Capítulo 2
Capítulo 2
Jeff ató mis manos atrás de mi espalda y me puso contra la pared.
- Me gusta esta pose – dijo con cierto tono burlón.
- Eres un jodido enfermo – dije negando
- Por algo soy un asesino y también tu profesor- puse los ojos en blanco y pegué mi trasero en la entrepierna de Jeff -¿Qué haces? – sonreí y de alguna forma, quedé encima de él.
- Esta pose me gusta más – sonreí. Jeff por un momento mi miró fijamente -¿Qué sucede? – el negó y me desató
- No deberíamos estar haciendo esto- ¿me estás jodiendo?
- - ¿a qué viene eso? No me digas que tú tienes...
- Soy tu profesor ______, hay una relación estudiante profesor que debo respetar – no puede ser... será qué...
- ¡sentaste cabeza! – grité emocionada, me puse mi camisón – cuanto me alegro por usted profesor – sonreí... pero mi dicha terminó
- ¡serás estúpida! – Jeff me estampó contra la cama y se colocó entre mis piernas – yo jamás sentaría cabeza, es decir- se señaló a si mismo - ¡soy un jodido asesino! ¿crees que sentaría cabeza?
- Ya decía yo, era demasiado hermoso para ser real – fingí llorar
- Pues soy hermoso y soy muy real – dijo señalando su pene.
- Eres un vulgar – rodó los ojos
- Cállate de una puta vez – y juntó nuestros labios. Su mano acariciaba el interior de mi pierna, su pulgar masajeó mi clítoris en círculos y eso simplemente fue el comienzo. Gemí encima de los labios de Jeff. El gruñó y mordió mi labio inferior. Mi ropa interior estaba empapada por culpa de Jeff y su tortura. Dejó mi boca para luego bajar hasta mi ropa interior y pegar sus labios allí. Su lengua lamía lentamente y mojaba aún más mis panties.
- M-maldita sea Jeff, si lo vas a hacer, hazlo sin mi maldita ropa interior – se separó y soltó una carcajada
- ¿desesperada nena? – agarré una almohada y se la tiré en toda la carota
- ¡si no me vas a tocar apropiadamente entonces ni te atrevas a ponerme un solo dedo encima! – Jeff rodó los ojos y arrancó mi ropa interior
- Eres una jodida niñata impaciente – introdujo uno de sus dedos en mi, solté un gemido – sabiendo que lo hemos hecho así desde hace muchísimo tiempo – introdujo otro, gemí – y sabes en lo que va a terminar – metió otro dedo y el descontrol se apoderó de mi. Lentamente los metía y los sacaba.
- ¡Más! – gemí mientras apretaba las sabanas.
- No tienes remedio – Jeff se quitó la toalla, sacó sus dedos y me penetró fuertemente
Así era siempre. O el iba a mi habitación o con la excusa de llevarme a detención me llevaba a un salón en donde solo nosotros nos atrevíamos a entrar.
Sentía como entraba profundamente y con fuerza, sinceramente ambos estábamos terriblemente necesitados. La semana pasada no pudimos tener absolutamente nada ya que, ¡bueno soy humana y soy una mujer! Me tenía que llegar la regla y pues, a Jeff no le agradó mucho no tener sexo durante una semana completa.
Sus manos apretaron mis muslos y sus labios se pegaron en mis piernas para luego dejar una marca allí.
-N-no hagas eso – me estremecí y él seguía penetrándome. El simplemente sonrió y dejaba otra marca en mi otra pierna. Lentamente se acercó a mis pechos para comenzar a lamerlos. Enterré mis uñas en su espalda y el soltó un gruñido. Jeff salió de mí, para luego colocarme en cuatro, agarrar mi cabello en una coleta improvisada y penetrarme otra vez con más fuerza.
Mordía la almohada porque sinceramente temía a que alguien me escuchase.
- D-deja esa jodida almohada a un jodido lado- sus caderas se movían en círculos, me encanta. – quiero escucharte – ¿maldita sea y si viene alguien? Jeff siguió embistiéndome aún más fuerte, sentí por mi pierna correr un liquido caliente
- ¿te corriste dentro? – Jeff dejó de embestirme y me miró confundido
- ¿Eres idiota o qué? Ni siquiera he llegado, creo que fuiste tú – ese fue el inicio de un ciclo sin fin. Jeff volvió a embestirme y todas las sensaciones se multiplicaron por cien. – maldición
- S-se siente tan jodidamente b-bien – Jeff se detuvo y se acostó boca arriba y me hizo sentarme en su pene. Me movía de arriba abajo, y de vez en cuando me movía en círculos. Jeff aumentó la velocidad
- ¡Jeff! – sentí como el mismo liquido que había sentido antes salía disparado, mojando la entrepierna de Jeff. En cuestión de segundos, Jeff sacó su pene y se corrió, llenándome de su esperma.
- ¡maldita sea mapache! ¿no pudiste hacerlo en otro sitio? – me levanté y fui al baño a limpiarme.
- ¡Tu eres la única culpable! ¡S-si no te...! ¡olvídalo joder! – al terminar de limpiarme me asomé.
- ¿si no qué? Termina idiota – el gruñó -¡termina de decir lo que... ¡
- ¡Si no te hubieras movido como una jodida diosa no me hubiera corrido de esa forma, maldición! – eso no lo veía venir. Me acerqué a Jeff y sonreí.
- Deberías aprender a controlarte poste de striptease - reí y me coloqué mi camisón. – vamos a dormir
- Maldita sea tengo clase a las seis de la mañana – me reí – no es gracioso – me miraba amenazantemente, aunque es la única mirada que tiene
- Claro que si es gracioso... tengo clase a las diez de la mañana – el soltó una carcajada
- Eso se puede arreglar – maldita sea, se me olvidaba que él es... profesor.
- Ni se te ocurra Woods, yo no te he hecho nada malo
- Claro... no estar conmigo de forma oficial – sus dedos jugaban con un mechón de mi cabello.
- Tú fuiste el que puso las reglas de este juego ¿recuerdas? No enamorarnos, solo sexo y no tener nada oficial
- ¿y qué si rompo las putas reglas? Tú eres mía. – por un lado me alegraba, pero por otro... tenían miedo.
- Vamos a dormir Woods – el rodó los ojos y agarró su antifaz
- Dormiré en tus pechos quieras o no – sonreí.
- idiota
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