San Valentín en Kimetsu Academia.
Sinopsis:
El día del amor y la amistad llegó a nuestro querido instituto, veamos cómo cada pareja y grupos de amigos conviven en tan hermoso (y aveces doloroso) día.
—————
14 de febrero, mejor conocido como el día del amor y la amistad o simplemente como el día de San Valentín. Considerado como el día más romántico de todo el año aunque aveces también puede ser considerado como uno de los más dolorosos.
Si bien en Japón el día de San Valentín son las mujeres quienes entregan los regalos mientras que los hombres lo harán un mes después, en el White Day.
Las mujeres regalan principalmente chocolates, ya sea un chocolate de amor o un chocolate de amigo, siendo este último el más frecuente de todos. Sin embargo, si un hombre quiere entregar algo en San Valentín es completamente bienvenido a hacerlo.
Kimetsu Academia tampoco fue la excepción de celebrar el tan empalagoso día. El director Ubuyashiki le permitió a todos los alumnos el intercambiar chocolates y regalos sin ninguna limitación, claro, sin tampoco pasarse tanto de la raya, actos subidos de todo seguían estando prohibidos en el instituto... Claro, sabiendo como son los adolescentes y jóvenes de ahora, ignoraban por completo esa regla cuando se iban al "Rincón erotico".
En fin, al igual que fue aplicado con el capítulo del baile de invierno, el autor desea enseñar el cómo cada pareja pasó su día del amor y la amistad, así que pónganse cómodo y disfruten de lo que podría ser el capítulo más empalagoso de Kimetsu Academia.
—————
Iguro y Mitsuri: El chocolate no es la única solución.
La primera pareja que se dio a conocer en la historia. Si bien esa sería la primera vez que ambos pasarían el 14 de febrero juntos, por lo que ambos prácticamente no sabían que hacer, sobretodo Mitsuri.
Algo que hay que llevar en mente durante toda esta parte del capítulo es, que Mitsuri tiene un agujero negro de estómago.
Vayamos a la noche anterior del 14 de febrero y también vamos a transladarnos a la residencia Kanroji, viendo a nuestra quería pelirrosa en la cocina haciendo varios intentos fallidos de chocolates.
Si bien no es la primera vez que ella hace chocolates, ha hecho muchísimos chocolates para sus amigos y sobretodo para satisfacer sus ansias y antojos de medianoche de comerse algún dulce. Y todos esos chocolates y dulces le salían a la perfección. Pero esta vez fue completamente diferente. Era la primera vez que hacía chocolates para alguien que amaba, para alguien que tenía guardado en lo más profundo de su corazón, lo que será la primera vez que tendría que hacer los chocolates mas especiales que se le podrían ocurrir.
Tal y como se dijo con anterioridad, ahí estaba ella en la cocina haciendo varios intentos fallidos de chocolates. Seguramente se estarán preguntando por qué le estaban saliendo mal, y la respuesta es sumamente fácil: estaba completamente nerviosa. Era su primera vez haciendo chocolates especiales y también tenía esa mala costumbre de comerse los chocolates que había hecho, maldiciendose a sí misma y su abismo estomacal por eso.
—¿Por qué no me salen bien?— Se quejó jalandose las trenzas del cabello por la frustración.
Ya había hecho más de treinta chocolates siguiendo la misma receta de Internet sobre "chocolates para la persona que amas", y prácticamente todos les salían del carajo. Le quedaban muy dulces, otros muy grumosos, se le quemaban, quedaban muy crudos e incluso un extraño suceso que les quedó salados.
Su cara y su camisa estaban llenos de chocolate y harina, estaba completamente sucia y exhausta de hacer chocolates por casi todo el día, estaba que lanzaba los chocolates por la ventana. Veía los chocolates de amigo que hizo y esos si le habían quedado a la perfección, sabían bien y no tenían ningún error.
Pero veía los chocolates que hacía para Iguro y eran completamente lo contrario.
Estaba cansada, ya era muy de la madrugada, y su frustración era sumamente grave, estaba muy decepcionada de sí misma y sobretodo tenía mucho miedo de que a su novio no le gusten sus chocolates... o peor todavía, que ni siquiera los tenga hechos.
Se sentó en el piso con la espalda en la pared, ocultando su rostro en sus piernas, en verdad que estaba muy frustrada y no sabía que hacer para que sus chocolates salgan bien. Pensó en quizás comprarlos, pero eso le quitaría por completo ese detalle de que sean unos chocolates especiales.
Sin embargo, se le prendió el foco al mismo tiempo que sus ojos verdes se llenaron de brillos, la mejor idea de su vida había llegado, así que tomó su teléfono y busco una receta que le podría salir a la perfección gracias a su muy sencilla preparación. Además de que, serían más especiales pero ese postre sólo sería para Iguro.
[...]
Al día siguiente, siendo ya 14 de febrero, Mitsuri llegaba a toda prisa a Kimetsu Academia, había llegado tarde por quedarse dormida, el precio de haber madrugando haciendo postre para su amado.
Tenía una bolsa donde llevabas los chocolates de sus amigos en una mano, mientras que en la otra llevaba el postre que era para su amado.
Se encontraba a varias chicas dándole el chocolate de sus parejas y también varios de ellos siendo regresados con otros chocolates al igual que con otro detalle más. Ver eso la empezaba a llenar de nervios por esperar a ver cual sería la reacción de su amado al ver y probar el dulce que le preparó.
Cuando llegó al instituto a tan solo unos pocos segundos de cerrar las puertas y también despues de tolerar un sermón del portero, fue corriendo a su salón. Tendría que esperarse al receso para entregar sus dulces. Así que no es sorpresa el que haya estado muy nerviosa durante las primeras horas de clase, con un rubor en todas sus mejillas, que les llegaba hasta las orejas.
Veía a todas las direcciones, viendo a sus compañeros de clase y a sus amigos. Shinobu y Kanae anotando lo que estaba en la pizarra con mucha tranquilidad, Kyojuro muriéndose de hambre por el olor a dulces que inundaba todo el salón, Giyuu con intenciones de quedarse dormir, Sanemi picandose la nariz y por último a Iguro, el cual estaba viendo la clase con su cabeza reposando en su mano derecha.
Él notó la mirada de Mitsuri puesta sobre sí mismo, así que llevó su mirada al rostro de ella, y esta al darse cuenta volteó la mirada de golpe, poniéndose más roja todavía. Iguro sólo levantó la ceja extrañado por la actitud de su novia, si bien la han visto con muchas actitudes, pero jamás la había visto tan nerviosa.
Ese había sido sin duda alguna la espera al receso más larga que pudo haber tenido, estaba completamente aterrada de la reacción de su pareja sobre el dulce que hizo.
Y cuando finalmente llegó la hora de ir al receso, ella tomó las bolsas y salió corriendo del salón, cosa que extrañó mucho a sus amigos, sobretodo a Iguro y a Shinobu.
—¿Sabes que le pasa?— Le preguntó Iguro a Shinobu.
—Ni idea, se le nota muy nerviosa, y me parece extraño ya que no hay ningún examen cerca.
—Es que noté que se puso más nerviosa cuando le dirigí la mirada, ni siquiera cuando nos saludamos estaba así de nerviosa.
—Capaz debe ser por...— Shinobu comprendió los nervios de Mitsuri. —Oh... Así que es eso.
—¿Que es?
—Lo siento, tendrás que ir ahora mismo a averiguar que es.
—¿Crees que tengo tetas o que? No me voy a meter al baño de mujeres.
—No me refería a eso, y si lo hacías te voy a dar un veneno que te provoque disfuncion erectil... Lo que me refiero es a que vayas a buscarla y le preguntes que sucede.
—Lo del veneno sobraba, pero está bien, iré.
—Buena suerte, y toma— Shinobu le entrega un bombón de chocolate. —Un chocolate de amigo, feliz día del amor y la amistad— Toma su desayuno y se va, dejando el heterocromatico pensativo.
Vio un poco a Shinobu al irse, pensando en la palabras que le había dicho, mientras que ella le daba un chocolate de amigo a Kyojuro y a Sanemi, Kyojuro se lo comió como si no hubiera un mañana, pero Sanemi al comerlo lo escupió mientras gritaba que sabía horrible, Shinobu soltando una risa malévola.
Después de pensar un poco más, se armó de valor y decidió ir a buscar a su amada, con el corazón latiendole a millon por hora, tomó la perilla de la puerta y la abrió, e inesperadamente vio a esa mujer que tanto le movía el piso, poniéndose completamente rojo de la cara, tenía frente a sus ojos a Mitsuri.
—Mi-... Mitsuri...— Murmuró él sorprendido.
—Espérame en la azotea, hay algo que quiero que veas— Respondió la pelirosa con un tono de voz muy frío y cortante.
Iguro al escuchar esa voz de su novia solo pudo tragar fuerte. —Cla-... Claro...
Tras eso, Mitsuri entra al salón sin dirigirle la mirada y empieza a entrar los chocolates de amigo a sus más queridos amigos, con una radiante sonrisa y mucha emoción.
Iguro siente un escalofrío al tener un mal presentimiento sin saber por qué, pensaba que podría ser a causa de esa extraña actitud de su novia, que jamás la había visto así de fría y seria, pareciendo una mujer completamente diferente.
Hizo caso a la petición de su amada, dirigiendose a la azotea pensando en que podría ser lo que su novia quería, iba a paso lento, por lo que llegar le iba a tomar un tiempo bastante moderado, en el camino topandose con varias parejas intercambiando regalos felizmente, aunque notaba algunos soldados caídos por sus miradas apagadas y con los regalos en la mano, incluso pasó un soldado caído caminando rápido tapándose los ojos que seguramente estaban llorando, chocando accidentalmente contra él.
—¡Fijate, personaje de relleno!— Gritó Iguro por el golpe.
Quién chocó contra Iguro solo siguió de largo, mientras el chocado sólo se acomodó el suéter y siguió su camino hasta la terraza.
Fácilmente se puede omitir que mientras subía las escaleras, se encontró a varias parejas en sus momentos empalagosos, sumergidos en sus sesiones de besos como si no hubiese nadie alrededor, cosa que puso completamente incomodo al Obanai, apurando más el paso para llegar más rápido a la azotea, llegando después de un tortuoso y empalagoso camino.
—Sigh... Que molestos, aunque teniendo a Mitsuri como novia, no tengo ni la más mínima moral para hablar de eso...— Después de decir eso, se dispuso a ver el cielo, el cual indicaba que posiblemente vaya a llover. —Es que hasta el cielo indica que hay muchos corazones rotos hoy, típico de San Valentín.
Se estaba matando la cabeza con respecto a que era de lo que su novia quería hablarle. ¿Algo la había molestado? Llevaban más de medio año escolar siendo novios, y muy rara vez se molestaban entre ellos, así que no encontraba la razón por la cual Mitsuri estaría enojada, aparte de que no recuerda haber hecho algo malo. También llegó a pensar que le podría terminar, cosa que lo tenía más preocupado, aunque también muy extrañado, porque Mitsuri se ha mantenido igual todas las últimas semanas, sin notar alguna señal de que su amor disminuyó. Y no podía decir que ella estaba actuando, porque en general, Mitsuri es terriblemente pésima para mentir.
Fueron aproximadamente los doce minutos más largos de su vida, que fue hasta que la pelirosa entró finalmente a la azotea, siendo él incapaz de verla a los ojos por lo increíblemente nervioso que estaba.
—H-Hola...— Saludó Iguro con apenas un hilo de voz.
—Perdón por haberte hecho esperar, estaba entregando los chocolates de amigo— Dijo ella, aún manteniendo esa voz fría y cortante, generandole un escalofrío al chico.
—N-No te preocupes, no esperé tanto tiempo tampoco.
—En fin, la razón por la cual te hice venir hasta acá es por...— Ella se acerca a él caminando lentamente. —Quiero terminar...
Iguro siente como la sangre se le bajó hasta los pies. —¿Q-... Que?
—Qui-... Quiero terminar de darte el regalo, y necesitaba que fuera en un lugar donde solamente estemos nosotros dos...— Dijo con un rubor en sus mejillas.
Iguro aún en shock por lo que Mitsuri dijo que lo hizo creer algo completamente devastador sigue sin decir ni una sola palabra.
De su suéter, ella saca un brownie con forma de corazón. —No encontraba la manera para hacer un chocolate super especial para ti, me salían terriblemente mal y pues, me estaba dando por vencida... Pero se me ocurrió la idea de hacerte un brownie, sé lo mucho que te gustan, aparte de que jamás he hecho uno para otra persona en San Valentín, así que es el dulce más especial que he hecho y es solo para ti... Te amo, Iguro Obanai, y con este dulce no podré expresar todo lo que siento por ti, porque en verdad es algo tan grande y especial que no puedo hacerlo con simples palabras y detalles...— Terminó con una sonrisa.
Al entrar en razón, Iguro solamente pudo reírse de sí mismo por la reacción que tuvo, además de un pequeño sentimiento nostálgico en su corazón, recordando aquella vez que la invitó a salir y su respuesta por un momento lo hizo creer que ella no quería salir con él, siendo al final completamente lo contrario.
—Ay, Mitsuri...— Se acerca y toma el brownie para después verla directamente a los ojos. —La verdad con un chocolate normal estaría más que feliz, pero ver que hiciste algo así de especial para mi me regocija completamente el corazón, en verdad que eres la mejor... Muchas gracias, amor mio...— Dijo para tomarla del mentón y darle un beso en los labios. —Feliz San Valentín...
—Feliz San Valentín...— Respondió ella con una sonrisa mientras abraza a su novio con mucho amor.
Aveces, el chocolate no es la única solución.
—————
Tanjiro y Kanao: Tiernas coincidencias.
La pareja más empalagosa y también de las más queridas de ésta historia es sin duda Tanjiro y Kanao, más que nada por ser aquel amor de adolescencia tan hermoso e inocente.
Si bien Tanjiro estaba consciente de que el 14 de febrero son las mujeres quienes regalan, esta vez él quiso ser la excepción y decidió regalarle a su novia algo ese mismo día también. Claro, el 15 de marzo también lo hará.
Paso la noche antes de San Valentín se quedó despierto pensando en qué regalarle a Kanao, si bien conocía bastante bien sus gustos y lo que ella tanto ama pero había un pequeño e inocente problema...
Tanjiro es pésimo para elegir regalos.
Sin embargo, el título de esta parte de la historia demuestra que el tema principal será las coincidencias.
Resulta que Kanao también se quedó despierta tras despedirse de su novio por mensaje, pensando en que lo podría regalar, había hablado muchísimo de sus gustos y de lo que amaban, pero también estaba ese pequeño problema en la chica.
Kanao también es pésima para elegir regalos.
Ambos daban vueltas sin parar por la cama, pensando en que carajos regalarle al otro, consideraron que podría ser chocolates como suele hacerse en San Valentín, pero ya estaba medio cliché esa idea, además de que ambos pensaban que un chocolate no sería suficiente para expresar sus sentimientos.
Ambos jóvenes tardaron aproximadamente dos horas en dormirse por andar pensando en que regalarle a su pareja.
Al día siguiente ya en el colegio si bien las cosas no fueron nada sencillo para ambos, obviamente pasaron todo el día juntos y disfrutando de la presencia del otro. Pero ambos cargaban el remordimiento de no saber que carajos regalar, ambos temiendo que el otro podría molestarse con el regalo que le den, o peor aún, que crean que no le regalaran nada.
Este día fue un completo remordimiento para Tanjiro, ni siquiera podía olfatear el cómo se sentía su novia con respecto al tema de San Valentín, como si su tan preciado sentido se bloqueara completamente solo por estar completamente nervioso.
Ese detalle le provocaría muchos problemas, ya que no podría saber que quería Kanao o como se sentía al estár con él, y nada peor que no saber que es lo que quiere una mujer.
El profesor que le había tocado a esa hora no pudo asistir, por lo que tuvieron esa hora libre que duraba hasta el receso. El Clan Kamaboko se decidió reunir para hablar de cosas triviales, Zenitsu estaba jugando cartas con Nezuko y Aoi, Genya estaba haciendo fuercitas con Inosuke, mientras que Tanjiro y Kanao estaban juntos, aunque es más que obvio que no eran capaces de dirigirse ni la mirada.
La primera quien notó ese extraño comportamiento en la empalagoso parejita fue Hayami Kobayashi, quien estaba viendo una serie en su teléfono, pausandola luego y se levantó para acercarse a su mejor amiga.
—Kanao— Ella la mira. —¿Tienes un momento?
—¿Eh? Oh, s-si claro, por supuesto— Kanao se levanta, pero mira a Tanjiro antes de irse. —Ahora regreso, esperame aquí.
—Cl-Claro— Dijo el peliburdeo un poco nervioso.
Así, ambas chicas salen del salón y se disponen a caminar por los pasillos del instituto, aunque unn tanto calladas al principio.
Obviamente Hayami tenía que ser la primera en hablar, y más al notar la mirada un tanto apagada de Kanao.
—¿Que es lo que está pasando?— Preguntó poniendo llevando sus manos detrás de su espalda.
—¡¿E-Eh?! ¡N-Nada!— Exclamó Kanao nerviosa y un poco sonrojada.
Hayami arquea una ceja al ver aquella actitud tan inusual. —Has estado actuando raro desde esta mañana, sé que eres callada por naturaleza pero es que ni siquiera hablas con tu novio... ¿Pasó algo entre ustedes?
Kanao suspira derrotada. —No es que haya pasado algo, es solo que... no sé que regalarle para San Valentín...
—¿Que pasó con los chocolates?
—Sé que puedo regalarle chocolates, pero quiero darle algo fuera de lo común pero no sé qué puede ser y me da miedo porque capaz se pueda aburrir de mí y sería completamente desastro-...— Kanao es interrumpida.
—Oye, no tan rápido, McQueen... No sobrepienses mucho esa parte o en verdad vas a perder la cabeza...
—¿Y que se supone que haga? Tanjiro es mi primer novio, y han habido situaciones que no sé que hacer para complacerlo.
Hayami la ve con los ojos abiertos y un rubor en las mejillas. —¿Eh?
Kanao se sonroja de golpe. —¡N-No me refería a eso, por el amor de Koyaharu! Tienes que dejar de leer fanfics en Wattpad.
Hayami ríe. —No seas tan credulo, McFly... En fin, entiendo tus nervios, ¡y te voy a ayudar sobre que regalarle al frenton!— Exclamó con una sonrisa.
—¿Que se supone que haremos?
—Iremos al centro comercial al salir de clases, buscaremos el regalo perfecto.
—B-Bueno, confío en ti...
Después de salir de clases, ambas chicas salieron y de inmediato fueron al centro comercial más cercano. Lo que le pareció raro a Hayami es que Kanao al entrar al centro comercial se puso unos lentes, una mascarilla y se soltó el cabello.
—¿Que sucede? Nunca te sueles soltar el cabello y detestas usar mascarilla.
—Se supone que yo no puedo entrar a este lugar, estoy betada después de lo que sucedió cuando la hermana menor de Tanjiro provocó un desastre al comer ese montón de dulces— Respondió Kanao bajandose un poco las mascarilla.
—Lo había olvidado... Bueno, si quieres nos vamos a otro centro comercial.
—No te preocupes, en este lugar se pueden conseguir cosas muy buenas.
—Si tu lo dices...
Tras eso, Hayami toma de la mano a Kanao y la jala hacia distintas tiendas del centro comercial. Pasaron por tiendas de dulces para que al final Kanao rechazara la idea ya que todo el mundo suele regalar dulces en San Valentín. Después pasaron por una tienda de ropa, y al final resulta que Kanao desconoce que tipo de ropas le gusta más a Tanjiro, cosa que sorprendió a mal a Hayami, dándose un facepalm a causa de eso. Siguieron buscando por más y más tiendas, pero al final nada podía convencer a Kanao para el regalo de San Valentín.
—De lunes a domingo voy todo viciado, la antorcha prendida, luz por todos los lados— Cantaba Hayami mientras seguía caminando y pensando en otro regalo.
—¿Que estás cantando?— Preguntó Kanao.
—Un himno internacional.
—¿Existen los himnos internacionales?
—No lo entenderías...— Dijo mientras simulaba tener un cigarrillo en sus dedos. —En fin, decídete de una vez, mujer. Llevamos más de dos horas caminando por este lugar y ningún regalo te convence.
Kanao suspira derrotada. —Ya sé, es solo que... en verdad deseo darle el regalo. Sé que la intención es lo que importa, pero no quiero darle algo simple a Tanjiro.
Hayami suspira ya sin saber que hacer. —Vayamos a otro lugar, quizás en otro centro comercial podamos encontrar algo que consideres el regalo perfecto.
Kanao asiente y sigue a la rubia, la azabache ya no tenía ni las más remota idea de que podría regalarle a su pareja, mientras caminaba se encontraba a varias parejas caminando felizmente tomadas de la mano mientras también cargaban sus regalos, cosa frustraba mucho más a la Tsuyuri, quedándose con menos ideas de que así.
Mientras caminaba, un pequeño y extraño resplandor golpeó uno de sus ojos, cegandola por unos cuantos segundos para luego dirigir su mirada hacia el origen de aquél resplandor, encontrando una vitrina de una tienda exponiendo un objeto que la cautivó por completo, quitándose los lentes y la mascarilla para observar aquel objeto con más detalle y asombro.
Hayami se percató de que Kanao ya no la estaba siguiendo, dándose la vuelta para verla. —¿Que sucede, Kanao?— Al no recibir respuesta, se acerca a ella y ve lo mismo que su amiga estaba observando. —Wow, es precioso... ¿Se lo quieres regalar?
Kanao sin quitarle la vista al objeto asiente.
—Bueno, compremoslo entonces.
Y finalmente, Kanao tiene el regalo perfecto para su pareja.
[...]
Una hora después, Kanao se dirigía hacia la casa de Tanjiro con una caja pequeña en sus manos. Hayami se había retirado a su casa ya, le había dado el apoyo suficiente y es momento de Kanao se defienda por sí sola.
Estaba nerviosa, obviamente, no estaba segura de que reacción podría tener Tanjiro al ver el regalo que tenía para él. ¿Le gustaría? ¿Lo detestaria? Solamente se sabrá cuando llegue a su casa y le entregue el regalo.
Iba por el camino que siempre suele tomar para ir a casa Tanjiro, y también es el camino que el mencionado suele tomar para ir a casa de Kanao, es el más corto y el más seguro.
Por estar tan hundida en sus pensamientos, accidentalmente chocó contra alguien que venía caminado en el sentido contrario.
—L-Lo siento, mi culpa por no fijarme— Dijo ella viendo si su regalo estaba intacto y por suerte lo estaba, para luego dirigir su mirada a la persona con quien chocó. —¿T-T-Ta-Tanjiro?— Su rostro se coloró por completo de rojo.
—¿K-Kanao...?— El rostro de Kamado también adquirió un color igual de rojo que su cabello. —Qu-Que coincidencia encontrarte por aquí, jeje... De hecho, iba camino a tu casa.
—C-Casualmente yo iba camino a la tuya.
—Ah, jeje...
Tras eso, un silencio incomodo surgió entre ambos, aumentando también el rubor en sus mejillas.
—H-Hay algo que tengo para ti...— Dijeron ambos al mismo tiempo.
—¿Eh? Oh, empieza tu— Volvieron a decir al mismo tiempo.
—Bueno, este...— Y una vez más, hablaron al mismo tiempo.
Por la situación, ambos soltaron una pequeña carcajada.
—Empieza tu, Tanjiro.
—Bueno, yo... sé que normalmente en los 14 de febrero son las chicas quienes entregan los regalos, pero esta vez quise ser la excepción aparte de que es la primera vez que paso un 14 de febrero con alguien, así que... tr-traje esto para ti...— De su bolsillo saca un pequeño estuche.
Kanao un poco más ruborizada toma el estuche y lo abre, mostrando un anillo con una imagen de un dragon en un campo de flores.
—Es... hermoso...— Dijo ella con un brillo en los ojos, poniéndose el anillo de inmediato en su dedo anular. —Muchas gracias, cielo...— Se acerca al Kamado y le da un beso en los labios.
—No tienes que agradecer, jeje...— Respondió Tanjiro conmovido.
—Casualmente yo...— Kanao le entrega el regalo a su pareja. —Quiero darte esto, te va a sorprender mucho lo que hay ahí dentro.
Tanjiro toma el regalo confundido y lo abre, topandose con justamente el mismo anillo que él le regaló. —E-Es el mismo anillo.
—Quizás ambos lo compramos en la misma tienda.
—Tuve que entrar con una mascarilla y unos lentes para evitar que me reconocieran.
Kanao ríe. —Somos dos.
—Muchas gracias, Kanao...— Tanjiro se le acerca y le deposita un beso en la mejilla. —Eres la mejor.
Kanao se oculta en el pecho de Tanjiro abrazándolo con mucho amor, éste correspondiendo el abrazo felizmente, ambos pudiendo sentir sus corazones latir.
—————
Nezuko y Zenitsu: El dibujo perfecto.
—¡Es un peligro! ¡¿Estás loco o que?!— Dijo Ume jalandose los cabellos ante la confesión de Zenitsu.
—¡Es que en verdad la amo! Quiero regalarle un par de dulces para San Valentín— Dijo el rubio con lágrimas dramáticas en sus ojos.
Ambos jóvenes estaban en el patio del instituto a las horas de receso. Ume estaba tranquilamente viendo el cielo hasta que el rubio llorón llegó a atormentarle la vida con su falta de experiencia en el amor, y desde hace ya varios meses ella se volvió su mejor ayudante amorosa, siendo la primera persona a la que el rubio decide acudir cuando no sabe que carajos hacer para complacer a su pareja.
Ume suspira. —Ya viste que casi provoca la tercera guerra mundial por haberse comido una condenada Nutella, ¡una sola, cabron!
—¡Ya lo sé! Pero quiero ingeniarmelas para que esta vez todo salga bien sin que nadie salga herido.
—¿Por qué no simplemente le das un obsequio sin necesidad de ser un dulce?
—¿Como qué?
—Escuché que tu amigo frenton le regalará un anillo a su novia, podrías hacer lo mismo.
—¿Tu dices? Agh, es que quiero regalarle algo único y especial.
—Entonces regalale una cogid-...
—¡Tengo una idea! La llevaré a un parque de diversiones.
—¿En verdad quieres hacer el capítulo 8 de un anime de romance promedio?
—Es importante, Nezuko adora los parques de diversiones.
—Bueno, si dices que eso es lo que le gustará, pues adelante.
—Eso haré— Zenitsu toma su bolso y se va corriendo de ahí. —¡Gracias, Ume!
La mencionada sacude su mano lentamente en el aire despidiéndose para después sentarse en pasto del patio, aunque después adquiriendo un aura melancólica.
—Siempre espectadora, nunca protagonista...— Ella suspira. —Faltan pocas semanas para que se realice el enfrentamiento contra Kibutsuji Academia, no sé qué podría ocurrir con este lugar, pero...— Acaricia suavemente el pasto. —A pesar del lugar de donde provengo... aquí todos me han tratado como un ser humano de verdad...
Tras eso, unas pequeñas lágrimas se escapan de los ojos de la chica.
[...]
En el salón club de dibujo, las luces estaban apagadas y solamente se podía escuchar el sonido del aire acondicionado en la habitación, o eso es lo que parecía, ya que a los pocos segundos se escuchó un par de sollozos viniendo de una de las esquinas del salón.
La dueño de esos lamentables sollozos era Nezuko, la cual tenía su rostro oculto entre sus brazos mientras estaba sentada en el piso.
En una de sus manos llevaba un pequeño dibujo de lo que se supone que es Zenitsu, aunque en realidad era sólo un montón de rallas sin forma alguna. Ella ve el dibujo con sus ojos rojos de tanto llorar por unos segundos para después arrugarlo salvajemente y lanzar la bola de papel contra la pared para después ocultar su rostro en sus brazos una vez más.
La frustración que cargaba no era para nada normal, si bien ella es una de las mejores dibujantes del club e incluso de todo Kimetsu Academia, pero hacer un simple dibujo de su novio le torturaba por completo el alma sin saber por qué.
En eso, la puerta del salón se abrió y entró Mitsuri, la cual cargaba una sonrisa feliz despues de haber tenido éxito con el regalo que había hecho para Iguro, pero su sonrisa inmediatamente se borró al escuchar los sollozos de la azabache a lo profundo del salón.
—¿Nezuko-Chan? ¿Que pasó?— Ella cierra la puerta y va de inmediato con la mencionada.
—¡Soy un problema total! Puedo hacer el dibujo mas realista de todo el mundo pero no puedo dibujar a mi novio. Quiero regalarle un dibujo de él como San Valentín, ¡pero ni siquiera puedo hacer su boceto!— Exclamó jalandose los cabellos.
—Oye, cálmate... No creo que sea tan grave, solo tienes un bloqueo de dibujante— Se agacha para quedar al nivel de su amiga
—¿Bloqueo de dibujante?
—Es cuando no sabes por donde empezar un dibujo o en general, no sabes que dibujar. Suele pasarle mucho a los artistas principiantes, e incluso le podría pasar a los profesionales.
—¿Y cómo puedo librarme de eso?
—Mayormente buscando referencias en Internet o incluso en el entorno que te rodea, eso me ayuda mucho a mi cuando no puedo dibujar.
—Entiendo...
—Que le regales a tu novio un dibujo de él me parece sumamente hermoso, estoy segura que le gustará mucho.
Nezuko se seca las lágrimas. —En verdad quiero darle un hermoso dibujo, pero no sé por qué me cuesta tanto dibujarlo...
—Mmm...— Mitsuri lleva sus manos a su mentón pensativa. —Tengo una idea. ¿Por qué no le regalas un dibujo de ti?
—¿De mi?
—¡Claro! A él todos lo conocen por ser terriblemente simp de ti, así que algo que tenga tu rostro le va a encantar mucho más.
—¿Tu dices?
—Bueno, tiene sentido...— Ella levanta la mirada. —Haré un retrato de mi como su regalo.
—¡Así me gusta!— Exclamó Mitsuri alegre. —Ven, te ayudaré con el dibujo también.
—Muchas gracias, Mitsuri-San— Dijo un poco más animada.
Tras eso, ambas chicas estuvieron en un completo trabajo en el dibujo de Nezuko que decidieron hacerlo con pintura, para que tenga una mejor calidad y un mayor aguante durante los años.
Si bien se quedaron alrededor de media hora planeando el boceto hasta que consiguieron uno perfecto, que ambas estaban seguras de lo mucho que le podría gustar al rubio.
Pero una de ellas tuvo una idea que si bien podría servir bastante, aunque obviamente llevaría unas horas de trabajo extra.
—¿Que tal si hago un dibujo que sea sobre nosotros dos?— Nezuko fue quien tuvo la idea.
—¿De ustedes dos?
—Si, pero no así recrear una foto que nos hemos sacado, si no una imagen completamente nueva y original.
—Jummm... No está mal, ¿pero estás segura? Quiero decir, aparte de que nos llevará tiempo extra, puede que no quede del todo bien.
—Confía en mi, se verá hermoso— Dijo con una sonrisa y un ligero rubor en sus mejillas.
—Bueno, si tu lo dices.
Tras eso, ambas chicas se pusieron manos a la obra, haciendo el boceto, buscando las pinturas necesarias para el dibujo y también el marco de la pintura, el cual sería de más o menos un metro de alto y sesenta centímetros de ancho.
Hicieron los trazos con el pincel con mucho cuidado, evitando estropear el lienzo y realizando el pintado preciso y limpio, cosa para nada complicado para ellas, siendo las mejores dibujantes de todo Kimetsu Academia.
Y al cabo de más o menos tres horas largas de pintado, el arte finalmente estaba listo. Ambas se secan el sudor de sus frentes, soltando un suspiro de cansancio y alivio por finalmente terminar la pintura.
Se quedaron contemplando el dibujo por un par de segundos para luego sonreír satisfechas de su obra.
—Si, definitivamente le va a encantar— Dijo Mitsuri con una pequeña sonrisa.
—No puedo esperar a ver su reacción cuando lo vea— Nezuko toma la pintura ya seca con cuidado y la mete en una bolsa grande. —Muchas gracias, Mitsuri, no lo habría logrado sin ti.
La pelirosa sonríe altanera. —Nunca dudes de la experta en el amor.
Nezuko ríe. —Experta que no sabía hacer los dulces para su novio.
Mitsuri se pone roja de la vergüenza. —¡N-No estaba usando mi ultra instinto en ese momento, así que no cuenta!— Ella se da la vuelta cruzandose de brazos.
Nezuko vuelve a reír. —Bien, le iré a entregar la pintura nuevamente gracias por la ayuda— Se va corriendo en busca de su pareja.
—¡Mucha suerte, Nezuko!— Mitsuri sacude su mano en el aire despidiéndose.
Nezuko caminó a prisa por los pasillos del instituto buscando a su novio, primero buscándolo por el patio, luego la azotea y por último el salón, y nada de que lo encontraba.
Estaba un poco desesperada, ya que en verdad deseaba entregarle la pintura al rubio, le llevó casi todo un día escolar hacerlo, no quiere perder ni un minuto más para esperar a ver la reacción de su pareja.
—¡Nezuko-Chan!— Escuchó la voz del rubio llamándola desde atras, dándose la vuelta para verlo corriendo en dirección suya.
—¡Zenitsu!— Exclamó ella llena de felicidad, corriendo hacia él también.
—Te estuve buscando por todos lados, tengo algo para ti.
—Igual yo, pero dime tu primero.
—Pues, quiero decirte que... ¡Te llevaré al parque de diversiones al salir de clases!
Los ojos rosados de Nezuko brillaron. —¡¿En serio?! ¡Me encantaría!— Exclamó ella muy emocionada, abrazándolo.
Zenitsu corresponde el abrazo un poco sonrojado.
—Estoy emocionada de ir, pero antes... Quiero darte el regalo que hice para ti...— Dijo un poco más calmada pero sonrojada.
—¿Que cosa?
Nezuko saca lentamente la pintura de la bolsa, mostrando la obra de arte que uso junto a Mitsuri.
Zenitsu quedó completamente fascinado al ver la pintura, soltando un gran brillo en los ojos y cientos de lágrimas caían por sus mejillas.
—¡¡ME ENCANTAAAAAAAAAAAAAAAA!!— Gritó llorando mientras toma el dibujo entre sus brazos abrazándolo.
—¿T-Te gusta?— Preguntó un poco nerviosa.
—¡¿Bromeas?! ¡Es la mejor obra de arte que he visto en mi vida! ¡Lo pondré en la pared más resaltante de mi habitación! ¡Muchas gracias, Nezuko-Chan!— Ahora la abraza a ella con mucho amor.
Nezuko corresponde el abrazo agradecida y feliz por la reacción de su novio, todo había salido a la perfección para ambos. Y cabe destacar que ese día, ambos la pasaron fenomenal en el parque de diversiones.
—————
Sanemi y Kanae: El perdón también es un regalo de San Valentín.
Las parejas disparejas son las más extrañas que pueden haber, personas completamente diferentes que juntas son una perfección completa, y si la relacion entre Inosuke y Aoi no existiera, es más que obvio que la pareja más dispareja sería la de Sanemi y Kanae.
Sanemi Shinazugawa, la persona más temida de todo Kimetsu Academia, conocido por ser el más rudo y amargado de todo el instituto y también por fulminar a todo el mundo con la mirada.
Kanae Kocho, la persona más dulce de todo Kimetsu Academia, siendo una de las tres chicas más hermosas de todo el instituto junto a Mitsuri y Kanao, conocida por estar siempre con una sonrisa y por su amabilidad, además de ser alguien que siempre ayuda cuando puede.
¿Quién diría que al final ambos terminaron siendo pareja?
Pero obviamente, esas diferencias entre ambos, les iba a dar un par de problemas en su relación, siendo San Valentín uno muy evidente.
Sanemi estaba caminando junto a Kyojuro por los pasillos del instituto hablando sobre San Valentín, siendo el tema de "festividad empalagosa" el que más mencionaba el albino.
—Me parece una completa pérdida de tiempo y de dinero un día como este, en verdad que todos esos chocolates y regalos me parecen algo muy estúpido— Mencionó Sanemi con una vena brotada en su frente.
—Lo dices nada más porque Shinobu te dio un chocolate de mal sabor— Respondió el rubio riéndose.
—¡Y esa es otra! Esa maldita enana me dio un chocolate que sabía a mierda, apuesto que incluso era una mierda de perro perfumada a chocolate. Jamás volveré a aceptar un chocolate en este día.
—¡Ten, Sanemi! ¡Esto es para ti!— Exclamó alegre una voz femenina a su lado extendiendole una bolsa llena de bombones de chocolate.
—¡¡QUITA ESA COSA DE MI VISTA!!— Gritó el albino dándole un golpe a la bolsa de chocolates tumbandola al suelo.
Todos los que estaban en ese pasillo se quedaron callados al escuchar ese grito, viendo como la bolsa de chocolates caía al suelo, para después todos al igual que el albino y el rubio dirigir la mirada a quien le había querido entregar los dulces al albino.
—¡Hola, Kanae!— Saludó Kyojuro animado.
—K-Kanae...— El albino se puso tan blanco como su cabello al ver la mirada de sorpresa de su novia, pero sorprendida a mal. —Y-Yo...
—Feliz San Valentín para ambos— Dijo Kanae de una forma completamente seria, con una mirada que expresa una combinación entre sorpresa, tristeza y enojo.
—K-Kanae, no era mi...
—Nos vemos luego, Shinazugawa— Dijo ella dándose la vuelta, yéndose. Sanemi trató de detener a la chica, pero esta ya se había alejado lo suficiente para desaparecer entre la multitud.
El albino se agacha y toma la bolsa de chocolates, viendo que también tenía una pequeña nota escrita.
"Preparé estos chocolates especialmente para ti, la persona que mas amo en todo este mundo y el mejor novio que puede existir. Te amo muchísimo, Sanemi Shinazugawa.
Con amor: Kanae"
El albino sintió una terrible culpa al ver la gravedad de la situación, la había cagado soberanamente y de una manera que se necesitará de un milagro para resolver el problema.
—¿Pero que he hecho?— Se preguntó a si mismo.
—Será mejor que hables con ella antes de que el problema pase a mayores— Agregó el rubio.
Sanemi aprieta la bolsa de chocolates y se va corriendo detrás de Kanae, buscándola desesperadamente por todos los pasillos, pasando por los salones donde ella más pasa, buscándola por todo el patio e incluso tuvo que tragarse su orgullo y le preguntó a una chica si Kanae podría estar en el baño de chicas, resultando no estar ahí.
Kanae se le había escapado de sus manos.
Frustrado, pega la espalda en la pared de uno de los pasillos, con la bolsa de chocolates en su mano izquierda mientras que con su mano derecha se tapa la cara. En una quiso ver que tal estaban los chocolates, así que decidió abrir la bolsa y comerse uno, y estaban completamente deliciosos.
En eso escucha unos fuertes pasos acercándose, levanta la vista con la ligera esperanza de que fuera Kanae, pero lo que al final recibió fue una fuerte bofetada, tan fuerte que lo hizo tambalear a punto de caerse.
—¡¿Cuál es tu maldito problema?!— Quién le dio la cachetada fue Shinobu, la cual tenía una clara expresión de estar completamente enojada. —¡Kanae se acaba de ir a casa con la excusa de estar enferma, pero conozco bien a mi hermana como para saber que no se fue por eso! ¡¡DIME QUE FUE LO QUE LE HICISTE!!— Ella lo toma del cuello de la camisa.
En eso llega Giyuu e intenta calmar a su novia tomándola de los hombros.
—Seguramente tiene como explicarlo, Shinobu— Dijo alejando un poco a la mencionada.
—Actué de manera imprudente con ella... No me había dado cuenta de que era ella hasta que la vi al rostro— Dijo el albino con la mirada baja.
—Típico de ti— Dijo Shinobu decepcionada. —Más te vale que te vayas a disculpar con ella, en verdad le dolió mucho lo que hiciste.
—¿Y que es lo que tengo que decir? Seguramente ni siquiera quiere verme.
—Es tu problema, así que ve y resuelve tu asunto— Shinobu se acomoda su camisa y se va, dejando a ambos chicos atrás.
Giyuu lo ve. —Desde siempre supe que pedir perdón no es lo tuyo, pero seguramente aquí podrás hacerlo bien.
Sanemi suspira. —No es la primera vez que peleamos a causa de una imprudencia mía, pero creo que esta vez si se salió de control...
—Tranquilo, solo ve y habla con ella— Giyuu le da una palmada en la espalda y se va, dejando al albino pensativo.
Si bien era verdad lo que decía sobre las anteriores discusiones que han tenido, como también que esta vez Sanemi sobrepasó su límite lastimando de verdad a su novia, lo que hacía odiarse más a si mismo por esa actitud tan inmadura que puede llegar a tener. Sanemi es más que nada conocido por su carácter fuerte y bastante impulsivo, pero cuando se trata de Kanae, termina siendo un joven blando, atento y cariñoso con la chica, pareciendo el mejor de los novios que una mujer podría tener.
Teniendo esto en cuenta, tenemos algo que considerar también que Sanemi es completamente pésimo para pedir perdón, incluso aún le cuesta disculparse con Kanae de vez en cuando. Pero esta vez tenía que ser la excepción.
No le quedaba de otra, así que tuvo que armarse de valor para ir a la casa de su novia al salir de clases para hablar con ella, no quería perderla ni mucho menos que ella se mantenga con ese dolor por su culpa.
Una vez terminada las clases, corrió lo más rápido hacia el hogar de los Kochou, tropezandose en el camino cayendo de cara al piso y rompiéndose el labio a causa de eso y ensuciandose por completo el uniforme, pero le dio poca importancia tanto al sangrado de su labio como su ropa completamente sucia, en estos momentos lo único que le importaba era ir a hablar con Kanae y resolver las cosa con ella.
Y apenas llegó a la casa, tocó el timbre desesperadamente hasta esperar una respuesta, siendo esta la puerta siendo abierta por Kanae con su pijama puesta, un short corto azul y una camisa de tirantes blanca, quien tenía los ojos rojos por haber estado llorando, sorprendiendose al ver el deplorable estado de Sanemi.
—¡Sa-Sanemi! ¡¿Que te sucedió?!— Exclamó ella preocupada.
—¡Vengo a hablar contigo!— Respondió tambaleándose por el golpe que se dio hace un rato y por haber corrido tanto.
Kanae suspira. —Entra, te curaré esas heridas y te darás un baño, hueles a ovo.
—¿Que es ovo?
—Esta.
Sanemi se quedó pensando por unos segundos lo que dijo la chica, dándose cuenta que acaba de caer en una muy buena troleado.
Rato después, Sanemi se había dado un baño y ahora se encontraba sentado en el sofá con Kanae en frente de él, dándole limpiezas con un algodón y alcohol en la herida que se hizo en el labio, ella con una expresión de completa seriedad, notando en verdad lo muy enojada y dolida que aún estaba.
—Kanae, yo...
—No hables, deja que primero de cure el labio.
—...
Sanemi bajó la mirada de sus ojos frustrado y enojado consigo mismo, él que se había prometido jamás hacerle daño Kanae y esta vez estaba consciente de que se pasó de la raya y había conocido por primera vez el límite de la paciencia de Kanae.
Al cabo de unos minutos eternos y silenciosos para Sanemi, Kanae terminó de curar y poner una curita en el labio del albino, para después levantarse y dejar todos los utensilios de cuidado en donde siempre lo dejan, regresando y sentándose juntos Sanemi, cruzada de brazos y viendo a otra dirección con el ceño fruncido.
Ahí Sanemi pensó que quizás podría ser la oportunidad perfecta para solucionar las cosas con ella.
—Veo que estás molesta...
—No, no estoy molesta— Respondió sin verlo.
—Entiendo las causas por la que estás molesta, yo también lo estaría en una situación así.
—Te dije que no estoy molesta.
Sanemi pone su mano sobre la pierna de Kanae, que seguía sin dirigirle la mirada. —La verdad no pondré ninguna excusa sobre mi actitud, sé que estuvo completamente mal...
Kanae se voltea a verlo, mostrando sus húmedos ojos. —Claro que estuvo mal, Sanemi Shinazugawa. Preparé esos chocolates anoche especialmente para ti, me desvelé con tal de hacerlos a la perfección y los tiraste al suelo, ¡no tienes ni la más mínima idea de cuanto me dolió ver eso!— Exclamó ella entre lágrimas, quitando la mano de Sanemi de su pierna para después quitarle la vista a Sanemi otra vez, soltando las lágrimas.
Él suspira. —Lo sé... Y por eso yo...— Se acerca y la abraza por la espalda con cuidado. —Quiero decirte que en verdad lamento la actitud que agarré, lo último que quiero provocarte lágrimas...
Kanae sigue sin responder, soltando cada vez más lágrimas.
—Hay cosas que uno no puede cambiar de sí mismo— El albino continuó. —Pero si se pueden mejorar, y quiero ser la mejor versión de mi mismo...— Él toma el mentón de Kanae y hace que lo vea a los ojos. —La mejor versión de mí, para la mujer que amo...
Al escuchar atentamente las palabras de Sanemi, Kanae empezó a llorar desconsolada y él notando eso, la tomó de los hombros y la ocultó en su pecho, acariciando su espalda suavemente dejando que la chica desahogue todo el dolor de su interior.
—Tranquila, corazón... Todo estará bien, la próxima vez que una lagrima salga de tus hermosos ojos por mi culpa, dejaré que le atropelle un auto...
Kanae se separa y lo ve a los ojos. —M-Me pusiste un apodo...— Dijo ella con la voz entrecortada por llorar.
Él sonríe levemente. —Te dije que ibas a conocer la mejor versión de mí mismo...— Le da un beso suave en la mejilla. —Te amo muchísimo, Kanae... Y en verdad lamento todos los problemas que te he causado...
Kanae sonríe un poco y le regresa el beso en la mejilla. —Es extraño escucharte así de cariñoso, pero está bien... Acepto tus disculpas— Dijo para después abrazarlo.
Sanemi responde el abrazo manteniendo su sonrisa. —Los chocolates estaban deliciosos.
—Me alegra que te hayan gustado, los hice con mucho amor...
—Y yo los recibiré con el mio...— La toma del mentón y le planta un suave beso en los labios.
—Hay algo más que quiero decirte...
—Dime.
—Me vuelves hacer algo así, y juralo que terminaras con el pito de un caballo en tu trasero...— Dijo ella con una voz completamente seria.
—Cl-Claro...— Dijo él temblando para después vernos a nosotros. —Ayúdenme...
—————
Giyuu y Shinobu: Cuñada al rescate.
Vemos a una angustiada Shinobu caminando de un lado a otro en su habitación, siendo seguida por la mirada confusa de Kanae, que desconocía por completa la razón del desespero de su hermana menor.
—¿Me quieres decir por qué estás más desesperada que jugador de League of Legends que está perdiendo?— Preguntó Kanae completamente confundida.
—¡Mañana es San Valentín, y no tengo que regalarle a Tomioka!— Respondió Shinobu desesperada jalandose los cabellos.
—¿Y qué pasa con los chocolates?
—Sé que eso ayuda pero es nuestro primer 14 de febrero juntos y quiero regalarle algo especial.
—Ahora eso está de moda, que gracia...
—¿Que crees que podría gustarle como regalo?
—Que te sientes en su cara.
—¡¡TERMINEN DE SUPERAR ESO!! ¡Yo no voy a crecer si me siento en su cara!
—Ya pues, creí que podría ayudarte— Kanae suelta una gota de sudor.
Shinobu suspira. —Esto es tan frustrante...
—¿Por qué no le pides ayuda a alguien de su familia?
—¿Eh? No lo sé, aun no conozco a nadie de su familia...
—¿Son novios desde hace más de tres meses y no conoces a su familia?
—¡Ya lo sé! Es solo que... Espera... ¡Tengo una idea!
—¿Si te vas a sentar en su cara?
—¡Hablaré con su herman-...!— Shinobu ve a Kanae con una mirada fulminante. —Hablaré con su hermana, ella me podrá ayudar. Recuerdo que hace tiempo Giyuu me mencionó que su hermans quería regalarle algo por San Valentín, quizás podríamos hacer equipo y comprar un regalo entre las dos.
—Bueno, si tu lo dices... Sabes que la oferta de sentarte en su cara siempre estar abie-...
—¡Que no me voy a sentar en su cara!— Exclamó Shinobu sonrojada, provocando la risa de Kanae.
Tras un tiempo más de plática, Shinobu tomó su teléfono y decidió llamar al número de Tsutako, la hermana de Giyuu, quien ya se encontraba más que recuperada de su terrible enfermedad.
—¿Hola?— Contestó el teléfono.
—¿Tsutako-San? Hola, soy la novia de tu hermano Giyuu.
—¡Ah, hola! Es un placer poder conocerte al fin, esperé que en algún momento me llamarías para algo, ¿necesitas ayuda?
—Me alegra hablar contigo... Verás, ya sabes que mañana en San Valentín, pero como es el primer San Valentín de Giyuu con una pareja y también el mío, no sé exactamente que hacer para poder sorprenderlo— Respondió cabizbajo.
—Mmm... Bueno, tiene sentido. Escuché que muchos de sus amigos dicen que el regalo perfecto para él es que te sientes en su cara.
—Es que hasta esta cabrona se enteró...— Pensó sudando una gota gorda. —N-No, eso no es lo que le quiero dar... Quiero darle algo que venga de mi corazón.
—Entiendo... Bien, te ayudaré a buscarle un regalo perfecto para él.
—¡Muchas gracias, Tsutako-San! Eres la mejor cuñada.
La mencionada ríe por el teléfono. —Tranquila, nos vemos más tarde.
—Okey, ¡nos vemos!— Tranca la llamada. —Bien, ahora tengo que pensar es que carajos le puedo regalar a un chico que pasa la mitad de su día queriendose morir y ser odiado por todos.
Mientras tanto en la residencia de los Tomioka, vemos al chico en su cama, aunque de la nada sintió un ligero escalofrío recorrer su espalda.
—No sé por qué tengo el ligero presentimiento de que alguien dijo que todos me odian, pero a mi nadie me odia...— Dijo Giyuu confundido por esa extraña sensación.
Un par de horas después y de vuelta con Shinobu, la vemos en la entrada de un centro comercial esperando a su cuñada Tsutako, aún pensando en cual sería el regalo perfecto para Giyuu, y le atormentaba bastante el hecho de que casi todo el mundo le decía que lo mejor era sentarse en su cara. ¡¿Por qué nadie entiende que ella no va a crecer si lo llega hacer?!
—¡Shinobu!— Escuchó la voz de Tsutako llamándola a lo lejos.
—Tsutako-San— Se acerca a ella para hacer una pequeña reverencia ante ella, esta regresandola. —Me alegra mucho ver lo recuperada que estás.
—Aún tengo que tomar un par de medicamentos y no me puedo agitar mucho, pero estoy bastante bien— Sonríe.
—Perfecto, entonces... ¿Que le podría regalar a Giyuu?— Preguntó jugando con sus dedos.
Tsutako suelta una risa altanera. —Llamaste a la persona, y ya tengo el regalo perfecto para él en mente.
—Bien, ¿que es lo que necesitamos?
—Para empezar, iremos al supermercado.
—¿Al supermercado? ¿Por qué?
—El regalo de Giyuu lo haremos desde cero, no es algo que veas en las tiendas.
—B-Bueno... Vamos entonces.
Tras eso, ambas chicas van al supermercado del centro comercial, buscando en todos los estantes todo aquello que necesitaban, generando confusión a Shinobu sobretodo porque Tsutako aún no le decía el por qué necesitaban todo eso.
Eran más que nada ingredientes para comida, pero Shinobu desconocía para que tipo de comida era ya que nunca ha preparado un plato con todos esos ingredientes, quizás hoy podría ser la excepción.
—Y... ¿Como se supone que haremos todo esto?— Preguntó Shinobu empujando el carrito del supermercado.
—Bueno, lo haremos hoy mismo.
—¡¿Hoy?!
—Claro, se me ocurrió que podrías pasar la noche con nosotros, así recibirán el 14 de febrero juntos desde un primer momento.
—¿Crees que Giyuu esté de acuerdo con esto?
—Completamente, aunque se molestará un poco por tomar una decisión sin tomar en cuenta su opinión— Respondió riéndose.
—B-Bueno... Espero no ser mucha molestia.
—Para nada, seguramente Giyuu no esté en casa para cuando lleguemos y preparemos todo, dijo que iba a salir antes de que yo me fuera.
Tras eso, las chicas van y pagan todos los ingredientes para luego dirigirse hacia el apartamento de los Tomioka, donde dejaron las compras en el mesón de la cocina y se pusieron inmediatamente manos a la obra.
—¿Ya puedo saber que es lo que vamos a preparar?
—Haremos el platillo favorito de Giyuu, salmón con Daikon.
—¿Esa es su comida favorita?
—No me jodas con que no sabias cual era su comida favorita...
—¿No...?— Dijo levantando sus hombros con una sonrisa inocente.
Tsutako suspira. —La novia del año... En fin, preparemos para que cuando llegue no sepa lo que estábamos haciendo.
Tsutako con la ayuda de Shinobu hizo el plato, con un poco de dificultad debido a la falta de experiencia de su cuñada con este platillo al ser la primera vez que lo hace en su vida, y debido a eso, no se podía molestar con ella por recordar que antes de tener la enfermedad que la mandó al hospital, también le costaba hacer el plato favorito de su hermano hasta poco a poco agarrarle el truco.
Aún recuerda cuando el platillo le salió a la perfección por primera vez, obteniendo a un Giyuu bastante feliz al comer su comida favorita y que sepa cómo tanto le gusta. Ese día Giyuu en ningún momento dejó de sonreír.
El objetivo de Tsutako era que ese se pudiera repetir y ahora contando con la ayuda de la pareja de su hermano, quizás el resultado sería mucho mejor. Y más lo deseaba al recordar los días difíciles por las que Giyuu tuvo que pasar por ella estar enferma y no darle el consuelo de hermana mayor que Giyuu tanto necesitaba.
Al cabo de una hora y unos cuantos minutos, ya siendo de noche, el platillo ya estaba listo, ambas chicas viendo el plato con un brillo en los ojos.
—¿Crees que le gustará?— Preguntó Shinobu.
—Le encantará, no por nada es su comida favorita.
–Eso espero... Bueno, guardemoslo en un lugar que lo mantenga fresco y a esperar a que sean las doce de la noche para entregárselo.
Tsutako envuelve el plato en un papel aluminio al mismo tiempo que lo guarda tanto en el microondas, para después dirigirle la mirada a Shinobu con una sonrisa, esta regresandola y darle un sorpresivo abrazo.
—¿Su-Sucede algo, Shinobu?— Sorprendida, responde el abrazo.
—En verdad te agradezco mucho que me hayas ayudado con el regalo para Giyuu, no sé que habría hecho sin ti.
Tsutako se relaja y aprieta mas el abrazo. —Tranquila, todo sea para que mi tonto hermano sea más feliz.
—OK, no veía la necesidad para decirme tonto— Una nueva voz masculina se escucha en el marco de la puerta de la cocina.
—¡Gi-Giyuu! ¿Desde cuando estás ahí parado?— Preguntó Tsutako, ambas soltando el abrazo.
—Llegué hace dos segundos— Dijo para acercarse y abrazar a su hermana para luego darle un beso en la mejilla a Shinobu. —¿Que haces aquí? Te estuve escribiendo todo el día y no respondías.
—O-Oh, lo que pasa es que tu hermana quería reunirse conmigo para conocernos más y ser amigas, jeje...— Respondió Shinobu un poco nerviosa.
—Si... Claro...— Murmuró Giyuu un poco dudoso, pero su expresión cambió cuando cierto olor llegó a su nariz. —Ese aroma... Salmon con daikon...
—¡¡AH!! ¡¡¿QUE TAL SI SALEN DE AQUÍ LOS DOS?!! ¡¡TENGO QUE TOMAR MIS MEDICINAS Y YA SABEN QUE NO ME GUSTAN QUE ME VEAN MIENTRAS LA TOMO, JEJE!!— Gritó Tsutako, sacando a ambos de la cocina para evitar que Giyuu se diera cuenta del regalo.
Shinobu suspiró aliviada por creer que Giyuu iba a descubrir la sorpresa antes de tiempo, mientras que el chico estaba confundido por la reacción de su hermana. Estaba consciente de que no le gustaba que la vieran tomando sus medicinas, pero no había necesidad de gritarlo.
La pareja se fue a sentar en el sofá de la sala, aunque Giyuu aún veía con sospecha a Shinobu. —Sigo sin saber qué haces aquí tan de noche.
—¿Qué? ¿Te molesta mi presencia, Tomioka-San?— Ahí, él se dio cuenta que se metió en un embrollo.
Al conocer tanto a su pareja, sabía que cuando le decía "Tomioka-San" lo iba a molestar por una buena cantidad de horas.
—No me molesta, me agrada que estés aquí, es solo que no te esperaba.
—¿No me esperabas? ¿Acaso ibas a hacer algo conmigo?— Preguntó riéndose mientras le da varios piquetes en el brazo.
—No, pero al menos me habría mentalizado para tu visita.
—¿Visita? Me quedaré a dormir aquí, Tomioka-San.
–¡¿Que?! ¡¿Cuando decidieron eso?!
—Mientras no estabas— Respondió con una sonrisa.
Giyuu suspira. —Tomando decisiones sin saber mi opinión, si que tienen ovarios.
—Es lo bueno de ser cuñadas.
—En verdad que ustedes dos van a causarme un dolor de cabeza.
Tras un rato más de platica, ambos decidieron ver una película, uniéndose Tsutako unos minutos después y así disfrutar todos la película, película que terminó bastante tarde, aparte de que tuvieron que hacer ligeras pausas como para cenar.
—Bien, iré a dormir, ustedes también deberían y no hagan nada raro. Las paredes son de papel— Tsutako se levanta y se va a su habitación.
—Bueno, entonces vamos todos, ¿vienes conmigo?— Preguntó Giyuu a Shinobu.
—Ahorita te alcanzo, hay algo que tengo que hacer primero.
—Claro— Le da un beso en la mejilla y se va a su habitación.
Tras eso y un par de minutos después, Shinobu fue a revisar que tal estaba el plato de Giyuu y por suerte estaba como si nada, aunque lo calentó un poco para que supiera mejor. También se preparó para la noche con Giyuu, pese a que no tenía ganas reproductivas, igual tenía que estar preparada para cualquier cosa.
Y al cabo de otros pocos minutos, el reloj marcó las doce de la noche, siendo finalmente 14 de febrero.
Shinobu tomó el plato en sus manos y caminó hacia la habitación de su novio, tocando la puerta antes de entrar, recibiendo la autorización para entrar.
—¿Que tanto hacías?— Preguntó Giyuu.
—Algo que seguramente te gustará...— Entró con el plato en sus manos.
—¿Que es eso?
—Feliz San Valentín, corazón...— Dijo con una sonrisa en sus labios.
—¡¿Es salmón con daikon?!— Exclamó emocionado tomando el plato en sus manos.
—Auténtico y preparado aquí mismo.
—¡Es mi comida favorita! Eso explica el olor de la cocina.
—Si, jeje. ¿Te gusta?
—¿Es una broma? ¡Me encanta!— Deja el plato en la mesa de noche y abraza a Shinobu con mucho amor. —Muchas gracias por este detalle, en verdad lo atesoro... Feliz San Valentín...
—Disfruta tu regalo, que después vendrá otro...
—¿Eh...?
—————
Inosuke y Aoi: Cambio de personalidad.
¿Que puede hacer una persona por amor? Una de las respuestas más comunes es cambiar completamente, ya sea de actitud, esencia, forma de vestir e incluso cambiar de personalidad.
Todos sabemos que mayormente hacer este tipo de cosas nos pueden jugar en nuestra contra, ya que estaríamos cambiando algo que nos defina como persona, siendo algo que no somos y ni hablar de cómo podría afectar a los demás.
Bueno, tomando estos puntos en cuenta, ya se puede hacer una idea de que irá ésta parte del capítulo.
Estando a punto de terminar la jornada escolar de ese 14 de febrero, vemos a nuestro querido Inosuke caminando tranquilamente por los pasillo del instituto, con la mirada baja y con una expresión pensativa, pero también recordando algunas discusiones que tuvo con Aoi en el pasado a causa de su actitud impulsiva y atorrante.
De hecho, la noche anterior a ese día tuvieron una discusión por teléfono porque él quería ir a pelear un rato en la peleas callejeras que suelen haber y así demostrar lo muy fuerte que es comparado con los demás, y obviamente a Aoi no le pareció en lo absoluto que fuera a hacer algo tan fuera de lugar y también peligroso para él. Ella solo quería lo mejor para su novio, pero tener un novio sumamente terco e imprudente no es para nada.
En eso, tuvo una maravillosa idea al recordar una película barata de un vándalo que enamoró de una chica recta y cambió su actitud por ella, demostrando una mejor versión de si mismo, pareciendo incluso una persona completamente diferente.
Inosuke decidió que ahora en adelante sería una persona tranquila y generosa como regalo de San Valentín para Aoi, algo que a ella seguramente le gustará e incluso haría que se enamorara mucho más de él.
Unos minutos después, lo vemos en la salida para encontrarse con sus amigos para cada uno irse a sus casas.
—¡Ahí viene Inosuke!— Exclamó Zenitsu asustado para esconderse detrás de Nezuko. —¡Me va a golpear seguramente!
—Tranquilo, Chuuitsu, no voy a golpearte— Dijo con una voz tranquila y con una sonrisa al final.
Todos los presentes al escuchar esa respuesta de Inosuke se sorprendieron, sobretodo Zenitsu y Aoi.
—¿Y tu quien eres? ¡¿Y que hiciste con Inosuke?!— Gritó Zenitsu más asustado todavía.
Inosuke ríe un poco. —Soy yo, simplemente estoy tranquilo y feliz.
—¿Tranquilo y feliz o completamente drogado?
—Las drogas son malas para la salud. En fin, ¿nos vamos, Aoi?
—Cl-Claro...— Dijo ella aun manteniendo su confusión y sorpresa por esa nueva faceta de su novio.
En la mayoría del camino hacia la casa de la chica fue un silencio absoluto, siendo incómodo completamente para Aoi a causa de la sorpresa que se acaba de llevar. ¿Inosuke ahora es diferente? Era algo que le hubiese gustado mucho, pero este Inosuke era bastante extraño... ni siquiera parecía que fuera Inosuke.
—O-Oye...— Ella lo llamó.
—¿Que pasa, Aoi? Has estado callada en todo este rato.
—L-Lo siento, es solo que estoy sorprendida por esta actitud tuya... Creí que ibas a darle al menos una patada a Zenitsu, pero hiciste algo que normalmente no harías.
—Pues, este es mi regalo de San Valentín para, Aoi, la versión de mi que siempre quisiste ver, y será permanente— Respondió con una sonrisa.
—O-Oh... Gracias por este regalo, supongo...
—Más tarde iremos a comer en algún restaurante, tómalo como un segundo regalo de San Valentín.
—Cl-Claro...
El resto del camino fue en silencio hasta la casa de la chica, y de despidieron con un pequeño beso en los labios, Inosuke yendo a su casa y Aoi entrando a la suya, subiendo directamente a su habitación para dejar sus cosas en su escritorio y lanzarse a la cama completamente abrumada por esa actitud de Inosuke que no es para nada de Inosuke.
¿Cambio de personalidad como regalo? Ella estaba consciente de que aveces la actitud de Inosuke es un dolor de cabeza bastante fuerte y a ella le gustaría que dejara de ser así, y finalmente obtuvo lo que quería. ¿Pero por qué no se sentía cómoda con ese nuevo Inosuke?
Fácil, no es como ella lo pensaba. Quería que dejara de ser tan imprudente y salvaje por su bien, por no había necesidad absoluta de cambiar por completo su personalidad. Ella se enamoró del Inosuke griton, enojon, cascarrabias y obstinado, pero también era tierno, amoroso cuando le convenía, atento y sobretodo muy protector.
¿Debería decirle que volviera a ser el Inosuke de siempre? Eso ella no lo sabía, él tomó esta decisión para hacerla feliz y pese a que le tranquiliza que Inosuke ya no se va a meter en peleas innecesarias y tendrá otras actitudes imprudentes, aún así ella no estaba feliz con ese regalo. Agradecida, pero no feliz.
Aoi vivió con ese atormento por un par de horas hasta la hora que Inosuke quiso llevarla al restaurante. Pasó a buscarla por su casa y la llevó tomada de la mano, y nuevamente Aoi estaba incomoda por la actitud de Inosuke.
Él hablaba de distintos temas recurrentes como si nada estuviese ocurriendo, en incluso había cambiado su vocabulario, siendo uno más limpio y educado. Aoi simplemente daba opiniones pequeñas y en algunas ocasiones no opinaba absolutamente nada, quedándose completamente callada.
Claro que ella se sentía culpable, Inosuke esforzándose por ella y esta ni siquiera hace algo para agredecer ese esfuerzo de su novio, pero con ese Inosuke no sabría exactamente qué hacer.
Una vez en el restaurante, ambos fueron a sentarse a la mesa que Inosuke reservó para ambos, y a pesar de que se veía que un restaurante modesto y humilde, tenía unos platos para morirse.
Siendo un día de amor y amistad, ambos pensaron que lo mejor sería comer postres en ese lugar, así que Aoi pidió un banana split mientras que Inosuke pidió una rebanada de pastel de chocolate. Obviamente ambos se compartieron sus postres dándoselos directamente a la boca, cosa que Aoi nunca pensó que sucedería con Inosuke, le pareció un detalle tierno, pero extraño viniendo de él.
Mientras comían, no hubo mucha platica por parte de Aoi, aún no asimilaba el cambio de Inosuke, y tampoco es que le gustara mucho ese nuevo Inosuke. Era amable y educado, pero ese no era el Inosuke del que se enamoró. Inosuke hablaba como si nada estuviera ocurriendo, incluso sin darse cuenta que su novia estaba incomoda, cosa que no ocurriría si fuera el Inosuke de siempre, ya que hasta incluso notaba cuando Aoi tenía la mínima pizca de molestia, pero con esta nueva faceta de él, ni siquiera sabía si estaba feliz.
—Y por eso fue que mi madre se sintió feliz, aunque la veía un poco extraña— Contó él. Hasta para la forma de referirse a su madre cambió, cuando comúnmente le dice "mamá" o "mami".
—Tiene sentido— Fue lo único que Aoi pudo decir, manteniendo la miraba baja. Creía que con ese postre sus ánimos subiría, pero no logró absolutamente nada.
Tras terminar los postres y pagar la cuenta, ambos jóvenes se levantan y deciden ir a un parque cercano para acostarse en la grama viendo el cielo azul, aunque claro que Aoi quería decirle como se sentía sobre ese Inosuke, pero no encontraba las palabras.
—Mira, esa nube parece un conejo— Señaló Inosuke la nube con dicha forma.
—Ese parece un dinosaurio— Aoi señaló otra nube.
—Jummm... Parece un Estegosaurus, ¿sabias que se dice que las placas dorsales de ese dinosaurio cambiaban de color?
—No, pero gracias por ese dato, es uno de mis dinosaurios favoritos.
—El mio es el triceratops.
Aoi ríe suavemente. —Lo sé, tienes un peluche de ese dinosaurio.
—Tenía, querrás decir. Lo boté hoy.
Aoi se sienta para verlo con sorpresa. —¡¿Eh?! ¡¿Como que lo botaste?! ¡Tu mamá te regaló ese peluche cuando eras bebé!
—Lo sé, pero ya es momento para ser una mejor perso-...
—¡¿Que sucede contigo, Inosuke?!— Exclamó interrumpiendolo enojada y con lagrimas en sus ojos. —¡Pareces una persona completamente diferente! No eres el Inosuke del que me enamoré, agradezco que quisiste cambiar por mi, es un lindo detalle, ¡pero eso no significaba que tuvieras que cambiar por completo tu esencia! Quiero al Inosuke que amo de regreso, quiero reírme por sus payasadas y de las veces que se enojaba, corregirlo cada que dice una palabra mal pronunciada, que me proteja como si fuera lo más preciado en su vida, ¡quiero que Inosuke vuelva a ser mi Inosuke!
Inosuke se sorprendió por completo ante las palabras de Aoi sobre su actitud, poniéndose de pie lentamente siendo observado por la mirada confusa de Aoi.
—Muchas personas me preguntaron el por qué de mi actitud, y dije que quería ser una mejor persona para ti tomando en cuenta que antes siempre me decías que era alguien que siempre se metía en problemas, alguien atorrante y un dolor de cabeza...— Dijo sin verla a la cara. —Llevo todo el día con este nuevo cambio para dejar de ser una persona que te cause estrés y dolor de cabeza... pero...— Él se toma de la camisa, apretandola un poco. —Hice mi mayor esfuerzo para ser esta nueva persona ante tus ojos— De la nada, se desgarra la camisa liberando su torso. —¡¡POR FIN EL GRAN INOSUKE PUEDE SER LIBRE OTRA VEZ!! ¡Actuar como ese "educadito" es un completo dolor de cabeza!
—Inosuke...— Susurró ella aun con unas lágrimas en sus ojos, pero inesperadamente es cargada como costal de papas por su contrario. —¡¿Qu-Que haces?!
—¡Vamos a casa al salvar a mi peluche de triceratops! Está en peligro.
Aoi al ver de regreso a su tan amado Inosuke, sonríe. —Por supuesto...— Inesperadamente recibe una nalgada por parte de Inosuke. —¡¡¿Y ESO POR QUÉ FUE?!!— Gritó sonrojada.
—¡Porque se me dio la gana!— Tras eso, corre dirección a su casa aun con Aoi encima.
Ella suspira. —Bueno, es mejor que nada...
—————
Genya y Tsuki: Me gustas mucho, Hoshi-Senpai.
Sin duda alguna había sido una de las noches más largas para el menor de los Shinazugawa al no poder pegar el ojo en casi toda la noche. Más que nada por pensar en lo sucedido con Tsuki cuando fueron al parque de diversiones y también porque había tomado la decisión de que le confesaria sus sentimientos en San Valentín.
Había hablado con su hermano mayor para saber su opinión y si consideraba buena idea confesarle sus sentimientos a Tsuki el 14 de febrero.
—No sé qué me sorprende más, que quieras ligarte a alguien casi dos años mayor que tu o que te quieres ligar a la prima de Iguro.
—E-Es que en verdad me enamoré de ella...
El albino suspira. —Más te vale tener la guardia alta, soldado. Ya sabes lo terriblemente mal que puede salir una situación como esta— Dijo dándole unos suaves golpes en la espalda.
Esa conversación solo puso más nervioso a Genya, ya que más que recibir palabras de aliento, lo único que recibió fueron cachetadas de la realidad. ¿Y si ella no sentía lo mismo? ¿Lo veía solo como amigo? O pero todavía... ¿y su por haberle confesado sus sentimientos, ella se aleje de él? Muchas preguntas que solamente lo abrumaban y lo asustaban mucho.
Y una vez al día siguiente siendo ya San Valentín, fue corriendo a toda prisa hacia su colegio, llevando una rosa en sus manos acompañada de unos chocolates. Una vez adentro, trató lo más posible de evitar encontrarse con su enamorada, no sólo para que no viera el regalo, si no que estaba seguro de que si se encontraba con ella, iba a darle un infarto ahí mismo.
Llegó a su salón y solamente pudo suspirar aliviado, dejando todo en un lugar donde nadie lo note y adoptando una mejor postura, aunque Tanjiro notó el nerviosismo que este tenía.
—¿Que sucede, Genya?
—¿Po-Por qué lo dices?— Dijo el mencionado viendo a otra dirección.
—Pues, estás nervioso y llegaste corriendo al salón cuando aún faltan minutos para que empiece la clase.
Genya suspiró derrotado, sabía que era imposible mentirle a Tanjiro, así que no tuvo más que otra opción que explicarle la situación y los planes que tenía pensado hacer para el receso.
—¿Te le vas a confesar en el receso? Vaya, si que eres atrevido. ¿Pero has pensado si ella siente lo mismo?
—Desde que me di cuenta de que en verdad estoy enamorado de ella, lo he pensado... Pero no quiero mortificarme por eso, prefiero pensar que las cosas van a salir como tendrán que salir.
—Bueno, te deseo suerte, amigo— Tanjiro le da un golpe suave en la espalda. —Cualquier cosa que suceda, aquí estaremos todos para apoyarte.
—Gracias, viejo...— Respondió Genya con una sonrisa aunque con la voz un poco apagada.
¿Las cosas iban a salir bien? Estaba completamente aterrado de saber la respuesta, en verdad estaba enamorado de Hoshizora, y pensar que podría ser su pareja le aceleraba el corazón, pero también pensar que sólo lo veía como amigo le lastimaba el corazón, pero sobretodo pensar que a causa de sus sentimientos su amistad con ella se arruinaría, le estropeaba por completo el alma.
Tsuki es de las pocas amigas que Genya tiene, teniendo solo a Kanao, Aoi que es su mejor amiga y a ella, y Tsuki fue la que más se ganó su corazón desde el primer momento que la vio.
Tras pensar un poco, decidió consultar con su mejor amiga Aoi sobre qué hacer cuando le vaya a confesar sus sentimientos a Tsuki, y también para calmarse un poco y no explotar al momento de hacerlo.
—Aoi...
—¿Que sucede, Genya?
—¿Tienes un momento? Quiero hablarte de algo importante.
—¿Ya aceptaste que eres gay?
—¿Qu-Que? ¡No! ¡Ya te dije que solo porque Muichiro sea una garrapata conmigo no significa que sea gay.
—¿Y por qué lo tienes atrás tuyo?
—¿Eh?— Genya se da la vuelta y ahí estaba Muichiro viéndolo a los ojos, asustandolo. —¡Salaverga! ¡¿Desde cuando estás ahí?!
—Llevo siete minutos aquí parado.
—Bro, en verdad das miedo— Murmuró Aoi.
Genya suspira. —Supongo que ya sé por qué estás ahí parado, así que toma— Genya saca de su bolso un caramelo y se lo da a Muichiro.
—Ñenguele— El menor toma el caramelo y se va.
—¿De verdad ahora te pide caramelos?— Preguntó Aoi confundida.
—Sep, desde que somos mejores amigos y él sabiendo que siempre tengo caramelos en mi bolso, me pide cada que tiene oportunidad.
—No sé si eso es muy adorable o muy perturbador.
—¿Perturbador por qué?
—Porque me recuerda a esas películas de terror que son tipo "Hola, niños, ¿quieren un dulce?"
—ª.
—En fin, ¿que querías hablar conmigo?
—Ah, si. Pues, hoy le confesaré mis sentimientos a Hoshi-Senpai.
—¡¿Que?!
—Es-Esperé este momento todos estos días, y ambos hemos hablado mucho en todos estos meses desde que nos conocemos.
—¿Estás seguro?
—Prefiero arriesgar que quedarme con los brazos cruzados.
—Carajo, ni Tanjiro cuando se le confesó a Kanao tenía tantos huevos.
Genya ríe un poco nervioso. —Quería preguntarte si serviría que se lo diera en el receso.
—Te aconsejo que no. Lo mejor sería que te confesaras en un lugar privado y donde estén solo ustedes dos, no vaya a ser que ella se sienta avergonzada como para decirte que si, o peor todavía, que te mande a la friendzone frente a todo Kimetsu Academia.
—Ti-Tiene sentido... La llevaré a la azotea entonces.
—¿Por qué mejor ni la llevas al rincón erotico?— Aoi levanta las cejas de forma tentadora.
Genya se sonroja. —¡Cl-Claro que no! N-No la veo para eso, aparte de que sería muy incomodo darle la propuesta ahí.
—Bueno, si tu lo dices. Te deseo suerte, soldado— Aoi le da un golpe medio fuerte en el hombro al chico, yéndose de ahí.
—¡Oye, eso dolió!— Exclamó sobandose en donde recibió el golpe.
Ya un poco más calmado y pensando en sus opciones, Genya pudo respirar tranquilamente y ver la clase que le tocaba a esa hora en paz y sin nada que lo distraiga, aunque claro que aún conservaba los nervios de decirle todo a Hoshizora una vez el receso inicie, pero aún no era momento para pensar en eso.
Pasó casi toda la clase pensando en ella, en su rostro, en sus ojos grices acompañado de esa hermosa sonrisa que él tuvo el privilegio de ver cada que ella sonreía, pensaba en su cabello azabache pero sumamente suave y con un aroma bastante agradable. Pero también pensaba en su actitud, alguien un tanto fría e incluso desinteresada, pero si se le conocía más a fondo, había una chica dulce, agradable y en quien confiar, e incluso una pequeña niña que le tiene miedo a los truenos.
Y de tanto pensar en ella, no se dio cuenta que la hora de clase ya había pasado y el receso inició, sintiendo como su sangre bajó a sus pies al escuchar el timbre.
—Ay, carajo...— Murmuró bajando la mirada con los ojos bien abiertos. —Es la hora...
Tras decir eso, tomó su mochila y decidió ir a buscar a su enamorada, que seguramente debe estar en su salón jugando con su teléfono, siempre era así cada que iba a buscarla, quizás hoy no sea la excepción.
Claro que iba a paso lento al salón de la chica, temblando de nervios y apretando su bolso donde tenía los regalos para la chica, viendo como a su alrededor habían parejas celebrando el 14 de febrero y otros hablando con sus amigos diciendo que siempre serán los espectadores en las historias de los demás.
Y una vez llegó al salón de la chica, notó que esta no se encontraba en el salón, viendo solamente al grupo de siempre a excepción de Giyuu que tampoco estaba presente.
Lo mejor que podía hacer era ir a preguntarle a uno de sus amigos donde podría estar ella, siendo ese amigo, o mejor dicho... primo, quien tuvo que recibir la pregunta.
—Iguro...— Lo llamó un poco nervioso.
—¿Que pasa?
—¿Sa-Sabes donde está Hoshi-Senpai?
Él dirige una mirada amenazante al menor. —¿Que quieres con ella?
—So-Solo quiero hablar con ella de algo importante— Respondió intimidado por la mirada de Obanai.
El más bajo solo enchina la mirada. —Está en el salón del club de informatica con Giyuu, ella quería hablar algo con él.
—Gracias y perdón por la molestia...— Se va de ahí corriendo, sintiendo la penetrante mirada de Iguro en su espalda hasta desaparecer de ahí.
Tras ese aterrador momento, soltó un suspiro para calmar sus nervios y dirigirse al salón de informática que quedaba en el último piso del edificio, así que tenía tiempo para pensar en que decirle para confesarle sus sentimientos.
Además, tenía el plus de que el salón de informática casi siempre suele estar vacío a las horas escolares, ya que solamente el club de informática entraba ahí, lo que significa que una vez Giyuu se fuera de ahí, tendría privacidad total para confesarle todo a Tsuki.
Estaba que se moría, de solo pensar que estaría con ella y decirle que la amaba le aceleraba el corazón, y sobretodo el saber la respuesta de ella, si le daría un si o le daría un tajante no, cosa que lo lastimaba.
Y así fue hasta que llegó al salón de informática, iba a tocar la puerta pero ahí escuchó la voz de Giyuu provenir del interior del salón, hablando con Tsuki.
—¿Que es lo que dices?— Escuchó a Giyuu.
—Lo que escuchaste, no puedo enamorarme de Genya— Escuchó también la voz de Tsuki.
Al escuchar eso, Genya sintió como toda su sangre bajó a sus pies, sintiendo como poco a poco su corazón se estaba rompiendo.
—Sé que ambos pasamos momento agradables y lindo, pero una persona como yo no puede estar con alguien con él, y siento que no podremos estar juntos.
—¿Por qué dices eso?
—Giyuu, por favor... Miranos, no estamos hechos para estar juntos, yo nunca me vería con alguien como él, dudo muchísimo que ambos sirvieramos para una relación. Es más, me sorprende que aún sigamos siendo amigos siendo tan diferentes.
El brillo en los ojos de Genya se apagó por completo, al mismo tiempo que se daba la vuelta para irse, sintió que su corazón se partió en miles de pedazos al escuchar esa conversación, y estaba seguro de que si la seguía escuchando esa conversación, así que se fue de ahí, sacando las cosas que tenía pensado regalarle a Tsuki y desecharlas en un basurero cercano para luego irse corriendo de ahí mientras sus lágrimas empezaban a caer por sus mejillas.
—No sé cómo pude ser tan crédulo al pensar que ella se enamoraría de alguien como yo— Murmuró muy enojado y frustrado consigo mismo.
Corrió por los pasillos rumbo al baño para encerrarse, mantenía su mirada baja para que nadie notara que estaba llorando, a causa de un corazón roto, llegó incluso a chocar accidentalmente con alguien por no mirar al frente.
—¡Fijate, personaje de relleno!— Exclamó la persona a quien chocó, Genya solo siguiendo su camino sin parar a disculparse.
Y una vez en el baño, se encerró en un cubículo, sentándose en el inodoro a llorar amargamente pro su corazón roto y sus falsas esperanzas de tener a Tsuki como pareja.
Un corazón puede romperse en menos de cinco minutos.
—————
Si me dieran la libertad de expresar las partes del capítulo sería tipo: xd, :3, :v, >:v, 7u7, D:, :'c
Sin duda alguna el capítulo más movido que he escrito en esta historia, superando el capítulo de baile de Invierno como el capítulo más largo de esta historia con más de 13 mil palabras y pfff no niego que me tomó bastante tiempo en escribirla pero bueno, aquí la tienen y en verdad perdónenme por tomarme más de 5 meses en traer este capitulo :'v prometo que los próximos capítulos los tendrán sin que se den cuenta, ya que como dije en un post, esta historia a entrado oficialmente en sus capítulos culminantes y créanme que las cosas se pondrán ufas las estufas 7u7
¿Que pasará con Genya ahora que sabe que Tsuki no siente nada por él? ¿La batalla entre academias está a punto de empezar?
¡Lo averiguaremos más adelante!
¡Espero que les haya gustado el capítulo! ¡No olviden comentar y votar!
¡Hasta la próxima! ❤️
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top