Atrapados en la tormenta.

Sinopsis:

Ya es momento de que el Clan Kamaboko regrese a sus hogares en Tokyo, sin embargo, hay un pequeño gran problema, una tormenta se avecina. Todos logran llegar a tiempo al tren, pero resulta que... ¡Genya se quedó atrás!

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El primer día del nuevo año comienza, aunque como es de costumbre, es el día más muerto del año, y la montaña tampoco era la excepción. Todos los huéspedes se fueron a dormir cuando estaba empezando a amanecer, incluyendo a los estudiantes de Kimetsu Academia, aunque hubieron algunos que siguieron despiertos, sobretodo si los de tercer año se tenían que ir más temprano a Tokyo.

Como buenos niños que son, todos los de Clan Kamaboko se habían ido a dormir al mismo tiempo que las personas que se fueron a sus habitaciones cuando empezaba a amanecer. Todos está vez decidieron dormir en la misma habitación, aunque todos tuvieron que dormir unos encima de otros, o al menos así hicieron las parejas, porque El Piñas se adelantó y agarró en sofá para el solo, y se durmió en una posición que era prácticamente imposible que alguien más entrara ahí.

Sin embargo, ese día no se podían acomodar mucho, ya que ese mismo día se iban a regresar a Tokyo, y más después de que hayan escuchado por la radio la advertencia de que una tormenta eléctrica/nevada se acercaba a la montaña donde estaban pasando los días.

Como bueno novio y hermano mayor, Tanjiro se levantó primero que todos, organizó las cosas tanto de Kanao como de Nezuko para que ellas simplemente se levanten se arreglen e irse a casa. Cuando los demás se levantaron, organizaron sus cosas y se alistaron para regresar a Tokyo.

—¿Alguien más falta?— Preguntó Tanjiro.

—Creo que estamos todos— Respondió Aoi.

—Bueno, quitando las desgracias que nos han ocurrido meses atrás, tuvimos la suerte de que el tren acaba de llegar, vamos— Tanjiro acomoda se bolso, toma la mano de Kanao y se suben al tren.

Los demás los siguen.

Genya entra también y se sienta en un puesto que consiguió vacío, justo detrás de los puestos de Zenitsu y Nezuko, él deja su bolso bajo la silla, se acomoda y mete su mano en el bolsillo de su pantalón para sacar su teléfono para ponerse a jugar ese juego que lo tenía sin dormir, y más después de que no terminada de salir el personaje cinco estrellas que deseaba.

Pero su alma abandonó su cuerpo cuando sintió que su bolsillo estaba vacío, revisó el otro y solamente encontró las llaves de su apartamento y un caramelo que había olvidado comérselo hace literalmente un mes.

De la nada, recuerda que lo había dejado cargando en la habitación donde estaba. —¡Maldición, mi teléfono!— Genya se levanta de golpe, le entrega su bolso a Zenitsu y sale del tren. —¡Ahora regreso! ¡Iré a buscar mi teléfono!.

Agradeciendo de que haya estado en atletismo cuando era más pequeño, corrió a toda velocidad al hotel, al llegar se acerca al área de recepción a preguntar si los de mantenimiento habían encontrado su tan preciado objeto, y corrió que la suerte universal de que lo encontraron y se lo dejaron en recepción, y al tenerlo de vuelta en sus manos, todo parecía como si se le haya regresado un juguete a un bebé. Genya suspira aliviado, agredece que le hayan regresado su teléfono y se retira nuevamente corriendo a la estación de tren para subir y estar relajado nuevamente.

Pero nada salió como debía...

—¡Oigan, esperen!— Genya perseguía al tren que poco a poco iba aumentando la velocidad. —¡Tanjiro, Zenitsu, Inosuke!— Le hace señas a sus amigos al verlos.

Tanjiro al ver que Genya se estaba quedando atrás, vio con cara de preocupación al azabache.

—¡No, no, no, no! ¡Maldición!— Genya hace una pisada fuerte al ver como el tren desaparecía de su vista. Segundos después, recibe una llamada a su teléfono.

—¡Genya! ¡¿Que estabas haciendo?!— Preguntó Tanjiro preocupado por el teléfono.

—Lo siento, estaba buscando mi teléfono que lo había olvidado...— Él baja la mirada decepcionado.

Tanjiro suspira. —¿Que harás?.

—Podria esperar el tren, el cual llegará en...— Genya ve una pantalla que indica la hora de llegada del siguiente tren. —27 horas...

—Mierda...

—N-No se preocupen, puedo pedir un taxi...

—Las carreteras de esa área están cerradas por la tormenta.

—...— Una gota se sudor se resbala por la frente del pelinegro. —Puedo esperar 27 horas aqui— Dio una sonrisa, pero más que una sonrisa sincera, se vio como una sonrisa que oculta las ganas internas de gritar.

—Te estaré esperando en la estación de Tokyo.

—No te preocupes, Tanjiro. Anda a casa y descansa.

—¿Estás seguro?.

—Si, p-pero si mi hermano pregunta por mi, dile que me quedé en tu casa.

Tanjiro ríe. —Está bien, adios— Tranca la llamada.

Guarda guarda su teléfono en su bolsillo y suspira, no sabía si la suerte lo había abandonado o cargaba algun objeto que sea de mala suerte, quizás ese caramelo que olvidó completamente su existencia le daba mala suerte por haberlo abandonado en ese pantalón por un mes entero.

Él estaba completamente consciente de que era imposible que esté parado en la estación por más de un día, y mucho menos si había una tormenta acercándose. Tenía la opción de volver a quedarse en el hotel, pero se había gastado el dinero necesario cuando se hospedó junto a sus amigos, apenas y le alcanzaba para estar ahí solamente seis horas.

Maldijo mirando al cielo, notando también como las nubes grises de la tormenta se acercaban poco a poco, algunas de ellas empezando a tapar la luz del sol, las corrientes de aire frío ya estaban empezando a recorrer todo el lugar acompañado de los copos de nieve.

Se dio la vuelta para al menos buscar un lugar donde refugiarse hasta que el siguiente tren llegara, completamente desanimado y con ganas de querer golpear una pared.

Pero esa ganas desaparecieron al ver cierto rostro conocido, rostro que hizo que un rubor apareciera de manera inesperada.

—¡¿Q-Que está haciendo ella aquí?!— Exclamó en su mente mientras se esconde.

Tsuki Hoshizora, la chica que le movía el piso más que un terremoto de magnitud diez.

Ella estaba parada en medio de la de la estación de tren, con su teléfono en la mano elevandolo mientras su rostro tenía un ceño fruncido y decía cosas en voz baja.

—Maldita señal, llega de una puta vez— Se quejó ella en voz baja mientras sacude su teléfono frenéticamente, creyendo que así podía arreglarlo todo.

Genya por otro lado, estaba que explotaba, de todas las personas del mundo que podían haberse quedado, tenía que ser la chica a la que estuvo a punto de confesarle sus sentimientos la noche anterior. Su corazón le decía que se le acercara y le hablara, pero su mente le estaba diciendo que simplemente salga corriendo de ahí a la velocidad de la luz.

Pero sin él darse cuenta, ya estaba al lado de Tsuki.

—¿Ho-H-Hoshi-Senpai? ¿Que haces aquí?— Preguntó con su lengua tan enredada como el cabello de Rapunzel.

—¿Eh? Ah, Shinazugawa, eres tu... Solo estoy tratando de obtener señal antes de que se vaya el tren— Respondió ella mientras sigue alzando su teléfono al cielo.

—¿El tren donde se fueron los de tercero?.

—Sip.

—Pero si se fue hace ya dos horas, y el otro que iba a Tokyo hace unos minutos...— Un sudor corre por su frente.

—...— Tsuki abre sus ojos de sorpresa y lentamente dirige su mirada a donde se supone que debería estar el tren, viendo que no había nada. —¡¿Que caraj-...?!.

—T-Tranquila... El próximo tren llegará mañana.

—¡Eso no mejora las cosas! ¡Mi mamá va a matarme!.

—Podemos ir a un hotel cercano.

—...— Un rubor aparece en las mejillas de la chica.

—¡N-No-No-N-No lo digo en ese sentido! ¡Así podremos pasar la noche en un lugar seguro!

Tsuki se relaja. —¿En cual? No tengo dinero para pagar el hotel de anoche.

—Podemos buscar uno cercano y que podamos pagar.

—Bueno...— Un poco dudosa, acepta la idea de Genya.

Minutos después, vemos a ambos caminando hacia un hotel que descubrieron gracias a un señor que les dijo que era el más barato de la zona y el reconfortante a pesar de su precio, aunque ambos salieron avergonzados de ahí, ya que ese señor creyó que ellos estaban buscando un hotel para hacer la danza del dios del fuego.

Genya era incapaz de mirar el rostro de Tsuki luego de que ella haya malinterpretado su idea y después de los que ese señor creyó que iban a hacer. Por parte de Tsuki era casi lo mismo, solo que ella estaba también frustrada de que su preciado teléfono no tuviera señal.

Genya estaba gritando en su interior, no solamente por el hecho de que esté junto a Hoshizora caminando, si no el hecho de que ese hotel barato quedaba bastante lejos, llevaban ya bastantes horas caminando, ambos estaban cansados y también muertos de frío, sobretodo Tsuki la cual solamente tenía de abrigado una bufanta negra con rayas blancas que se lo quitó a su primo.

El frío del ambiente era cada vez mayor, la tormenta estaba a punto de llegar y la noche estaba empezando a hacerse presente, lo que obligó a Genya y a Tsuki a apurar el paso hasta el hotel.

La respiración de Tsuki estaba temblorosa debido al frío, las puntas de sus dedos y de su nariz estaba roja debido al frío y su aliento podía ser visible por el frío ambiente, agregando la tembladera constante que tenía que poco a poco era cada vez mayor.

Él sin darse cuenta, se había quitado el suéter y se lo había puesto a la chica, ella se sorprende ante esa acción de Genya, haciendo que un rubor aparezca en sus mejillas y no por el frío.

—¿Q-Que estas haciendo?— Preguntó la chica apenada.

Genya ve a otra dirección avergonzado. —V-Vi que tenías frío, así que puedes usar mi suéter.

—Pero también tendrás frío.

—No te preocupes, tengo buena resistencia al frío.

—¿Seguro?.

—Sip— Le sonríe.

—Bueno... Gr-Gracias...

—Mira, llegamos— Genya señala el tan lejano hotel justo frente a ellos.

Ambos jóvenes corrieron rápidamente para entrar, y una vez adentro, sus pieles se pusieron como los de una gallina cuando sintieron el cálido aire del hotel golpeando sus cuerpos, haciendo que suspiren de la satisfacción de ese sentimiento.

Ambos se acercan a la recepción para poder alquilar las habitaciones, por alguna extraña razón ambos esperaban que sucediera lo cliché, solamente había una habitación disponible, pero corrieron con la suerte que de habían dos habitaciones disponibles y aceptaron, aunque esas habitaciones quedaban una al lado de la otra.

Tsuki se fue a su habitación y Genya a la suya, adentro, Genya se pudo acostar en la cama completamente exhausto después de caminar por horas y muerto de frío. Se dio un baño caliente, se puso la ropa que cargaba antes debido a que sus otras prendas estaban en su bolso que le dejó a Zenitsu.

Ya más tranquilo, se acercó a la ventana a ver que vista tenía desde su habitación, pero lo único que podía ver era una escena sacada de Silent Hill, la nieve era demasiado densa, por lo que no era posible ver más allá de cinco metro, los vientos iban a una velocidad inimaginable, al grado de que era incluso posible escucharse y los relámpagos retumbando en el oscuro cielo le daba un detalle aterrador.

La ventana no dejaba de sacudirse por los salvajes vientos, así que Genya pensó que lo mejor era alejarse un poco o tarde o temprano esa cosa iba a reventarse y esos vidrios iban a parar en su cara. Se acostó en el sofá, sacó su teléfono y se puso a hacer cosas que una persona sin Internet ni datos de navegación haría, revisar ochenta veces su galería o leer historias sin conexión en Wattpad.

Cuando ya simplemente se aburrió, dejó su teléfono en su pecho y se dedico a ver el techo, pensando extrañamente en la chica que estaba en la habitación de al lado. Pensaba en sus ojos grises, su cabello negro tan suave como un conejo, pensaba también en lo adorable que se veía con sus mejillas con el color carmesí y la punta de su nariz del mismo color, además recordando que ella aún tenía su sueter.

Pensar en ella hizo que soltara una sonrisa involuntaria, pero fue sacado de sus pensamientos al escuchar los fuertes relámpagos proporcionados por la tormenta, para evitar atormentarse más, decidió dormir hasta el día siguiente y finalmente irse a casa, pero fue interrumpido al escuchar la puerta de su habitación ser tocada. Él se levanta de la cama nuevamente y se acerca a abrir la puerta, viendo a...

—¿Hoshi-Senpai? ¿Sucede algo?.

Ella no responde, esta viendo a un lado y abrazando fuertemente la almohada que tenía en sus brazos, agregando ese temblor que cargaba consigo.

—¿Tienes frío? Puedes bajar la calefacción de tu habitación— Genya continúa.

—N-No es por el frío...— Respondió Tsuki con las voz temblorosa.

—¿Estas bien? ¿Te sientes mal?.

—No es eso, es que...— Fue interrumpida por un fuerte relámpago.

Ante el relámpago, Tsuki se puso muchísimo más tensa de lo que estaba antes, abrazando aún más fuerte la almohada y ocultando su rostro en ella, ahogando un chillido en ella. Ahí, fue cuando Genya comprendió lo que estaba ocurriendo, quedando completamente asombrado por eso.

Tsuki Hoshizora, todos en Kimetsu Academia la conocían no sólo por ser la prima del enano más aterrador de todo el instituto, tambien era conocida por ser alguien que demostraba odiar toda la humanidad, su mirada tan fría que provocaba escalofríos en todo el mundo, capaz de darle una patada a aquella persona que se le atravesara en su camino e incluso es conocida por ser la primera persona en encarar a Sanemi Shinazugawa y hacer que él salga derrotado.

Pero esa chica que se veía tan impenetrable... le tenía miedo a las tormentas y a los relámpagos.

Genya veía a Tsuki como alguien capaz de todo, pero jamás la vio como alguien que tuviera el miedo que tendrá un muy menor de edad, su mente la hizo ver como una niña, tierna e indefensa en busca de ayuda.

—¿Quieres entrar?— Genya le hace un espacio a Tsuki para que entre a la habitación.

Tan rapido como los relámpagos de la tormenta, Tsuki entra a la habitación, haciendo que saliera una pequeña risa de Genya. La chica se sienta en la cama y abraza aún más fuerte la almohada, todavía ocultando sus rostro.

Genya se acerca y se sienta junto a ella. —¿Le tienes miedo a las tormentas?.

Tsuki asiente sin despegar sus rostro de la almohada.

—Jumm... Pensé que no le tenias miedo a nada.

—¡T-Toda mi vida le he tenido miedo!— Exclamó enojada, con un rubor en sus mejillas.

Genya ríe. —Lo siento... ¿Y que haces para calmarte?.

—Lo que ves que estoy haciendo... Aunque, antes era mi hermano quien me ayudaba a tranquilizar mi miedo...— Oculta nuevamente sus rostro en la almohada.

—¿Y ya no lo hace?.

—Él falleció hace varios años...

—Oh...

—...

—¿Que hacía para calmarte...?.

—Me abrazaba y me acariciaba el cabello hasta que la tormenta se calmara o que se me pasara el miedo...

—...

Tsuki aún tenía su rostro oculto en la almohada, pero es sorprendida al sentir un brazo rodeandola y una suave y satisfactoria caricia en su cabello, levanta su rostro y vio a Genya que lo estaba haciendo con un rubor en sus mejillas, apareciendo una en su rostro también.

Lo que más le sorprendió de todo, es que Genya la consolaba de la misma forma que lo hacía su difunto hermano, llenando de nostalgia su corazón.

—¿Mejor?— Preguntó Genya.

Tsuki se recuesta ligeramente en Genya. —Mucho mejor...— Sonríe.

Genya se sonroja bruscamente ante esa acción de Tsuki, su corazón se acelera frenéticamente y su nerviosismo aumenta de manera monumental.

Él respira profundamente y siguió tratando de calmar el miedo de Tsuki, le llenaba de pánico tener a la chica que amaba pegada a su cuerpo y de paso acariciando su sedoso cabello y abrazándola, pero hacia su mayor esfuerzo por no gritar tanto del nerviosismo como de la felicidad por estar con ella.

Pasaron unos minutos y Tsuki se había quedado dormida, así que cuidadosamente la acomodó en la cama y la arropó, quitando un pequeño mechón de cabello del rostro de Tsuki, logrando así apreciar la belleza de ella.

Genya decide ir al sofá a dormir, ya que no quería que la chica pensara mal de él al dormir en la misma cama, se acomodó y pudo cerrar los ojos con una sonrisa dibujada en sus labios, había estado en los mejores minutos de su vida o quizás los más frenéticos, pero no va a negar que disfrutó pasar esos momentos con Tsuki.

—Shinazugawa...— Escuchó a Tsuki llamándola.

Genya se sienta y la ve desde el sofá. —¿Si?.

Tsuki no era capaz de verlo al rostro, queriendo ocultar su rubor extremo. —¿P-Puedes acostarte aquí conmigo?.

Genya abre los ojos de golpe al mismo tiempo que el mismo rubor de la chica se hacía presente en su rostro.

—¿D-De verdad?.

—Esta bien si no quieres... S-Solo tengo un poco de miedo...

—N-No te preocupes, puedo hacerlo...— Genya se levanta del sofá y se acuesta en la cama con cuidado de no sacudirla mucho, acomodándose.

Ambos se estaban dando la espalda, eran incapaces de verle el rostro el uno al otro, sobretodo Tsuki que lo había invitado a acostarse con ella mientras que Genya estaba tragandose las inmensas ganas que tenía de gritar, era la primera vez que estaba acostado en la misma cama que una chica.

Fue muy tardío, pero ambos lograron quedas e profundamente dormidos.

[...]

Lentamente, Genya fue despertandose, el calor estaba invadiendo el ambiente, indicando que la tormenta se había disipado y que el todo estaba en buen estado para regresar a casa.

Él suspira complacido de que el sol haya salido y que pueda regresar a casa, pero se queda congelado al sentir un peso sobre su pecho, baja la mirada y ve a Tsuki abrazandolo con su cabeza arrecostada en su pecho. El calor de Genya aumentó drásticamente y sus ganas de gritar eran las de cualquier persona que estuviera jugando un videojuego de terror. Si no esperaba dormir con Tsuki, mucho menos va a esperar que ella terminara tan apegada a él.

Querua levantarse lo más rápido posible, pero no quería interrumpir el sueño de Tsuki, sobretodo al ver lo tan hermosa y tierna que se veía dormida. Estaba entrando en pánico, no encontraba una manera de escapar o de al menos despertar a Tsuki sin que estaba se levante de mal humor como toda persona que es obligada a levantarse le pasa.

No tuvo más que otra opción que tener que hacerse el dormido hasta que Tsuki se despertara, cosa que tardó más o menos una hora en suceder, la hora más difícil de toda su vida.

Tsuki al ver en donde estaba metida, se levantó rápidamente de la cama ocultando su rostro rojo entre sus manos, ahogando un grito tan agudo como los chillidos de un ratón. Genya en una actuación que se merece un Oscar de mejor actor se levanta como si se estuviera despertando.

—Buenos días, Hoshi-Senpai...— Finge estar bostezando.

—B-Buenos días, Shinazugawa...— Tsuki mira a otra dirección.

—V-Vamos a alistar todo, hoy nos regresamos a Tokyo...

—O-Okey...— Tsuki sale de la habitación de Genya y se va a la suya.

Al ver que Tsuki sale de la habitación, Genya lentamente esconde su rostro en la almohada y lo único que hace es soltar el grito de su vida, un grito lleno de vergüenza y felicidad.

Mas o menos media hora después, ambos ya estaban listos y ya estaban en la estación esperando el tren, el cual por suerte no tardó en llegar. A bordo, ambos se sentaron juntos, pero eran incapaces de verse al rostro después de ese vergonzoso despertar, a pesar de que Genya esté sumamente feliz de haber estado con Tsuki, no va a negar que estaba terriblemente avergonzado. Con Hoshizora es casi lo mismo, ella jamás va a negar que haber estado junto a Genya fue bastante reconfortante, pero es bastante vergonzoso haber estado literalmente casi toda la noche encima de él.

Ese incomodo silencio estuvo presente durante todo ese largo viaje, el silencio más incomodo que Genya pudo haber tenido, incluso más incomodo que la vez que estuvo con Tsuki preparando las cosas del baile de invierno, pero hacía todo lo posible de que no se notara lo nervioso e incomodo que estaba.

Y luego de las tres horas más difíciles del universo, ambos jóvenes finalmente llegaron a Tokyo.

Se bajaron del tren y salieron de la estación, ambos tenían que tomar caminos diferentes, así que es ahí donde se tendrían que despedir.

—Si quieres te puedo acompañar... N-No me gustaría que estés sola...— Sugirió Genya.

—N-No te preocupes, me gustaría que lo hicieras, pero si mi madre te ve, Sanemi tendrá que pagarte la lápida y el entierro.

Genya ríe. —Bueno, ¿segura que estarás bien?.

—Estaré bien— Ella sonríe. —Nos vemos en el colegio, Shinazugawa— Se da la vuelta.

—Adios, Hoshi-Senpai— Se despide de ella con una sonrisa.

Ambos jóvenes toman el camino contrario, Genya estaba que se daba una cachetada mientras se decía a sí mismo lo idiota que fue al no darle al menos un abrazo de despedida, pero es ahí cuando...

—¡G-Genya!— El mencionado escucha la voz de su amada llamándolo, haciendo que se dé la vuelta para verla.

Inesperadamente, Genya es abrazado fuertemente por Tsuki. El rubor de Genya fue el más grande que tuvo en su vida, él fue abrazado por la chica que ama sin que él fuera que empezara el abrazo. El mejor abrazo de su vida.

Tsuki se separa del abrazo. —Gracias por cuidar de mi, Genya— Toma una mejilla de este y le planta un beso en la mejilla contraria.

Después de eso, ella se da la vuelta y se va, dejando a Genya ahí parado.

—...— Genya acaricia la mejilla donde Tsuki le había dejado ese beso, con su corazón latiendo a millón por hora y sus mejillas tan rojas como el cabello de Tanjiro. —¡¡SIIIIIIIIIIII!!— Gritó a los cuatro vientos mientras daba un salto de felicidad.

La mejor forma para empezar el año.

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La inspiración a millón y el capítulo largo que más rápido he escrito XD. Sinceramente de por sí quería terminar el capítulo rápido pa no perder el tiempo y jugar Genshin Impact :v.

Y bueno, este es el último capítulo del arco de la Montaña y de la saga de Invierno, regresando al calor de la primavera y también acercandonos también al enfrentamiento contra Kibutsuji Academia... Y aunque me duela decirlo, significa que estamos cerca el final de la historia :'v.

¿Que cosas nuevas ocurrirán este nuevo año? ¿Podrá Genya finalmente confesarle sus sentimientos a Tsuki?

¡Lo averiguaremos más adelante!

¡Espero que les haya gustado el capítulo! ¡No olviden comentar y votar!

¡Hasta la próxima! ❤️

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