Peleas y Celos

Yoongi se encontraba en su habitación revisando algunos de sus bocetos, pues pronto en una pequeña galería exhibirían algunas de sus obras y quería asegurarse de tener todo listo, reparó en el dibujo del cuadro que pintaba la mañana en que conoció a Jimin y sonrió levemente. El día anterior había podido platicar más con el, aunque era bastante serio, también resultó ser muy agradable.

—Es un chico muy interesante —sonrió un poco. 

Apenas pronunció las palabras, sacudió la cabeza para alejar esos pensamientos y su mirada se tornó melancólica. Por unos instantes olvidó que él no tenía permitido pensar algo así, no podía traicionar la memoria de alguien sumamente importante.

Mientras tanto, Jimin se encontraba en la empresa Kim porque había entregado algunos documentos a Taemin. Ya que tenía tiempo libre, se encaminó a la oficina de Vicepresidencia y saludó a la secretaria.

—¿Él está aquí? —le preguntó

—Sí, —contestó ella. —Enseguida le aviso de su presencia.

La mujer tomó el teléfono y llamó a su jefe. Intercambió algunas palabras con él mientras Jimin observaba a través de una ventana.

—Adelante. Lo está esperando.

—Gracias.

Jimin ingresó a la oficina y se encontró con Namjoon quien leía algunos documentos. Sin decir nada el más joven tomó asiento frente al escritorio, el hermano mayor de los Kim dejó sus papeles y sonrió mientras volteaba a verlo.

—Hoy no tienes negocios conmigo —dijo, —¿entonces a qué debo tu visita?

—Simplemente quería platicar —contestó.

—Bien.

Sin borrar su sonrisa esperó a que hablara, sin embargo los ojos de Jimin observaban la oficina con nerviosismo y sin atreverse a abrir la boca.

—Jimin, por más que me entretengas, no puedo pasar todo el día esperando a que te animes a hablar, de modo que mejor empieza de una vez.

—De acuerdo —suspiró y lo miró a los ojos. —Creo que tenías razón.

—Siempre la tengo, así que tendrás que ser más específico.

—Maldito presumido —gruñó y desvió la cara con vergüenza. —Dije que creo que tenías razón... respecto a lo de Min Yoongi.

—¿El amigo de Jungkook? —pareció meditarlo unos instantes y luego sonrió  —Ahh, claro. El chico que te dije que parecía gustarte, lo cual negaste y ahora resulta que sí te gusta.

—Tampoco necesitas restregármelo, idiota.

—Es que resulta muy gracioso verte así. Bueno, ¿qué piensas hacer ahora?

—¿A qué te refieres?

—Sobre ese chico, Yoongi. Imagino que intentarás seducirlo o algo así, eres atractivo, inteligente, rico, si sólo tuvieras un mejor carácter, no tardarías en tenerlo a tus pies.

—Estoy a punto de darte un puñetazo, Namjoon —bufó. —Me pregunto por qué rayos vine a hablar contigo.

—Porque me quieres, respuesta obvia.

—Comienzo a dudarlo —se puso de pie. —De todas maneras te agradezco por escuchar mis desvaríos.

—¿Eh?, ¿no piensas decirme tu plan de acción? —rió —No importa, tarde o temprano volverás a mí, lo sé.

—Cállate, idiota.

Dicho eso se marchó a toda velocidad antes de que dijera cosas que después fueran usadas en su contra. Namjoon por su parte continuó en la oficina sonriendo con gracia. Él y Jimin solían llevarse así desde hacía años, lo conocía muy bien, por eso le alegraba ver que parecía estar interesado románticamente en alguien.

—Será interesante ver qué sucederá a partir de ahora entre ese pintor y tú.

🌌🌌🌠

Mientras tanto en Sharinan, hospital perteneciente a la familia Kim (en alianza con la familia  Jeon), Taehyung se encontraba en su oficina revisando los estudios de algunos pacientes hospitalizados. Intentaba concentrarse en su trabajo, pero de repente recordaba las palabras de sus padres sobre que lo obligarían a disculparse con Jungkook por lo ocurrido con el restaurante.

—Pero si él también tuvo la culpa —murmuraba con enojo. —¡Maldición! Mis papás no me dejarán en paz hasta que lo vea.

Apenas si tenía una semana desde que regresó de Italia y ya le estaba causando dolores de cabeza. Al menos sus familias parecían haber desechado la idea sobre el ridículo y forzado compromiso matrimonial.

—Seguro nos mataríamos antes de llegar a la noche de bodas.

🌌🌌🌠

En la casa de los Jeon, Jungkook se documentaba pues en el siguiente semestre comenzaría a trabajar como profesor asistente. Sin embargo él también de pronto divagaba acerca del momento en que tendría que encontrarse a solas con su "némesis natural" para ofrecerle disculpas debido al escándalo que provocaron en el restaurante y el cual los periódicos no dudaron en reportar.

—¡Maldita sea! ya deberían saber que él y yo así nos llevamos —decía con fastidio. —Es imposible cambiar después de tantos años.

—¿Sigues pensando en tu futuro novio, cariño? —oyó que le preguntaron.

—No lo digas ni siquiera en broma.

—Vamos, no tiene nada de malo. Yo creo que Taehyung es un buen partido para ti: es guapo, rico y muy reconocido como médico. Además tú me comentaste que querías un hermano como Kim Namjoon, ¿cierto?

—Sí, ¿eso qué tiene que ver?

—Pues casándote con Taehyung, Namjoon automáticamente se convertiría en tu hermano político. Y tu sueño se volvería realidad al fin.

—Oye, Yoon... te quiero mucho, pero eso no impedirá que te golpee.

El pintor rió con diversión y, llevando consigo su cuaderno de dibujos, tomó asiento en otro sillón.

Cada uno estuvo trabajando en sus propias actividades durante un buen rato hasta que Junho apareció en la habitación. Al percatarse de su presencia, los más jóvenes lo observaron.

—Qué bueno que estás aquí, Yoongi.

—¿Ocurre algo, señor Jeon? —preguntó el aludido.

—Hace un rato me reuní con algunas personas, entre ellas Seokjin, el esposo de Kim Namjoon, y le comenté que eres pintor. Él es escultor y está bastante involucrado en eventos artísticos y culturales, así que me pidió decirte que le gustaría ver algunas de tus obras.

—¡Eso es genial Hyung! ¡Felicidades! —gritó Jungkook pasándole un brazo sobre los hombros. —Esta es una maravillosa oportunidad.

—Muchas gracias por esto, señor Jeon.

—Ni lo menciones —le extendió una tarjeta. —Ahí viene el número de celular de Seokjin me dijo que te pusieras en contacto con él lo más pronto posible.

—De acuerdo, lo haré enseguida.

🌌🌌🌠

Al día siguiente, Jungkook se encontraba desayunando solo, pues sus padres y tío ya se habían ido a trabajar y Yoongi se reuniría con Jin en una galería, saboreaba su ramen muy a gusto cuando BamBam llegó junto a él.

—Hey, Jungkook, ¿listo para el gran momento?

—¿Cuál gran momento?

—Me refiero a cuando te reúnas con Kim Taehyung y le tengas que ofrecer disculpas.

—Mamá no me había dicho nada —se jaló el cabello. —¡Arg! ¡Has hecho que pierda el hambre!

—Como sea, prepárate porque al mediodía debes reunirte con Taehyung en la biblioteca central. La señora dijo que eligió un lugar neutral donde no se puedan matar.

—Parece que estás disfrutando con mi sufrimiento.

Mientras tanto, Yoongi le había llevado a Jin su cuaderno de bocetos, él observaba las hojas con aire crítico bajo la ansiosa mirada de Yoongi quien investigó y supo que Seokjin era un reconocido escultor muy influyente en Corea, por eso deseaba causarle una gran impresión.

—Eh... ¿qué le parecen? —preguntó.

—Tranquilo, puedes tutearme —le sonrió. —Eres muy talentoso, tus bocetos son preciosos. Estoy seguro que en un mes puedo lograr que expongas tus obras en esta galería.

—¿De verdad? ¡Muchas gracias!

—No tienes nada qué agradecer, esto es debido a tu propio talento. Bueno, ¿qué opinas de ir por un café para así charlar más relajados? Mi bebé está resultando muy antojadizo.

—Ahh, Por cierto ¡Felicidades por su embarazo!

—Muchas gracias. Entonces vayamos por ese café y quizá un trozo de pastel de chocolate. Tengo hambre.

En la cafetería platicaron bastante sobre arte; era agradable poder hablar de esos temas con alguien que se apasionara del mismo modo que él. Luego de la charla Jin se ofreció a llevarlo de regreso a la casa de los Jeon. Estaban ya sentados dentro del automóvil listos para marcharse cuando vieron a Namjoon y Jimin llegar a esa misma cafetería. Namjoon parecía estarse burlando del Jimin, ya que él lucía como si tuviera ganas de golpearlo. Yoongi se sorprendió de que Jimin pudiera mostrar aquél tipo de expresiones, le daban un aire de inocencia y obstinación, aunque parecía comportarse así únicamente con ése hombre.

—Esos dos —oyó suspirar a Jin. —Namjoon debería dejar de molestarlo tanto, a veces parecen niños.

—Uh... ¿ellos siempre se llevan así?

—La mayor parte del tiempo —rió levemente. —Es graciosa la forma en que interactúan. En fin, mejor te llevo a casa de una vez.

Mientras encendía el auto, el pintor lo observó con curiosidad, siendo su esposo, entendería que le molestara ver a Namjoon actuar de esa manera con otro chico, sin embargo Jin parecía estar acostumbrado también. A pesar de eso, le provocaba una ligera incomodidad, parecía haber algo más de lo que se mostraba a simple vista.

🌌🌌🌠

Llegó la hora pactada y Jungkook caminaba entre los estantes de la biblioteca. Llegó al área de lectura y en la mesa más alejada encontró a Taehyung quien consultaba su reloj y parecía molesto, como siempre.

—Al mal tiempo darle prisa —murmuró Jungkook con desanimo.

Apenas se acercó, éste volteó a observarlo con el ceño fruncido y los brazos cruzados.

—Llegas un minuto y treinta segundos tarde, Jeon.

—¿Qué? ¡Eres un exagerado, idiota!

—Silencio, por favor —ordenó la bibliotecaria, una mujer de unos cuarenta años y expresión estricta.

Refunfunñando, Jungkook tomó asiento frente a Taehyung y ambos se observaron en silencio, el ambiente estaba tenso, ya que ninguno de los dos quería dar su brazo a tocer y ser el primero en hablar. Aprovechando el silencio, tuvieron tiempo de evaluar los evidentes cambios físicos ocurridos en el otro.

Taehyung primero se cortaba la lengua antes de admitir en voz alta que Jungkook se había puesto tan atractivo, incluso sus ojos lucían más llamativos que antes. Por su parte, Jungkook se lanzaría de un puente antes de aceptar que él despedía un aire seductor que se había intensificado en esos cuatro años que no lo vio.

—Como sea —suspiró Taehyung, —mejor acabemos con esto de una vez por todas.

—¿Te ordenaron que vinieras a disculparte conmigo?

—Ni si quiera lo menciones. ¿Ah?, ¿hicieron lo mismo contigo?

—Evidentemente. Digámosles a nuestros padres que hablamos, nos... disculpamos —hizo gesto de asco y sigamos con nuestras vidas sin volver a mencionar esto.

—Mmm... Es buena idea.

—Yo siempre tengo buenas ideas.

—¿Qué insinuás, bastardo?

Justo en ese momento una joven de unos dieciocho años se acercó a los chicos. Era una castaña realmente atractiva que miraba a Taehyung con especial agrado, pasó olímpicamente de la presencia de Jungkook para dirigirse a él.

—Disculpa, eres Kim Taehyung, ¿verdad?

—Sí —contestó con indiferencia.

—¡Es un placer conocerte! Soy Choi Sanha, estudiante de medicina y una gran admiradora tuya.

—Hum.

La chica no parecía desanimada por su actitud tan seca, al contrario. Jungkook bufó ante semejante escena, ganándose una furiosa y despectiva mirada de parte de Sanha.

—¿Hay algún problema, niño?

—¿Niño? —repitió él. —Seguramente soy mayor que tú, jovencita.

—Podrás lucir lindo, pero ni con esa cara podrías seducir a Taehyung Sunbaenim.

A Jungkook le tembló una ceja por sus comentarios. Siempre había odiado a las personas que actuaban así con los demás y detestaba que la gente lo denigrara sin conocerlo.

—¿Tú estás ciega o qué?, ¿quién en su sano juicio querría seducir a ese amargado?

—¡Mira quién lo dice, Jeon! —reclamó el aludido —¡Ni es tus mejores sueños podrías lograr eso!

—¡No me retes, Hyung!

Sanha miraba la pelea sintiéndose totalmente ignorada, la bibliotecaria se acercó atraída por todo el escándalo y se colocó frente a aquellos jóvenes.

—¡Guarden silencio o salgan de aquí!

—¡Usted no se meta! —gritó Taehyung

—¡Sí, váyase a molestar a alguien más! —ordenó Jungkook.

Esos dos continuaron discutiendo sin prestar atención a la furiosa cara de la bibliotecaria. En cualquier momento iba a correr sangre en ese lugar, por lo que Sanha decidió huir haciendo nota mental de mejor no volver a acercarse a Kim Taehyung y su celoso novio (o al menor esa fue la impresión que le dio).

Un rato después, podía verse a Taehyung y Jungkook dentro de una celda en la estación de policía. Si hubieran sabido que la bibliotecaria a la que gritaron era esposa de un policía, pues nunca lo habrían hecho en un principio.

—Me pregunto por qué siempre que nos reunimos terminamos metidos en algún problema —suspiraba  Jungkook.

—Esto fue tu culpa por ponerte a discutir con esa chica. Sólo tenías que haberla ignorado, dongsaeng irritante.

—Hum... Cállate.

Jungkook desvió la mirada. No iba a admitir que peleó con ella porque, sí, le molestó que lo tratara de forma despectiva, pero tampoco le gustó que coqueteara tan descaradamente con él. No sabría explicar por qué.

—Ustedes dos —se acercó un policía, —tienen derecho a una llamada, así que utilícenla bien.

—No pues gracias, oficial —dijo Taehyung disimulando su sarcasmo.

—Propongo una tregua temporal hasta que salgamos de aquí, Hyung.

—Ya qué.

—¿A quién deberíamos llamar? Tanto tu familia como la mía nos asesinarán si se enteran que terminamos aquí cuando se suponía que íbamos a disculparnos.

—Mmm... Lo tengo solucionado.

El policía los guió hasta el teléfono público que había dentro de la estación. Taehyung marcó rápidamente unos números que se sabía de memoria y esperó a que le contestaran.

—¿Quién es?

—Soy yo, Jimin. Necesito que vengas a la estación de policía número tres y pagues mi fianza y la de Jungkook.

—... A ver, creo que no escuché bien. ¿Tú y Jungkook están en la cárcel?

—Sí —bufó, —por escándalo en un lugar público o una tontería de esas. Date prisa antes de que algún se entere y filtre la noticia.

—Maldita sea, siempre se meten en problemas y terminan arrastrándome con ustedes.

—Eres nuestro amigo, ¿no?

—De acuerdo. Iré enseguida por ustedes.

—Dile que por favor le avise a Yoongi —pidió Jungkook.

—Jimin, dice Jeon que le avises al italiano ése.

—No lo llames así, bastardo.

—Ni se les ocurra comenzar a pelear ahí dentro de nuevo —ordenó Jimin. —Traten de no matarse ni destruir el lugar en lo que llego y logro que los liberen.

­—Apúrate, mapache.

—Te estoy haciendo un favor, idiota, de modo que sé más amable o solamente voy por Jungkook y a ti te dejo ahí para luego avisarle a Namjoon dónde está su hermano.

Una vez que la bizarra llamada desde la cárcel terminó, Jimin suspiró mirando su celular y marcó al teléfono de la casa Jeon, para bien o para mal, fue Yeihji quien le contestó.

—Ah, Jiminnie. ¿Cómo estás?

—Bien. Disculpe, ¿puede comunicarme con Min Yoongi?

—Vaya, ¿cuál es tu interés en él?, ¿acaso hay algo entre ustedes dos?

-...

—Es broma, cariño. Enseguida te lo paso.

Una hora más tarde, ambos entraron a la comandancia de policía. Jimin se había vestido de manera que no le reconocieran, ya que se armaría un gran escándalo si sabían que Park Jimin fue a pagar las fianzas de Kim Taehyung y Jeon Jungkook para sacarlos de la cárcel.

—Pareces acostumbrado a este tipo de situaciones, —comentó Yoongi.

—Esos dos idiotas nunca han sabido controlarse —suspiró. —Siempre era yo el que tenía que ir a reparar su desastre.

En cuanto sus dos amigos fueron puestos en libertad, lo primero que Jungkook pudo ver fue la sonriente cara de Yoongi. Siempre ponía esa burlona expresión cuando quería molestarlo.

—Ni se te ocurra hacer algún comentario acerca de mí en la cárcel.

—Yo no pensaba decir nada, cariño.

—Te conozco demasiado bien.

—Vámonos de una vez —ordenó Taehyung. —Debo estar en el hospital para la ronda nocturna.

—Esto se los voy a cobrar con intereses —advirtió Jimin. —Todos al auto, primero pasamos a la casa Jeon y luego a la de los Kim. Namjoon quiere hablar conmigo.

Apenas lo dijo, Yoongi se le quedó mirando de forma intrigada. Definitivamente había algo fuera de lo común en la relación entre Jimin y ese hombre.

🌌🌌🌠


La noche cayó y Jungkook se encontraba junto con su amigo en la habitación del primero. Se estaba refugiando ahí para evitar que su madre le preguntara sobre la reunión con Taehyung, no fuera a ser que se le escapara lo de su pequeña estadía en la estación de policía.

—Oye, Jungkook —llamó Yoongi, —desde la mañana hay algo que me llamó la atención.

—¿Qué cosa?

—Bueno, pues... Ya sé que no tengo mucho tiempo aquí, apenas los conozco y tal vez no es de mi incumbencia, pero he notado que es curiosa la forma en que Jimin se lleva con Kim Namjoon.

—Ahh, sí. Es raro por lo serio que es Jimin y lo formal que es Namjoon Hyung, ¿verdad?

Jungkook estaba tratando de contener la sonrisa. Era la primera vez, desde que conocía al pintor, que lo veía interesado en alguien de esa manera y le daba mucho gusto por el pasado doloroso que tenía.

—Bueno —continuo, —no es sorprendente que ellos dos se lleven así , ya que anteriormente fueron novios.

—... ¡¿Qué?!

—Sí. Podríamos decir que Namjoon fue su primer amor y su primer pareja formal. Taehyung solía decir que era escalofriante que su amigo de infancia anduviera con su hermano.

—Vaya... jamás lo hubiera imaginado.

—Lo sé, pero créeme que hacían buena pareja. Duraron un año y medio y luego terminaron, no sé con exactitud por qué.

—Pues a pesar de eso se llevan muy bien.

—Claro, la ruptura fue en buenos términos, Jimin incluso les regaló un viaje a Jin Hyung y Namjoon Hyung cuando se casaron.

Jungkook disfrutó los siguientes minutos analizando la expresión de Yoongi, quien de seguro no era consciente de ello, ya habría tiempo para ver cómo evolucionaba dicho tema  y contribuir a eso; tal vez y lo distraería lo suficiente para no ser invadido por esos pensamientos malsanos sobre Taehyung que le rondaron en la cárcel.





Sunbaenim: termino utilizado para referirse a un superior dentro de una área en la que estas, por ejemplo si llegas algún trabajo tu compañero que tiene más experiencia es tu sunbaenim, o en un colegio o universidad alguien de grado mayor que tu.

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