Capítulo 5
Capítulo 5
Tomé algo de dinero que mi madre mandó en compensación por haberme abandonado en esta mierda de lugar.
- Bien – miré hacía la puerta, esperando a que Jeff me hiciera entrar en razón, pero no fue así.
Subí hasta la azotea para poder tener un campo de visión más amplio.
- Iré hacia el norte, porque en el norte hace frío y prefiero el clima frío al cálido – sonreí – Y creían que One Piece no serviría para nada.
- Realmente te vas – mierda
- No voy a retractarme, odio este sitio y odio en lo que me ha convertido – mi respiración era agitada, muy agitada. – No quiero que insistas Jeff... quiero ser libre – su gesto serio me decía que lo hiciera, que no le importaba, pero sus ojos celestes me rogaban para que no lo hiciera. – deja de confundirme, deja de hacerlo
- No lo hago, solo hice una pregunta y obtuve mi respuesta – apreté mis puños.
- Hasta nunca, Jeff
- Hasta nunca, _________
Y salté. Las clases de gimnasia me habían hecho más hábil, más fuerte, más resistente, menos humana.
Ellos estaban creando un arma en mí, estaban haciendo un mecanismo para herir a las personas sin necesidad de ellos ensuciarse las manos. ¿Por qué, Por qué hacer esto?
Saltaba de un muro a otro y me sumergí en el bosque. Esto es tan cliché.
Corrí, menos mal no llevaba tanto equipaje y eso hizo que el ejercicio de un mes fuera más sencillo.
Después de media hora, logré salir del internado. Miré la reja que nos separaba. Jadeante empecé a caminar por la carretera, tengo entendido que hay un pueblo cerca de aquí, pero.
- ¡Quítate! – y no recuerdo nada
Jeff POV
El camión no la había arrollado por completo, solo le causó unas cuantas contusiones en todo su cuerpo.
Si se preguntan ¿la has seguido Jeffrey? Pues, si ¿no es obvio? Me había enamorado de ella, no podía simplemente dejarla irse sin saberlo, o dejarla ir sin siquiera tomar responsabilidad de mis sentimientos por ella. A veces podía ser un tonto infantil, pero ella saca lo mejor de mí. Soy Jeff the Flan Killer ahora.
- Mira lo que te haces por andar de creída - La tomé entre mis brazos y me la llevé al pueblo cercano.
Cuando crucé el portón, pude percibir que el pueblo no tenía mucha tecnología que digamos. Usaban aún velas en vez de farolas y las calles no estaban pavimentadas.
- Hola – nadie contestaba a mi saludo - ¡Hola! – absolutamente nadie.
- B-bájame, por favor – murmuró ________
- No lo voy a hacer, estás cubierta de sangre y...- una mujer se acercó a nosotros casi corriendo y comenzó a decir palabras ¿en chino? ¿Japonés? ¿C-coreano? M-mierda – A-anciana no le entiendo nada, deje de hablarme en Tailandés
- Yo me encargo – y comenzó a hablar fluido cualquier lengua extraña, pero pareció que la señora le entendió a ________ -Y no es tailandés, Jeff. Es japonés – fruncí el ceño y la señora me jaló por la camisa y me señalaba una clase de posada. Tomé a ______ fuertemente y entré a la posada.
Había una sola habitación, típico. Pero no pensaba dejar a ______ en esta condición sola. Pero había casos de caso. Unas enfermeras vestidas con unos trajes todos extraños se llevaron a _______ para hacerle las curaciones y limpiarle la sangre. La mujer que nos recibió entró a la habitación
- Gracias mujer tailandesa – la mujer sonrió y me entregó dos prendas dobladas.
- Para usted y ella – dijo en español
- Gracias – y la seora se fue.
Pasaron diez minutos y ___________ finalmente llegó. Traía simplemente una toalla. N-no pienses en eso ahora Jeff The flan Killer.
- ありがとうございましたし、生じたいかなる不便をおかけして申し訳ございません
(Arigatōgozaimashitashi, shōjita ikanaru fuben o okake shite mōshiwakegozaimasen) (Muchas gracias y perdone las molestias causadas) - Nunca se me pasó por la cabeza que ________ hablara fluido algún idioma.
Las mujeres cerraron la puerta y __________ se veía como si ningún camión le hubiese pasado por encima. La toalla se iba cayendo pero tomé la ropa que la anciana me había dado y con algo de ayuda comencé a colocársela.
- Necesitas descansar ___________, te sentirás mejor – y cuando terminé de colocársela ella se miró en el espejo que había en la habitación y sonrió débilmente
- ¿No sabes colocar un Yukata verdad? – negué y ella se lo colocó correctamente –te ayudo con el tuyo – solo obedecí. El hecho de que ______ me tocara sin haber sexo de por medio me hacía perder el control, pero ahora ella no está en condiciones para eso.
Sus manos se movían libremente quitándome la rompa para reemplazarla por el Yukanosequecosa, parecía agotada, y claro ¿Quién no? Aún tenía unas heridas abiertas en su frente, su labio estaba roto, en una ceja tenía sutura y en su cuello tenía una venda.
- ¿Cómo te sientes? – pregunté mientras terminaba de quitarme los pantalones, para luego colocarme el trapo tailandés.
- Como si me hubiera arrollado un camión – traté de reprimir una risilla - ¿qué?
- Eso fue exactamente lo que te ocurrió – ayudé a ______ a subirme el vestido, para que no tuviera que agacharse demasiado
- Entonces... eso significa que ¿estoy muerta? – negué y ella continuó colocándome el trapo
- Logré salvarte, sin duda si no hubiera llegado a tiempo estarías en el infierno – ella sonrió
- Créeme que sería un mejor lugar. He hecho cosas que... - puse mi dedo índice encima de sus labios
- No hablemos de eso ahora y descansemos ¿sí? – ella sonrió
- A pesar de todo sigues siendo un adulto- y bajó la manga izquierda – terminé – y sonrió, su rostro comenzaba a hincharse – te ves guapo, Woods – m-mierda
- V-vamos a dormir _______ - acomodé ¿la estera? De _______ y acomodé su almohada.
- Que amable – solté una risilla estúpida. Te estás ablandando Woods. – Buenas noches – me acomodé en el mío y tapé mi rostro con otra almohada que había a los pies de la estera, la cual extrañamente es muy cómoda.
- Buenas noche, Grey. No te vayas a escapar – ella negó ligeramente, me levanté un momento para apagar la vela y me acosté de nuevo, para así finalmente dormir junto a la chica del cual estoy enamorado... me siento ridículamente cursi.
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