Brincando obstáculos.... Literalmente
—¿Cómo rayos no te fijaste qué camino tomamos, Hyung?
—¡Tú tampoco lo hiciste, Jeon!
Taehyung y Jungkook se encontraban discutiendo a la mitad de una oscura calle. Estaban tan ocupados en su duelo de miradas que no se percataron del momento en que un grupo de cuatro sujetos con pinta de delincuentes los rodearon.
—Vaya, vaya, miren lo que nos acabamos de encontrar.
—Parecen dos niños ricos.
De inmediato Taehyung jaló a Jungkook para colocarlo detrás suyo, así era siempre debido a su instinto protector sin embargo ninguno de los dos se dejaba amedrentar. Los delincuentes intercambiaron risas burlonas y uno de ellos se les acercó, extendiendo un brazo hacia el menor.
—Deberíamos quitarle su lindo doncel a este mocoso.
Antes de poder tocarlo si quiera, él le dio varios puñetazos tanto en el rostro como en el estómago. Taehyung se limitó a suspirar mientras negaba con la cabeza, sentía algo de pena por ese pobre sujeto; él ya estaba acostumbrado a que Jungkook reaccionara así cuando lo trataban como si fuera un doncel delicado.
—¡Vuelve a insinuar que soy débil, imbécil! —gritó mientras lo jaloneaba ya medio inconsciente.
Los otros tres individuos se sorprendieron por su reacción, pero de inmediato se le arrojaron encima. Jeon reaccionó y se dispuso a recibirlos, sintiendo de inmediato la presencia de Tae a su lado para respaldarlo.
—No acapares toda la diversión, dongsaeng irritante.
Entre los dos fue fácil derrotar a aquellos sujetos. Desde niños habían practicado artes marciales (enseñanzas cortesía de Bam), incluso a veces peleaban entre sí. Nunca llegaban a sacarse sangre porque Taehyung siempre mantuvo presente que a pesar de ser fuerte, idiota y escandaloso, Jungkook seguía siendo doncel y sus padres le habían enseñado desde niño a tratarlos con la delicadeza y consideración que merecían, por eso no dejaba de ser algo precavido con él y no dudaba en apoyarlo en situaciones como esa.
—A ver, ¿a quién iban a robar, idiotas? —se burlaba y volteó a ver a su acompañante. —Vaya Hyung, parece que hacemos buen equipo después de todo.
Taehyung se le quedó mirando fijamente, provocando que se sonrojara un poco al darse cuenta de sus palabras. Al parecer él también sintió lo raro que se puso el ambiente porque desvió la mirada.
—Oye, tú —se agachó y sujetó a uno de los hombres, —¿cómo demonios salimos de aquí? Habla de una vez.
—Creo que está desmayado. Mejor vayámonos antes de que la policía llegue y terminemos otra vez en la cárcel.
—¿Y por dónde iremos? Te recuerdo que estamos perdidos.
—Sigamos todo derecho se encogió de hombros. Tenemos que llegar a alguna parte.
—… Hum, supongo que no nos queda de otra.
Se alejaron como si nada en medio de alegatos y reclamos, dejando a sus cuatro atacantes tirados en el suelo. De seguro ellos lo pensarían dos veces antes de volver a agredir a alguien más.
🌌🌌🌠
El Sol comenzó a filtrarse a través de las cortinas, dando en el rostro de Jimin, se removió incómodo en la cama hasta que abrió los ojos, parpadeó confundido y se incorporó despacio, llevándose una mano a la cabeza, le dolía un poco y no se acordaba de cómo es que llegó anoche a su departamento. Lo último que recordaba era estar bebiendo en el bar de Sunwoon.
—¿Qué rayos pasó después de eso?
Escuchó la puerta abrirse y en cuestión de segundos alguien hizo acto de presencia en su habitación. De inmediato él se acercó a su amigo y con brusquedad comenzó a examinarle.
—¿Te encuentras bien? —preguntó abriéndole los párpados para revisar sus ojos.
—Auch, sí. Espero que no trates de esta forma a tus pacientes —contestó y lo miró arqueando una ceja. —¿Qué haces aquí y cómo rayos entraste a mi casa?
—Namjoon me envió, él tenía tus llaves.
Ahora las dudas de Jimin quedaban despejadas. Seguramente Sunwoon había llamado a Namjoon para que fuera por él, no sería raro ya que el Kim mayor y el barman eran viejos y muy cercanos amigos. Genial, ahora tendría un nuevo motivo para ser molestado por él.
—Mi hermano dijo que debería pasar a ver cómo estabas, mochi.
—Vaya, ahora eres un hermano obediente —dijo con burla, pero luego suspiró. —Ese idiota se preocupa demasiado.
—Cierto, pero no me habría enviado aquí únicamente a molestarte —se cruzó de brazos y lo miró con seriedad, —así que escupe lo ocurrido.
—No te matará ser un poco más amable —volvió a suspirar y desvió la mirada. —Bien, seguro Namjoon te envió para ver si no estaba deprimido o algo así, ya que ayer me rechazaron.
—¿Eh?
—Que me rechazaron, torpe, no me hagas repetirlo.
—¿Pero quién…? —guardó silencio unos instantes y entrecerró los ojos. —El pintor.
—Eres más observador de lo que creí —sonrió un poco de forma vacía. —Sí, fue él. Anoche.
Taehyung se percató de la expresión de su amigo. No se veía triste, pero seguro que por dentro se sentía mal, lo conocía desde que tenía memoria, sólo una vez lo había visto así y fue cuando rompió con Namjoon, se molestó tanto porque pusiera tal expresión que incluso golpeó a su hermano.
—Voy a darle una lección a ese italiano —declaró, levantándose
—Eso no es necesario.
Taehyung no le hizo caso y siguió caminando hacia la puerta de la recámara, pero antes de poder cruzarle oyó una seria y decidida voz a sus espaldas.
—Si lo golpeas por esto, Jungkook se enterará de esa semana en la que tú…
—¡Cállate, ya entendí! ¡No le haré nada, pero no digas ni una sola palabra sobre eso!
Jimin sonrió triunfante ante la expresión irritada de su amigo, por fortuna él era un orgulloso y todavía contaba con ese as bajo la manga para chantajearlo, no dejaría que su Jungkookie se enterará de lo que hizo esa semana cuando él se fue a Italia.
🌌🌌🌠
Mientras tanto en la casa de la familia Jeon, Jungkook deambulaba por los pasillos todavía en pijama. A través de las ventanas alcanzó a divisar a Yoongi dibujando en el jardín, así que corrió a su encuentro. No había podido hablar con él desde la noche anterior.
—¡Yoon!
—Buenos días. ¿Qué tal dormiste?
—Muy bien, gracias. ¡No me desvíes del tema! Venía a disculparme contigo. Siento mucho haber desaparecido a mitad de tu exposición, de todos modos fue un gran éxito —le sonrió, animado.
—Gracias, cariño.
Jungkook se percató de la rara expresión de su amigo, además lucía como si no hubiera descansado nada en absoluto, no parecía que la noche anterior hubiera tenido de una exhibición de sus pinturas recibiendo maravillosas críticas.
—Oye, ¿qué ocurrió?
—… Creo que deberías visitar a Jiminssi —sonrió con una mezcla de tristeza y melancolía. —Seguro se alegrará de verte –le revolvió el cabello y se marchó del jardín sin añadir nada más
—Qué raro. Mmm… Jimin no va a dejarme con la duda.
Un rato después en un pequeño restaurante se encontraban los matrimonios Kim y Jeon junto con Hoseok, quien parecía un poco extrañado por la maligna sonrisa que su prima tenía cuando le avisó que iban a reunirse porque tenía nueva información para continuar con el plan.
—¿Cómo han visto a Taehyung con todo esto? —preguntó Yeihji.
—Trata de actuar como siempre —respondió Taemin, —pero lo he notado más malhumorado que de costumbre y de repente se queda con la mirada perdida.
—A Jungkook le pasa igual —dijo Junho.
Hoseok bebía su café mientras intentaba reprimir una sonrisa, seguro los chicos se estaban comportando así por lo de los collares. No había tenido oportunidad de hablar con su sobrino esa mañana para preguntarle cómo le fue en su reunión secreta con Taehyung la noche anterior, pero esperaba algún avance entre ellos.
—Por cierto, Nuna —llamó el pelirrojo, —¿qué era lo que debías mostrarnos?
—Ah, claro. Como saben, anoche fue la exhibición de Yoongi —los vio asentir. —Hoseok convenció a los niños que se reunieran ahí, así que me puse a pensar y utilizando la idea de Hyeri sobre lo del castigo —colocó unas fotografías sobre la mesa… —No sería extraño castigar a Jungkook debido a esto, ¿verdad?
Los demás adultos observaron las imágenes: ahí se mostraba a Taehyung y Jungkook sentados en una especie de cafetería. El pelirrojo miró a la sonriente mujer, sorprendido.
—¿Contrataste a alguien para que los espiara, Nuna?
—Por supuesto que no. No confío en esos reporteros de las revistas y periódicos de sociales —amplió su sonrisa. —Así que envié a Bam para que consiguiera fotos de su encuentro, aunque dijo que los perdió de vista cuando abandonaron el local.
—¿Y a qué te refieres con lo del castigo? —preguntó su primo.
—En la obra de Shakespeare, Romeo llega al balcón de Julieta para visitarla a pesar de estar prohibido, así que se nos ocurrió que, castigando a Jungkook con no salir ni poder contactarse con el mundo por algún medio, te será más fácil convencer a Taehyung de que debe ir a verlo de cualquier forma, Hoseok.
—Claro, y también Jungkook pensará con más intensidad en mi hijo —comentó Hyeri, emocionada
—Un momento, nuna —Hoseok se frotaba la sien, —¿debo ser yo el que convenza a Taehyung de colarse en la casa?
—Ellos confían en ti –dijo Hyeri. —Serás algo así como su cupido.
—… Eso no me hace mucha ilusión.
—Lo de meterse en secreto a la habitación de un doncel no es propio de un caballero —opinó Taemin, —pero si de esa forma logramos unirlos, de acuerdo.
—¡Sí! —gritaron las dos mujeres con alegría.
Hoseok se limitó a suspirar. Ya hasta BamBam estaba involucrado en todo ese embrollo, ahora a ver cómo reaccionaban los chicos: Jungkook cuando le prohibieran salir y Taehyung cuando supiera que debería visitarlo a escondidas.
🌌🌌🌠
Era cerca del mediodía cuando Jungkook irrumpió en casa de Jimin. Antes le había enviado un mensaje y él le escribió que se tomaría el día libre porque estaba cansado, cuando llego lo invitó a pasar, guiándolo a la sala.
—Me sorprendió cuando dijiste que debías verme con urgencia.
—Sí, es que hablé con Yoongi en la mañana, pero no me dijo nada claro, sólo que debería venir a visitarte.
—Hum —arrugó el ceño y bufó con fastidio… —Todos deben pensar que estoy con el corazón roto y llorando desconsoladamente, o algo así. Incluso el idiota de Namjoon envió aquí a Taehyung a comprobar que siguiera vivo.
—¿Eh?, ¿por qué?
—Yoongi me rechazó anoche —bebió de su taza de té con calma. —Supongo que se siente culpable o alguna tontería de esas y por eso te pidió que me visitaras.
—Ah, ya veo. Sí, eso debe ser… ¡¿Qué?! —se exaltó, sorprendido —¿Cómo que te rechazó? Para empezar, ¡ni siquiera sabía que él te gustaba!
—Tranquilízate, no es para que te pongas así.
—¡Claro que sí! ¡Mi mejor amigo rechazó a mi otro mejor amigo! —respiró profundamente y fue a sentarse junto a Jimin, —¿cómo te sientes?
—Mentiría si dijera que me da igual, pero él tiene sus motivos —agachó la cabeza. —Aunque precisamente son esos motivos los que me ponen molesto.
Jungkook le acarició la mejilla con cariño y ternura, Jimin le sujetó la mano y sonrió agradecido.
—No pongas esa cara.
—Es que me siento entre la espada y la pared, Yoongi es mi amigo, pero en este momento tengo deseos de golpearlo.
—Tú y Taehyung se parecen tanto —sonrió ligeramente. —Aunque lo nieguen y renieguen tienen muchas cosas en común.
—¡Claro que no! —se sonrojó e hizo un puchero.
—Algún día superarás esa fase de negación, ya han pasado más de veinte años. ¿Quieres comer helado mientras maldecimos a esos hombres?
—Me parece bien. ¡Pero no será porque me guste Taehyung ni nada de eso!
Un rato después Jungkook regresó a casa más animado y aliviado por ver que Jimin se estaba tomando las cosas con tranquilidad. Caminó decidido por los pasillos en busca de Yoongi cuando una de las sirvientas le salió al paso indicándole que sus padres lo esperaban en la sala. Confundido, se dirigió hacia allá y se encontró con los rostros serios de sus progenitores.
—¿Mamá, Papá, qué sucedió?
—Jungkook —llamó Junho, —recuerdas que te prohibimos volver a relacionarte con los Kim, ¿cierto?
—Eh… sí, claro.
—Siendo así, explícame esto, por favor —pidió Yeihji.
Le extendió una fotografía que él tomó y abrió sus ojos de sobremanera, pues en esa imagen aparecían él y Taehyung durante su reunión de anoche, se suponía que le habían quitado todas las evidencias al reportero que persiguieron. Trataría de mantener la calma y tantear el terreno antes de echarse de cabeza por sí solo.
—Eh… ¿d-de dónde sacaron esto? —lástima que era tan malo para mentir.
—Un conocido te vió en ese lugar en compañía de Taehyung —explicó su padre. —Como sabe de nuestra disputa con los Kim, tomó la foto para mostrárnosla.
—Deliberadamente desobedeciste nuestras órdenes, hijo.
—¡No fue así! Yo sólo…
—Jungkook —llamó Junho con seriedad, —tienes prohibido salir de la casa hasta nuevo aviso a menos que sea estrictamente necesario, y de ser así serás acompañado por Bam y si te atreves a desobedecer te cancelaré todas las tarjetas y te quedarás sin dinero.
—Pero…
—Y tienes prohibido usar tu celular y la computadora —añadió Yeihji extendiendo la mano, pidiéndole el teléfono.
Molesto, frustrado y con muchas sensaciones más, Jungkook le entregó su celular y sin decir nada más se encaminó a su recámara. No quería provocar más peleas entre sus padres y los Kim por su encuentro con Taehyung, eso arruinaría los intentos para reconciliarlos.
Antes de llegar a su puerta se encontró con Yoongi quien lo mira fijamente y de inmediato se le acercó para ponerle una mano sobre el hombro.
—Escuché todo lo que te dijeron. ¿Estás bien, cariño?
—Hum… Sobreviviré. Vamos a mi habitación.
Ingresaron a la recámara de Jungkook quien se dejó caer sobre su cama, cubriéndose el rostro con los brazos. El pintor seguía de pie a su lado, observándolo.
—Puedes sentarte sin miedo. Le prometí a Jimin no golpearte.
—… ¿Él está bien? —preguntó sentándose a su lado y agachó la cabeza
—¿Te preocupa? —lo vio asentir. —Descuida, Jimin es muy fuerte y no se deja abatir tan fácilmente, un desamor duele pero no ha matado a nadie. La verdad es que me sorprendió mucho cuando me dijo que lo rechazaste porque creí que te atraía.
—Nunca he dicho que no lo haga.
—Ya veo —suspiró y se incorporó para quedar frente al pintor. —Yoongi, ¿es por aquella chica?
—Todavía la recuerdo con fuerza, cariño.
—Eso lo entiendo, ¿pero realmente no sientes algo más que atracción por Jimin?
—Lo conozco desde hace muy poco tiempo.
—Sin embargo ahí hay algo, ¿verdad? Desde que nos volvimos amigos, jamás te había visto sonreír y tratar a alguien como lo haces con él.
—… Por favor, de momento no quisiera seguir hablando de esto.
—Mmm… Está bien, pero no te dejaré en paz tan fácilmente, idiota.
—Claro —sonrió un poco más animado tras el insulto. —Oye, ¿y qué harás ahora para comunicarte con tu príncipe? Aquí encerrado no lograrás que reconcilien a sus padres.
—Lo sé, tal vez podría… Un momento, no es mi príncipe! —exclamó, sonrojándose levemente.
—Siendo así, cariño, entonces supongo que somos tal para cual. Ambos preferimos negar lo que sentimos.
—¡Eso dilo por ti!
🌌🌌🌠
Namjoon se encontraba en su oficina revisando unos gráficas en su computadora. Su celular comenzó a sonar y sonrió al leer en la pantalla el nombre de quien le llamaba.
—¿Qué tal amaneciste?
—Bien. Uhm… Lamento que hayas tenido que ir por mí anoche.
—Lo hice con gusto, no creo que sea algo que se vuelva a repetir pronto.
—Muy gracioso, idiota. Sólo quería decirte que no te preocupes innecesariamente, ya no soy ningún niño. Mejor preocúpate por tu empresa y tu familia.
—Como tú digas. Nos vemos luego.
Jimin cortó la llamada. Namjoon se frotó la barbilla al tiempo que su mirada se tornaba maliciosa.
—Descuida. Ni siquiera te darás cuenta de lo que tenga planeado para atormentar a tu querido pintor.
Un par de días después en el hospital, Taehyung se dirigía rumbo a la cafetería, pues una de las enfermeras le avisó que Jung Hoseok lo estaba esperando. Encontró al pelirrojo ocupando una mesa bebiendo café, desconcertado por su visita, Taehyung ocupó la silla frente a él.
—¿Para qué necesitaba verme?
—Directo al tema como siempre, Taehyung —sonrió levemente, pero al cruzar miradas se puso serio. —Vine a contarte que Yeihji y Junho le han prohibido a Jungkook salir de la casa.
—¿Qué?
—Sí, al parecer alguien les tomó una foto cuando tú y mi sobrino se reunieron después de la exhibición de Yoongi y se la mostró a ellos, te lo estoy diciendo porque mi sobrino luce demasiado deprimido. Yoongi y yo hemos intentado animarlo, pero no está resultando como quisiéramos.
—Entiendo eso, pero no sé qué espera que haga con esa información.
—Lo que te voy a pedir es muy arriesgado, soy consciente de ello, pero quisiera que fueras a visitar en secreto a Jungkook.
—¡Tiene que estar bromeando, Hoseokssi! Si entro en la casa sin permiso, seguro que BamBam me destrozará lenta y dolorosamente.
—No te lo pediría si no lo considerara necesario, —dijo con aflicción. —El encierro le está sentando muy mal a Jungkook porque no puede hacer nada para resolver la situación de sus padres. Tengo la confianza de que tú lo ayudarías bastante.
Taehyung se quedó callado y desvió la cara, el hecho de imaginar a Jungkook encerrado en casa, deprimido y angustiado, no le agradó para nada. Esos días que no se habían encontrado para discutir lo estaban haciendo sentir como si algo le faltara, su presencia le importaba más de lo que quisiera.
—… Prometo que lo pensaré.
—Muchas gracias —se puso de pie y le colocó una mano sobre el hombro. —Aunque él no lo diga, sé que mi sobrino te extraña mucho.
Dicho eso el pelirrojo se marchó sonriendo con expresión de victoria. Conocía bien a Taehyung, estaba seguro de que sus palabras lo convencerían de que infiltrarse secretamente en la casa de los Jeon era su única opción. Unos empujoncitos más y podría liberarse de ese trabajo como intento de cupido.
Aquella noche en la vivienda de los Kim, Namjoon y Jin se encontraban en la sala viendo unas revistas para escoger la decoración de la habitación para su bebé. Taehyung también estaba con ellos, pero no prestaba atención a su alrededor.
Tae —llamó Jin, ¿te sientes mal?
—¿Eh? —reaccionó. —No me pasa nada.
—Pues no podemos creerte, —contestó Namjoon. —Desde que regresaste del hospital has estado muy distraído.
—Hum… De acuerdo —bufó, —sí pasó algo.
Sin muchos detalles les contó su plática con Hoseok —Al terminar el relato, la pareja intercambió miradas ante la frustración del menor. Namjoon sonrió levemente y le hizo un gesto afirmativo a su esposo para que hablara.
—¿Y ya decidiste si irás a verlo? —preguntó.
—No lo sé. ¡Rayos! —se desordenó el cabello, frustrado.
—Creo que deberías hacerlo, —intervino Namjoon. —Por más que lo niegues, tú y Jungkook son una excelente combinación cuando dejan de lado las peleas. Además estoy seguro de que será benéfico para ambos verse, ya que siempre hacen que el otro aterrice mejor sus ideas.
Taehyung lo miró fijamente. Las palabras de su hermano mayor tenían mucho sentido, lo aceptaba, quizá yendo a ver cómo se encontraba podría liberarse de la sensación de culpa que le embargaba tras la charla con Hoseok, pues tenía parte de la responsabilidad por el castigo, claro que entrar de incógnito en su casa sin tener ayuda sería una tarea imposible. El pelirrojo le pidió que fuera a visitar a su sobrino, pero nunca le ofreció su ayuda para ingresar, sólo quedaba una persona a la que podría recurrir (aunque tal vez luego se arrepintiera).
—Jin —miró a su cuñado, —necesito que me des el número telefónico del pintor estúpido.
Entrada la noche Yoongi se encontraba sentado sobre su cama, en sus manos sostenía un dibujo de Jimin leyendo unas hojas. Lo había hecho a escondidas mientras preparaban juntos la exhibición, durante esas semanas se acostumbró tanto a su presencia que lo extrañaba muchísimo.
—Jiminnie… —murmuró.
Justo en ese momento su celular comenzó a sonar, no reconoció el número que aparecía en la pantalla, pero de todas formas decidió contestar.
—¿Diga?
—Soy yo, italiano.
—Ah, Taehyungssi, qué raro recibir una llamada tuya.
—... Hum… escuché que los padres del dongsaeng irritante le prohibieron salir de su casa.
—Es cierto y también le prohibieron los teléfonos y computadoras, pero no creo que dejaras de lado tu orgullo al hablarme únicamente para preguntar eso —sonrió al no oír sonido del otro lado de la línea. ¿Qué puedo hacer por ti?
—Rayos —se oía frustrado. —De acuerdo, no quiero burlas ni me pidas detalles de para qué. Necesito que me… ayudes —gruñó un poco al decir eso… —a entrar a escondidas en la casa de los Jeon.
🌌🌌🌠
Unos días más tarde, aprovechando que Junho y Yeihji habían ido a visitar a unos conocidos y Hoseok trabajaría hasta tarde, Yoongi contactó a Taehyung indicándole que lo esperara a las afueras de la casa (el pintor no sabía que Hoseok fue quien le dio la idea). Yoongi salió a la calle y fue hacia un enorme árbol donde se ocultaba Taehyung.
—Eres realmente puntual.
—Borra esa sonrisa o te la borro a golpes —amenazó.
—Tranquilo, no quería molestarte. Escucha, apagaré las cámaras de seguridad rumbo a la habitación de Jungkook durante cinco minutos, en ese tiempo debes poder llegar ahí o se darán cuenta de que algo anda mal, en esa zona no hay guardias vigilando, me aseguré de ello, de modo que no habrá problemas. ¿Qué?, ¿por qué me miras así?
—¿Cómo apagarás las cámaras? —preguntó con desconfianza.
—He hecho muy buena amistad con los empleados y gracias a eso fue fácil conseguir esto —le mostró un pequeño control remoto. —Llamaré a tu celular cuando las cámaras estén apagadas, no contestes, sólo corre como si no hubiera un mañana hasta llegar a tu Julieto.
—¡Cállate, idiota! —gritó sonrojándose un poco.
Jungkook se encontraba en su habitación cambiando los canales del televisor con aburrimiento, Yoongi le había pedido que se quedara ahí un rato, no entendía para qué, pero como no tenía ganas de hacer nada más, pues decidió obedecerlo. Salió de su ensoñación al escuchar unos ruidos desde el balcón y al voltear se encontró con Taehyung quien terminaba de trepar hasta su dormitorio.
—¡Hyung! —gritó, sorprendido.
—Cierra la boca Jeon, o harás que se den cuenta.
Jungkook se puso de pie y continuó sin quitarle los ojos de encima ni cuando éste se detuvo frente a él y le soltó un golpe en la cabeza.
—Sé que soy atractivo, no es necesario que comiences a babear.
—Ni quién babeara por ti, bastardo —hizo un puchero. —¿Y?, ¿qué haces aquí? Espera, primero dime cómo rayos entraste a mi casa.
—Eso es lo de menos —desvió la cara. —Tu tio estaba preocupado por ti y pues… me pidió que viniera a ver si seguías vivo e impedir que te suicidaras debido al encierro.
—Dudo que él haya dicho eso —murmuró, pero no pudo evitar sonreír ligeramente.
Mentiría si negaba que la imprevista aparición de Taehyung le había levantado el ánimo, él difícilmente hacía caso u obedecía a alguien distinto de sus padres. O su tío era muy convincente o la terquedad de Taehyung se estaba aplacando un poco.
—Ahora Yoongi no me dejará en paz diciendo que Romeo subió hasta mi balcón para visitarme o algo así.
Taehyung bufó y se desordenó el cabello. De modo que no era el único que había tenido que soportar esos comentarios.
—Hum… Con razón estuvo encantado en ayudarme a entrar —arrugó el ceño. —Hablando de tu idiota amiguito, ¿sabes que rechazó a Jimin?
—Sí, ambos ya me lo dijeron.
—Jimin no me quiso dar detalles, pero por la actitud de Namjoon respecto al tema parece que el italiano lo lastimó.
—… —no contestó porque no quería volver a estar entre la espada y la pared.
—Sólo por eso sería capaz de romperle la cara, pero de momento me contendré a menos que Jimin diga lo contrario o cambie de opinión.
Taehyung volvió a bufar. A la renuencia de Jimin a los golpes tenía qué sumarle su chantaje, algún día se desquitaría de lo lindo por ello.
—La mayor parte del tiempo eres un idiota, Hyung —sonrió divertido, —pero eres un idiota lindo.
—Es sólo que al mochi lo conozco de toda la vida.
—Entonces si alguien me rompiera el corazón, ¿actuarías igual?
Taehyung abrió los ojos de sobremanera sin querer verle a la cara. Al pensar en la posibilidad de encontrar a Jungkook llorando por culpa de alguien más, apretó los puños con fuerza. Esa idea le parecía abominable.
—… Dudo que lo necesites. Estoy seguro de que tú sólo te encargarías de hacerlo pagar trapeando el suelo con el sujeto.
—Supongo que tienes razón. Pero, ¿sabes? —su expresión se tornó profunda. —Si alguien te rompiera el corazón, el puñetazo te lo daría a ti sin dudarlo.
—¿Qué? —lo miró, extrañado.
—Sí, para distraerte con el dolor. Jajaja.
A pesar de lo ofensivo del comentario, no pudo reprimir una diminuta sonrisa. Se suponía que se encontraba ahí porque Jungkook se sentía deprimido, sin embargo ahora era consciente de que en esos días sin verlo ni pelear con él lo echó de menos. Apenas terminó de maquinar esos pensamientos, quiso golpearse mentalmente.
—Auch —Jungkook se sobó la cabeza y lo miró con enfado. —¿Por qué me pegas, bastardo?
—Por invadir terrenos que no te corresponden, voy a cobrarte la renta si no te sales de ahí.
—¿Eh? No tengo idea de qué rayos hablas.
Quedaron sumidos en un extraño silencio, no era incómodo, al contrario. Y precisamente por eso resultaba inquietante para ambos.
—Uh… ¿has pensado en algo nuevo para que nuestros padres hagan las paces, Hyung amargado?
—No. ¿Y tú?
—Tampoco.
—Realmente no me sorprende.
—Estás haciendo que me den ganas de avisarle a Bam que estás aquí sin permiso intentando propasarte conmigo.
—¡No estoy intentando tal cosa!
—Si, esa es tu versión de los hechos, —Taehyung sintió un dejavu de su niñez, definitivamente Jungkook seguía siendo un manipulador adorable.
Iniciaron un duelo de miradas y sin poder evitarlo rompieron a reír, Jungkook de manera más escandalosa, por más que lo negaran, las cosas entre ellos ya habían cambiado y no tenían marcha atrás y mucho menos con todas las personas empeñadas en unirlos a su alrededor, sin duda sentían algo el uno por el otro y no era precisamente odio.
Hola gente bonita, espero tod@s se encuentren bien y hayan pasado un excelente día, cómo siempre les agradezco mucho su apoyo a mis historias y solo vengo a decirles que el próximo capítulo será un mini especial de Yoonmin, si ya han leído antes mis historias saben que me gusta dedicar a la pareja secundaria al menos un capítulo porque todos merecemos amor y pues nada sin no lo desean leer esta bien, no sé pierden de nada en la trama central de esta historia.
Bye bye, los quiero mucho.
Teongssi
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