Capitulo 69

Mientras vamos de camino a la habitación con el resto de las esposas (el cual siento que es tan corto) busco una manera de salvar el pellejo de Carl. Quien por cierto viene detrás de nosotros en silencio, de momentos lo veo por encima del hombro y cuando cruzamos miradas puedo ver lo enojado y asustado que está.

Su plan... no, su objetivo porque lo que hizo ni siquiera era un plan. El subir a un camión, tomar un arma y matar a dos tipos y que ninguno de ellos sea la persona a la que venías a matar no se considera un plan; aunque le reconozco las agallas. Para salvarlo de situaciones cómo estás es que lo sigo cuando sale al bosque, trato de evitar que se meta en aprietos o ponga en peligro su vida, ¿y qué pasa cuando me voy por un día? ¡Se mete en aprietos y pone en peligro su vida!

—¿Qué harás con él? —detengo las manos de Negan sobre los pomos de la puerta. Intento con toda el alma que mi voz y cara no expresen el verdadero temor que tengo dentro.

—No es asunto tuyo, muñeca. —contesta, sonríe malicioso.

—Estamos hablando de un miembro de mi familia, Negan, por supuesto que es asunto mío. Es tan sólo un chico...

—Un chico que con una metralleta hizo mierda a dos de mis hombres —me interrumpe, reiterando mis palabras—. No lo trates como a un niño porqué no lo es.

—Si te atreves a tocarle un sólo cabello, lo que hice con Jeff será un juego de niños a diferencia de lo que haré contigo. —digo mordaz.

Eleva las cejas e inclina la cabeza un gesto que no necesita palabras porque ya está diciéndome «¿estás amenazandome?». Desvió la mirada hacia Carl, se mueve inquieto al ver la expresión de Negan. Yo estoy igual, amiguito. Hace un rato las cosas iban bien, me deshice de una escoria, Negan se comportaba empático -está de más decir que ya sabía cuál era el verdadero motivo de su labia y amabilidad- y parecíamos dos amigos hablando, con algo de suerte esa noche le clavaría un puñal en el corazón o lo asfixiaría con su almohada, pero vino Carl; seguro que paso otra noche en la caja de zapatos aquella.

Adopto otra actitud más dócil, cariñosa vaya. El amenazarlo puede que complique más las cosas. De no querer hacerle nada a Carl puede que yo ocasione que lo hieran por no saber cuándo cerrar la boca.

—Esposo mío —comienzo. Quito unas inexistentes partículas de polvo de sus hombros como pretexto para luego deslizar mis manos hasta sus brazos. Sonríe complacido al oírme llamarlo mi esposo—, hermoso ser de luz en mi vida, esta mañana dijiste que harías todo aquello que necesite y justo ahora necesito que devuelvas a Carl a mi comunidad sano y salvo. ¿Puedes hacer eso por mí, eh?

—No lo sé... —dice dudoso, posando sus manos en mi cadera pegando mi cuerpo al suyo.

Ya sé cuál es su lado. Uso mis encantos de mujer para convencerlo. Entrelazo mis manos detrás de su cuello. Acerco mis labios a su oído y le susurro con voz seductora:

—Hazlo por mí —dejo un camino de besos húmedos de su oreja a su mejilla; beso su otra mejilla, luego la comisura de su labio y me detengo a milímetros de sus labios—. Anda, di que sí.

Acorta esos milímetros uniendo nuestros labios en un lento pero pasional beso. Si tan sólo significará algo para mí sonreiría a mitad del beso. Para meterle más pasión y emoción imagino que es Daryl, nos reencontramos de nuevo sin la molestia de Negan; tan sólo imaginarlo siento un cosquilleo en el estómago. Profundizo más el beso abrazándolo más por el cuello. Negan gustoso se deja llevar.

—Pue... —quita su mano de mi cadera, hace una seña a Carl para que aguarde de un segundo.

Unos segundos más nos separamos para tomar aire. Apoyo mi frente contra la suya aún con los ojos cerrados, en mi cabeza es Daryl quien está aquí conmigo ahora, con la respiración igual de agitada que yo, es él quien me tiene agarrada por la cadera y acaricia mi mejilla, es a Daryl al que le estoy acariciando el cabello.

Lastima que no es verdad.

—Muñeca, sabes cómo ganarte las cosas —argumenta Negan, puedo escucharlo sonreír.

—¿Entonces...? —insisto. Al menos esto debe valer algo, posicionarme en algún lugar entre toda su gente, tal vez en la segunda esposa favorita.

Mira a Carl un segundo antes de volver su vista a mí.

—Está bien. Lo regresaré en una pieza a tu comunidad, te doy mi palabra —levanta su mano derecha en juramento. No puedo evitar que se me escape una sonrisa al oírlo, ya no debo preocuparme porqué le haga algo a Carl; por muy desgraciado que sea, Negan tiene palabra—. Miren nada más, nunca te había visto sonreír.

Mi radiante sonrisa se convierte en una torcida sonrisa burlona. Desde que llegue a este lugar no he sonreído verdaderamente, puras sonrisas falsas o burlonas pero ni una genuina como la de hace un segundo.

—Tienes una linda sonrisa —agrega, buscando mi mirada.

—Ya lo sé.

Me alejo retomando mi lugar a una distancia prudente de él. Carl flanquea su derecha y yo su izquierda. Antes de abrir las puertas del burdel de esposas, Negan informa que llevará a Carl de regreso a casa en cuanto termine con el asunto de Mark y Amber. Al abrirse las puertas la mirada de todas la mujeres se dirigió a nosotros. Cuando vieron a Negan empezaron a desplazarse por el lugar alejándose lo más posible de una devastada Amber, Sherry es la única en quedarse con ella, hablan entre murmullos.

—¿Ves a lo que me refiero? —le susurra a Carl—. Ella me mira diferente al resto de mis esposas, ¡Santo cielo, ni siquiera me mira en ocasiones! Ellas a veces me ven como si fuera un monstruo, mientras que tu linda amiga me mira como si en cualquier momento quisiera rebanarme la garganta y eso, chico, hace que mi salchicha se despierte cada que la veo.

«¿puede ser mas desagradable?".

Carl pasea su mirada por las mujeres, sin creerse que todas ellas sean sus esposas. Tampoco lo asimilo yo y eso que soy una de ellas, menos puedo asimilar que algunas estén aquí por voluntad propia, por no ir a trabajar por puntos.

—Lo sé —agrega Negan al ver la mirada de Carl—. Las chicas de tu comunidad se visten como bibliotecarias. Vas a querer verles los pechos y está bien, no me importa y a ellas no les molesta. Aprovecha.

—Te recuerdo que una de esas bibliotecarias le partió la cara a tres de los presentes en esta sala incluyéndote a ti, sanguijuela sarnosa. —quise espetarle en la cara. Ganas no me faltan, sin embargo apenas conseguí lograr hacer que se lleve a Carl sano y salvo, no puedo permitirme echarlo a perder.

—¿Puedo hablar contigo un momento, querida esposa? —se dirige esta vez a Sherry. A quien su golpe le luce más verdoso y morado que el de Negan—. No demoraré, Muñeca.

Apenas él se aleja a la barra para hablar con Sherry yo abordo a Carl con preguntas sobre el estado de Daryl. Tengo que saber que no ha hecho una tontería y venido con Carl.

—¿Cómo esperas que esté? Su novia se convirtió en esposa de otro tipo, y no cualquier tipo, sino el hombre que mató a uno de nuestros amigos y lo tomo como rehén a él. —replica sarcástico. Frunzo los labios en señal, entiendo que este molesto por su plan frustrado, pero la culpa no es mía.

Podría echarle en cara yo también lo estupido que fue al venir aquí, solamente con un objetivo y no un plan elaborado como Dios manda. Negan y Sherry hablan, ella no luce feliz mientras que Negan no cambia esa actitud de hijo de perra burlón y sarcástico. Apenas terminan Negan vienen hacia nosotros, me toma de la barbilla con sutileza y deposita un casto beso sobre mis labios, le sonrío sin mostrar los dientes; luego va hacia Carl para que sostenga su cerveza y le da una palmadita en la espalda «buen chico» dice con ése gesto.

—Lo siento —me dice Carl luego de un rato de silencio.

—No lo hagas, nunca lo sientas. Yo no lo hago —hablo con frialdad sin apartar mis ojos de la nuca de Negan. Quien ahora habla con Amber por una explicación. ¿Qué tan difícil es clavarle un puñal a éste tipo mientras duerme? Una pregunta mejor: ¿Por qué ninguna de ellas lo ha hecho aún?—. Lo del tipo de esta mañana no quiero que le digas ni una palabra a Daryl, ¿entendido? Sólo vas a preocuparlo y puedo cuidarme sola... ya lo has visto.

Carl suspira.

—Antes de salir vi a Daryl con Ruby en la cochera de tu casa. Esta bien, preocupado, pero esta bien. Se la pasó parte de la noche haciendo guardia; esta de más decirte porqué lo hizo —menciona. Una diminuta sonrisa se forma en mi rostro, Daryl tenía la esperanza de verme regresar en la noche y posiblemente lo hubiera hecho sino me hubieran encerrado en ése cuartucho—. No quise hablarte de ése modo, lo lamento, Betty.

—Tranquilo también estoy enojada. La buena noticia es que volverás a casa sin un rasguño.

—¿A cambio de qué? —inquiere disgustado, su mirada viaja un instante a Negan y Amber, esta última le jura amor eterno a la vez que sus ojos gritan lo aterrada que se encuentra—. Tendrás que pasar una noche con él.

—Cálmate, Comisario —aprieto su hombro. Lo siguiente lo murmuro tan bajo para que sólo él pueda oírme—. Con algo de suerte le dejo el otro ojo morado, me encierra dos días más, cualquier cosa es mejor que estar con él. Además la rata en el cuartucho aquel ya es mi amiga, así que no estaré sola.

—Harás que te maten un día de estos, Betty.

—Oye se supone que yo cuido de ti, Comisario —mi comentario lo hace sonreír, debe recordar todas las veces que me vio siguiéndolo en el bosque cuando salía con Enid. Tampoco es como que le hubiera dicho a Rick que su hijo salía en las tardes a leer cómics fuera de la comunidad con su casi novia—. El que se ríe solo de sus maldades se acuerda.

—Por eso siempre se ríen Daryl y tú cuando cruzan miradas.

¿Que? Mi expresión le causa gracia y me da un leve empujón con el codo. Su sonrisa pícara es la que me desconcierta, bien ya no es un niño al que se le pueda mentir, es consciente quizás de lo que las parejas hacen a solas. ¿Será que él y Enid...?

«No, Betty, borra eso de tu mente»

Por la puerta entra Dwight con una bandeja con bocadillos para Negan; el cual esta bastante ocupado besuqueando a Sherry, la cara de Dwight es como ver a un perrito bajo la lluvia.

—Apuesto a que te trae recuerdos, ¿no es así? —tomó un bocadillo de la bandeja. Deja de verlos a ellos para mirarme a mi con rabia—. No me mires así, el único culpable de que otro idiota se acueste con tu esposa eres tú, no yo.

—Cierra la maldita boca.

—Quiero ver que me obligues a cerrarla. Vamos, hazlo.

—Muñeca, basta.

Negan se une a nuestra charla. Toma un bocadillo y se lo lleva a la boca mirando a Dwight directo a los ojos, retándolo. Negan sonríe burlesco, el burlarse de él de ese modo le da una satisfacción gigantesca.

—Carl, lleva la bandeja —ordena—. Dwighty dile a Terrence que tendrá que limpiar otro desastre y ve encendiendo el horno, tendremos un deja vu. Bajaré en unos minutos. Tú, muñeca —su pulgar acaricia mi mentón—, esperaras aquí. Hablaré a solas con el chico antes de llevarlo a casa con su papi.

—Prefiero caminar un poco antes que quedarme aquí. Avísame cuando vayan a irse —doy media vuelta para salir del lugar. Lo último que quiero es quedarme en la misma habitación que Sherry, estoy siendo civilizada al no clavarle un palillo de dientes en los ojos, o quebrar una botella y apuñalarla hasta verla ahogarse en su sangre. Me voy por el pasillo contrario a Negan y Carl.

Si puedo esconderme no tendré que ver lo que harán con ese horno. Deduzco que le hará a Mark lo mismo que a Dwight por su manera divertida de decir que habrá un deja vu. Algo de aire fresco estaría genial, el olor a muerte que rodea la fábrica es mejor que estar aquí encerrada solamente pensando en las tantas posibilidades que hay de que Negan cambie de opinión y castigue a Carl por haber matado a sus hombres.

Veo las plantas de tomates, las lechugas y demás cultivos. Está un poco seca la tierra, así que busco algo con que regarlas, el sonido de las gallinas es más estresante que los gruñidos de los muertos, y pensar que antes deseaba si quiera escuchar el sonido de una vaca. Varios de los hombres de Negan entran dejando su puesto, quiero deducir que lo de Mark ya va a empezar, pobre.

—¿Vas a salir de tu escondite o tendré que ir por ti? —hablo fuerte para que la persona escondida detrás del gallinero salga. Su rubio cabello se empieza asomar por detrás de las cajas. Anne me recuerda un poco a Marcus.

—Lo siento —dice al quedar por completo fuera de su escondite. Cuando la tengo a mi lado le ofrezco la regadera para que ella termine de regar los tomates—. Papá me envié para afuera cuando Negan lo llamo, dijo que no volviera adentro hasta que él me llamara. Cuando Negan enciende el horno papá me trae para acá o no me deja levantarme de nuestro catre.

Unos alaridos me indican que Negan está haciendo su acometido. Anne hace un gesto de disgusto. Asocia el encender el horno con el que su papá no le permita acercarse y los gritos con una tortura que ella no debe de ver. Los hombres de Negan empiezan a regresar de a poco a sus lugares dando por terminada la reunión. Me llevo a Anne a caminar por el alrededor de la fábrica mientras jugamos un pequeño juego de preguntas, quien pierda en el piedra papel responde una pregunta.

—... y a así fue como mi mamá me apretó el cuello con la ventanilla del auto —termino con la historia. Su pregunta fue el accidente más increíble de mi vida.

—Tu historia le gana a la mía. Iba a contarte de la vez que salí volando en mi bicicleta, choque con el auto de papá y me hice esta cicatriz —me muestra la marca bajo su brazo. Debió estar feo el golpe para que le quedara esa cicatriz. No sé que me aterra más, si la emoción con lo que dice lo siguiente o su expresión de Edna Modas cuando Jack Jack se prende fuego—. Hubo tanta sangre que papá casi se desmaya.

—Me recuerdas a Marcus.

—¿Marcus es tu hermano? —pregunta curiosa.

—Marcus es un niño como de tu edad al que cuido desde que su papá murió.

—¡Es tu hijo!

—No, Anne, has de cuenta que soy su tutora. Mi novio y yo nos hacemos cargo de él.

—¡¿Tienes novio?!

—Si —es inevitable que una sonrisa boba se dibuje en mi rostro, pero enseguida se vuelve en un gesto de nostalgia al pensar que no sé cuándo volveré a verle; cuando podré abrazarlo, besarlo. Lo extraño tanto.

Por ahora él estaba a salvo en la comunidad, yo acá puedo arreglármelas.

—¿Dónde está él?

—En casa, con Marcus.

Volvemos a dentro del complejo para seguir nuestro paseo. Habla, habla y habla de lo poco que recuerda de su madre, las descripciones que su papá le da de ella y de cuánto le hubiera encantado tener el recuerdo presente de la vez que pasearon en Ferri por Nueva York, pero Anne era muy pequeña cuando tuvieron esas vacaciones.

Yo le cuento un poco de cómo era el mundo antes de todo, lo que solía hacer cuando era niña, las travesuras que hacíamos con mi hermano y como le sacábamos canas verdes a mamá, a veces también con ayuda de papá. Claro que también le cuento un poco el cómo era ir a la escuela primaria, la hora de receso y la horrible comida que casi siempre daban en la escuela. Anne no puede creer cuando le digo que yo peleaba con casi todos los niños de mi grupo y aún así todos tenían el concepto de niña buena conmigo.

Me las ingeniaba bien para que las peleas quedaran entre nosotros; porque de enterarse mi madre, no me la iba acabar en casa. Por los pasillos del edificio todo está en silencio, uno que otro salvador se cruza en nuestro camino, mas no nos toman mucha importancia. Supongo que ver a una más de las esposas de Negan junto con una niña no es de mucho interés.

—¿Crees que el mundo vuelva a ser lo de antes? —inquiere la pequeña luego de un rato. Por su tono de voz y su expresión veo lo mucho que le preocupa el rumbo que está llevando este nuevo mundo.

—No lo creo, Anne. —su carita se entristece al escucharme. No quiero darle falsas esperanzas pero tampoco quiero ser tan pesimista, así que le doy un leve empujón de broma—. En realidad creo que podría ser mejor que antes, solo nos llevará mucho tiempo. A lo mejor tú ya serás mayor y yo una viejita chimuela cascarrabias.

—No parece que vayas a ser una abuelita cascarrabias —se ríe por lo último que dije—. Pero si creo que te quedes chimulea.

—Búrlate todo lo que quieras pero ese hueco que tienes en la boca es de tres dientes que te faltan y créeme que te vez más graciosa tú.

Lo primero que siento al dar vuelta al pasillo es un fuerte golpazo en la mejilla, golpe que me manda al suelo. Veo unos destellos negros y un fuerte dolor se expande desde mi mejilla hasta todo alrededor de mi cabeza. Juro por Dios que voy a matar al idiota que me golpeó. El grito de Anne retumba por todo el pasillo. La tomaron por sorpresa igual que a mí; solo que yo me lleve la mejor parte de esto.

No sé si me causa más molestia el golpe que me dieron o si el hecho de que mi atacante sea la misma idiota con la que he estado sobreviviendo lo que lleva del fin del mundo. Ella es a la penúltima persona que deseo ver en este momento. ¿Que parte de trato e intercambio no les quedó claro? El chiste de todo esto es que ninguno de ellos sea atacado físicamente de nuevo por Negan y al parecer a toda mi comunidad se le ocurrió la magnifica idea de venir hoy.

El objeto con el que me golpeó fue con su arco. No se como es que no se rompió esa cosa con tanta fuerza. Mi amiga baja su arma designada al ver que se trata de mi. Está por demás anunciar mi molestia porque apuesto tengo la cara roja de la furia.

—¿Qué te pasa? —digo molesta, tocándome la zona afectada. Sin recibir su ayuda me pongo de pie—. ¿Qué mierda haces aquí, Ruby? Claramente te pedí que cuidaras de Daryl.

—¡Justo por él es que vine!, está tan preocupado que no ha dormido y si no era yo, él hubiera venido aquí desde el primer momento. ¿Quién es la niña? —señala a Anne con un movimiento de cabeza.

Estoy muy furiosa con ella por estar aquí. Apenas puedo salvarle el pellejo a Carl y ahora debo preocuparme por salvarla a ella, ¡Dios, me voy a quedar calva del estrés! 

—¿Qué carajos traes puesto? —analiza mi atuendo.

—Me llamó Anne —responde la niña a causa de mi silencio. La mandíbula me duele en verdad—. Soy amiga de Betty.

No es bueno que estemos aquí a mitad del pasillo, puede aparecer un Salvador en cualquier momento o el mismo Negan y todo se va a ir al carajo en cuanto la vean. Suplico a Terrence y Anne no decir nada sobre la presencia de Ruby aquí en el complejo, no es hasta que tengo su palabra que tomo a mi amiga del brazo y la llevo lo más rápido posible hasta mi habitación. En cada pasillo soy precavida, que no haya nadie, nadie la vea, nadie me vea, si Negan me busca no sabrán darle razón.

Cierro la puerta con seguro para asegurar que no nos sorprendan. Ruby analiza mi alcoba.

—¿A cuánta gente le habrán robado esto? —inquiere dando una vuelta por el lugar. Se detiene a mirar los vestidos que me fueron dados—. Muy provocativos.

—¿Como carajos entraste? ¿Estás segura que nadie te vio? —aún me duele la mejilla y espero en Dios no me quede un moretón o Negan empezará hacer preguntas.

—Nadie. Mejor empecemos a irnos porque no creo que tarden en descubrir tu auto a mitad del bosque.

—¡¿Te trajiste mi auto?!

—Dixon me lo prestó al igual que me dio tus cosas. Deberías ver cómo estuvo toda la noche, no sé si me da lástima o me enternece.

Mi mente va a mil por hora tratando de idear una manera para que ella salga viva de aquí, Carl salga vivo de aquí y si corro con suerte puede que yo salga de aquí. No suena mala idea el irme hoy mismo y volver con Daryl, lo extraño tanto.

Si queremos salir de aquí alguien nos debe ayudar y espero que ese alguien en el que estoy pensando si me ayude. Pido a Ruby esconderse en lo que regreso. No quiero que alguien vaya a entrar y la descubra.

Busco como loca a Terrence, ojalá tenga tan buen corazón como creo y me ayude a escapar.

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¡¡¡¡¡¡¡Hola, hola!!!!!!! Ya sé que desaparecí por añooooooooooooos y tal vez vuelva a desaparecer un tiempo jajajaja.

Primero que nada quiero pedirles una disculpa por desaparecer; segundo darles las gracias por seguir leyendo mi historia y darle todo el amor que ha recibido en todo este tiempo; tercero ya estoy por terminar otro capítulo que lo subiré en cuanto pueda.

Tengo las ideas claras de adonde quiero llevar la historia, como la escribiré. Retome la serie para inspirarme más, empecé a leer de nuevo y estoy leyendo también los capítulos de esta novela para refrescar mi memoria y tenga coherencia aún.

Me ausenté bastante tiempo porque pasaron muchas cosas en mi vida que comenzaron a saturarme, me sentía frustrada porque quería hacer mucho y sentía que no me alcanzaba la vida para hacerlo, terminaba cansada, frustrada y ansiosa. De verdad que muchas gracias por el apoyo y por la paciencia, l@s amo mucho🩵🩵🩵

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