Ganando el corazón de Hoshi-Senpai.

Sinopsis:

Con el 14 de febrero a la vuelta de la esquina, Genya se propone algo que podría hacer que no sea el único sin pareja en tan hermoso día, confesarle sus sentimientos a Tsuki Hoshizora. Para ello, la invita a una salida a cierto lugar que Genya desconoce que es importante para ella.

Capitulo con post-créditos

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¿Como una persona puede identificar cuando alguien está enamorado? Bueno, la respuesta es fácil, su manera de comportarse frente cuando está con la persona que ama.

Una persona puede tener diferentes actitudes frente a quien ama, unas pueden ser algo calladas, otras pueden ser un tanto torpes e incluso algunas pueden ser valientes, aunque de esos no se ven con tanta frecuencia. Pero la actitud que más predomina entre todas al menos desde el punto de vista del autor es el nerviosismo.

Si, mayormente cuando una persona está frente a quien ama se suele poner nerviosa, con los latidos del corazón acelerados, la respiración sin control y con distintas partes de cuerpo temblando como locas. Ahí entra en todos los sentidos la frase de "la persona que nos mueve el piso". Si bien el nerviosismo nos puede hacer que hagamos, digamos o pensemos cosas bastante absurdas o sin sentido, ya sea cambiar de lugar las palabras que queramos decir o derramar una bebida, haciéndonos pasar pena frente a quien buscamos enamorar.

Tratar de calmarse en situaciones así es un poco complicado, incluso podemos llegar a empeorar las cosas cuando nos queremos calmar. Y ahí es cuando nos damos cuenta que somos un asco para enamorar a alguien, ¿pero quien quita que nos esforcemos?.

Teniendo todo esto en cuenta, hay que mencionar a cierto personaje de esta historia que tiene problemas para socializar con su enamorada e incluso socializar con la mujeres en general, y ese personaje no es nadie más que Genya Shinazugawa.

Si bien Genya jamas en su vida tuvo cercanía con una chica que no sea alguien de su familia, prácticamente solo era su madre y su abuela, pero nadie más. Aunque de por sí no era su culpa en general, después del accidente de tránsito que le provocó su cicatriz, muchas chicas le tienen miedo ya que creían que era un delincuente de barrio que se llama Brayan o un yakuza, hay muchos puntos de vista.

Pero cuando entró a Kimetsu Academia junto a su hermano, fue cuando todo cambió, y fue la primera vez que que se puso todo nervioso y sin saber que carajos hacer.

Todo porque fue Mitsuri la primera chica quien se le acercó.

Fue justamente el día que Genya fue ingresado en el instituto y al igual que pasó con Tanjiro y los demás, Mitsuri se encargó de darle un tour por todo el lugar y aquella seria la primera vez que interactua de manera cercana a una chica.

—¡Ah! Tu debes ser el hermano menor de Sanemi, es un placer conocerte finalmente— Dijo la pelirosa con una sonrisa. —Mi nombre es Mitsuri Kanroji y voy en el mismo salón de tu hermano.

Genya apenas vio a la chica acercarse a él, se puso tan tenso que incluso parecía una piedra, con la mirada hacia la nada.

—¿Eh? ¿Estas bien? Te congelaste de la nada— Ella sacude su mano frente a la del chico.

¡¡ESTÁ DEMASIADO CERCAAAAAAAAA!!— Gritó Genya en su mente. —M-Mucho gustó, Mitsuri-San. Soy Genya Shinazugawa...— Estaba completamente rojo.

—¡Ah, si puedes hablar!— Ella ríe. —Bien, vamos, te mostraré toda la academia— Mitsuri lo toma del brazo.

Genya se pone más tenso todavía, más que nada por... —¡¡MI BRAZO ESTÁ EN MEDIO DE SUS PARACHOQUES!!— Volvió a gritar en su mente, más rojo que antes.

Desde ese momento, Genya aceptó completamente que era muy pésimo para interactuar con mujeres, teniendo solamente encuentros momentáneos con alguna chica pero nada así de quedarse hablando por un largo rato.

Las únicas chicas que no se puso nervioso fue con Nezuko y Aoi, más que nada porque Aoi le daba mucho miedo y se ponía nervioso solo cuando ella estaba enojada porque no estaba consciente de lo que esa mujer era capaz de hacer, pero al rato se convirtió en su mejor amiga. Y con Nezuko porque más bien le parecía adorable, como una niña que tenía que ser cuidada.

Aunque siendo francos, Genya cuida a todo el Clan Kamaboko en general.

Regremos más a la actualidad después de poner todo ese tema en claro. Genya estaba echado en su cama viendo su galería como siempre suele hacer cada que no tiene Internet, veía las fotos de él con sus amigos y algunas de él solo. Pero todo cambió cuando empezaron a aparecer fotos con Tsuki Hoshizora y algunas de ella en solitaria que ella pidió que le sacara.

Al verla, una sonrisa y un rubor apareció en sus mejillas.

—Debería invitarla a salir...— Murmuró en voz baja.

Viendo la hora y al notar que no es tan tarde y al estar consciente de que Tsuki se suele dormir tarde, la llamó.

¡¡HIJO DE TU MADRE, ESTABA PELEANDO CONTRA UN JEFE!!— Gritó ella enojada, sacándole una risa a Shinazugawa.

Genya sabía ese sentimiento, solía recibir llamadas en mientras jugaba en su celular haciéndolo perder.

—Perdón...— Río otro poco. —Solo quería saber como estaba la señorita gamer.

Pues... Estaba bien hasta que me hiciste perder.

—Uy, eso dolió un poco— Dijo sarcástico entre risas.

Ya, como sea... ¿Necesitas algo?

—Bueno, me enteré por Internet que hay una feria cerca de aquí, así que...— Se sonroja ligeramente. —Quería saber si te gustaría ir mañana conmigo...

Tsuki se queda callada por unos segundos. —¿Me estás invitando a salir?

—¿S-Si...?

B-Bueno, sería divertido ir a un feria, no voy a una desde hace mucho tiempo...

—¿Entonces? ¿Que opinas?

Bueno, iré... Pero si me brindas una pizza allá.

Genya ríe. —Te aprovechas de uno.

Bueno, no podía dejar ir la oportunidad— Ella ríe también.

—Está, entonces te veré mañana, Hoshi-Senpai.

Hasta mañana, Shinazugawa.

—Te quieeeEEEEEEEEEEEEEERO desear buenas noches— Se pone completamente rojo.

Tsuki quedó confundida ante el repentino grito de Genya. —Igualmente, supongo...— Y corta la llamada.

Apenas dejó su teléfono en su mesita de noche, Genya hundió su rostro en su almohada para ahogar un grito que de todos sonó por toda la habitación. Aparte de que su enamorada había aceptado salir con él, estuvo a punto de decirle que la quería.

Si, efectivamente la quería, después de meses hablando con Tsuki, lo mucho que han interactuado mientras jugaban videojuegos y los momentos que han compartido han hecho que el amor de Genya por la chica se fortaleciera mucho más.

Aun recuerda aquél día cuando hablaron en el gimnasio mientras armaban la decoración del baile de Invierno, el abrazo que se dieron en año nuevo, también cuando ayudó a la chica con su miedo a los truenos pareciendo toda una niña pequeña, y ni hablar de cuando bailaron juntos en el baile de invierno.

Si, habían vivido varios momentos juntos, pero Genya quería vivir más momentos junto a Tsuki, y sin duda alguna mañana podría ser uno de ellos.

[...]

Genya estaba viendo en su closet que prenda de camisa ponerse, estaba entre una negra con mangas largas una blanca de mangas cortas que tenía un estampado de su videojuego favorito.

—Compartimos el mismo videojuego, quizás le guste... ¿O es demasiado?— Decía mientras analizaba la camisa. —No, seguramente ella irá con una vestimenta normal, y siento que con esta camisa me veré medio virgen al lado de ella...— Guarda la camisa en el closet.

Siguió buscando y buscando, hasta que al final vio la camisa más normal que tenía en su closet, una gris de mangas cortas, que hacía juego perfecto con sus zapatos blancos con gris.

—Bien, ya estamos listos— Dijo emocionado.

Ahora lo siguiente que tendrá que hacer es salir de su casa y caminar hasta donde se iban a encontrar, la entrada de Kimetsu Academia.

Su ida hacia el punto de encuentro fue tranquila, le mensajeaba a la chica que ya estaba yendo hacia el punto de encuentro, mientras que ella le respondía que también estaba yendo en camino.

Cuando Genya leyó el mensaje de que ella estaba yendo al punto de encuentro, sintió como unos nervios crecían en su interior, al grado de estar tan distraído que casi un auto lo atropella.

—¡Fijate, mocoso!— Gritó el conductor del vehículo.

—¡L-Lo siento mucho!— Exclamó Genya mientras se aparta de la calle.

—Ya veo que te falta calle— Dijo una voz femenina detrás de él.

Él se exalta al escuchar esa voz, dándose la vuelta. —¡H-Hoshi-Senpai! ¡Creí que te encontraría por el colegio!— Se puso completamente nervioso al ver a la chica.

—Siempre tomo este camino cada que voy al colegio— Dijo con obviedad. —En fin... ¿Ya nos vamos? Seguramente habrán muchas cosas para comer allá y en estos momentos muero de hambre.

Tsuki toma a Genya de la muñeca y empieza a correr, llevándose al pobre chico a rastras, mientras que él estaba sumamente rojo al tener su mano bastante cerca de la de la chica, incluso por un momento llegó a pensar que lo agarraria de la mano.

—¿S-Sabes donde queda la feria?— Preguntó Genya nervioso.

Tsuki se detiene de golpe. —No...

Él ríe. —Debí suponerlo.

—Era pa' ver.

—¿Que?.

—Nada. En fin, ¿dónde queda la feria?.

—En el centro de la ciudad, tomemos el metro.

—Bueno.

Ambos chicos toman rumbo hacia la estación de metro más cercana, apenas llegando para sentarse a esperar el tren, y al ser un metro primermundista no tardaria una hora en llegar como suele pasar en los metros de los países latinoamericanos.

—¿Desde hace cuanto no vas a una feria?— Preguntó Genya para entablar conversación.

—Desde que mi hermano falleció— Contestó ella sin mirarlo.

Genya apenas recibió esa respuesta sintió como si le cayera un balde de agua fría, sentía que no debió haber hecho esa pregunta de saber que esa sería la respuesta, y de paso que cuando ella le respondió, la mirada de chica se puso completamente sombría.

—L-Lo siento... No debí preguntar eso...

—No te preocupes, no es culpa tuya— El rostro de Tsuki se tranquiliza otra vez.

—B-Bueno, ¿que es lo que te gustaría hacer en la feria?.

—Pues, de primeras al llegar lo primero que haremos será comer, se me olvidó almorzar antes de venir y en estos momentos cargo un hambre monstruoso.

—Bueno, por lo que leí en la página de la feria, hay varios puestos de comida, ¿que te gustaría ir a comer primero?.

—Toda mi vida he quiero comer comida del otro lado del mundo.

—¿De América?.

—Obvio, tienen un plato que consiste de un bollo al cual le meten la salchicha y después le echan mayonesa y... ¿Por qué me ves así?.

No le puedo decir que acaba de decir las palabras con doble e incluso hasta triple sentido, así que mejor mantengo mi boca cerrada— Dijo en su mente. —N-No es nada, solo me estaba imaginando como es ese plato, creo que les llaman hot-dog.

—Esos mismos y pues se ven bastante sabrosos— Al instante, Tsuki reconoció las palabras que dijo describiendo el hot-dog, y al mismo tiempo le vino un agrio recuerdo de hace un par de meses.

Un recuerdo de cuando su primo Iguro le recomendó una película que según él era una película para niños con una salchicha de protagonista, pero al final resultó ser todo lo contrario y más si al final de esa película todas las comidas terminan haciendo una... un baile tribal grupal.

Al recordar esa película la cara de Tsuki se congela. —Maldita seas, Iguro...— Susurró.

—¿Que pasa, Hoshi-Senpai?— Preguntó Genya al ver la expresión de la chica.

—N-Nada, solo recordé una película de terror. En fin, quiero comer hot-dog.

—Jummm, bueno, quizás allá hayan puestos que los vendan, ¿alguna otra comida que quieras probar?.

—No se que otra cosa haya, pero eso es lo primordial.

—Bueno, entonces cuando lleguemos te brindaré uno— Sonríe.

—Que sean dos.

—B-Bueno, te brindaré dos— Rió nervioso.

Después de un par de minutos, el tren finalmente llega y ambos jóvenes se suben al vagón más cercano. Ya una vez adentro, Genya estuvo más o menos siete minutos hablando con Tsuki de que se sentara en la silla que estaba disponible, y Tsuki que Genya sea quien lo haga, pero al final una persona que nadie vio llegar se sentó.

Ambos jóvenes se vieron al rostro después de lo sucedido, riendo por ello. Lo que ninguno de ellos se dio cuenta, es que después de reírse, se quedaron viendo por un par de minutos, con un rubor creciendo en las mejillas de cada uno, sobretodo Genya agregando también que tenía sus pupilas dilatadas.

Sin embargo, ambos entran en razón al escuchar al operador del tren avisar que llegaron a la estación a la que los dos jóvenes se iban a bajar.

—L-Llegamos— Dijo Genya nervioso.

—Si, vamos— Tsuki se baja del vagón primero que Genya.

La calle estaba más o menos concurrida debido a la mencionada feria, por lo que mucha gente iba y venía del lugar. Después de caminar un par de metros, finalmente vieron la feria.

Tsuki se sorprende mientras que un sentimiento nostálgico llena su corazón, cosa que Genya notó al ver la expresión de Tsuki, una expresión de sorpresa combinada con una de felicidad.

—¿Y bien? ¡¿Que estamos esperando?!— Con emoción, Genya se armó de valor y tomo de la mano a Tsuki, adentrándose ambos a la feria.

Tal y como lo prometió, Genya le brindó los dos hot-dogs, cosa que Tsuki disfrutó como si no hubiera un mañana, convirtiéndose en sin duda alguna una de sus comidas favoritas.

Tras eso, decidieron que llegó el momento para empezar a divertirse de verdad, yendo primero al carrusel, Tsuki subiéndose a un hermoso caballo mientras que a Genya le tocó montarse en un burro todo feo, cosa que le causó gracia a la Hoshizora.

Después de eso, decidieron subir a los carrito chocones, basta y sobra decir que primero ambos se chocaban el uno a otro mientras ambos se reían y divertían. Y como quedaron insatisfechos, decidieron subir los dos a uno solo siendo Tsuki la conductora, chocando a los demás de una manera bastante abrupta a los demás, mientras que el pobre Genya se aferraba al vehículo para evitar salir disparado.

Después de eso, fueron a una atracción más fuerte, la montaña rusa. Sobra decir que esta vez los dos estaban completamente asustados, la atracción daba vuelta tras vuelta agregando también sus increíbles giros cerrados, Genya por poco y no se desmaya del miedo, sin embargo, lo que lo hizo terminar de desmayarse fue que Tsuki puso su mano en su pierna.

Después de eso, se tomaron un pequeño descanso ya que Tsuki estaba a punto de regresar los hot-dogs que se comió al llegar.

Primero fueron a un juego tranquilo, que consistía que capturar pequeños peces dorados y llevárselos de mascota. Cabe destacar que Tsuki no lograba capturar ninguno porque éstos escapaban de su red, cosa que la frustraba mucho. Genya al notar eso, logró capturar dos pequeños peces, metiéndolos en la bolsa de plástico para llevarlos.

—Ten, son para ti— Genya le extiende la bolsa con una sonrisa.

—¿E-Eh? No puedo aceptarlos, tu los ganaste.

—Vamos, se notaba lo mucho que los querías.

Tsuki un poco nerviosa toma la bolsa. —G-Gracias...

—Bien, vamos a descansar

¿Y que mejor manera para descansar que un viaje en barquito por el lago improvisado que había en el parque de la feria?.

Ahí estaban ambos jóvenes flotando en el barquito que alquilaron. Mientras Genya remaba, Tsuki contemplaba todo el parque y la ciudad, hermoso gracias a las luces de las atracciones y ni hablar de las estrellas y la luna en el cielo.

—Es hermoso este lugar, ¿no crees?— Dijo Tsuki sin dejar de ver todo a su alrededor.

—Si que lo es, pero lo disfrutaría más si no me hubiese tocado remar.

Tsuki ríe. —No seas llorón, tu mismo agarraste los remos.

—Bueno, es que después de ver cómo remabas era más que obvio que nos ibas a terminar volcando.

—Es que quería ver si de verdad es tan fácil como en las olimpiadas.

Genya ahora es quien ríe. —Si que te gusta intentar de todo— Deja los remos, ya se habían alejado bastante de la orilla.

Tras eso, ahora ambos se disponer a ver todo a su alrededor, las atracciones, la ciudad, el cielo nocturno. Pero a diferencia de Tsuki, Genya también se puso a observar a la persona que lo acompañaba.

Esos hermosos ojos grices, ese cabello negro corto tan sedoso, sus labios rosados esbozando una hermosa sonrisa y sus delicadas manos. Y ni hablar de su personalidad, una persona fría pero en realidad siendo alguien tan agradable, con el exterior de una persona fuerte que en realidad lo era, pero por dentro también parece una linda niña pequeña, lo decidida que es y sobretodo su humor tan carismático.

Genya estaba completamente enamorado de Tsuki Hoshizora.

Ahí, Genya notó el entorno en el que se encontraba, con una hermosa vista a su alrededor, en un bote flotando bajo la luz de la luna, acompañado de la chica que su corazón tanto anhelaba. ¿Sería ese el lugar perfecto para confesar sus sentimientos?.

Claro que lo era.

Pero... ¿Era el momento perfecto?.

Todo lo contrario.

Si bien, tras aquella pregunta que hizo antes de subir al metro y Tsuki respondiendo sobre la muerte de su hermano era sin duda lo que evitaría que se confesara, él no se sentía capaz de confesarle sus sentimientos en un lugar que ella considera nostálgico a causa de la pérdida se hermano.

Quizás será mejor en otro momento.

—Bueno, ya llevamos mucho tiempo aquí, será mejor irnos— Dijo Tsuki después de estar literalmente quince minutos sin decir algo.

—C-Claro— Genya, toma los remos y se van hacia el lugar de embarcación.

Una vez allá, Genya ayuda a Tsuki a bajarse del barquito y ambos se van del lugar de la atracción, pero inesperadamente Tsuki tropieza debido a sus agujetas desatadas.

—Agh, que idiota— Dijo ella tratando de reincorporarse.

—¿Estas bien, Hoshi-Senpai?— Preguntó Genya extendiendole la mano para ayudarla a levantarse.

—Si, estoy bien...

Ella levanta la mirada, pero lo que no esperaba es que el cielo sería iluminado por un fuego artificial detrás de Genya, pero en lugar de ver al chico, vio fue a su hermano.

Un recuerdo de hace años vino a su mente, cuando aún era una niña.

Ahí estaba ella, tirada en el suelo, viéndose como una niña pequeña.

—Tsuki, deberías tener más cuidado con tus agujetas, siempre se desatan— Dijo su hermano mientras le extendía la mano para ayudarla a levantarse.

—Sabes que no soy bueno para atarlas— Dijo ella mientras tomaba la mano de su hermano, levantándose.

Él se agacha y amarra las agujetas de su hermana menor. —Listo, está vez durarán mas— Sonríe.

—Gracias, hermano... —Sonríe igualmente.

Al ver ese recuerdo en su mente, los ojos de Tsuki se humedecieron completamente, dejando caer lagrima tras lagrima.

—¡¿E-Eh?! ¡¿Estas bien, Hoshi-Senpai?!— Exclamó Genya nervioso al ver como su enamorada entraba en llanto, cosa que lo sorprendió aún más.

Ella con miles de lágrimas cayendo por sus mejillas y su voz temblorosa, tapándose su rostro con sus manos.

—¿H-Hoshi-Senpai? ¿Estas bie-...?— Es interrumpido al recibir un inesperado abrazo de Tsuki, ella hundiendo su rostro en su pecho, humedeciendo su camisa de lágrimas. Genya un poco nervioso corresponde el abrazo.

Se mantuvieron así por unos minutos hasta que Tsuki levantó su mirada aún llorosa, conectando su mirada con la de Genya.

—Estoy bien, no pasa nada...— Sonríe para abrazar aun mas fuerte a Genya

Genya se sonroja ante ese abrazo de Tsuki, pero al ver lo bien que se sentía, decidió corresponder aún más el abrazo, al grado de incluso cargarla y girar sobre sí mismo, ambos riendo por eso.

—¿Nos vamos a casa?— Preguntó él.

—Vámonos a casa— Ella sonríe.

Y después de tan hermoso día, ambos regresan a casa, completamente feliz y con un cálido sentimiento en sus corazones.

Mañana será 14 de febrero.

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Fuah, y yo pensando que no iba a actualizar más nunca porque no tenía inspiración :v

En fin, aquí estamos de regreso y pues ya me siento mejor que antes, gracias a todos por el apoyo que me han dado, regresamos con más :3 y como prueba de ello les traje este capítulo que la verdad me quedó un tanto cliché pero si me gustó como quedó.

En fin, como se habrán dado cuenta, el siguiente capítulo será del día de San Valentín y como compensación por no actualizar, trataré de que este capítulo de San Valentín sea también de 10.000 palabras, aunque a diferencia del capítulo del baile de invierno, esta vez no prometo nada. Pero haré mi mayor esfuerzo ;)

¿Que pasará en San Valentín? ¿Podrá Genya finalmente confesarle sus sentimientos a Tsuki Hoshizora?

¡Lo averiguaremos más adelante!

¡Espero que les haya gustado el capítulo! ¡No olviden comentar y votar!

¡Hasta la próxima! ❤️

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Ahí estaba Tsuki, acostada en su cama, con su rostro hundido en su almohada que ya estaba húmeda de tanto llorar apenas llegó a su casa.

Hace ya varias horas Genya la dejó en la entrada de su edificio, despidiéndose con un muy gran abrazo. Y apenas llegó a su apartamento, saludar a su madre, cenar e irse a su habitación, se lanzó a su cama a llorar desconsoladamente.

Ella levanta la mirada, observando los pequeños peces dorados que Genya atrapó por ella en la feria.

—¿Por qué tengo que hacerle esto a él? Él ha hecho mucho por mí, no sé merece esto...— Susurraba con la voz temblorosa.

Hunde su rostro en la almohada nuevamente a continuar llorando hasta quedarse dormida.

En verdad lo siento, Genya...

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