Me alejé lentamente del lugar a pasos pesados haciendo resonar mis botas al caminar. ¿En serio acaba de pasar lo que creo que acaba de pasar? Sí, hace unas horas el chico de los Clarks me apuntó el arma que yo mismo le cedí para que terminara con la miserable vida de aquella muchacha.

Ahora su chica, que está enferma y está por convertirse, se encuentra en nuestra enfermería cómodamente. ¿Y yo? Yo solo estoy aquí caminando de regreso a mi casa sin hacer nada al respecto esperando a que la mujer se convierta y mate a todos.

—Troy. —Jake me habló a mis espaldas.

—¿Qué quieres? ¿No ves que estaban por matarme? —solté las preguntas sin siquiera voltear a verlo o detenerme.

Mi hermanastro adelantó el paso y se atravesó en mi camino dejándonos frente a frente.

—No pienses en tomar alguna clase de venganza; no servirá de nada.

—¿Y qué? ¿Dejaremos que el señorito greñas locas nos diga qué hacer ahora? ¡O que mejor! Su mami rubia ahora será la líder mientras papá y yo nos vamos a una iglesia a rezar que no terminen quemando el rancho. —sonreí con mínimo veinte kilos de sarcasmo.

—Estás enfermo. Eso no pasará, yo-

—Sabes que es cierto. ¡Me apuntó un arma, maldita sea!

—Tú le disparaste a esa pobre muchacha.

—Lo hice para protegernos. —tomé mi cabello con ambas manos—. No me hagas el antagonista aquí.

—Imagínate cómo te sentirías. ¡Es la chica de Nick! ¿Crees que él no quiso protegerla?

—Sí, lo sé, pero va a convertirse.

—¡Eso no lo sabes!

—No comprendes. Yo elegí a Madison y a Alicia en la frontera. Las quería traer solamente a ellas, no a Nick; y mucho menos a su "chi-ca". —hice una mueca de asco diciendo la ultima palabra—. Así qué hay que matar a esa muchacha enferma antes de que se convierta. No me interesa si la ama o no.

—Tú eres quien no comprende, y no te culpo. ¿Hace cuánto no tienes novia, hermanito? —rió burlonamente.

—Es la mayor pendejada que has dicho en el día, ¿lo sabes? —me crucé de brazos—. No quiero a Nick aquí; si no quieren matar a la chica enferma, mañana por la mañana lo exiliaremos a él y a su noviecita.

—¿Crees que Madison permitirá que exilies a su hijo mientras ella se queda aquí regando plantitas junto con Alicia?

—Sí, eso hará.

—No, Troy, Madison no es como mamá. Ella sí ama a su hijo y no es capaz de separarse de él.

Flashbacks de mi madre lograron hacerse presentes gracias a menos de veinte palabras que Jake había dicho.

—Si vuelves a mencionar a mi madre, te juro que mato a la chica. —murmuré y seguí caminando sin más.

Supe que Jake ya no me seguía porque no escuché sus pasos. Después de un arduo camino, me dirigí a la casa de los Clarks en busca de Madison. Tenía que charlar con ella seriamente.

Me detuve en la puerta, dudando si abrirla o no. No pienses en tomar alguna clase de venganza; escuché en mi mente las palabras que mi hermano había dicho. Tomé la perilla dispuesto a girarla, pero alguien se me adelantó. En ese momento, me congelé al ver quien había abierto la puerta.

—¿Necesitas algo? —Nick inquirió con el ceño fruncido mientras se cruzaba de brazos y se recargaba en el marco de la entrada.

—Uhh... —pensé en lo que iba a decir, pero nada me salía de la boca—. ¿No deberías estar con tu chica?

—Está con el doctor, nada que te importara, ¿cierto? —sonrió de lado falsamente y ambos nos quedamos en un silencio que Nick rompió en seguida—. No respondiste mi pregunta.

Arqueé una de mis cejas pensando en qué decir.

—Buscaba a tu madre.

—Claro, puedes notar que no está aquí. Dímelo a mí. —me dijo mientras le daba una mordida a su manzana.

Oh, con todo gusto: Quiero exiliarte a ti y a tu chica enferma para que podamos al fin estar en paz, ¡y tE QUIERO LO MÁS LEJOS POSIBLE DEL MALDITO RANCHO! No, claro que no le dije eso.

—Prefiero hablarlo en privado con ella. —presioné mis labios y me di media vuelta.

—Solo recuerda que ella me cuenta todo, señorito misterioso. —escuché como le dio otra mordida a su manzana y me detuve en seco—. Tu secreto no será secreto por mucho tiempo de todas formas.

—Ya lo veremos. —solté una risita y seguí caminando.