Capítulo 8

_________ POV

- Y las tinieblas, surgió algo; Mucho más oscuro, más peligroso... mucho más...malevolo – E.Jack se recostó con extrema confianza en la silla de plástico rimax. – hermosos versos, hermosa y apta descripción para definir tu regreso, querida __________ - solté un gruñido. No podía golpearle, estaba atada a la camilla después de haberle dado un merecido puñetazo a E.Jack.

- Eres un hijo de puta, muy insoportable – el simplemente asintió

- Definitivamente, es la mejor descripción que encaja conmigo – rodé los ojos y opté por callar – veo que... sigues enojada- ignoralo _______, solo ignoralo. – si crees que te herí a prposito... estás en lo malditamente correcto, pero, lo hice por tu bien

- ¿mi bien o el de ustedes? – no pude contenerme más. La cantidad de veneno que deseaba expulsar era colosal – ustedes nunca entenderán, nunca llegaran a comprender el daño que me han ocasionado y el que le ocasionan a todos aquellos estudiantes. Nos quitan lo poco de humanos que teníamos y

- ¿y que tiene de bueno ser humano,_____? Hasta donde yo sé y recuerdo es que... ser humano o tener una pizca de humanidad... es un problema. Te compadeces de cualquier cosa, tus sentimientos se interponen en el maldito camino, no te puedes permitir ser egoista porque el bien común prima sobre el bien propio

- Esas son las normas de una sociedad – señalé

- ¡Una sociedad pútrida y purulenta! Una sociedad que te juzga por tu condición sexual, mental, física, emocional, psicológica, religiosa y blah, blah, blah – E.Jack se había incorporado de la silla de plástico y acercado más a mi - ¿qué tiene de humano eso? Una sociedad podrida en odio, resentimientos estúpidos y envidia. Enferma por obtener el poder absoluto de sus vidas ¡Cuando nisiquiera tienen el control de sus cabezas llenas de mierda! - aclaró su garganta – por eso asesinamos "personas" porque nos cansamos de la misma mierda- y salió sin agregar una sola palabra más.

- A veces E.Jack, puede ser algo... inteligente – dijo Zalgo mientras entraba a la enfermería – Para ser honesto contigo, prefiero ver a las chicas amarradas en mi cama. Me gusta la comodidad, y dudo mucho que una camilla sea el lugar más cómodo.

- ¿Qué quiere, profesor Zalgo?- el se limitó a sonreir y acercarse a paso lento

- M pidieron que cumpliera con una misión, y eso haré – lentamente sus manos tomaron mi cabeza, para comenzar a aplastarla

- ¡¿Qué mierdas estás haciendo?! – el sonrió

- Castigandote, con una vida inmortal – me desmayé

No recuerdo mucho más, solo el incesante dolor que sentía en el momento.

- ¡Joder! – me levanté de golpe, provocando un mareo molesto

- al fin despiertas – dijo Jeff mirando a la pared fijamente – supongo que recibiste el castigo – sentía mi boca extremadamente seca. Aun así, pude preguntar

- ¿Cuál castigo? – Jeff dejó de mirar la pared, para luego fijar sus ojos en mí.

- Ahora eres inmortal, ________

- La inmortalidad es un mito, no existe, jamás ha existido – Jeff negó

- Zalgo, Slenderman, E. Jack, Alice, Sally en realidad está muerta así que no sé si contaría como inmortalidad... Incluyéndome, todos nosotros somos inmortales por elección. Tu... por un maldito castigo que pude... haber evitado sin tan solo hubiese...- las palabras no parecían querer salir, Jeff parecía muy frustrado. – Aunque E. Jack también está muerto. No tengo muy claro cómo funciona la mierda esta de la inmortalidad.

- ¿En breve resumen, no puedo envejecer, ni morir por causas naturales? – Jeff se sacudió el cabello

- No lo sé, tendrías que preguntarle a Slender - se levantó de la silla – recuperate pronto, debes retomar clase pronto. Veía como Jeff caminaba con paso lento y vacilante hacia la puerta, pero...

- No te...vayas, Jeff – el me miró fijamente – estoy... asustada, no entiendo nada. ¿puedes quedarte? - el asintió y se sentó en la misma silla de antes. - ¿podrías... dormir conmigo hoy, Jeff?

Después de una larga noche llena de pesadillas, llegó el amanecer. Abrí los ojos, para luego ver a Jeff plácidamente dormido, o al menos lo parecía. Salí de la camilla, para luego ir hacia el baño. Me miré en el espejo y ...

- ¡Mierda! - retrocedí bruscamente y caí al suelo. Mis ojos habían cambiado de color, al igual que mi cabello. - ¡¿Qué me pasó?! – estaba completamente segura de que mi cabello era oscuro y mis ojos color mierda, pero...

- ¡________! – entró un muy alterado Jeff - ¡¿Qué te pasó en el pelo?! – lo miré - ¡Tus ojos!

- Esto debe ser parte de la maldición – Jeff no dejaba de mirarme. Y claro, yo tampoco dejaría de mirar a alguien que tiene el cabello de color plateado y los ojos dorados.

Pateé la puerta de la rectoría, para luego agarrar al cotonete de mierda por su ridículo traje

- A ver hijo de tu puta madre, ¿Por qué me hicieron esto? – quedó en silencio - ¡Habla, mierda! – silencio total – este cotonete malparido- respiré profundamente y analicé la situación – sabían que iba a venir aquí ¿cierto? Por consiguiente, este muñeco no es el director Slenderman.

Jeff asintió con gesto divertido

- ¡¿Por qué no me detuviste?! – el simplemente soltó una carcajada

- ¿acaso me harías caso? – negué, el tenía un punto – fue demasiado divertido ver como amenazabas a Slendy.

- Supongo que, fue el momento oportuno para comprarle la medicina a Smile Dog – dijo el director, mientras entraba y nos miraba a Jeff y a mí. Pero, lo que me perturbó por decirlo de alguna manera, fuel el hecho de verlo con rostro.

- o-oiga, no se supone que usted no debería tener rostro – ladeó la cabeza

- Si, pero nadie iba a hacer las compras por mí, así que me camuflo entre los humanos- troné mis nudillos

- Perfecto... - dije mientras corría a golpear al hijo de puta