Capítulo 4

Después de que Eyeless Jack me suturase la espalda, otra vez, me dirigí a la clase de armas de fuego.

Empujé lentamente la puerta y fui asomándome poco a poco.

- Llegó tarde, señorita Grey, quince minutos tarde – dijo el profesor Montes

- ¿Podría relajarse por primera vez en sus cincuenta años? – respondí rodando los ojos y entrando finalmente- Soy la mejor de su clase, por no decir que la mejor de este asquerosos internado- me apoyé en su hombro – debería considerar darme el día libre – el profesor parecía horrorizado, pero la compostura se apoderó de él.- ¿Qué clase de expresión es esa, Montes?- sonreí cínicamente – no parece digna de un asesino. – sonreí ampliamente.

- Contra todo pronóstico, señorita Grey, usted es la mejor del internado, y por ello – una sonrisa torcida y cínica se dibujo en sus arrugados labios – usted dará la lección de hoy – Me entregó el arma, por obvias razones ya había estudiado acerca de esa arma. – yo me sentaré en su puesto y usted simplemente dará las lecciones.

- ¡no me joda, Montes! – y así comencé a dar la clase.

POV JEFF

- Te lo voy a volver a preguntar – E. Jack estaba sentado en su silla frente a una clase de botiquín. No parecía prestarme atención el muy bastardo - ¿te gusta _______? –

- Es una chica curiosa – bebió una cosa extraña – pero, prometí no entrometerme con la chica de otro hombre – suavicé mi gesto – pero, si le haces daño, no tendré piedad contigo – y terminó de tomar el liquido del vaso -¿seguro no quieres un poco de riñones licuados? – negué mientras meditaba sus palabras – son muy buenos – Jack se servía un poco más de su mezcla rara – especialmente los de las chicas jóvenes, no diré vírgenes porque vamos, eso es un jodido cliché. Pero... últimamente me he preguntado... ¿cómo sabrán los riñones de _________? – lo tomé por su ridícula bata

- Te atreves a mirar un solo jodido riñón de ________... y te puedes dar por muerto – el rodó los ojos.

- Pues, en realidad – alguien abrió la puerta de forma violenta.

- A decir verdad, a mí si me gusta ________ - Zalgo estaba de pie, con los brazos cruzados sobre su pecho y con una sonrisa estúpida en su puta cara.

- No te lo pregunté... pero gracias por el dato, Zalgo – Mi pecho arde como el maldito infierno, aunque según Zalgo ese lugar se ha vuelto más frío a comparación de cómo era cuando yo iba. El maldito punto no es ese, el punto aquí es que el único que puede sentir algo por _________ soy yo.

- Eres gracioso Woods - Entró a la enfermería y nos miró a ambos – aunque a juzgar por el cuadro que están protagonizando ambos – solté la bata de Jack y el solamente se estiró

- Me debes un puto masaje en la espalda Woods – su espalda tronó- mejor se lo pediré a _________

- Ni mierda, Eyeless – Zalgo tomó asiento -¿entonces a qué vienes? Si no vienes a que te suturen o lo que sea que hace este imbécil – dije señalando a Jack –entonces vienes a...

Asintió con gesto serio.

__________ POV

Han pasado 20 minutos, 20 minutos de juventud, 20 minutos de mí preciada vida.

- ¿Cómo puedes ser tan amotriz y no poder recargar una simple puta arma? – dije apuntando a la pierna izquierda de una de mis compañeras. Ella temblaba y sollozaba - ¿sabes? Soy fanática de los números, y saber que estoy a una sola persona de completar quince personas heridas de treinta... me emociona de sobre manera – esta situación, este tipo de ambiente... es excitante – mitad herida y mitad sana y salva – me agaché a su altura y miré su pierna derecha sangrar -¿emocionante no? – ella asintió - ¿por qué estás aquí? Tienes tanto miedo que puedo ver como se desborda por tus ojos y como sale a borbotones de tu boca con cada sollozo – acaricié su rostro con el cañón de la 9mm mini – te lo repetiré- solté un suspiro e introduje una pequeña parte del cañón en la herida de la pierna derecha, ella gritó- ¿qué coño, haces en este jodido internado para asesinos, Misty?

- N-no lo sé- dijo entre lágrimas y sollozos. Sonreí y chasqueé mi lengua con enojo.

- Mal, mal, mal - y le disparé en la pierna derecha – Oopsy Daisy – y le disparé dos veces en la izquierda- ahora sí, pequeña Misty- ella temblaba y se veía pálida, ¿a quién le importa?

- ¡Ya basta, Señorita Grey! – rodé los ojos –al paso al que va usted, me quedaré sin camisa- vi que la mitad, a excepción de Misty, tenían un torniquete improvisado en cada una de sus piernas

- Oh profesor Montes, usted es un verdadero ejemplo- me acerqué a él – y sinceramente, puedo mutilarlos, arrancarles las uñas, extraer trozos de piel con un cortaúñas a mis compañeros. Pero jamás, entiéndalo, jamás... les haría semejante mal de verlo a usted y su cuerpo escultural a la intemperie- le entregué el arma con una sonrisa y salí del aula- voy por el tra... digo enfermero – al dar dos pasos fuera del aula me choqué con alguien – maldita sea- murmuré - ¿podrías...? Oh, oh – sonreí inocentemente –lo siento chicos, les quité la diversión – dije dándole unas palmaditas en el hombro a Zalgo y a Jeff – llamaré al enfermero.- Jeff tomó mi brazo –Profesor Woods, suélteme por favor.

- Debemos llevar a los heridos al ala de enfermería – dijo Zalgo posando su mirada en Jeff – necesitamos de su ayuda, Woods – pude percibir como me soltaba con pesar.

- Hablaremos más tarde de su comportamiento, Grey – rodé los ojos

- Lo que usted diga, Profesor Woods-y me encaminé a la dirección.

Mis pasos eran livianos, me sentía genial, me sentía aliviada.

- ¡Directorcito! – llamé, pero parecía no contestar. – vengo a que me expulse y volver a ser la chica normal que siempre debí ser.

- ¿chica normal? – su voz resonó en toda la dirección – puedes aparentarlo, pero nunca serás una chica del común, Señorita Grey. – la silla del escritorio se voltio y me dejó ver a un cotonete con traje.

- Debe estar jodiendo – el cotonete ladeó la cabeza -¿usted es el director? – el asintió – no mame – golpeaba sus dedos contra el escritorio de madera. Trato de asimilar tantas cosas en estos momentos... -q-quiero que me expulse

- No puedo – gruñí

- ¿Cómo que no puede, Cotonete? – era difícil leer cualquier expresión facial, porque ¡el muy hijo de perra no tiene cara!

- Eres la mejor alumna que tengo en estos momentos – pareció acomodarse en el asiento – No puedo permitir que te vayas, hay demasiado potencial en juego – me acerqué al cara de hisopo y lo tomé por su corbata

- Escúcheme muy bien, cotonete. Si no me expulsa en estos momentos – apreté su corbata –lo pagará muy caro – no pareció inmutarse

- De verdad que es un talento innato – lo solté con notable ira.

- Estoy hasta la mierda de esta cárcel – me dejé caer en la silla –quiero ser una chica normal, quiero salir a comprar libros, comida y lo que sea que haga alguien normal, alguien que no sienta ansias de sentir, oler y saborear la sangre de los demás... - alcé mi vista - ¿es tan difícil que un asesino comprenda eso?

- ¡Uy Slender eres un monstruo sin corazón! – gritó una chica de cabello negro

- ¡Sin corazón! – repitió ¿U-una niña?

- ¡Poco delicado, machista, cerdo opresor! –volvió a insultar la chica de cabello negro, mientras que se acercaba a mí.

- ¡Opresor! – repitió la niña desde una silla color rosado

- ¡Piensa en lo que podría llegar a decir tu madre ante semejante comportamiento errático tuyo!

- ¡Tuyo! – la chica terminó de abrazarme y sentí la mirada de la niña puesta en mi – Sally también quiere que la abracen – hizo un puchero

- En estos momentos Alice no puede abrazar a Sally porque está reconfortando a nuestra pequeña florecita- sentí como acariciaba mi cabello – ya linda, el abuelo Slendy no te hará más daño

- M-me ahogo, d-demasiado amor – literal, ya no estaba respirando como debía.

- Oh, lo siento linda – me soltó y lo primero que hice fue tomar una bocanada de aire

- No entiendo absolutamente nada – dijo el director

- Slendy, cariño. Nunca creí que llegaría el día en el que tu no entendieras algo – aclaró su garganta – lo que pide _______ a gritos es... – hizo un ademán de tocar la batería -¡Un día de relax! Es normal, es nuestra chiquita prodigio y la verdad obtener todas las materias en 100 y mantenerlas, no es trabajo fácil, deberíamos dejarla salir...

- Eso es lo que ella quiere – dijo el tipo de los goggles y se cruzó de brazos – si hacemos esa barbaridad, Adiós estudiantes prodigio

- Roger tiene un punto – dijo ¿E. Jack?

- ¡¿Enfermero travesti?! – el sonrió dejando a la vista sus dientes

- El único e inigualable Mushu, digo Eyeless Jack - su gesto divertido desapareció, para luego ser reemplazado por uno de completa seriedad – el punto aquí es que _______, es muy impredecible, por ello apoyo a Toby, sin embargo – tomó asiento – el porcentaje de violencia aplicado en sus actos, solo aumenta con el estrés, ansiedad , ira y otras emociones negativas que pueda estar experimentando en el momento- me miró fijamente – y eso también se puede ver en las desesperadas heridas de defensa que tiene________ en toda su espalda. Si ese estrés no el liberado de forma sana – soltó un suspiro – temo que... ni siquiera nosotros estaremos a salvo de caer entre sus manos. Le diste un muy buen trabajo al equipo médico _________. Quince heridos y tres de gravedad.

Todo el lugar quedó en silencio. Me levanté y enfrenté a Jack.

- ¿Me tuviste como objeto experimental? – le pregunté, pero no obtuve respuesta – Responde de una puta vez Jack – nada - ¡¿Fui tu puto conejillo de indias Eyeless Jack – un gesto frio se apoderó de su rostro

- Si lo quieres ver de esa manera, adelante – la ira, la sed de sangre, la sed de venganza me carcomía, hervía en mi interior... de verdad que soy un jodido monstruo. Pero... ¿A quién le interesa?

- En tu jodida vida, me hables, me toques, me mires, ni me cures, cerdo bastardo– el simplemente sonrió con prepotencia

- ¿entonces quién va a curarte cuando te metas en líos? ¿Jeff? – apreté los puños y lo estrellé contra la cara de E. Jack.

- No te importa – todos nos miraban, inclusive Jeff y Zalgo, los cuales estaban cubiertos de sangre. – si usted, no tiene pruebas suficientes como para expulsarme- miré al hisopo – entonces, me largo por mis propios medios.

- Me gustaría que lo intentaras – maldito cotonete del demonio

- No lo voy a intentar, lo hoy a hacer maldito cotonete sucio – y salí de la oficina