—Kocho, creo que deberías desenterrarlo, se que él se quiere morir pero congelado ya es demasiado— Kyojuro aparece.
—Bueno, está bien...— Shinobu empieza a desenterrar a Giyuu de la nieve.
¿Que como estaban vestidos cada uno? Bueno, respuesta sencilla...
A Mitsuri la podemos ver con un suéter de algodón blanco, una falta negra que le llegaba un poco más arriba de las rodillas con un short abajo para evitarse la vergüenza de ya saben, y más si hay mucho viento.
A Shinobu la podemos ver con un suéter morado oscuro, guantes de algodón blancos, una bufanda blanca y unos pantalones abrigados negros.
A Sopa de Tapioka lo podemos ver mas o menos igual a Shinobu, solo que su suéter es negro y sus guantes azules.
Al perro rabioso (Sanemi) lo podemos ver con un suéter verde claro y unos jeans grises nada más.
A la mascota del grupo (Iguro) lo podemos ver con una bufanda blanca, su haori de rayado de blanco y negro y unos pantalones negro, pareciendo un prisionero.
A RenGODku lo podemos ver con un suéter rojo oscuro y unos jeans negro, el más simple de todos junto a Sanemi.
Y por última, a Kanae la podemos ver con un suéter de algodón fucsia y una falta gris que le llega un poco más abajo de sus rodillas, más o menos parecida a Mitsuri.
—Listo, ya no morirás por congelamiento, Tomioka-San— Shinobu terminó de desenterrar al mencionado.
—Gracias, Shinob-...— Y es interrumpido por otra bola de nieve de treinta centímetros de diámetro, dejándolo otra vez enterrado en la nieve.
—Nemi... ¿Por qué le lanzaste otra bola de nieve si no hizo nada malo?— Preguntó Kanae.
—Claro que si, existir— Respondió el albino con orgullo.
—Entonces, toma— Sin saber de dónde carajos salió, Kanae le lanzó una bola de nieve en toda la cara para luego salir corriendo muriendo de la risa.
—¡O-Oye!— Luego que quitarse toda la nieve de su rostro, el albino persigue a su novia por todo el parque.
Shinobu ve como los dos se van corriendo. —Me doy cuenta que Kanae es la única persona que Sanemi no le menta la madre si le hace algo que no le guste.
—¿Que esperabas? Si lo tiene dominado— Agregó Iguro.
—Bueno, eso es verdad...— Murmuró la pelirosa.
Iguro ve a Mitsuri de reojo. —¿Será que se lo pregunto?— Pensó.
—Shinobu... ¿Podrías ayudarme aquí? No siento mis brazos— Dijo Giyuu aún enterrado.
Shinobu lo ve. —Claro, pero si vas al baile de invierno conmigo.
—¿Que vergas en un baile de invierno?.
—...
—...
—Que te desentierre la mascota tuya— Se levanta y se va.
—Bueno. Iguro, ven y sacame de aquí.
—Lo siento, no puedo porque estoy ocupado y porque no quiero— Dijo el de ojos bicolor mientras toma a Mitsuri de la cintura y se van de ahí.
—K-Kyojuro, ayudame— No recibe respuesta alguna. —¿Kyojuro? ¿Hay alguien ahí?— Y lo dejaron solo enterrado en la nieve.
—Bueno ya, te saco de ahi si vas a baile de invierno conmigo— Shinobu vuelve a aparecer.
—Si como sea, pero ya sacame de aquí antes de que me muera congelado.
—¿Quieres que te saque porque iras al baile conmigo o porque no te quieres morir?.
—¡Por ambas cosas!.
—Esta bien, pero primero...— Ella saca su celular y le saca una foto al pobre Tomioka. —Para el fondo de pantalla— Dijo entre risas.
—¡Ya sacame de aquí!.
—Ya, esta bien— Entre risas, empieza a desenterrar al pobre Tomioka.
[...]
Unas horas más tarde, podemos ver a Iguro y a Mitsuri en casa del chico acostados en el sofá, aunque Mitsuri estaba arriba de él, ambos arropados.
—Me sorprende que hayas querido venir aquí, Iguro-San— Dijo la chica.
—Bueno, estaba cansado y muerto de frío ya, así que decidí mejor venir para acá contigo y así podamos descansar— Argumentó el chico.
—Me hace muy feliz estar contigo— Mitsuri se acurra aún más.
Iguro la abraza— Y aquí estaré por siempre...
—Mmm...— Se iba a quedar dormida. —Por cierto... ¿Y Kaburamaru?.
—¿Eh? Oh, esta metida en su hueco, no le gusta el frío, así que pasará la mayor parte de diciembre ahí metida.
—Supongo que sale nada más cuando tiene hambre.
—Hmm.
—Iguro-San, descansa— Le da un beso en los labios.
Él se queda muda por unos segundos. —¿Puedo preguntarte algo?.
Ella lo ve. —¿Que sucede, Iguro-San?.
—¿Sabes que la semana que viene es el baile de invierno, no?.
—Si, y voy a ir contigo— Sonríe.
Iguro suelta una risita. —Siempre te me adelantas a todo.
—Asi fue nuestro primer beso— Ríe también.
—Lo sé, esa estrategia tuya fue bastante buena.
—Esa estrategia nunca...— Bosteza. —...falla...— Y se queda dormida.
El azabache ve a su hermosa pareja dormida con una sonrisa, luego él besa su frente y se dispone a dormir también.
[...]
En horas de la noche, luego de todo el escándalo ocurrido en el parque, podemos ver al rubio Rengoku caminar tranquilamente por las nocturnas calles de Tokyo, aunque por suerte las calles estaba siendo iluminadas por las luces de los autos y los faroles de la calle, y ni hablar de la cantidad incontable de luces que habían en los edificios.
No es tan común que Kyojuro saliera a caminar el solo, mayormente salía acompañado de alguno de sus amigos. Sin embargo, al parecer hoy la cosa fue diferente para el rubio.
No piensen que ellos prefirieron estar con sus parejas que estar con él, hasta el mismo Sanemi (sorprendentemente) le sugirió para ir a una sala de arcade, sin embargo, Kyojuro lo rechazó ya que él quería que el albino pasara tiempo con su novia, y más si aún tenía que preguntarle a Kanae si iría al baile de invierno con él.
Lo que él no sabe, es que Sanemi jamás le preguntó a Kanae si le gustaría ir al baile con él, ya que fue Kanae quien lo sugirió... Bueno, para ser precisos, dijo que ambos irían a un lugar donde habrían muchos ohagis, y Sanemi no rechazo esa gran oferta.
Regresando con Rengoku, este había caminado hasta el grado de literalmente ir por el Rainbow Bridge de Tokyo, el hermoso puente que por la noche es iluminado por todos los colores del arcoiris, de ahí su nombre. Y en temporada de invierno se veía aún más hermoso, debido a los copos cristalinos de nieve, pareciera como si todo el puente estuviera brillando tanto como una estrella misma.
Él prácticamente tenía la mente en blanco, sin pensamiento alguno, simplemente dejándose llevar a donde sus pies quisieran llevarlo, siendo sus rostro iluminado por las luces de los autos y las luces del puente en general.
Sin embargo, todo cambió al escuchar en sonido de metal rechinando unos metros más adelante y ver una figura humana en el borde del puente.
—¿Hmm? ¿Que fue eso?— Él se reincorpora y camina más rápido hacia el origen del sonido.
Y cuando llega, ve lo que menos desea ver.
A una chica de entre 16 y 17 años guindada en el borde del puente a punto de lanzarse al vacío.
—N-No lo haga...— Él se acerca lentamente hacia la chica.
Ella se tensiona al escucharlo hablar y acercarse. —¡No camine! ¡No se acerque más!— Exclamó sin mirarlo.
—¿En donde he escuchado eso?— Pensó. —O-Oye... Ten cuidado, te vas a caer— Él se acerca lo mas lento y silencioso posible.
—Es justo lo que quiero hacer, ahora largate...— Su voz se escuchaba quebrada, como si hubiese salido del mayor llanto de su vida.
—No... Eso no es lo que usted quiere...
—¡¿Que te hace pensar eso?! ¡No me conoces!.
—Si es así... Entonces hubiera saltado apenas me acerqué a usted...
—V-Voy a saltar...— Su voz se quiebra aún más.
—No, no quiere hacerlo...— Se sigue acercando lentamente.
—Me estás distrayendo...
—Venga, la ayudaré a subir...— Lentamente le extiende la mano.
—No, dejame en paz...
Finalmente Kyojuro se acerca por completo a la chica, y lo primero que logra ver es el cabello de la chica, un cabello color dorado, tan dorado, que su fuera oro de verdad costaría millones de dólares.
Sin embargo, aún no lograba observar su rostro.
—Usted no quiero hacer esto... De ser así, ya hubiese saltado.
La chica no dice nada.
—¿Por qué quiere lanzarse? Si es que puedo preguntar.
—No tengo nada que hacer con mi vida... Mi madre falleció hace semanas, nunca veo a mi padre, mi escuela no sirve de nada, quiero tener un hombro sobre el cual llorar, pero no tengo ningún amigo o amiga, mi vida apesta, mi vida no tiene sentido— Respondió con la voz quebrada y seguramente muchas lágrimas recorriendo su rostro.
—La vida no tiene sentido hasta que nosotros le buscamos uno...
—Mentira...
—Es la verdad, solo usted puedes darle un sentido a su vida y llevarla a donde tanto desea.
—La quiero llevar hasta la muerte...
—Si fuese así, ya hubiera saltado desde hace rato y aún sigue aquí. Hay algo que aún anhela tener en su vida.
—No estoy segura de ello...
—Si es así, entonces déjeme ayudarla a buscar eso que tanto anhela— Sonríe, una sonrisa que la pelidoraba debía ver.
—¿M-Me ayudarás?.
Él la toma lentamente del brazo derecho. —No la dejaré sola, se lo prometo...
Ella lentamente lo toma de la mano para luego darse la vuelta con cuidado de no caerse.
Y sus miradas se conectan, quedando él encantado por esos hermosos ojos amarillos de la chica.
—¿K-Kyojuro?— Preguntó la chica atónita.
—Yo te conozco...— Los ojos del rubio brillaron tanto como el puente. —Eres la chica que conocí en primaria...— Estaba igual de atónito que la chica.
—Creí que jamás te volvería a encontrar...
Kyojuro la toma de la cintura. —Sostente— Dijo con un rubor en sus mejillas, y no a causa del frío.
Ella lo rodea del cuello, abrazandolo. Y él la levanta para así sacarla de la orilla del puente, y una vez a salvo, la deja en el suelo.
Kyojuro la suelta. —Ya estas a salvo.
—Gracias por ayudarme...— Ella también estaba ruborizada
—¿Puedo saber... tu nombre?.
—S-Soy Akemi Taiyo...
—Finalmente sé tu nombre— Ríe de vergüenza.
—Lamento haberte metido en este problema, Kyojuro...— Dijo cabizbajo.
—Oye, esta bien— Él la toma del hombro. —Vamos, levanta esa carita, solo necesitabas ayuda.
—¿L-Lo dices en serio?.
—Algo que siempre digo es... Vive con orgullo y la frente en alto. Si te vence tu debilidad, calienta tu corazón, aprieta tus dientes y sigue adelante. Aunque tu cobardía te frene, eso no detendrá el paso del tiempo; todos llegaremos a nuestro fin tarde o temprano, no te sientas triste por ello— Dijo una voz de serenidad, serenidad que lleno de paz y tranquilidad el corazón de la chica, y más tranquilidad al recibir una acaricia en el cabello.
—G-Gracias por haberme ayudado, Kyojuro— Sonríe.
—¡No es nada!— Exclamó con un sonrisa.
Ella se da la vuelta y camina, dejando al rubio ahí parado, hasta que...
Ella lo mira otra vez. —¿Vienes o no?.
—¿Eh? ¡Oh! ¡Si, claro!— Camina rápidamente hacia la chica.
Y ambos se van caminando juntos, hablando durante todo el camino. Y ahora Kyojuro no estaba caminando solo como en un principio, ahora estaba caminando con alguien que su mente había olvidado, pero su corazón recordó por siempre.
Y toda esa caminata y charla con la chica, fue a tal grado, que literalmente duraron juntos hasta el amanecer, pero completamente felices por haber pasado el tiempo juntos.
—————
No se por qué, pero este capitulo me recordó tanto a Titanic XD. La chica a punto de suicidarse y llega en men a salvar la trama, que de paso también es rubio XD.
En fin, en este capítulo introduje a un OC original mio para esta historia, aquí les dejo una imagen para que tengan una idea de la apariencia de la chica para la próxima vez que aparezca.
¿Como serán las cosas en la vida de Kyojuro tras el regreso de Akemi a su vida? ¿Quien es Akemi Taiyo realmente?
¡Lo averiguaremos más adelante!
¡Espero que les haya gustado el capítulo! ¡No olviden comentar y votar!
¡Hasta la próxima! ❤️
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—Oye, Nemi— Kanae lo llama.
Él la mira. —¿Que pasa?.
Ambos estaban en la cocina de la casa del albino, comiendo un pastel de chocolate que el chico compró.
—¿Que haras la próxima semana?.
—Pues, si los profesores no se ponen con ganas de joder con las tareas, supongo que nada en especial, ¿por qué?.
—¿Sabes? Se lo mucho que te encanta los ohagis...
—Si...
—Y el martes habrá un evento especial en Kimetsu Academia...
—¿Entonces...?.
—Y no tengo con quien ir a ese evento especial...— Juega con un trozo del pastel.
—Se que estas hablando de ese horroroso baile de invierno, y las nalgas mías irán a esa porquería— Chasquea con su lengua.
—Y quería que fueras conmigo para ese evento a comer muchos ohagis— Completó.
Sanemi se congela. —¿Habrán... ohagis?.
—Tantos que perdí la cuenta...
—Entonces...— Él se levanta de la silla. —¡Iremos juntos al baile de invierno!— Exclamó con orgullo.
—Sabia que aceptaría si hablaba de ohagis— Pensó con una sonrisa.
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