¡Extravagante!
Kimetsu Academia es de los mejores institutos de Japón, entrando en el top 10 de instituciones en Japón y en el top 20 del mundo, una simple institución de preescolar, primaria y secundaria era incluso mejor que muchas universidades en el mundo.
En Kimetsu Academia si apenas era un niño o niña de 3 años de edad, podías empezar preescolar, tres años en preescolar para luego ascender a primaria, seis años de primaria para luego pasar a secundaria en cual son tres años.
La secundaria es un tanto diferente a preescolar y primaria con respecto a la distribución de los años, hay tres años en secundaria, pero cada año están dividos en tres partes: 1A, 1B y 1C; luego está 2A, 2B Y 2C y por último 3A, 3B y 3C. Las secciones A son para los alumnos con un altísimo nivel académico, las secciones B son para los que tienen un nivel académico bueno y los de la sección C son para los de nivel académico medio.
Todos los alumnos de la academia demostraban bastante bien su empeño en sus estudios con tal de estar en la galardonada sección A, pero mayormente quedaban en la sección B, por lo que es fácil de deducir que la sección B es la que más alumnos suele tener. Pero en este mundo nada es perfecto, y los alumnos de Kimetsu Academia tampoco, o al menos uno de ellos.
[...]
—Lo siento mucho joven Tengen, pero si sigue así, tendrá que ser expulsado otra vez— Dijo el director Oyataka.
—¿Y que tengo que hacer para evitar ser expulsado?— Murmuró un albino sentado frente al escritorio del director.
—Tengo entendido que la educación física es tu mayor fortaleza ¿No?— Cuestionó.
—¡Claro que si! ¡Es divertido correr los campos de la academia y hacer ejercicio de una manera extravagante!— Exclamó el albino con orgullo.
—Pues bien, haz que las demás materias te parezcan divertidas y extravagante— Sonrió.
—¿Eso es posible?—
—Claro que lo es Sr. Tengen, simplemente tienes que ver todo de otra forma—
—¡Entonces veré a las demás materias de manera extravagante!— Se levantó del asiento.
—¡Perfecto! Ya puedes retirarte— Volvió a sonreír.
El albino se retiró de la dirección para ir a su respectivo salón, 3C.
Uzui Tengen, 19 años de edad, 1.98 metros de alto, se podría decir que es el alumno con mayor edad en toda la academia ¿por que seguía estudiando? Bueno, resulta que el desempeño académico de Uzui es bajo a mediocre, fue expulsado de la academia por su bajo rendimiento, Oyataka por su frágil corazón, le dio otra oportunidad de mejorar su nivel, quedando así en el salón 3C, todos sus conocidos ya se habían graduado, quedando solo el y sin conocer a nadie más.
Algo que también lo mantiene en lugar en el que se encuentra es que no se atrevía a hablar con otra persona, en su salón siempre se quedaba en su propio mundo, por lo que no tenía a quien pedirle ayuda con sus estudios.
[...]
—Agh, estos números no tienen la misma extravagancia que educación física— El albino se estaba quejando de matemáticas.
Por suerte, a sido salvado por la campana del primer receso.
—¡Genial! ¡Ahora podré hacer algo extravagante!— Salió del salón tan rápido como un rayo, a hacer lo tan ''extravagante'' que quería hacer... sentarse en el comedor a antisocializar.
Ahí estaba el, en el último comedor del lugar, donde nadie se solía sentar y a el le gustaba mucho estar ahí, ya que tenía mayor visión del lugar.
—Veamos que hay de extravagante por aquí...— Se dijo a sí mismo mientras analizaba el lugar. —Veo a cuatro sujetos de salón 3B, parece que uno está exaltado... Quizás le están hablando de una chica... Ese rubio ya ha dicho ''umai'' como 57 veces, esa actitud es sumamente extravagante— Ya se puede saber que está hablando de Rengoku, Sanemi, Iguro y Giyuu.
Apenas terminó su desayuno, se levantó del comedor y se dirigió al gran patio de la academia, a seguir buscando personas extravagantes.
Estuvo caminando por un buen rato por el gigantesco patio, con tal de encontrar alguna novedad o como el le dice ''extravagancia'', claramente no pudo encontrar nada, todos se encontraban con sus respectivos grupos de amigos y sentados estudiando para algún examen importante.
Chasqueo su lengua. —No hay nada extravagante por este lugar, que desgracia... Esperen ¿por que ese niño rubio está corriendo? Espero que pase algo extravagante— Fijó su vista en aquel niño rubio... Zenitsu. —¡Vaya! Parece que uno de los del comedor lo persigue, es el chico de los ojos extravagantes ¿que hará?— Iguro.
Uzui se sentó en una banca para ver detalladamente lo que ocurriría, esperaba ver una paliza entre el rubio y el chico de ojos ''extravagantes", pero al final salió decepcionado, ya que aquel niño rubio se escondió detrás de un chico de cabellos burdeos, cuando se iba a retirar, vio como el chico de ojos diferentes tomó por la camisa a de cabellos burdeos, haciendo que Uzui se vuelva a sentar en la banca a ver lo que ocurriría. Cuando vio que el de ojos diferentes se iba del lugar, sus esperanzas de ver algo "extravagante" volvió a desaparecer, o al menos por unos segundos cuando vio que un chico de cabello negro con las puntas azules se acercó y el de ojos diferentes estaba apunto de golpearlo.
—¡Extravagante!— Gritó para el mismo.
Esa emoción no duró mucho, ya que una chica se interpuso en la pelea entre ambos chicos, decepcionando al albino, el cual solo bajó la cabeza por frustración.
—Oye, chico blanco— Una voz femenina llamó su atención, alzó su mirada y vió en frente de él a una chica de cabellos negro, pero dos mechos de adelante de color amarillo. —Estas sentado en mi banca— Dijo con autoridad.
—¿Tu banca? Tengo entendido que la banca en realidad es propiedad de la academia— Bromeó.
—Levantate que me quiero sentar— Musitó un poco molesta.
Uzui en broma no se levantó, simplemente se movió a un lado, dejando un espacio para que la chica se sentara.
—Aqui está para que te sientes— Palmó el espacio vacío de la banca, indicándole a la chica que se sentara.
—Como sea— Dijo con desinterés para luego sentarse.
Ambos estaban mirando hacia la nada, sin siquiera decir una sola palabra, creando un silencio un tanto incomodo.
—Soy Uzui Tengen— Se presentó para tratar de romper la incomodidad.
—Mi nombre es Makio— También se presentó, pero sin mirar al rostro del albino.
—Makio...— Quería saber su apellido.
—Makio Queteimporta— Murmuró irritada.
—Un placer conocerte Makio Queteimporta— Bromeó.
Uzui soltó una leve carcajada, incomodando aún más a la chica. Se mantuvieron en silencio por unos minutos más, el chico ve de reojo a la chica, la cual tenía una expresión de tristeza y con sus ojos amarillos llenándose de lágrimas.
—¿Estas bien? Veo lágrimas en tus extravagantes ojos— Comentó Uzui.
La chica parpadeo rápidamente para hacer desaparecer sus lágrimas y girar su cabeza al lado contrario de Uzui para ocultar su sonrojo.
—¿Que te importa si estoy bien o no?— Murmuró molesta.
—La verdad si me importa, eres la única persona que se atrevió a dirigirme la palabra en esta academia— Agregó.
La chica vio el rostro de Uzui, concretando sus ojos amarillos con los fucsias del chico, se había sorprendido por aquel inesperado comentario de Uzui.
—Yo... Pelee con mis padres antes de venir aquí, y creo que me botaron de la casa— Murmuró con una voz quebrada.
—¡¿TE BOTARON DE LA CASA?!— Gracias a Zeno-sama que no había nadie cerca, porque de seguro todos se habrían dado cuenta del comentario.
—¡No grites estúpido! Ya me siento lo suficientemente mal como para tener más problemas— Se exaltó.
—Lo siento... Tenemos algo en comun— Murmuró.
—¿Que cosa?— Preguntó.
—A mi también me botaron de mi hogar— Para ser algo deprimente, lo dijo con una sonrisa.
—¿Y por qué tan feliz? Eso es algo difícil de sobrellevar— Irritada.
—Al principio si fue duro, pero gracias a mi extravagancia, pude tener un lugar para mi solo— Agregó con orgullo.
—Eso es algo bueno, tendré que hacer lo mismo supongo... ¿Pero de donde sacas dinero?— Cuestionó confundida.
—Trabajo en un restaurante toda la tarde, así puedo pagar la renta y la comida que necesito— Respondió con orgullo y seguridad. —No tendrás que hacer lo mismo—
—¿Eh?— Se confundió aun más. —¿Por qué?—
—¿Te gustaría vivir conmigo?— Preguntó con muchísima seguridad y un sonrisa sincera.
—¡¿QUE QUE?! ¡PERO SI APENAS TE ACABO DE CONOCER! ¡¿QUIEN CREES QUE SOY?!— Estaba más roja que un tomate que tuvo sexo con una fresa.
—Mi amiga— Agregó.
Makio se sonrojó aún más de lo que estaba.
—No tienes lugar donde ir ¿verdad?— Seguía seguro.
—Bu-Bueno... Yo... No se que decir. Digo, te conocí hace minutos y me haces esta oferta...— No sabia que decir, esa propuesta fue demasiada inesperada.
—¿Que te parece si después de clases te enseño mi casa? Así lo pensarás— Cuestionó con seguridad. —Y si no te gusta, te ayudaré a buscar un casa para ti— Completó.
Makio simplemente se levanto de la banca, se paró en frente Uzui y pegó su frente al suelo.
—¡MUCHÍSIMAS GRACIAS UZUI, SI DECIDO VIVIR CONTIGO, ESPERO NO CAUSARTE MOLESTIAS!— Exclamó, sus lágrimas recorrían sus rojas mejillas hasta caer al suelo.
Uzui acaricio el cabello de la chica ante la acción que hizo, lo cual hizo que se sintiera bien ayudar a su nueva amiga.
—Ya levántate, no tienes que agradecer nada— Dijo con una sonrisa sincera.
Makio se levanta, le da una pequeña reverencia a Uzui y se va corriendo del lugar a quien sabe donde, dejando al albino solo en la banca.
—Que chica tan extravagante, solo la invité a mi casa bromeando, pero veo que se lo tomó como si lo dije en serio... Bueno ¡AUN ASÍ LA AYUDARÉ!— Exclamó con su puños levantados, demostrando mucha seguridad.
Uzui finalmente pudo hacer lo que todo el mundo creía que jamás podría hacer, una amiga.
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