¡Hazlo, Iguro!
Sinopsis:
Iguro tuvo el valor suficiente para poder salir con Mitsuri. Sin embargo, no sólo tendrá que tener el valor para ser lo suficientemente hombre al lado de la chica de sus sueños, si no que también tendrá que tener el valor suficiente para confesarle sus sentimientos.
—————
—¿Te acompaño a tu casa?— Preguntó Iguro, haciendo que a Mitsuri le brillen aún más los ojos.
Ella asiente, y así, ambos se van.
—Oye, niño frenton— Llamó a Tanjiro. —Que te haya pedido perdón no significa que seamos amigos— Dijo fríamente.
—Tranquilo, solo importaba que nos disculparamos— Sonrió.
Inesperadamente, Iguro le regresó la sonrisa, pero no se podía apreciar por su masquarilla.
Al final, el azabache y la pelirosa se fueron, dejando a los demás atrás.
—Iguro-San... ¿No te molesta que mi casa quede un tanto lejos?— Preguntó la pelirosa.
El la mira. —Para nada, me gustaría que llegaras bien a casa— Respondió.
—Muchas gracias, Iguro-San— Dijo la pelirosa con una hermosa sonrisa en sus labios.
El azabache se sonrojo ante tan hermosa sonrisa.
El camino a la casa de la pelirosa se puso incomodo debido al silencio que apareció de la nada, el silencio que todos odiamos.
Mitsuri quería hablar, Iguro también, pero no sabía de que, cuando les llegaba una idea de que hablar, al momento de expresarlo, la idea desaparecía.
Pero ese silencio fue interrumpido por el crujido del estómago de la pelirosa.
—¡Ah! ¡Lo-Lo siento!— Exclamó ocultando su estómago con sus brazo completamente sonrojada.
—¡Tra-Tranquila, Mitsuri-Chan!— Exclamó el otro.
Iguro estaba consciente de que Mitsuri era una chica de un gran apetito, como si en vez de un estómago tuviera un agujero negro.
Por eso, Iguro busco entre sus pertenencias un pan que guardó.
—Ten— Le extendió la dicha comida.
A la pelirosa se le iluminaron los ojos como un sol.
—¡Kyaaa! ¡Iguro-San, n-no debes molestarte!— Exclamó tapándose la cara por el inmenso rubor en sus mejillas.
—Tranquila, tengo otro guardado— Mintió para que la chica pudiera comer algo.
—Gr-Gracias...— Tomó el pan.
¿Que de donde Iguro sacó el pan? Bueno, ese es el pan de Zenitsu que Tanjiro le lanzó a la cara durante la guerra de comida.
Iguro se hubiera quedado sin expresión alguna luego de entregarle el pan a Mitsuri, sin embargo, cambió a una expresión sumamente asombrada abriendo los ojos de par en par al ver que la pelirosa se estaba chupando los dedos, se comió el pan que era del tamaño de una mano en menos de un segundo.
—¿Sucede algo?— Preguntó Kanroji.
—Na-Nada...— Desvió la mirada hacia otra dirección.
—Ya estamos cerca— Agregó la pelirosa ya que su casa quedaba a la vuelta de la esquina. —Hasta aquí está bien, Iguro-San. Gracias por acompañarme— Dijo con una sonrisa.
—No tienes que agradecer— Le regresó la sonrisa.
—Bueno... ¡Hazta el lunes!— Exclamó mientras entraba a su casa.
—¡Espera!— La detuvo tomándola de la mano.
—¿Hmm? ¿Que pasa, Iguro?— Preguntó confundida.
—Mitsuri-Chan, yo... quería preguntarte si...— No sabía expresar bien sus palabras, estaba más rojo que un tomate.
—¿Que tienes, Iguro-San? Estas rojo— Mencionó un poco preocupada.
—¡¿Te gustaría salir en la tarde conmigo?!— Exclamó dejando salir sus palabras.
Mitsuri se sonrojo drásticamente.
—No...— Susurró.
—¿Q-Que?...— Murmuró sintiendo como su corazón se partía en mil pedazos.
—¡No sabes cuanto tiempo llevo esperando esa propuesta viniendo de ti! ¡Si quiero salir contigo, Iguro-San!— Exclamó abrazando al mencionado.
Iguro sintió como su alma regresaba a su cuerpo, para luego volver a irse al sentir el tacto de la pelirosa.
—¡Nos vemos después, Iguro-San!— Exclamó mientras entraba a su casa.
El azabache se quedó estático en su lugar, estaba en shock, la chica de sus sueños aceptó salir con el... ¡¡LA CHICA DE SUS SUEÑOS ACEPTÓ SALIR CON EL!!
Luego de asimilar lo que corrió (tardó como 15 minutos asimilando) se dio la vuelta y se fue corriendo a su casa, estaba tan feliz y emocionado, que estaba era brincando.
[...]
Una o dos horas después, vemos a nuestro heterocromatico favorito arreglandose, tenia puesto una camisa blanca y unos jeans negro y de abrigo llevaba un suéter blanco de rayas negras.
—¡Hola cabello, que bonito te peinaste el Mitsuri!...— Se dio cuenta de la soberana estupidez que dijo. —¡¡AAAAAAAHHHH!! ¡IDIOTA!— Se dio una bofetada.
Suspira profundamente.
—¡Mitsuri-Chan! ¡¿Te gustaría ir a comer agua?!— Se dio una bofetada aun más fuerte.
Iba a seguir practicando sus palabras con Mitsuri, pero fue interrumpido por un mensaje en su teléfono, específicamente de Sanemi.
Salami 💨:
Oye, Kyojuro y yo organizamos una reunión para hacer que Giyuu se suicide. ¿Quieres venir?
Cuidado con la viborita 🐍:
Lo siento, tengo planes.
Salami 💨:
Vamos, se que te gustaría ver a Giyuu suicidándose.
Cuidado con la viborita 🐍:
Grabenlo y me lo pasan.
Salami 💨:
Bueno, suerte clavando la víbora.
Cuidado con la viborita 🐍:
¿Que?
Salami 💨:
Desconectado.
—Ash... Es tan molesto...— Murmuró. —Bien, es hora— Pensó mientras se dirigía a la salida de su casa.
Cuando abrió la puerta, se topó con una gran sorpresa.
—¡Mit-Mitsuri-Chan!— Exclamó al ver a la mencionada.
—¡Hola, Iguro-San!— Saludó al azabache con un abrazo.
Iguro no pudo argumentar alguna palabra, se había quedado completamente fascinado con la belleza de la pelirosa, con sus características 3 trenzas en su hermoso cabello rosado de puntas verdes decorado con un hermoso broche de flores y ese tan hermoso kimono rojo decorados con flores blancas.
—Estas... hermosa, Mitsuri-Chan— Murmuró.
Ella se sonroja. —¡Muchas gracias, Iguro-San!— Exclamó volviendo a abrazar al mencionado.
Al tenerla tan cerca, el azabache pudo olfatear la tan adictiva fragancia de la pelirosa, esa fragancia que lo sacaba tanto de sus casillas.
—¿A donde me llevaras?— Preguntó Kanroji mientras soltaba el abrazo.
—Habrá un espectáculo de fuegos artificiales en el Parque Nacional Shinjuku Gyoen... ¿Vamos?— Preguntó con un leve rubor que no se podía notar por su mascarilla.
—¡Fuegos artificiales! ¡Me encantan los fuegos artificiales! ¡Vamos!— Exclamó tomando la mano del Obanai.
El chico se sonrojo al sentir la mano de Kanroji, estaba fría, pero era tan suave como el pelaje de un conejo.
Mitsuri se llevó a rastras a Iguro hasta la estación de tren a esperar dicho transporte que los lleve a al parque donde se realizaría el espectáculo de fuegos artificiales.
—Iguro-San...— Llamó Mitsuri. —¿Te gustan los fuegos artificiales?— Preguntó.
—Si y no. Si porque me gustan los colores iluminando el cielo, y no porque me aturde las fuertes explosiones— Respondió.
—¿Sabías que Kyojuro quedó medio sordo por estar muy cerca de una explosión?— Agregó la chica.
—Sabía que estaba medio sordo pero no sabía que fue a causa de una explosión... ¿Explosión de que?— Preguntó.
—De un fuego artificial que no salió bien y terminó explotando en el suelo, bastante cerca de Kyojuro— Respondió.
—Vaya... Bueno, al menos el salió ileso— Comentó.
—¡Iguro se preocupa por sus amigos! ¡Que lindo!— Exclamó alegremente la pelirosa.
—Eh... ¡Mira! ¡Ahí viene el tren!— Exclamó señalando el tren que venía aproximándose.
Cuando el dicho transporte se detuvo, ambos chicos entraron al tren e irse a al parque de los fuegos artificiales que empezaba en la noche.
En todo el viaje en el tren, el silencio reinó entre ambos, nos sabían que decir, y tampoco querían decir algo que fuera muy estúpido, así que ambos se quedaron callados.
Cuando llegaron a la estación que estaba cerca del parque, ambos bajaron y caminaron hasta el parque, aún manteniendo aquel silencio tan incomodo.
—Es aqui— Dijo el azabache señalando la entrada al parque.
—¿A que hora empiezan los fuegos artificiales?— Preguntó la chica.
—A las 7pm— Respondió para luego mirar la hora en su teléfono. —Y son las 6:30pm, así que... ¿Te gustaría ir a comer algo?— Preguntó.
—¡Me encantaría comer junto a Iguro-San!— Exclamó la chica para luego tomar la mano de Iguro y llevarlo a los puestos de comida que había en el parque.
Durante el camino hacia los puestos de comida, pasaron por un pequeño campo de rosas, Iguro se detiene a detallar a cada una de esas hermosas flores, sin darse cuenta de que la pelirosa lo dejó atrás. Rápidamente el se agacha, toma una rosa para luego ir a alcanzar a Mitsuri.
—¡Mitsuri-Chan!— Exclamó al dar finalmente con la mencionada.
—¿Iguro-San? ¿Que sucede?— Preguntó al ver al azabache jadeando por el cansancio.
—T-Te quiero dar esto...— Le extendió la flor.
Mitsuri abrió los ojos de sorpresa mientras que el rubor no tardaba en llegar a sus pálidas mejillas.
—¡Kyaaaaa! ¡Muchísimas gracias, Iguro-San!— Lo abrazó. —¡Es muy hermosa!— Exclamó.
—¿Te gustaría que te tome un foto?— Preguntó el chico mientras sacaba su teléfono.
—¡Claro!— Exclamó alegremente.
—Muy bien— Con su teléfono, le sacó una hermosa foto a la chica.
—Estas hermosa...— Agregó el azabache con un poco de nerviosismo. —La luna también está hermosa— Comentó más nervioso todavía.
La pelirosa asintió al ver la luna que iluminada el oscuro cielo de la noche, sin darse cuenta del verdadero significado de aquellas palabras.
Luego de un rato, la pareja se dirigió a un puesto de helados, Mitsuri pidió un helado de fresa, mientras que Iguro pidió uno de mantecado. Al recibir los conos de helado, ambos se van a sentar en una mesa que estaba cerca de ambos.
—Iguro... ¿Recuerdas en primaria cuando Kyojuro hizo que me dieras una rosa?— Preguntó la pelirosa entre risas.
—Si... Fue un tanto vergonzoso— Respondió recordando aquel momento.
[...]
—¡¿Estas loco?! ¡Ella me lo va a negar!— Exclamó un pequeño Obanai que estaba siendo empujado por un pequeño Rengoku.
—¡Vamos, Iguro! ¡Estoy seguro de que le hará muy feliz las flores!— Exclamó alegremente el rubio.
Kyojuro empujó a Iguro hacia Mitsuri, la cual llevaba puesto un kimono rojo.
—H-Hola, Mitsuri-Chan...— Dijo Iguro con un leve rubor en sus mejillas.
—¿Iguro-San? ¿Que sucede?— Preguntó confundida la chica.
—Ten...— Le extendió tímidamente las flores para luego irse corriendo.
—¡Oye, espera!— Exclamó Kyojuro para ir a perseguirlo.
[...]
Tras recordar ese momento, ambos se rieron.
—Aunque no lo creas... Aun tengo esas flores— Agregó la chica con un rubor en sus mejillas.
—¿De verdad?— Preguntó sorprendido el azabache.
—Si, son flores de plástico— Respondió Mitsuri entre risas.
—Ah, es que eran de plástico... Con razón cuando las toqué se sentían ta raras— Agregó entre risas.
—Si...— Rió. —Iguro-San... Di "aaahhh"— Dijo la pelirosa mientras le extendía una cucharada de su helado.
Iguro al principio negó, pero al ver esos hermosos ojos verdes de la pelirosa no tuvo más opción que acceder.
Bajó su mascarilla y recibió la cucharada del helado de la chica, ella estaba en shock al ver las cicatrices en las mejillas de Iguro.
—Iguro-San...— No sabía que palabra argumentar.
—Tranquila, la verdad eres la primera chica que ve mis cicatrices— Interrumpió mientras se subía la mascarilla rápidamente.
—¿Que te sucedió?— Preguntó.
—Mi padre tenía una obsesion por las serpientes y el quiso que yo fuera una, así que me cortó las mejilla para que parezca una serpiente. Agradezco que el se haya ido, desde entonces vivo nada más con mi madre— Respondió con un poco de desinterés. —Odio estas cosas, me hacen ver como un monstruo...— Agregó cabizbajo.
—Iguro... Me gustan tus cicatrices— Dijo con una hermosa sonrisa. —Es la primera vez que te veo sin la mascarilla en mucho tiempo, no veo todo tu rostro desde preescolar— Agregó.
—¿De-De verdad?— Preguntó con un rubor en sus mejillas.
—¡Si! Y tienes unos lindos labios...— Respondió completamente sonrojada.
Al Obanai se le iluminaron los ojos.
—Tu también tienes unos lindos labios, Mitsuri-Chan— Comentó con una sonrisa tras su mascarilla.
—¡Gracias! Por cierto... ¿Que hora es?— Preguntó la pelirosa.
—Son las 6:55. Ven, vamos a buscar un lugar para ver los fuegos artificiales— Respondió mientras se levantaba.
—¡Claro!— Exclamó alegremente.
La pareja fue hacia el lugar donde la gente estaba reunida para ver el espectáculo de los fuegos artificiales.
Al cabo de unos minutos, el cielo fue iluminado por los hermosos fuegos artificiales de todo los colores que uno se podría imaginar.
Obanai estaba mirando el espectáculo, pero poco a poco su mirada se posó en Mitsuri, la cual estaba viendo los fuegos artificiales. El azabache detalló cada rasgo del rostro de la chica, sus curiosos pero lindos lunares bajo sus ojos, sus hermosos labios rosados, sus pálidas mejillas que estaba ruborizadas, pero sobretodo sus hermosos y grandes ojos verdes, y aún más hermosos por el reflejo de los destellos de los fuegos artificiales. Sin duda alguna, la chica de sus sueños y de su corazón.
—Es hermoso... ¿Verdad?— Preguntó Mitsuri aún con la mirada en el cielo.
—Lo mas hermoso que mis ojos pudieron ver...— Respondió el chico aún con la mirada en el rostro de Kanroji, dirigiendo esas palabras hacia ella.
Mitsuri dirige su mirada hacia Iguro, teniando así con contacto visual.
—Iguro-San... El espectáculo terminó, es hora de irnos— Agregó con una sonrisa de satisfacción.
—Cl-Claro...— Dijo el Obanai mientras se levanta para luego ayudar a la pelirosa a levantarse.
Ambos se dirigieron a la salida del parque para luego ir a la estación de tren.
—¿Te divertite?— Preguntó Iguro.
—Completamente— Respondió Mitsuri con una sonrisa en sus labios.
El le regresó la sonrisa, oculta por su mascarilla, pero aún así Mitsuri notó que el sonrió.
Luego de unos minutos, el tren llegó a la estación, ambos se suben a el y se van camino a la estación que estaba cerca de la casa de ambos.
Durante el viaje en el tren hubo silencio, pero no era incomodo, ambos estaban bien con la presencia del otro.
Al llegar a su destino, ambos bajan del tren y van camino a la casa de Iguro, pero unas gotas de lluvia empezaron a caer, aumentando el número de gotas cada vez más.
—Demonios... Toma, tapate— Dijo Iguro entregándole su suéter de rayas a la chica.
—No te tomes la molestia, Iguro-San— Comentó con un rubor en sus mejillas.
—Descuida, estaré bien— Sonrió.
Cada vez llovía más fuerte, pero para suerte de ambos, lograron llegar a la casa de Iguro.
—Parece que te tendrás que quedar hasta que el clima mejore...— Agregó el chico.
—Supongo que si...— Murmuró.
Ambos estaban empapados, sobretodo Iguro, ya que Mitsuri se había tapado con el suéter del chico.
—¿A tu madre no le molestaría que esté aquí?— Preguntó Mitsuri mientras jugaba con sus dedos.
—Descuida, mi madre está de viaje, regresará mañana por la noche— Respondió. —Por allá está el baño, hay toallas así que te podrías ir a bañar— Señaló dicho lugar.
—B-Bueno...— Dijo mientras se dirigió al baño.
Luego de ver a la chica entrar al baño, Iguro se dirigió a su habitación para cambiarse la ropa empapada y secarse.
Luego de secarse, y cambiarse la ropa, se echó en su cama viendo el techo.
—¿Será que se lo digo?— Se preguntó a sí mismo. —No me gustaría que por esto se arruine nuestra amistad por decirle que me gusta... Pero tampoco quiero quedarme con esto guardado... ¿Tu que opinas Kaburamaru?— Le preguntó a su serpiente, la cual estaba en su brazo enrollada.
El animal simplemente soltó el agarre del brazo del chica para luego posarse en su pecho y darle una lamida en su nariz.
—Está bien... Se lo diré— Dijo mientras acariciaba la cabeza del animal.
—¡Iguro-San!— Llamó la pelirosa desde el baño. —¡Mi ropa esta toda mojada!— Exclamó.
—¡Ya voy!— Exclamó mientras se levantaba de su cama para ir al dormitorio de su madre y tomar un short azul y una camisa rosada.
Tras tomar la tomar la ropa, se dirige hacia la puerta del baño, el iba a tocar la puerta pero Mitsuri salió del baño enrollada en una toalla, haciendo notar sus curvas.
—T-Ten...— Le extendió tímidamente la ropa de su madre, con un rubor inmenso.
—Gracias, Iguro— Dijo para seguidamente entrar al baño.
Iguro se quedó ahi parado con su mente en blanco, pero regresó a la realidad al sentir un pequeño hilo de sangre saliendo de su nariz.
—Mierda...— Susurró mientras salió corriendo a la cocina y tomar una servilleta.
Luego de unos minutos, vemos a Iguro sentado en su cama, abrazando la almohada pensando si decirle "eso" a Mitsuri o simplemente tragarse sus palabras.
—Iguro-San...— La chica entró al cuarto.
—¿Que sucede?— Pregunta.
—Aún está lloviendo muy fuerte...— Murmuró jugando con sus dedos.
El azabache se levanta y mira por la ventana de su habitación y efectivamente estaba lloviendo, incluso más fuerte que antes.
—¿No te molestaría quedarte?— Preguntó Iguro.
—B-Bueno... No quisiera molestarte...— Dijo con un rubor en sus mejillas.
—Descuida, yo invito— Dijo con una sonrisa.
—¿De verdad?— Brillaron sus ojos.
—Si, puedes dormir en la habitación de mi madre que está al lado— Respondió.
—Mu-Muchas gracias, Iguro-San— Se acerco y se sentó en la cama del chico. —¿Esa es la serpiente de la que tanto hablas?— Preguntó señalando al animal, la cual estaba jugando con un ratón de juguete.
—Si, se llama Kaburamaru— Respondió.
Mitsuri se acerca al animal para contemplarla mejor.
—Es muy linda— Acercó su mano para acariciarla.
—Ten cuidado, no es para nada amigable con las demás personas— Agregó con un tono preocupado.
Inesperadamente, la serpiente se enrolla en la mano de la pelirosa, sintiendo el sueva tacto de la misma y dándole besitos con su lengua.
—¿E-Es normal que haga eso?— Preguntó un poco preocupada.
—Para nada... Es la primera vez que la veo siendo amable con otra persona— Respondió.
Kaburamaru recorrió el brazo de la chica para llegar su cuello y enrollarse ahí.
—Parece que le agradas— Agregó Iguro.
—Ya veo, jejeje— Rió la chica.
—Ok pequeña, anda a dormir— Le dijo a serpiente, la cual descendió por el cuerpo de la chica hasta suelo e irse a un hueco en la pared, que era donde vivía la serpiente.
—Es demasiado tierna— Comentó la chica.
—Oye... Mitsuri-Chan...— Llamó Iguro.
—¿Hmm?—
—Hay... algo que tengo que confesarte...— Murmuró para luego morderse el labio inferior.
—Iguro-San... ¿Podrías bajarte la mascarilla? Es que no te entiendo bien— Interrumpió la chica.
—¿Eh?... Oh, si claro— Dijo la luego retirarse la mascarilla.
Sin embargo, inesperadamente Mitsuri toma al chico por sus mejillas y junta sus labios con los del chico, depositandole un tierno beso, el primer beso de ambos.
Se mantuvieron así hasta que tuvieron que separarse por la falta de aire.
—Mi-Mitsuri-Chan...— No sabía que decir.
—Tu también me gustas, Iguro-San— Confesó mientras tomó las manos del contrario.
—¿Eh? ¿C-Como sabes que me gustas?— Preguntó con un rubor que recorría todo su rostro.
—Escuché cuando se lo dijiste a Kaburamaru... Y digamos que no eres muy bueno para ocultar tus sentimientos— Respondió entre risas.
—Oh... ¿Que sorpresa, no?— Preguntó entre risas.
—La sorpresa más hermosa de mi vida— Dijo con una sonrisa.
El azabache le regresa la sonrisa para luego tomar a la pelirosa por sus rojas mejillas y juntar sus labios una vez más, pero esta vez fue un beso mucho más profundo y lleno de mucho amor.
Luego de unos minutos de besarse, ambos se separan, pero no por la falta de aire, si no porque Iguro quería decirle a Mitsuri que...
—Te amo... Mitsuri Kanroji— Dijo con una sonrisa en sus labios rojos por el beso.
—Y yo te amo mucho más, Iguro Obanai— Sonrió.
Y ambos siguieron con tan amoroso beso, hasta que a la pelirosa le dio el sueño.
Ambos se arrecostaron en la cama, Mitsuri tenía el pecho del azabache como almohada, mientras que Iguro acariciaba el cabello de la chica que lo tenía suelta, se sentía no solo feliz por tocar el cabello de Kanroji, también estaba feliz por ahora Kanroji era ahora su novia, acarició su cabello hasta quedarse dormido, junto a la mujer que ha amado toda su vida.
Lo que tanto a deseado, lo que tanto a reprimido por años, finalmente ha salido a la luz, la presión que sentía en su pecho finalmente desapareció.
Y ahora, la única presión que siente en su pecho es todo el amor que tiene por el amor de su vida, Mitsuri Kanroji.
—————
Man... ¡¡ADORO EL OBAMITSU AAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHH!! En mi opinión, el amor más puro de todos los ships de Kimetsu No Yaiba.
Chingada madre 3376 palabras para este capítulo, me inspiré XD. ¡Espero que les haya gustado el capítulo!
Recomendación de la semana: "ALMAS" de Maruuchi_, esa historia me dejó enamorado nmms, y el final es una belleza.
¡No olviden votar y comentar que tal les pareció este hermoso capítulo! Hasta ahora, mi capítulo favorito.
¡Hasta la próxima! ❤️
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