Cita con el enemigo
Yoongi se encontraba en una banca de la universidad esperando a su amigo, ya que ese día había ido a la reunión donde se decidiría si lo aceptaban como asistente de profesor, alzó la mirada y se lo encontró caminando hacia él con una sonrisa radiante.
—Adivino que te dieron el puesto —dijo el pintor
—¡Exacto!
—Felicidades, sabía que lo conseguirías.
—Muchas gracias. La verdad me sentí nervioso —se rascó una mejilla. —Pero ya superé esta prueba y ahora me muero de hambre. Volvamos a casa.
—De acuerdo.
Justo en ese momento un lujoso auto deportivo rojo se detuvo frente a ellos y de él descendió un alto y musculoso hombre que usaba lentes de sol y vestía todo de negro. El pintor lo observó con desconfianza, pues lucía como alguien peligroso, de modo que se sorprendió al ver a Jungkook sonreír con emoción y lanzarse sobre el desconocido.
—¡BamBam! —gritó
—¡Jungkook!
El hombre sonrió y con un brazo lo sujetó del cuello para con su otra mano revolverle el cabello con rudeza.
—Cuando te fuiste eras tan latoso, pero vaya que has crecido, mocoso.
—Ya no soy ningún mocoso, idiota. Y no hables así.
—... Disculpen —habló Yoongi, —creo que estoy un poco perdido.
—Ah, lo siento. Este es BamBam, el jefe de seguridad de mi familia, Bam, él es Min Yoongi, el amigo que vino conmigo de Italia.
—Oh, yeay, creo que Yeihji mencionó algo semejante —se acercó al pelinegro y lo examinó de arriba a abajo. —Niño, ¿has estado en la cárcel?
—¿Eh? No —contestó el pintor
—¿Alguno de tus parientes ha estado en la cárcel?
—No que yo sepa.
—¿Sabes utilizar armas de fuego?
—Nunca he tocado alguna —cada vez parecía más confundido
—Mmm... ¿Alguna vez has pensado en secuestrar a Jungkook?
—Uh... creo que no.
—Basta ya, Bam —lo golpeó en la cabeza. —Yoongi no se acercó a mí para intentar asesinarme o algo semejante. Déjalo en paz.
—Sólo le hice las preguntas de rutina, es mi trabajo —se justificó.
—Exageras demasiado. Como sea, ¿qué haces aquí?
—Junho me envió a recogerlos, ya que los mocosos salieron sin automóvil ni guardaespaldas y es mi deber protegerlos.
—Quería caminar para mostrarle a Yoongi los alrededores.
El pintor se intimidó un poco al sentir la penetrante mirada de BamBam sobre él; parecía estarlo culpando de que Jungkook fuera tan descuidado.
—¡L-Lo siento, lo siento! —gritó disculpándose —¡Le prometo que no permitiré que vuelva a ser tan irresponsable!
-—Pareces ser un buen compañero, de modo que no tendré que hacer de tu vida un infierno.
—No dejes que te intimide. Es una de sus técnicas para hacer a la gente hablar.
—Pues te aseguro que funciona —respondió su amigo con temor.
—Bueno, vámonos de una vez —ordenó BamBam y los empujó hasta subirlos al auto.
—Eh... disculpe —llamó Yoongi.
—¿Sí? —preguntó mientras se acomodaba frente al volante.
—Este... si se supone que tu trabajo es proteger a la familia Jeon, ¿no es un poco peligroso transportar a Jungkook en un vehículo descubierto como éste?
...
Jungkook intentó contener la risa al ver la expresión de BamBam, pues seguramente él no había reparado en ese detalle hasta que él lo mencionó.
—... No hay ningún problema —declaró el guardaespaldas en voz alta, porque no existe quien pueda superar mi velocidad y habilidad frente al voltante.
—Mentiroso —murmuró.
—¿Dijiste algo, mocoso?
—Sí, que tengo hambre, así que démonos prisa.
🌌🌌🌠
Park Jimin era el heredero más joven de la familia Park, la cual poseía una prestigiosa cadena de hoteles en diversas partes del mundo, también eran dueños de diversos museos de renombre y otros negocios más pequeños, Jimin era el administrador de los hoteles en Asia, mientras su hermano mayor se encontraba en Europa; en cambio su hermana Temari trabajaba como fotógrafa y se la pasaba viajando por el mundo. En esos momentos se encontraba en su oficina reunido con Jeon Yeihji y Kim Hyeri, las quería mucho pues las conocía desde niño, además ya que sus padres llevaban varios años viviendo en América, ellas estaban muy al pendientes de él y su salud.
—Un momento, por favor —pidió el joven. —Quisiera que me lo repitieran más despacio, me parece que no escuché bien.
—Pero si tu oído es muy bueno, Jiminnie —rió Yeihji.
—Es que no estaba seguro de haber entendido lo que me están pidiendo.
—No es nada del otro mundo, —habló Hyeri, sonriendo. —Sólo queremos que organices una cita para Taehyung y Jungkook.
—Hyeri, con todo respeto, pero en cuanto se los proponga, ambos intentarán asesinarme.
—Descuida, —intervino Yeihji. —Para evitar eso disfrazaremos la cita como una salida grupal, de modo que tú y Yoongi irán con ellos dos. Sólo queremos que supervises la interacción entre nuestros dos orgullosos niños y de paso evites que detruyan la ciudad o algo semejante.
Jimin tenía un tic en el ojo, sólo pensar en llevar a cabo ese plan le provocaba dolor de cabeza. Si no fuera porque quería y respetaba a ambas mujeres, las mandaría al diablo y las echaría a patadas de su oficina.
—Yoongi estará al tanto de todo —añadió Yeihji. —Él también aprueba la relación entre Taehyung y Jungkook, de modo que será un valioso aliado.
—... Creo que no tengo otra opción, ¿verdad?
—¡Muchas gracias, Jimin! —le sonrió Hyeri.
—Sabíamos que no nos decepcionarías.
El joven ya se estaba arrepintiendo, pero no podía echarse para atrás. A decir verdad él también creía que tras toda la tensión que existía entre sus amigos se escondía una mutua atracción, así que era momento de comprobarlo a la fuerza y también podría hablar más de cerca con Yoongi, se sentía intrigado tanto por sus obras como por él.
Hacía un rato que Yoongi y compañía habían llegado a la casa. Jungkook se encontraba platicándole a BamBam acerca de sus cuatro años en Italia, Yoongi los observaba con curiosidad, ya que parecían llevarse realmente bien.
—¿Qué sucede? —oyó que le preguntaron.
—Ah, Junho —le sonrió, —no sabía que estaba aquí.
—Vine por unos documentos —volteó hacia donde Yoongi mantenía fija la mirada unos segundos antes.
—Se nota que son cercanos.
—Sí. Antes era el guardaespaldas encargado de cuidar y proteger a Jungkook, solía burlarse de él diciéndole que era como su niñera.
—Imagino que no fue nada fácil cuidar de alguien tan hiperactivo como Jungkook.
—Ambos tienen un carácter bastante inquieto, así que hacían más desastre juntos —rió un poco. —Pero BamBam es muy protector con Jungkook, de hecho al único que le permitía pelear con él era precisamente a Taehyung.
—Parece que todos han confabulado para que ellos dos terminen juntos, ¿verdad? —sonrió con gracia. —Creo entender por qué.
Por la tarde Jimin fue al hospital en el que Taehyung trabajaba. Ese lugar le pertenecía a la familia Kim en alianza con los Jeon, anteriormente Junho (su ídolo profesional) también trabajaba ahí, sólo que ahora se dedicaba de lleno a la administración de los demás negocios de su familia.
—Me dijeron que viniste a buscarme —Taehyung arqueó una ceja. —¿Qué pasa? Es raro que lo hagas.
—Tenía que informarte en persona porque seguro por teléfono me hubieras colgado —lo miró seriamente: —mañana vamos a salir con unos amigos todo el día.
—¿De qué rayos hablas? Tengo demasiado trabajo, así que...
—Tu padre dijo que te daría el día libre.
—¿Qué? —le tembló la ceja —Como sea, no tengo el más mínimo interés en salir por ahí. Además tú tampoco eres muy sociable que digamos, ¿por qué este cambio de actitud?
—... Cosas mías —suspiró. —Taehyung, si no accedes a ir, tomaré mi teléfono, haré una llamada y me aseguraré de que Jungkook se entere de esa semana en la que se fue a Italia y bebiste como un condenado gritando mi Jungkookie no te vayas...
—¡Cállate, ni siquiera lo menciones! —gruñó molesto —Maldita sea, iré. Pero esta me la pagarás.
—Sí, claro, tú y tu complejo de vengador. Pasaré por ti a las nueve de la mañana, más te vale estar listo a tiempo.
🌌🌌🌠
La noche cayó y Jungkook se encontraba mirando televisión en la sala, Yoongi llegó y se sentó a su lado, tratando de hallar un modo sutil y convincente para comenzar a hablar sin levantar sospechas. Yeihji ya le había platicado del plan en el que el joven Jimin estaba involucrado, de modo que era su turno de actuar. No quería hacer enojar a la mamá de su amigo, podía volverse demsiado peligrosa.
—Eh... Jungkook.
—Dime.
—La señora Jeon me comentó que en el día se encontró con Park Jimin y él le dijo que mañana deberíamos salir con otros de sus amigos... Algo así como una salida grupal.
—¡Suena divertido! Pero es raro que Jimin planee algo como eso, a mí no me ha dicho nada.
—Es que... parece que no estaba seguro de si mañana estarías libre y supongo que no quería presionarte a que aceptaras.
—Mmm, eso no sería raro viniendo de él. ¡Muy bien! Le llamaré para decirle que sin falta pase por nosotros. Me muero por saber quiénes más irán.
—Sí, yo también, cariño.
En lo que sacaba su celular, Yoongi giró la cabeza y se encontró con Yeihji quien se ocultaba tras una pared. El pelinegro sonrió y levantó el pulgar para hacerle saber que el plan había funcionado, la mujer asintió comprensiva y casi se pone a gritar de emoción de no ser porque no podía permitir que Jungkook sospechara antes de tiempo, de lo contrario lucharía con uñas y dientes para no salir de la casa.
🌌🌌🌠
A la mañana siguiente el par de amigos aguardaban la llegada de Jimin, Jungkook se emocionó al ver aparecer su automóvil, sin embargo su expresión de felicidad se borró y en su lugar podía sentir cómo le temblaba un ojo.
—¿Qué hace el amargado aquí?
—Yo me pregunto lo mismo —miró al conductor con enojo. —Explica esto, Park idiota.
—Dejen sus escenas de odio para después y suban.
—Olvídalo —contestó Jungkook.
—Anda, no seas así, cariño —pidió el pintor mirándolo. —ya vino hasta aquí, no es bueno que desaires así a tu amigo.
—Pero...
—Por favor, cariño, hazlo por mí —puso su mejor cara del gato con botas.
—Me estás chantajeando con esa cara, —se jaló el cabello. —¡Maldición, está bien! ¡Vamos! ¡Pero ya me las pagarás!
—Claro.
—Tú y Jungkook son fáciles de convencer con las mismas tácticas —comentó Jimin con malicia.
—No molestes o te arrojaré del vehículo en movimiento.
El cuarteto llegó a una pista de carreras en go kars. Había varios jóvenes en el lugar, sin embargo apenas vieron a Jimin los dejaron pasar, ya que esa instalación pertenecía a la familia Park.
—¡Esto es genial! —gritó Jungkook, emocionado. —Hacía mucho tiempo que no venía a un lugar así.
—Ni siquiera sabes manejar bien, Jeon,
—Eso dilo después de que me derrotes en una carrera, Kim.
—Cuando quieras, perdedor.
—¡Vamos ahora!
—Me parece bien.
Lanzándose miradas retadoras fueron casi corriendo a pedir un vehículo y el equipo necesario. Dejaron a Yoongi y Jimin quienes presenciaban la escena sin emitir palabra alguna.
—Siguen siendo igual de competitivos.
—¿Esto es común entre Jungkook y el señor Kim? —preguntó Yoongi.
—Demasiado. Siempre se la pasaban compitiendo hasta por las cosas más insignificantes.
—Pareces alguien demasiado tranquilo Jimin. Me sorprende que hayas soportado ser amigo de esos dos durante tanto tiempo.
—Yo también me sorprendo a veces.
—eres bastante gracioso. ¿Eh?, ¿por qué me ves así?
—Es que... nunca me habían dicho eso.
—Ahh. Tal vez no has dejado que las personas te conozcan lo suficiente.
Sus ojos se abrieron con sorpresa y contempló fijamente al pintor, quiso decir algo más, pero justo en esos momentos en la pista de carreras pasaron dos go cars a toda velocidad mientras los conductores se gritaban un montón de insultos.
—... Sólo espero que no vayan a matarse —comentó el pintor.
—... Lo dudo, son muy resistentes.
La carrera terminó, tanto Jungkook como Taehyung bajaron de los vehículos y se quitaron los cascos para encararse de frente.
—Yo gané.
—Estás ciego, Jeon. Gané yo.
—En tus sueños, Kim. Soy mucho mejor que tú.
Continuaban alegando sin prestar atención a sus otros dos acompañantes que se les acercaban a paso lento. No tenían prisa por soportar sus peleas.
—A veces me pregunto si es buena idea emparejarlos —bufó Jimin con fastidio.
—¿Y por qué los obligaste a venir entonces?
—Porque fue algo que sus madres me pidieron. Oigan —llamó a sus amigos, —déjenlo en empate y punto.
—¡¿Qué?!
—¿Ahora a dónde vamos? —preguntó Yoongi antes de que se reanudara la pelea.
Una hora después los cuatro se encontraban en el cine, entraron a ver una película de terror, pero como había mucha gente, sería muy difícil que pudieran sentarse todos juntos. Jimin decidió que esa era una buena oportunidad para torturar, es decir, para unir a ese par de obstinados que tenía por amigos de la infancia.
—Nosotros buscaremos lugar en otra fila —les dijo señalando al pintor con la cabeza. —Traten de no matarse al menos hasta los créditos de la película.
—Pero... —iba a protestar Jungkook.
—Lo siento, —interrumpió Yoongi, —pero no traje mis lentes de contacto y necesito sentarme enfrente —dicho eso huyó junto con Jimin.
—¡Yoon! ¡Tú ni siquiera usas lentes!
—Deja de hacer escándalo, dongsaeng irritante —habló Taehyung. —Ya que estaremos aquí, veamos la dichosa película y punto.
—Hum, está bien. Pero más te vale no intentar nada raro, Hyung.
—Ya quisieras. No tienes tanta suerte.
Muchos de los presentes (sobre todo chicas) gritaban en las escenas más sangrientas y escalofriantes de la película, sin embargo había un par en la fila del fondo que se reía con burla criticando el filme.
—Esos efectos son pésimos —decía Taehyung.
—Jajaja, y mira a la actriz —opinó Jungkook. —Yo podría actuar mucho mejor.
Los demás les pedían que se callaran a cada rato, pues sus risas y comentarios despectivos no cesaban. En una de las primeras filas Jimin sólo suspiraba.
—Tienen muchas cosas en común —susurró Yoongi, divertido.
—Sí, como que son un par de idiotas.
Cayó la noche y fueron a un elegante restaurante para cenar, Jimin les aseguró que sería la última parada, ya que sus necios amigos seguían con sus quejas y peleas y a decir verdad comenzaban a acabar con su paciencia (no es que tuviera mucha, claro). Los guiaron a una mesa en el centro y ordenaron sus respectivos platillos.
—Esto se ve delicioso —decía Jungkook. —No te preocupes, Yoon, come con confianza —le sonrió.
—Gracias, —sonrió también, pues su amigo notó que se sentía incómodo por estar en un lugar tan lujoso.
Taehyung observó su intercambio de sonrisas, hizo un sonidito despectivo y continuó comiendo. Jimin notó esto, pero no hizo comentarios al respecto, sólo sonrió un poco. Taehyung era tan necio y ciego cuando se trataba de sus propios sentimientos, pero eso es lo que volvía tan divertido el soportar sus peleas.
El ambiente estaba relativamente tranquilo hasta que el mesero llegó con los postres. Al dejar el platillo de Jungkook le lanzó una sonrisa seductora e incluso rozó ligeramente sus manos.
—Que lo disfrute —dijo en tono galante.
—Muchas gracias —le sonrió sin darse cuenta de nada.
—De nada, es un placer servirle.
Una vez el mesero se marchó, podía percibirse una extraña sensación en el ambiente. Taehyung bebió un poco de vino y sonrió con sarcasmo.
—Sólo te faltó darle tu número telefónico.
—¿De qué hablas?
—Por favor, si se estaban coqueteando descaradamente. Al menos deberías ser un poco sutil, no vienes solo.
—No seas idiota, yo no estaba coqueteando con nadie. A diferencia tuya, soy alguien amable y por eso le agradecí.
—Vaya, no sabía que a eso se le llama amabilidad.
—Taehyung... —llamó Jimin.
—En cambio yo ya sabía que eres un idiota sin remedio.
—Jungkook... —ahora llamó Yoongi.
—¿Qué dijiste? —Taehyung se puso de pie.
—¿Acaso no oíste?
—Esto se pondrá feo —murmuró el pintor.
🌌🌌🌠
Al día siguiente la familia Jeon se encontraba desayunando tranquilamente. Yeihji se moría por preguntar los detalles sobre lo ocurrido el día anterior, pero los chicos se habían idio a sus habitaciones apenas llegaron, por eso no tuvo oportunidad de cuestionarles nada.
—Señor —llegó un sirviente, —aquí está su periódico.
—Gracias.
El líder de la familia hojeó el periódico con alegría mientras bebía su café. De pronto se atragantó con la bebida y miró a su hijo con los ojos abiertos de sobremanera.
—Jungkook, ¿qué significa esto?
Les mostró la sección de Sociedad, donde aparecía una nota diciendo que Kim Taehyung y Jeon Jungkook, herederos de dos poderosas familias, protagonizaron una escandalosa pelea en un famoso restaurante. Y se corría el rumor de que se debió a una escena de celos (aunque no especificaban quién comenzó).
—¿Peleaste con Taehyung y se arrojaron la comida? —preguntó leyendo la nota.
—¡Fue su culpa! —se defendió. —¡Él comenzó a molestarme!
—Piensa bien las cosas, —dijo Junho con seriedad. —No puedes protagonizar escándalos de este tipo.
—Lo lamento mucho —intervino Yoongi, Jimin y yo intentamos detenerlos, pero fue imposible.
—No te preocupes —contestó Yeihji.
Al otro lado de la ciudad se reproducía una escena similar —Taehyung, vas a reunirte con Jungkook y le ofrecerás una disculpa, ¿entendido?
—¡¿Qué?!
—¿Por qué debo ir y ofrecerle disculpas?! —alegaba en el despacho de su padre, quien junto a su madre lo miraban seriamente
—Porque no puedes tratarlo así —dijo Hyeri.
—Él es un doncel y debes respetarlo —añadió Taemin.
—¡El no me respeta a mí!
—Taehyung, no puedes tratar de esa manera a alguien tan lindo —volvió a decir su madre. —No te preocupes, me encargaré de organizarles una reunión para que puedan hablar.
—Realmente no me preocupa lo más mínimo, mamá.
Claro que fue totalmente ignorado. Parecía que el universo estaba confabulando en su contra para seguir reuniéndolo con su enemigo. Por supuesto que el chico no sabía que las principales mentes malévolas detrás de todo esto eran su querida madre y la mejor amiga de esta.
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