Un amor a 4 años de distancia
Los futuros consuegros Kim y Jeon (o al menos esa era su meta) se encontraban cenando en un pequeño restaurante a las afueras de la ciudad, pues se suponía que ambas familias continuaban en disputa y no sería bueno para sus planes el que los descubrieran juntos.
—Todo parece ir mucho mejor de lo que esperábamos —comentó Yeihji con emoción.
—Es verdad —apoyó su amiga. —Por cierto, escuché de mis hijos que Yoongi ahora es pareja de Jimin, ¿es verdad?
—Correcto. Nuestro hijo adoptivo tiene excelente gusto, Jimin es un doncel encantador.
—Aunque pienso que lo asustaste un poco con lo de empezar a organizar su boda —opinó Junho, sonriendo.
—No lo conozco mucho, pero ese joven pintor parece ser una buena persona —habló Taemin. —Seokjin habla muy bien de él.
—Lo es —confirmó la pelirroja. —Eso me recuerda, Hyeri, Taemin, ¿sabían que hace un par de noches Jungkook escapó de casa para ayudar a unir a Yoongi y Jimin?
—¿Qué? —preguntó el señor Kim. —Un doncel no debe salir a esas horas sin protección, es muy peligroso.
El hombre no quería ni pensar en lo que podría haberle ocurrido al pequeño Jeon. Ese niño iba a ser su lindo y adorable yerno (y la madre de sus nietos), jamás permitiría que algo o alguien lo dañaran.
—Ah, es que no iba solo —añadió Yeihji. —No sé bien cómo estuvieron las cosas, pero él se reunió con sus hijos en algún lugar.
—Vaya —dijo Hyeri… ¿Y qué piensas hacer ahora?
—Le dije que por haber escapado así iba a darle un castigo más severo. Pero todavía no se me ocurre nada.
—Necesitamos darles a los chicos un empujón definitivo —opinó Hyeri y de pronto sonrió. —¡Lo tengo!
—¿Se te ocurrió algo perfecto? —preguntó Taemin.
—Así es. Escuchen con atención…
🌌🌌🌠
Regresando a la casa de la familia Jeon, Jungkook y Taehyung continuaban parados cerca del balcón (no podían estar ahí recargados porque se arriesgaban a que alguien los viera). Estaban sumidos en un extraño, pero nada incómodo silencio, lleno de suspiros, caricias furtivas y besos casuales. Pareciera como si ambos estuvieran sumergidos en un universo alterno dónde todo era paz y tranquilidad.
—Oye, nunca te lo he preguntado. ¿Por qué escogiste medicina? Digo, podrías haber estudiado algo más relacionado al ámbito empresarial debido a los negocios de tu familia.
—Mira quién lo dice, futuro profesor de literatura. Quería hacer algo distinto y la verdad es que la medicina me llamaba la atención porque recuerdo cuando de niños tu papá nos llevaba al hospital.
—Ah, sí. Papá tuvo que dejarlo para administrar la fortuna de la familia, pero a veces todavía otros médicos le piden consejos o sus antiguos pacientes lo llaman.
—Además con todas las veces que te lastimabas por ser inquieto e hiperactivo, creí que sería más fácil si me convertía en médico para poder cuidarte antes de que acabaras muerto por alguna estupidez.
—¡¿Qué insinúas, idiota?!
Debido a la fuerza con que se giró para encararlo, Jungkook tropezó cayendo encima suyo. Como resultado ambos terminaron en el piso, Jungkook arriba de Taehyung y este sobándose el golpe que se dió en la cabeza con una mano y con la otra abrazando la cintura del doncel encima suyo.
—Ten más cuidado, idiota.
Taehyung había cerrado los ojos debido al golpe, pero al volver a abrirlos se encontró con el rostro de Jungkook a unos centímetros. Durante unos minutos fue como si se ahogaran en los ojos del otro, estaban tan cerca que sus respiraciones se entremezclaban.
—L-Lo lamento.
—No, este… No hay problema…
Curiosamente no era la primera vez que terminaban en una situación así ni que se perdían de esa manera mientras se observaban fijamente, pero sí era la primera vez que estaban tan conscientes del calor que desprendía el otro. De pronto escucharon unos maullidos provenientes del jardín y ese ruido los hizo despertar de su ensoñación, por lo que se apartaron rápidamente.
—T-Ten más cuidado, Jeon. Desde que éramos niños siempre te golpeabas, tropezabas o te caías.
—C-Claro que no, sólo era un poco descuidado.
—¿Un poco? —sonrió con burla.
—Muy gracioso, bastardo.
En ese momento Jungkook reparó en algo dicho por él anteriormente: que entró a estudiar medicina para poder cuidarlo. Jamás había escuchado nada de eso.
—Oye, Hyung… realmente siempre hemos estado ahí uno cerca del otro, ¿verdad? En las buenas y en las malas.
—… Supongo —desvió la mirada. —Nos han criado así prácticamente desde que nacimos, por más que queramos evitarlo, estamos acostumbrados a estar juntos.
Volvieron a sumirse en ese extraño silencio. La situación entre ambos había cambiado, de eso no cabía la menor duda, antes era tan fácil continuar discutiendo y molestándose, pero ahora se daban cuenta de que sentían algo… peculiar (por no decir especial).
—… ¿Saliste con alguien mientras estuviste en Italia? —preguntó de pronto Taehyung.
—¿Eh? No —contestó tan rápido que carraspeó, avergonzado. —Digo, no es que no recibiera peticiones o tuviera pretendientes, pero ninguno me llamó la atención. Eran demasiado… superficiales, querían tratarme como a un lindo y delicado doncel —hizo una mueca de fastidio.
—Se nota que no te conocen, eres todo menos delicado.
—Yoongi a veces me trataba así, pero sólo para molestarme. El único que realmente sabe de lo que soy capaz es…
Se calló de inmediato y abrió los ojos de sobremanera. Despacio giró la cabeza hasta enfocar con la mirada a Taehyung, quien parecía confundido.
—¿Por qué me ves así?
—… ¡Tienes que irte!
—¿Qué?
—Sí, ya es tarde y recuerda que no puedes estar mucho tiempo aquí o podrían descubrirte. Dame el control de las cámaras y vete.
—Pero…
No dejó que protestara, en cambio le quitó el pequeño control remoto, lo activó para luego empujar al chico de nuevo hacia el balcón.
—Apúrate antes de que Bam o algún otro empleado se den cuenta.
De mala gana Taehyung accedió. Había otras cosas de las que quería hablar con él, pero tenía razón, no podía quedarse más tiempo. Si llegaban a descubrirlo, le ocasionaría más problemas de los que ya tenía por la fuga de la noche pasada.
Una vez que él bajó el balcón y lo perdió de vista, Jungkook suspiró profundamente y se llevó una mano al pecho. Prácticamente tuvo que correrlo antes de decir algo que quizá le costara caro, algo como:
—Siempre me he considerado alguien fuerte e independiente a pesar de ser doncel… pero el único que de verdad me ha dejado demostrarlo… eres tú —se golpeó la frente con una mano. —Maldita sea. ¿Qué rayos nos está pasando?
🌌🌌🌠
En otra parte de la ciudad, Yoongi se encontraba mirando tan fijamente el reloj de su celular que no prestó atención a cuando Jimin le colocó una taza de café enfrente. Estaban en su departamento.
—Oye, ¿qué sucede? —preguntó, sacándolo de sus pensamientos
—Ah, lo siento, sólo estaba pensando —suspiró. —Espero que Taehyung haya salido sin problemas, aunque me pareció que su conversación iba para largo.
—Por lo que me has contado, deduzco que ellos dos están por caer ante el otro.
—Sí —sonrió. —De verdad que les ha tomado tiempo llegar hasta aquí.
—Y ha sido algo exasperante —bufó y sonrió con maldad. —Supongo que es necesario darles un empujón definitivo.
—¿A qué te refieres?
—Espera y lo verás.
🌌🌌🌠
Era de madrugada cuando Taehyung llegó a casa. Afortunadamente sus padres no estaban, pero para su mala suerte desde que empezó el embarazo resultaba común ver a su hermano en la cocina a esas horas de la madrugada para cumplir con algún extraño antojo de su esposo.
—Bienvenido, —saludó como si nada mientras preparaba un emparedado. —¿Acaso fuiste a visitar a tu Julieto?
—No molestes, imbécil.
—Hablando en serio, ¿sí estuviste con Jungkook?
—Hum…
—No pongas esa cara, sabes que me preocupo por ti y te lo pregunto porque luces… confundido y agobiado.
—… ¡Rayos! —bufó. —Creo que voy a volverme loco.
Ambos fueron a la sala para charlar con calma. Namjoon esperaba que su voluble pareja resistiera un rato más sin el emparedado por el que lo obligó a bajar.
—Ahora sí dime todo lo que está ocurriendo —pidió con tono fraternal.
—Todo es culpa de Jeon —apretó los puños. —Desde que regresó sólo me ha ocasionado problemas. Se supone que deberíamos seguir como antes, rivales que se odian a muerte, pero hay momentos en que las cosas se salen de control y se tornan… extrañas.
Namjoon no pudo evitar sonreír ligeramente, su hermano ya no era ningún niño, sin embargo parecía un adolescente confundido ante lo que sería su primer amor. Aunque eso no estaba lejos de ser realidad.
—Creo que estás equivocado. Es cierto que tú y Jungkook discuten demasiado, pero jamás he considerado que se odien, al contrario, se comportan así porque es la forma que tienen de conocerse y comunicarse. Dices que las cosas entre tú y él deberían seguir igual que antes, pero quizá lo que les hizo darse cuenta de que hay algo especial es precisamente el tiempo que estuvieron separados, han crecido juntos desde bebés y estaban tan acostumbrados a ello que cuatro años de distancia les hicieron ver la realidad.
—¿De qué realidad hablas? —preguntó con recelo.
—Que les agrada estar juntos, insultarse, reír, pelear, intimidar a otros, exasperar a Jimin o simplemente estar ahí haciéndose compañía.
—Yo nunca he afirmado nada de eso.
—Hay cosas que no necesitan decirse porque son evidentes —sonrió cariñosamente. ¿Sabes por qué siempre he dicho que quiero a Jungkook de cuñado? No sólo es por molestarte, o porque él es un niño alegre y tierno, sino porque he observado cuánto te importa en realidad y lo mucho que lo amas aunque lo niegues.
—…
—Ya lo perdiste una vez durante cuatro años, no dejes que eso vuelva a repetirse.
Namjoon se puso de pie y dejó a su hermano meditando en la sala, seguro tenía muchas cosas para pensar y en las escaleras se encontró con el escultor sonriéndole.
—¿No soportaste el hambre? —le extendió el plato con el emparedado. —Siento la demora.
—Muy gracioso, pero no soy tan glotón —amplió su sonrisa. —Eres tan noble y atento.
—Claro, por eso me amas.
—En realidad te escogí porque tienes dinero y no eres feo, además te ves sexi con anteojos.
—Ahora tú eres el gracioso —lo jaló del brazo para subir a su recámara.
—¿Seguro que deberíamos dejarlo solo?
—Sí, necesita tiempo para reflexionar. Espero que por fin deje de lado su orgullo y decida actuar.
—Yo igual —acarició su vientre. —Sería genial si mi bebé tuviera un primo de edad cercana a la suya.
🌌🌌🌠
Al día siguiente Jungkook se hallaba sentado en el comedor mirando hacia la nada. Bam pasó por ahí y observó cómo el plato de ramen frente al chico continuaba intacto.
—Para no comer y no estar muriendo, significa que debes estar sufriendo.
—¿Es necesario que rimes? —suspiró.
—Hey, anímate un poco, ahí sin moverte pareces un tronco.
—Gracias por la observación —volvió a suspirar y revolvió su ramen con los palillos. —Oye Bam, ¿tú qué opinas de Taehyung? Dime la verdad.
—Podrá ser muy serio y arisco, pero en el fondo es un buen chico. He ahuyentado a muchos que se te acercan por tu dinero, en cambio su aprecio hacia ti siempre ha sido sincero.
—¿Aprecio?, ¿realmente crees que él me aprecia?
—Y eso por decir lo mínimo. Igual que tú en el fondo es un niño tímido.
Le desordenó el cabello y luego se marchó, tarareando una canción como siempre, Jungkoo suspiró y se llevó una mano a la frente. Esos comentarios no lo estaban ayudando para nada.
—Cariño, ya vine —escuchó la voz de Yoongi desde la sala. —Y te traigo una visita.
Jungkook corrió a la otra habitación y encontró a Jimin ocupando uno de los sillones. Era la primera vez que volvía a verlo desde que él y el pintor se convirtieron en pareja oficialmente, así que se lanzó a abrazarlo con fuerza.
—¡Jiminssi! ¡Me da mucho gusto verte tan feliz!
—Gracias… pero me lastimas.
—Lo siento, no quiero dejar a Yoongi viudo antes de tiempo.
Tal comentario provocó que sus dos amigos se sonrojaran un poco, haciendolo reír. Jimin carraspeó un poco para calmarse y observó fijamente a Jungkook.
—Vine porque debemos hablar.
—¿Sobre qué? —preguntó a la defensiva.
Conocía a Jimin de toda la vida, por eso le daba un mal presentimiento cuando lo veía poner esa expresión. A su parecer no auguraba nada bueno.
—Sobre lo que ocurrió hace poco más de cuatro años.
—¿Los dejo a solas? —preguntó Yoongi.
—No es necesario, al contrario. Quizá sea mejor que te quedes.
Yoongi tomó asiento en otro sofá para fungir únicamente como espectador e intervenir en la conversación en caso de que fuera necesario.
—Jimin, me da miedo cuando hablas así. Regáñame de una vez y termina con mi sufrimiento.
—Eres demasiado dramático, —negó con la cabeza. —Como sea, quiero que me escuches con atención. Esto ocurrió justo después de que te marcharas a Italia...
🌌🌌🌠
4 años atrás...
Apenas era lunes y Jimin sentía un poco raro el ambiente. El sábado pasado su amigo de la infancia, Jeon Jungkook, se había marchado para cursar la universidad en el extranjero. El semestre allí empezaba antes que en Corea, por eso tenía tiempo libre y se aburría. Decidió visitar a su otro amigo de infancia para librarse del aburrimiento,
—Taehyung — lo llamó pero él no le hizo caso y en cambio lo escuchó suspirar. Eso lo desconcertó de sobremanera, pues nunca lo había visto con esa expresión tan abatida y melancólica.
—Oye, ¿qué te pasa?
Taehyung respingó y giró para encontrarse con Jimin. Arrugó el ceño y agitó la cabeza como si estuviera ahuyentando algo.
—Deberías avisar primero.
—Te llamé, pero me ignoraste con esa cara de perro apaleado.
—No digas tonterías, estoy igual que siempre.
Jimin no añadió nada más porque sabía la poca paciencia que tenía su amigo, sin embargo aquello no pensaba dejarlo pasar tan fácilmente. Había algo diferente en el Kim menor y fue entonces que lo recordó. ¿Qué cosa era distinta en su mundo? La presencia de cierto doncel de ojos brillantes como las estrellas.
—Vaya, idiota, apenas tiene un día que se fue y no creí que ya extrañarías tanto a Jungkook.
—… ¡¿De qué rayos estás hablando, imbécil?! ¡Yo no extraño a Jeon!
Por supuesto aquello no convenció a Jimin. Los días siguientes continuó observando a su amigo y, a pesar de todo lo que él decía, Jimin estaba seguro de que había algo fuera de lo común. No en vano crecieron juntos.
—Haré que confieses o me cambio de nombre.
Gracias a Namjoon se enteró de que, cuando creía que nadie lo estaba mirando, Taehyung volvía a adoptar un gesto ausente y hasta deprimido, pero en cuanto se daba cuenta de que había alguien presente, se comportaba como el mismo bastardo arrogante de siempre.
El viernes por la noche Jimin lo convenció de ir a un bar. Hacía unos meses que él le tenía aversión al alcohol, pero quizá eso podría doblegar la muralla del menor de los hermanos Kim.
—¿Por qué estamos aquí? —preguntó él de mala gana- Es el bar de Sunwoon, el amigo de Namjoon.
—Lo sé perfectamente. Yo invito, tú sólo relájate.
—… ¿Qué estás tramando, mochi? —lo miró con recelo.
—Eres bastante desconfiado. ¿Acaso no somos amigos de la infancia?
Por supuesto que unas botellas de soju y cerveza después, Jimin había conseguido su objetivo. Al parecer Taehyung estaba algo susceptible porque una vez comenzó a beber, no se detuvo hasta acabar totalmente ebrio y gritando a todo pulmón no te vayas Jungkookie, Jimin no consideraba bueno llevarlo en ese estado a casa, seguro que los señores Kim se molestarían, así que mejor llamó a Namjoon para avisarle que su hermano menor se quedaría en su departamento esa noche.
—Oye, idiota, al menos intenta caminar —se quejaba casi llevándolo sobre la espalda. —No eres precisamente ligero.
—Mm… Te quejas demasiado, Jungkookie.
Jimin se detuvo. ¿Jungkookie? Al parecer sí había llevado a Taehyung al límite que quería y necesitaba.
Haciendo acopio de todas sus fuerzas lo cargó para llegar rápidamente a su departamento y, una vez dentro, lo arrojó al sofá sin ningún tacto. Mejor se daba prisa, no fuera a ser que recuperara la lucidez.
—Oye, Taehyung, despierta —lo movió.
—¿Eh?, ¿qué quieres? –preguntó ebrio y somnoliento.
—Hace un rato me llamaste Jungkookie.
—No lo hice.
—Claro que sí. Utilizaste tu apodo reservado para Jungkook.
—Tsk, no menciones a ese dongsaeng irritante.
La mueca que puso era una señal para Jimin. Era su momento de atacar.
—¿Por qué pareces molesto y decepcionado al hablar de él?
—… ¡Porque lo estoy! ¡¿Cómo se le ocurre llegar y decirnos “Me voy a Italia por cuatro años” y marcharse a la semana siguiente?! —se desordenó el cabello, exasperado. —Se supone que nos conocemos de toda la vida.
—¿Estás enojado porque no nos consultó su decisión?
—Nada le costaba al menos decirnos que esa era una de sus opciones. Además es un imbécil despistado, ¿cómo se les ocurre a sus papás dejarlo ir solo? Es tan capaz de estar rodeado por una horda de acosadores y ni siquiera darse cuenta.
Jimin abrió los ojos de sobremanera. Podía apostar su apellido de que esos eran celos. Taehyung estaba preocupado y enfadado ante la posibilidad de que Jungkook llegara a enamorarse de alguien en el extranjero.
—Ya veo. Realmente extrañas a Jungkook.
-… Bien, ¿quieres saberlo? ¡Sí, lo admito! –gritó furioso ¡Extraño a mi Jungkookie! ¡Estoy molesto porque no nos dijo sus planes y sólo se largó! ¡Quiero verlo y darle un puñetazo! Todo el tiempo estoy preocupado pensando en que no lo tengo cerca para cuidarlo.
Jimin sonrió conciliadoramente y, contrario a su personalidad seria y reservada, le acarició la cabeza con gentileza. Al parecer eso lo tranquilizó un poco.
—Bien, es suficiente por hoy. Puedes dormir aquí, te traeré una manta.
En lo que fue y volvió, de verdad se quedó profundamente dormido. Jimin suspiró y sonrió de medio lado al tiempo que lo cubría. Su plan había salido mejor de lo que esperaba.
Al día siguiente Jimin llevó al adolorido Taehyung (porque durmió en un sillón) a su casa. Él estaba de mal humor desde que despertó, así que Jimin decidió ignorarlo hasta que fuera él quien decidiera romper el silencio.
—Oye, mochi —llamó Taehyung en la entrada de su casa, ¿fue tu idea hacerme terminar todo ebrio ayer?
—Puede que sí —sonrió con malicia. —Y te conozco, traes esa cara de perro a punto de morder porque recuerdas algunos detalles de lo que me dijiste.
—Yo no…
Jimin lo interrumpió haciendo una fantástica imitación de su amigo mientras recitaba fragmentos de la conversación de la noche anterior: que estaba molesto con Jungkook por marcharse así, que lo extrañaba y que se preocupaba porque conociera a alguien de quien pudiera enamorarse en Italia. A cada palabra suya el rostro de Taehyung se tornaba de un color distinto hasta quedar en un notorio sonrojo.
—¡Ya cállate! ¡Más te vale jamás decirle eso!
—Mmm… ¿y qué recibiré a cambio de mi silencio?
-… ¿Me estás chantajeando? –preguntó con un tic en el ojo.
—Puede que sí —volvió a decir con maldad. —Bien, de acuerdo, no le diré nada mientras cumplas con lo que te pida. Descuida, no te cobraré hoy. Seguro en el futuro podré usar esto a mi favor.
—Eres un desgraciado, mochi.
—Tenías que sacar todo esto de tu pecho, te estaba consumiendo. Los últimos días has traído una cara de hombre rechazado por su primer amor que no puedes con ella.
—¡No molestes!
Taehyung apretó los puños, pero ya no dijo nada más y se limitó a bufar, maldita la hora en que Namjoon aceptó salir con Jimin. A pesar de ya haber terminado, su hermano había sido una mala influencia para él.
🌌🌌🌠
Regresando al tiempo actual, Jungkook estaba impactado tras escuchar el relato. Poco a poco su cara se puso completamente roja y escondió el rostro entre sus manos.
—¡Tienes que estar bromeando! ¿Taehyung de verdad dijo todas esas cosas?
—Así es —contestó su amigo. —La primera semana en que ya no estabas él lucía triste y desanimado, después de ese día de borrachera trató de volver a comportarse como de costumbre, pero siempre hacía muecas cuando alguien pronunciaba tu nombre. La verdad es que no había vuelto a ver enteramente al viejo Taehyung hasta que regresaste.
—No puede ser…
—Eso me recuerda a ti, cariño —intervino Yoongi quien había guardado silencio todo el rato. —Cuando estábamos en Italia hubo ocasiones en que tú también lucías melancólico. Yo creía que era añoranza por tu familia y país, pero ahora que recuerdo en esas ocasiones siempre mirabas tu collar.
—¿El que Taehyung te regaló cuando niños? —preguntó Jimin.
—… Necesito ir a recostarme, los veo luego —dijo para luego marcharse a las escaleras y subir a su habitación.
—Creo que lo dejaste en shock —comentó el pintor.
—Esa era la intención.
—Ahora ya no tendrás nada con qué chantajear a Taehyung.
—Siempre puedo encontrar nuevas maneras, pero si esos dos dejan su obstinación de lado habrá valido la pena —sonrió levemente. —Son mis amigos de infancia, deseo que sean felices.
Yoongi también sonrió, fue a sentarse a su lado para rodearlo con sus brazos y le besó la frente. Era una de las personas más tiernas que conocía, a pesar de su carácter reservado, además comprendía su sentir: él también esperaba que aquél par aceptara sus sentimientos así como obligaron al propio pintor a hacer lo mismo. Y la mejor prueba de que valía la pena correr el riesgo la tenía justo entre sus brazos.
🌌🌌🌠
Hoseok llegó a una pequeña y acogedora cafetería donde ya lo esperaban los dos matrimonios que le causaban dolor de cabeza. Ya se estaba acostumbrando a ese tipo de reuniones “clandestinas”, lo cual desde su punto de vista era algo escalofriante.
—Te tardaste, —reclamó su prima.
—Lo lamento, Noona, pero tenía trabajo pendiente.
—Menos mal que llegaste —intervino Junho. Queremos tu opinión para la nueva fase del plan.
—… ¿Ahora qué tienen en mente? —preguntó con desconfianza
—Fue idea de Hyeri —aclaró Taemin.
—Ya que Yeihji le dijo a Jungkook que le daría un castigo más severo, se me ocurrió que podríamos hacerles creer a los chicos que ella y Junho han decidido enviarlo de nuevo al extranjero.
—¿Al extranjero?
—Sí —sonrió Hyeri. —Durante esos cuatro años que estuvo en Italia, Taehyung de verdad extrañó a Jungkook, por accidente un día lo escuché decírselo a Jimin. Así que pensé que eso les daría el empujón faltante.
—¡Hyeri es una genio! —la abrazó su amiga.
—Mmm… Es una buena idea —admitió Hoseok, pensativo. —Podríamos decirles que enviarán a Jungkook a trabajar a las oficinas de Nueva York, así si las cosas llegaran a salirse de control, de verdad lo podemos enviar allá al menos unos días. Nada malo le podría pasar bajo el cuidado de la familia Choi.
El matrimonio Choi eran los mejores amigos de Hoseok y también trabajaban para los Jeon y, dadas sus habilidades, Junho les encomendó hacerse cargo de la sede de Norteamérica y por si fuera poco, ellos dos adoraban a su sobrino.
—Estoy totalmente de acuerdo —apoyó Taemin. No podemos enviar a Jungkook a cualquier parte sin asegurarnos de que no correrá peligro.
—Siendo así parece que ya todos estamos de acuerdo —sonrió Yeihji con alegría. Entonces daremos inicio a la que, espero, sea la última etapa del plan. ¡Hay que celebrar!
🌌🌌🌠
Por la tarde Yoongi se encontraba en su habitación leyendo cuando escuchó unos golpecitos en la puerta.
—Adelante, está abierto.
Jungkook, con expresión seria, ingresó a la habitación y se paró delante de él, viéndolo de cerca parecía nervioso.
—¿Qué sucede, cariño?
—Oye, Yoon… necesito que convenzas a Taehyung de venir otra vez… Por favor, es que… es importante, hay cosas.... Cosas que no te he contado, nos hemos besado y.... Creo que somos novios, yo necesito verlo.
El pintor quería reír ante la expresión de su amigo, era tan adorable verlo así de tímido y avergonzado cuando por lo general era un torbellino de energía.
—Por supuesto, sabes que haría cualquier cosa por ti.
—Muchas gracias —dicho eso se marchó.
Una vez solo, Yoongi soltó la carcajada y negó con la cabeza. Ese par tenía mucho en común, hacía un rato que Taehyung le había llamado (doblegando su orgullo) precisamente para que lo ayudara a infiltrarse de nuevo, al parecer él también extrañaba a su novio. Quería que fuera sorpresa para Jungkook y por eso decidió no decirle nada, mejor que esos dos se vieran sin que nadie los moleste.
Entrada la noche Yoongi apagó las cámaras de seguridad y verificó que Taehyung pudiera brincar la pared sano y salvo. Por fortuna ni el matrimonio Jeon, ni Hoseok estaban en casa.
Taehyung escaló el balcón rápidamente, necesitaba estar frente al culpable de que casi se arrancara el cabello. Claro que no estaba preparado para el escalofrío que sintió al encontrarse con esos ojos brillantes y bonitos mirándolo tan intensamente.
—Tenemos que hablar.
—Sí, lo sé.
Es realmente difícil dejar ir las cosas, a las personas y todo aquello que conlleva un cambio. Por naturaleza el ser humano teme perder las costumbres y rutinas que se han establecido, pero a veces es necesario abrir los ojos y mirar hacia adelante para darnos cuenta de que tenemos un panorama totalmente distinto a nuestro alcance, a veces para mal, otras para bien, pero si ni siquiera lo intentamos, jamás sabremos cuál es el resultado que podríamos alcanzar. Y todo indicaba que Taehyung y Jungkook estaban listos para derribar las murallas a su alrededor, hacer pública su relación y gritarle al mundo que estaban enamorados.
Hola gente bonita ¿Me quieren matar por dejarlo ahí? Pues espero que sí XD nos leemos el miércoles con el final de esta historia y el viernes el epílogo, cómo siempre muchas gracias por todo el apoyo y cariño que le dan a mis historias.
Los quiero muchísimo.
Teongssi.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top