Capítulo. 8: Hipo
• Nick's P.O.V •
"¿Ya llegamos?" "¿Cuánto falta?" "¿Estamos cerca?" "¿Tienes agua?" Troy soltaba preguntas cada cinco segundos de camino.
—¿Ya mero llegamos? —preguntó una vez más.
—Troy. —cerré mis ojos harto de las muchas veces que preguntó lo mismo—. Solo llevamos diez minutos de camino desde que nos alejamos de la camioneta. —seguí caminando mientras rodeaba mis ojos.
—No tengo noción del tiempo, ¿de acuerdo? Aparte, hace calor. —escuché que suspiró levemente.
—Nos faltaban como cinco minutos para llegar al punto marcado cuando íbamos en auto. —saqué mi típico cuchillo con hoyos en el mango que me gusta llamar "Hoyuelos".
—¿Eso qué quiere decir? —preguntó y apresuró el paso para estar a un lado mío de nuevo.
—Creí que tú eras el científico aquí, Otto.
—Hey, no me llames por mi apellido, greñudo.
Lo miré con picardía.
—Decirme eso es como pedirme que te llame así, ¿sabes? —solté una risotada.
—No lo hagas, sabes que odio mi apellido.
—No lo sabía y no me interesa. Si tú me llamas "Nicky", yo te puedo llamar como se me de la gana.
—Pero a ti te gusta que te llame así. —me sonrió tiernamente.
—No, desde un principio te dije que no me llamaras de esa forma. —fruncí el ceño ofendido.
—Mientes, amas que te llame así. —picó mi mejilla inesperadamente.
Sentí mis mejillas arder.
—Vuelves a hacer eso y te juro que te suelto un golpe directo en la cara.
—Adelante, Clark. —mi acompañante paró de caminar, puso sus manos detrás suyo, cerró los ojos y acercó su cara un poco—. Golpéame. —terminó.
Me detuve junto con él mientras me cruzaba de brazos viendo lo estúpido que se veía al hacer eso. De pronto, me di cuenta de que todo a mi al rededor se desenfocó repentinamente, dejando solo a Troy enfocado completamente. Lo miré detenidamente y, bueno, digamos que me perdí en su rostro.
Sus párpados cerrados, sus pestañas caídas, sus rulos rubios cenizos, sus cejas del mismo color, su barba algo corta, sus labios rosados. ¿Así se verá mientras duerme? Me acerqué lentamente a su rostro inconscientemente. Tenía ganas de...
—¿Me vas a golpear o no, Nicky? —abrió uno de sus ojos con una sonrisa divertida.
Volví a la realidad y sacudí un poco la cabeza. ¿Qué me ocurre? Estábamos demasiado cerca que sentía su aliento; di un paso para atrás.
—¿Quieres que desfigure tu "cara bonita"? —le pregunté desviando lo que acababa de ocurrir añadiendo una sonrisa de lado algo insegura.
—Hasta que admites que la tengo. —rió y yo rasqué mi nuca desviando la mirada aún con pena—. Por un momento creí que me besarías. —murmuró y arqueó una de sus cejas.
—¿Qué? —mi corazón se salió por un momento y volteé a verlo directamente a los ojos.
—Nada. —soltó una risita y cambió a una mueca de asombro—. Nick, mira. -apuntó detrás mío.
Me di la vuelta y seguí hacia dónde apuntaba su dedo; vi un almacén no muy lejos de donde estábamos. De la nada, sentí su agarre en mi mochila.
—¿Crees que ese era el del mapa? —me preguntó sacando sus binoculares de mi mochila.
Me los pasó y vi que era un pequeño almacén algo deteriorado con un camión afuera que parecía ser transportador de agua y víveres.
—No creo que abunden oasis como ese; Andando. —ordené y corrí con Troy pisándome los talones.
• Troy's P.O.V •
—Esto es gigantesco, más de lo que se veía desde los binoculares. —se creó un eco con la voz de Nick al entrar al lugar.
Tomé un envase que estaba en uno de los miles de estantes dentro de aquel almacén.
—Agua purificada. —leí en voz alta—. ¡Aquí es! —grité de la emoción y abrí la botella.
La tomé desesperadamente sintiendo como mis labios y mi cuerpo se hidrataban al instante.
—Woah, woah, tranquilo, sedientito. Te va a dar algo por tomar tan rápido. —el andrajoso me imitó al tomar una botella del estante solo que él la bebió de manera decente.
—No sabía que habían modales para tomar una botella de agua después de casi tres horas en un jodido desierto.
—Fue solo media hora. —bajó la botella—. Ahora, cierra la boca y ve a darle un vistazo al camión mientras yo sigo buscando la manera de transportar estos víveres. —me ordenó y sacó una linterna.
—Estoy harto de que me des órdenes. —puse los ojos en blanco dirigiéndome a la salida.
—Pero no estás tan harto de obedecer. —pude escuchar como Nick reía antes de salir del almacén.
Llegué a donde el camión e intenté abrir la puertas de atrás donde se subía la mercancía. Obvio, no abrieron. Jalé con todas mis fuerzas y seguía sin abrir. Intenté una vez más con todavía más fuerza, y... No funcionó.
—Oh, fuck. —cabreado le solté un golpe a la llanta.
—¿Ya encontraste la manera de abrir esta porquería? —escuché la voz de mi compañero—. Yo encontré las llaves para encenderla. —sacudió las llaves de metal frente a mi cara.
—¡Es imposible abrirlas, ya intenté de todo! —grité molesto y me recargué en las puertas que decidieron abrirse repentinamente.
Me caí y me di un golpe en la espalda tosiendo por todo el polvo que había salido.
—Imposible, ¿eh? —el aperlado se burló.
Lo miré con cara de pocos amigos.
—Esta mierda no quería abrir, lo juro; solo te apareces tú y se abre por arte de magia. —me levanté sacudiéndome las rodillas.
—¿No habías intentado empujar las puertas en lugar de jalarlas? —me dio un zape al cual solté un gruñido.
—Cállate, ¿quieres? —odiaba que tuviera razón—. No es normal ni aquí ni en ningún lado que las puertas se abran empujand-¡hip! —paré de hablar.
Nick me miró sorprendido y yo lo miré de la misma forma. ¿Eso había sido...?
—Pfff... —Nick se intentó aguantar la risa, fallando en el intento.
Riendo descontroladamente por mi ataque de hipo, el castaño bajó las cosas que cargaba dentro del camión.
—¿Qué te causa tanta risa? —lo miré molesto—. ¡Hiup! —dejé salir una vez más.
—No te puedo tomar en serio con ese hipo. —siguió riendo a lo Joker.
—¡Ya, párale! —le grité—. ¡Hip!
—Te dije que te daría algo por beber tan rápido. —mi acompañante no paraba de reír.
—Solo dame las llaves. —rodé los ojos—.¡Hiup~!
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