Capítulo 6

Capítulo 6

El cuerpo me dolía como el maldito infierno, me sentía desubicada, la cabeza me bombeaba hasta el punto en donde creí que me explotaría. Abrí lentamente mis ojos y vi recostado a mi lado.

Por lo poco que recuerdo, he de suponer que es Jeff. Maldita sea, ese idiota por qué me vino a buscar. Aunque he de admitir que me hace en cierta forma feliz.

- Deberías dormir un poco más – se revolcó y se quitó la almohada que tenía puesta encima de sus ojos – te ves cansada y ni que decir de lo vuelta mierda que estás.

- Siempre tan sutil, Woods, siempre tan sutil – soltó una carcajada y su voz profunda mañanera me hizo erizar la piel.

- Eres un caso irremediable, Grey – se restregó los ojos con sumo cuidado de no jodérselos y me miró con seriedad, a pesar de tener esa sonrisa permanente en su rostro, a veces se podía volver casi como una línea recta, y eso significa una sola cosa

- Odio cuando eres el adulto maduro y responsable que nunca serás, ni en un trillón de años – se sentó y me miró fijamente

- No soy un puto adulto responsable, no tengo ni idea de lo que significa realmente, y no tengo ni el más mínimo interés en averiguarlo, solo... estoy preocupado por ti, ________. Debes aceptarte tal y como eres, todos nosotros pasamos por lo que tú estás pasando, solo que quizás...

- Ustedes no pasaron por esto... no fueron obligados por sus madres, no soy igual a ustedes, me niego a serlo Jeff, me niego a...- Jeff me tomó por los hombros con ambas manos

- ¡Por una mierda, ________! Acéptalo de una maldita vez de mierda. Eres una jodida asesina psicópata que mata por puro placer, por una mierda, Grey, hazte a la maldita idea - el tenía un punto, desde un inicio sabía que había algo mal en mi, sin embargo, me niego...

- Escúchame atentamente, Woods, muy atentamente – estaba encima del pecho de Jeff aprisionándole contra el suelo, si hubiese sido en otras condiciones ya estaríamos teniendo sexo, pero esto es distinto.- no soy como ustedes, y jamás, jamás... lo seré – me incorporé y me dispuse a salir de la habitación.

- No puede escapar de tu verdadera esencia, Grey- sonrió mostrando los dientes – y por más que la cubras con esa capa de niña buena, tu verdadero ser te va a quemar por dentro hasta salir a la luz y matar a todos los que te rodean – me volví y le saqué la lengua, no se me ocurría que más podría hacer.

Salí prácticamente corriendo de aquella habitación y llegué a una clase de jardín. Una de la mujeres que al parecer me ayudaron anoche me sonrió de forma cortes, a lo que le respondí de la misma manera. Salí de aquel lugar y vi que estábamos en una clase de costa. Las olas se chocaban contra las piedras de forma violenta, el viento soplaba fuertemente, como si quisiera mandar a volar todo a la mierda. Solté un suspiro, este tipo de lugares me recuerdan a los últimos días que estuve con papá, mucho antes de que lo asesinaran.

- Papá – dije en voz alta, tómenme por loca, pero esto de una u otra forma me sirve. Quizás papá me escucha, desde cualquier lugar en donde se encuentre – sé que no he sido una buena niña y no planeo serlo, no es mi estilo, pero tampoco quiero ser un monstruo. La mujer que se hace llamar mamá se casó dos semanas después de que tú... te fueras. Sé que está en todo su maldito derecho de mierda pero... ¿por qué? ¿Acaso no se amaban? Por una mierda, papá – estaba llorando y sollozando como si no hubiese mañana, dolía como el maldito infierno, como la mierda. Mi cuerpo temblaba y mis heridas dolían. Sentí una manos frías sostenerme

- Deja de llorar, das asco – maldito Jeff

- Déjame en paz, si tanto puto asco te doy – mi voz se iba entrecortando con cada sollozo, sentía como me encogía, como todo el mundo se me venía encima – no creo que pueda soportar más esto- lo consideré, lo estaba haciendo. Quería acabar con esto de una maldita vez

- ¡Y una mierda! Estoy cansado, Grey. No puedes ahora decidir matarte solo por una puta crisis existencial. ¡¿Y lo nuestro qué?! ¡¿Crees que te vas a ir y dejarme con estos malditos sentimientos en mi pecho por ti?! ¡¿Crees que lo nuestro no importa?! ¡Me volví un maldito asesino cursi! ¡Estoy hasta la mierda de idiotizado por ti! Y no voy a permitir que te largues de mi podrida vida sin hacerte responsable de estos sentimientos, maldita tonta – todas esas palabras se aglomeraban en mi cerebro en la espera de ser comprendidas por este, lo único que pude hacer fue mirarle a los ojos y sonreír

- Eres un idiota, Woods – sentí como sus labios se estamparon violentamente contra los míos y como de forma brusca su lengua se hacía camino por mi cavidad bucal. Este beso era desesperado y violento, necesitado y brutalmente maravilloso. Traté de seguirle el ritmo pero me era casi imposible, me estaba quedando sin aire y las manos de Jeff me apretujaron contra su cuerpo con fuerza, como si tratara de evitar que yo me largara a correr. De forma poco sutil, deslizó su mano por mi Yukata hasta llegar a mi busto, lo acarició de forma brusca.

- J-Jeff... aquí no

- Me importa una mierda – dijo sobre mis labios, y lentamente mordió mi labio inferior. Sentí un dolor agudo y punzante, seguido de un fuerte sabor a sangre. – eres mía y soy malditamente tuyo

Mi corazón martilla fuertemente, a pesar de la naturaleza de Jeff, en estos momentos, me hace sentir normal, me hace sentir ligeramente más humana.

Decidimos caminar por la orilla del mar, claro está, lentamente, mis heridas aún no se habían sanado.

- Hagamos esta mierda oficial, Grey- alcé la mirada

- ¿Ahora por qué sales con esto? – Jeff se encogió de hombros

- Dentro de dos meses entraran nuevos estudiantes, estuve indagando en los archivos de Slender y la mayoría, por no decir todos, son hombres. –alcé una ceja

- ¿Quién dijo que volvería? – me señaló

- Tus heridas, no creo que esta gente tenga las herramientas para realizar un buen tratamiento médico de este siglo, Grey – rodé los ojos

- Es una clase de pueblo japonés, Woods. Los tratamientos que me fueron aplicados anoche fueron completamente naturales y toman su tiempo en actuar. Además... no pienso dejar que E. Jack me cure, estoy claramente enojada con el

- Me vale una mierda los problemas que tengas con E. Jack, no quiero que te dé una mierda bien chunga y te termines muriendo

- No me he muerto hasta ahora, ¡Gracias al maldito entrenamiento sobrehumano que ustedes me hicieron hacer mientras estaba encerrada en ese manicomio!

- ¡Pues de nada! – un silencio realmente incomodo se apoderó de nosotros, hasta que, detrás de Jeff había una sombra de un hombre al parecer bastante corpulento.

- No quiero asustarte, porque sé que es imposible, pero alguien nos está siguiendo

- Impresionante, es lo mínimo que puedo esperar de mi pequeña- la voz de mi padre resonaba en mi aturdido cerebro

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