Capitulo 68

Narra Betty

El sentimiento de alerta no desaparece, ni siquiera cuando duermo (si se le puede llamar a esto dormir). Luego de esperar sentada frente a la puerta las horribles repeticiones de la canción, que jamás apareció de nuevo, pude cerrar los ojos un segundo para recuperar un poco de energía, pero siendo sincera no puedo bajar la guardia un segundo. Yo no duermo, yo caigo en coma, y si me permito dormir como debería puede que cualquier cosa pase, de nuevo venga Dwight o Negan llegue y me hallé en el suelo. Quiero que ese bastardo vea que sus "castigos" no surten efecto alguno en mí (aunque sea mentira).

Hace días que no duermo bien, sin necesidad de verme a un espejo sé que tengo unas ojeras espantosas. La última semana ha sido la segunda peor en toda mi vida. Del mismo modo que cuando dormíamos con Ruby en el bosque, mantengo mis oídos alertas a cualquier sonido que no sea el de mi cabeza; así que, cuando escucho que el seguro de la puerta es retirado me incorporo de inmediato medió preparada para quién sea.

—¿Cómo la está pasando la princesita? ¿Estás cómoda, primor?

—Largo, Jeff —escupo. El estar en completa oscuridad por horas me causa un poco de sensibilidad a la luz. Aprovecho y veo la hora, apenas las siete; este maldito encierro es eterno.

—Pero si acabo de llegar.

Algo en su tono de voz no me gusta, ni la manera en la que me mira, ni su sonrisa torcida. Espio por encima de su hombro haber si hay alguien más en el pasillo, pero no, en esta planta sólo estamos los dos y eso empieza a inquietarme. Jeff entra de lleno en el pequeño cuarto, se detiene a mitad de camino al verme retroceder. Por instinto llevo mi mano a mi espalda esperando tocar mi espada. Idiota.

—¿Buscabas algo? —habla divertido.

Retrocedo hasta que mi espalda choca con la pared. Este lugar es una lata de sardinas, a donde me voltee o intente huir Jeff bloqueara la puerta, la claustrofobia regresa al no hallar una salida. Me cierro la chaqueta incómoda por su intensa mirada sobre el escote de mi blusa, acto que lo decepciona al igual que un Niño cuando le apagan el televisor, yo soy su diversión. Estira su mano con cautela, la dirige a la cremallera de la chaqueta y la alejo de un golpe cuando intenta bajarla.

—Vuelve a tocarme y lo vas a lamentar, cerdo pulgoso. —intento que mi voz no tiemble, me obligo a hablar con toda la seguridad que puedo, pero por dentro me estoy muriendo del miedo. Sin ninguna de mis armas me siento desnuda, desprotegida; soy una presa fácil.

Mis amenazas lejos de preocuparle lo animan más, su malévola sonrisa se agranda al verme buscar una salida con desespero.

—¿Vas a ir a contarle a Negan? Dudo que crea una palabra de la mujer que sólo le ha dado problemas desde que llegó. Golpeaste a sus esposas, lo golpeaste a él, rompiste otra regla al darle esa lata de duraznos al imbecil de Terrence —acerca su mano otra vez, es más rápido que yo y logra inmovilizarme la mano derecha con la que pensaba darle un buen golpe—. Quiera, gatita, no me obligues a matarte.

—Mátame y Negan se te echa encima. Olvidas que a sus esposas no se les toca —intento zafarme de su agarre.

—Tú estas lejos de ser una de ellas, ni siquiera estas vestida con uno de esos lindos vestidos que hacen que se les resalten los pechos.

Siento arcadas cuando su aliento choca contra mi cara. Jeff frota su nariz por mi mejilla inhalando mi aroma, parece complacido porqué suelta un largo suspiro, ¿que tiene de delicioso el olor a sudor? Apesto.

—Tengo la coartada perfecta para excusar tu muerte, en caso de que me lleves a esos extremos —continúa. Su mano libre se posa en mi cuello y la baja hasta el cuello de mi camisa donde le da un fuerte tirón rompiéndola—. Escapaste, te resististe e intentaste matarme, no tuve mas opción que meterte una bala en la cabeza.

—La excusa más barata que he escuchado. ¿Cómo abrí la puerta según tú? Negan no es tan idiota para creer eso.

Trae consigo un arma y un cuchillo, un hermoso cuchillo de veinticinco centímetros que me va a servir para extirparle lo que lo hace hombre y evitar que se reproduzca este bastardo. Empiezo a idear un plan para librarme de él, quien está tan absorto en tocarme el dorso de los pechos que ni nota mi mano tanteando su cadera.

—Ultima oportunidad, Jeff. Te sugiero que te largues ahora o voy a...

—¿Gritar? —termina la frase con ironía. Suelta una risa forzada.

—No, idiota, el que gritará vas a ser tú.

—¿Apostamos? —lambe mi cuello.

La poca comida que he ingerido en las últimas horas ya la siento subiendo por mi garganta. Le voy a cortar cada parte de su cuerpo con la que me ha tocado, lo voy a hacer retorcerse y suplicarme por su vida, va a implorar de rodillas, el switch se me ha bajado al igual que Rick antes de ponerse en modo asesino.

Seguro de si mismo se aleja, sale a encender el estéreo. Easy Street se acaba de volver en una canción de fondo para una tortura sacada de Hostal. Es tan tonto para notar la ausencia de su cuchillo, si supiera lo que le espera no entraría de nuevo tan confiado como lo está haciendo y mucho menos de desabrocharía el cinturón. Facilítame el trabajo, Jeff, hazlo por favor.

—La pasaremos tan bien, preciosa —se relame lo labios con deseo.

—Vete al infierno.

Sonríe mostrando todos sus dientes. Al tenerlo lo bastante cerca le clavo el cuchillo en el hombro.

—¡Maldita perra!

En lo que procesa y se quita el cuchillo del hombro, yo le arrebato el arma, remuevo el seguro y le propino un disparo en cada pierna. Cae al suelo, sólo le queda un brazo bueno, así que le disparo en el hombro dejándolo por completo inmovilizado en el piso.

—¡Carajo! —grita adolorido.

—Te lo advertí.

La canción opaca sus alaridos. No halla que parte le duele más, sólo atina a mecerse de un lado a otro. Jeff conocerá aquello malo qué hay dentro de lo bueno, ése demonio retorcido que lidera todas las hazañas en estas situaciones; casi es como mi segunda personalidad. Levanto el cuchillo del suelo.

—Es tiempo de una vasectomía —sonrío agitando el cuchillo en el aire.


{***}

Admiro mi trabajo luego de finalizar con mi labor. Pobre de la persona que tendrá que limpiar ese desastre. Mis manos están llenas de la sangre de Jeff, mi ropa igual, tal vez tenga algunas salpicaduras en la cara. Tomare un baño y una siesta que bien merecida la tengo. El inerte cuerpo de Jeff resucitara en cualquier momento, su muerte se agregará a una de las tantas en mi lista; lastima que no pude conseguir un caminante para que le hiciera la vasectomía él mismo, con un par de mordidas Jeff habría pasado a ser Barbie.

Arrojo el arma y el cuchillo dentro de la habitación antes de cerrar la puerta. Tarareo Wannabe, de Spice Girl de camino a mi habitación.

—Si tú quieres ser mi novio, amigos hay que ser. —balbuceo lo siguiente, no me sé muy bien la letra.

Esta parte del edificio no debe ser tan transitada a esta hora porque no he visto a una sola persona paseando por los pasillos y ya son las 8:30 a.m. Al llegar a mi cuarto me deshago de mi chaqueta colgándola en el perchero detrás de la puerta, de uno de los bolsillos extraigo las fotografías que Dwight me dio. Los ojos se me cristalizan otra vez al pensar en lo mal que Daryl la paso aquí, quisiera poder borrarle de la mente todos los malos recuerdos que tiene y sólo dejarle las cosas buenas. Él es de lo más bueno que le queda a este mundo, siempre tratando de proteger a los suyos, cuidando de su familia y ayudando en lo más que puede a la comunidad.

En otro bolsillo traigo una caja de cigarrillos y un encendedor, cortesía de Jeff claro, ya muerto no podrá fumar y a Daryl le vendrán bien unos cigarrillos. Voy al lavabo de la pequeña cocina, enciendo una de las esquinas de las fotografías, cuando arden bien las dejo terminar de quemarse en el fregadero; esa Betty jamás la volverán a ver, mucho menos le harán algo a Daryl.

Hasta que sólo quedan restos abro el grifo para que se vaya por el desagüe lo que queda. Aquí puede ser tal vez el último lugar donde me buscarán si no me encuentran en aquella lata de sardinas, Negan pensará que escape y yo podré dormir plácidamente. Me deshago de mi ensangrentada ropa, entro al medio baño y me aseo; no reparo en la cantidad de sangre que se va por la cañería, el agua fría se siente bien, es una descarga de energía a mi cuerpo. Termino de asearme, rebusco un vestido en el exhibidor de ropa.

I was made for lovin' you, baby; you was made for lovin' me —balbuceo.

La letra de esa canción me hace pensar en Daryl. Por mi parte siento que es más que claro que fui hecha para amarlo. Bien lo dice la hermanastra fea «es un papucho, su cara parece tallada por los mismos ángeles» a Dixon le doy el sí a lo que me pida; hasta si me dice que me vaya a la goma le digo que si (luego de patearlo).

No hay muchos vestidos de dónde escoger, todos son negros con diferentes escotes, otros más pegados al cuerpo y algunos un poco más holgados. Ninguno de mi agrado. Decido probarme uno por uno haber cuál me queda mejor, tiempo de sobra tengo. Armo una pequeña pasarela, el escenario es mío, modelo igual que el Grinch frente al pequeño espejo

—Este me queda bien —doy una vuelta para apreciar el vestido, es de manga al hombro con un escote en V—, pero me puedo ver mejor.

Me siento estúpida usando vestidos, además siento que me entra una brisa por abajo, tengo demasiada ventilación. Tres vestidos más y no me quedan geniales. Esto me hace recordar a los desfiles de moda que nos armábamos con mi prima Eli usando la ropa de mi tía y cualquier otro objeto; una vez robamos unos cordeles de plástico de un festival, llegando a casa los usamos como faldas hawaianas valiéndonos camote que se nos vieran los calzones. Las mejores partes eran las coreografías que nos inventábamos en quince minutos, nadie hacia pirámides como nosotras. El ultimo vestido para probarme es uno de satín, los tirantes del vestido tienen unos moñitos que aparentan como si los hubiera atado, igual en la parte de abajo por los lados; me queda algo ajustado al cuerpo.

—Santísima Virgen María, madre de Jesucristo hijo de Dios —admiro incrédula mi imagen en el espejo—. ¡Me veo perrísima! que digo perrísima, soy una diosa.

Odio los vestidos, sí; sin embargo éste me queda de infarto, me veo genial y lo más importante de todo me siento fabulosa con él puesto. Me enamoré de mí misma. Para terminar mi atuendo acompaño este precioso vestido con unos tacones de aguja no muy altos, aún no se caminar muy bien con ése tipo de zapato; en realidad no sé como caminar con ellos puestos, parezco pollo espinado.

Se escucha un silbido seguido de su voz exclamando sorprendido:—¡Maldición, Muñeca! Te vez tan sexi.

Negan esta apoyado en el marco de la puerta, trae su chaqueta y bate tan característicos de él. Me ve de pies a cabeza admirándome, sus ojos se detienen más de la cuenta en mis piernas descubiertas.

—Obvio —reconozco.

De nuevo me veo en el espejo. Escucho sus pasos acercándose por detrás mío mientras me decido que hacer con mi cabello. Siento una sensación de cosquilleo en mi costado derecho al tener a Negan tan cerca, esa sensación es la señal que me mantiene alerta esperando el momento en que me toque si quiera la mano.

—Apuesto a que te verías mejor sin el —susurra en mi oído. Nuestras miradas conectan por el cristal. El que me susurre tan cerca me logra poner la carne de gallina, es mi hierba de gato. Toda mujer tiene su debilidad y esta es la mía, pero eso no significa que me guste o caiga a sus pies, simplemente me puede que me hablen al oído y él lo nota, lo cual lo hace sonreír complacido.

—Lo mejor es que tus ojos no lo averiguaran —argumento encarándolo, encontrándome con su cuerpo más cerca de lo pensado. Teniéndolo así de cerca se aprecia más el tono entre verdoso y morado de su ojo, sonrío orgullosa de mi trabajo; el ojo de Sherry debe estar peor.

—Y por el bien de mis pelotas no lo voy a intentar. No quiero terminar como el pobre Jeff.

Lo sabe. Seguro fue a buscarme y al encontrar a Jeff puso a sus hombres a buscarme hasta por las piedras. Esta será una larga conversación. Rebusco entre los gabinetes de la improvisada cocina esperando encontrar algo de agua o comida, tengo antojo de algo dulce. ¿La pizza con chocolate sabrá buena? oh, sin duda quiero averiguarlo.

—¿Vas a contarme lo que ocurrió? —inquiere al ver que no digo nada sobre el tema.

—El bastardo entro, dijo algunas cosas, toco otras cosas —digo distraída revisando esta vez el refrigerador. Encuentro dentro un refresco de naranja, necesito azúcar o se me baja la presión. Doy un largo trago antes de proseguir—. Si tan sólo hubiera ido a amenazarme como lo hizo Dwighty en la madrugada le habría perdonado la vida, pero quiso pasarse de listo. Me defendí es todo, de paso le di una lección.

Negan se frota la barba, esta molesto. Su mirada coqueta, su sonrisa socarrona desaparecieron. La mano enguanta afianza a Lucille, esta listo para destruir algo que espero sea material y no mi mano.

—¿Sabes? lo curioso es que él me dijo que me haría gritar —agrego. Miro un punto fijo más allá de él, recordando cada detalle— y él termino gritando... me suplico, lloró, me imploro de todas las formas posibles que no lo hiciera. Me harto, le corte la garganta pero no tanto como para matarlo; lo cape, se desangraba tan rápido que no me pareció tanto sufrimiento, debía hacerlo sufrir un poco antes de que muriera; así que le corte aquello que lo hacía hombre, sin ningún esfuerzo se lo metí en la garganta, total ya se estaba ahogando con su sangre y agilice el asunto empujando con el arma su masculinidad hasta que le quedo atravesado en la garganta impidiendo que respirara. ¡Casi lo olvido! le corte también los dedos con los que se atrevió a tocarme.

Relatar los hechos me hace darme cuenta de que soy algo retorcida. Personas como Jeff me enferman, hacen que saque lo peor de mí, esa diminuta pero potente maldad que hay dentro de todo lo bueno.

—Lo que le hiciste a Jeff no me importa, era un maldito cerdo que tuvo su castigo. Aquí lo que me importa es si tú estas bien —pronuncia esto ultimo con preocupación, hasta sus ojos denotan su preocupación. Ante su pregunta abro mis brazos enfatizando el que tengo todas las partes de mi cuerpo intactas, aunque sé a lo que se refiere y no es a lo físico sino en lo emocional—. Lamento mucho que hayas tenido que pasar por eso. Entre las reglas que hay aquí, el abusar de una mujer esta prohibido y de haber ido a verte antes te juro que habría quemado vivo al bastardo de Jeff.

—No importa ya —le resto importancia. Lo hecho hecho esta y Jeff se suma a la lista de monstruosidades que hago al perder el control.

—Claro que importa, Betty. —replica. Nos miramos fijamente un instante, este hombre no parece ser el desquiciado enfermo que le partió el cráneo a Abraham, que casi obliga a Rick a córtale el brazo a su hijo, no es EL GRANDIOSO NEGAN TODO PODEROSO; estoy viendo una versión más humanizada, es tan sólo Negan. Toma de mis mano el refresco a medio beber y lo deja en la encima detrás mío—. Quiero compensarte el mal trago que acabas de pasar. —mis gestos hablan por si solos, ¿cómo va hacerlo?—. Estaré a tus servicios todo el día.

—¿A mis servicios? —me cruzo de brazos divertida por la oferta.

—Personalmente me encargaré de darte aquello que necesites. Empezando por un desayuno digno de una reina como tú, ¿te apetecen unos huevos revueltos con jugo de naranja y pan recién salido del horno? ¿o prefieres la especialidad de la casa? Preparar espaguetis se me da bien.

Hace otra reverencia ofreciéndome su mano. En verdad tengo hambre, mi antojo no ha desaparecido. Acepto su mano por dos razones: 1. Quiero huevos revueltos; 2. Sigo sin saber andar bien con tacones. Al menos si me caigo Negan amortiguara mi caída, con algo de suerte le clavo el tacón por "accidente" en la garganta. Al tomar mi mano entrelaza su brazo con el mío ayudándome a caminar.

—Aún te desprecio —le recuerdo. El que me ayude y sea amable no cambiara las cosas.

—Lo sé —dice con una abierta sonrisa.

Vamos al gallinero por los huevos, prepara el jugo de naranja, se encarga de prepara todo y yo sólo observo. Me acompaña a desayunar, es él quien empieza con la conversación, no oculto mi sorpresa al escucharlo decirme su apellido y a lo que se dedicaba antes del desastre, claro que no toca ningún punto que tenga que ver con su esposa; de verdad se esta esmerando para hacerme olvidar el mal rato con Jeff. Posterior al desayuno damos una vuelta por el lugar, después de todo tiene labores de líder que cubrir. Unos salvadores le informan que un muchacho llamado Mark no hizo su trabajo por estar con Amber. Cuando le pregunto que hará con ellos, evade mi pregunta.

—No te preocupes por ellos, sígueme contando de ti —es lo único que dice.

Eso hago, porqué aunque no pueda dejar de pensar en lo que les espera a Mark y Amber por haber incumplido una de las reglas que es no meterse con las esposas de Negan, no tengo otra cosa que hacer. No indago mucho en temas personales, más que nada me enfoco en contarle anécdotas de la escuela.

—¿Qué hay de tus padres? ¿alguna hermana? ¿sobrino? —detiene la marcha.

Si tanto me gustara ir por ahí contándole a la gente sobre la familia que perdí, me acercaría a cualquiera y le diría: oye, te voy a contar sobre como perdí a mis seres queridos.

—Mis padres están muertos —veo los muertos encadenamos a la cerca. Papa esta en ése club—. Y mi hermano... bueno, creo que lo esta.

—Háblame sobre él —pide. Cambia a Lucille de hombro.

—¿Cuál es tu obsesión conmigo? Falta que me preguntes sobre el tipo de sangre que era Bigotes.

—Perdón por querer saber más acerca de la mujer que me hace temer por la vida de mis pelotas. Cariño, eres la reina asesina, quiero saber absolutamente todo aquello que este relacionado contigo. Vamos, háblame de tu hermano.

Lo de reina asesina me recuerda la canción del grupo Queen. Negan parece leerme el pensamiento, comienza a cantar al son de los chasquidos de sus dedos:

"Extrañamente agradable. Ella es una reina asesina, pólvora y gelatina. Dinamita con un rayo laser. Garantizada para volar tu mente (y tus pelotas) en cualquier momento. Recomendada al precio, un apetito insaciable, ¿quieres probar?"

—Que lindo toque el de agregar las pelotas, acabas de arruinar una gran canción —aplaudo sarcástica.

—Queda bien, acéptalo.

El sonido de un camión se hace presente. Deben ser los hombres de Negan que salieron por provisiones; hasta donde sé fueron a Hilltop, Negan me hablo de la comunidad y yo, en mi papel de actriz, fingí indiferencia hacia la existencia de otra comunidad. No tardan en aparecer los camiones en mi campo visual.

—Mi hermano se llamaba Andrew, sus amigos más cercanos lo llamaban Drew. Era un pelirrojo con cara de pocos amigos, pero en realidad era una increíble persona cuando llegabas a conocerlo bien. Es unos años mayor que yo, vivía en San Francisco y quedamos de vernos en Atlanta, es todo lo que diré sobre el tema.

—¿Era igual de lindo que tú? —me guiña, volviendo a coquetearme.

—Él era todo lo lindo que un Williams puede serlo. Y deja de coquetearme, ¿quieres? No desarrollare el síndrome de Estocolmo y luego estaré a tus pies, esto no es la Bella y la Bestia... a excepción de ti, si eres una bestia.

Mi comentario lo hace reír.

—Me encantas, muñecas —confiesa, hace ese movimiento con su cadera dislocada—. En la mañana pudiste huir, volver a tu comunidad y ser feliz con Daryl hasta el fin de los tiempos, ¿por qué te quedaste? Empiezo a creer que te gusto.

Sus hombres empiezan a descargar el camión.

—¡AY, SÍ! No puedo resistir tus encantos, eres tan jodidamente atractivo que las bragas se me caen al verte. Me vuelve loca esa dislocada cadera tuya, creo que es tu mayor atributo. Tengo palabra, Negan, te dije que le quedaría en su lugar y eso haré.

Lo siguiente que va a decir queda en el viento al escucharse unos disparos provenientes del camión. Mi instinto me grita que corra detrás de Negan para cubrirme y eso hago. Si intentan matarme él morirá primero. Él extiende el brazo en señal de mantenerme detrás suyo, me mira por sobre su hombro con la mejor de sus sonrisas; se está haciendo ideas que no son.

—Idiota, te estoy usando de escudo. No necesito de tu protección —le aclaro.

—¡Atrás! ¡Arrojen sus armas! —demanda el tirador. Su voz me resulta conocida—. Solo quiero a Negan. Mató a mis amigos, nadie más tiene que morir.

Le voy a sacar el otro ojo al infeliz, ¿qué mierda hace aquí Carl? Negan me ve un instante con una de sus características sonrisas burlescas. Hace su silbido como aquel día en la carretera yendo a encarar al Comisario. No es idiota, me lleva a mi también para usarme de escudo, sabe que Carl no me va a disparar. Mi amigo esta al borde del camión con un rifle automático en mano, se ve tan intimidante e imponente; el cañón se dirige hacia Negan conforme avanza, la mirada asesina de Carl deja en claro lo decidido que esta a matarlo. Conmigo en medio Carl duda un segundo.

—Eres adorable —habla Negan, logra llegar al centro del grupo. Todos los hombres presentes están mirando a Carl, sus manos listas para levantar sus armas en cuanto Negan lo ordene—. ¿Elegiste esa arma por que se ve bien? Lo hiciste por eso, ¿no?

Meneo la cabeza un poco. Una cosa es estar yo sola aquí y poder decirle a Negan de lo que se va a morir, con Carl acá todo cambia, si digo o hago algo que n debería Negan no va a dudar en matarlo o lastimarlo. Tengo que protegerlo.

—Chico, no te mentiré, me asustaste maldición.

Uno de ellos intenta tomarlo por sorpresa. Carl reacciona a tiempo, descarga algunas balas sobre el tipo, Negan y yo damos un gran salto lejos de la zona de fuego. Lo ultimo que necesito es una bala perdida dentro de mí. Dwight derriba a Carl, Grimes no da brazo a torcer y forcejea con el cara de aguacate. Entro en acción cuando Dwight le apunta con el arma que Carl traía; recojo el arma del tipo muerto y me acerco a Dwight.

—Más te vale que no tires de ése gatillo, Dwight. Aléjate, ¡AHORA!

—Hazle caso, D. No querrás provocarla —advierte Negan, divertido por la escena.

Todavía después de que Dwight desarma a Carl y se aleja de él continuo apuntándole con el arma, la idea de dispararle es tentadora.

—Muñeca, baja eso, no querrás que el chico pierda el otro ojo, ¿o sí?

Sólo por él. Arrojo el arma al piso, rindiéndome. Negan se acerca a Carl ofreciéndole una mano para ayudarlo a levantarse, éste último duda en tomarla, permanece un rato más en el suelo hasta que las amenazas de Negan sobre el cortarle un brazo lo hacen cambiar de parecer.

—Ven conmigo, chico, te voy a mostrar el lugar. D, acompaña a Betty a la cocina para que prepare algo de comer. —dice. Recojo el sombre del vaquero y se lo ofrezco, Carl lo acepta; sin la adrenalina del momento Carl tiene tiempo de echarle un vistazo a mi apariencia. Negan se dirige a sus hombres—. Cambio de planes, quemen a los muertos y descarguen el camión luego. Hoy no tendré tiempo de coger con ninguna de mis esposas. Quizás con una sí.

—Inténtalo —lo reto al ver la forma en que me mira. Su risa deja en claro que entendió la indirecta, le pasará lo que a Jeff si se atreve a tocarme.

Muy a mi pesar, porque no quiero dejar a Carl solo con este sociópata de mierda, sigo a Dwight hasta la cocina para preparar algo de comida. Si Carl llego hasta acá, ¿habrá venido sólo? ¿Daryl también saldría? Necesito saber, tengo que preguntárselo. Ninguno de los dos nos dirigimos la palabra, Dwight sabe lo que hará y yo permanezco de pie, inquieta. Si Daryl esta cerca e intenta entrar, tan sólo que Negan se entere lo va a matar ahora sí. No, Daryl no vendría, prometió quedarse, además conoce los riesgos, ambos podríamos morir incluido Carl.

Dejo a Dwight sólo con lo de la comida, yo necesito estar cerca de Carl para asegurar que Negan no le toque si quiera un pelo. Dijo que le mostraría el lugar, ¿a donde diablos pudo haberlo llevado? seguro a su cuarto, deben estar ahí.

Voy tan aprisa como los tacones me lo permiten. Parezco Kevin de ¿Y... Donde están las rubias? cuando corre detrás del ladrón de su bolso.

En su cuarto no están, tampoco con el resto de las esposas, las cuales están tan ocupadas consolando a la pobre Amber como para prestarme más atención de la debida; no les agrado, tampoco me importa hacerlo. Veo a Sherry con su ojo morado, consuela a Amber pero me mira a mí, le sonrío y le muestro mi dedo medio, esta más jodida que yo. Mi gesto no sólo le molesta a ella sino también a la otra pelirroja de la sala que también tiene un pequeñito moretón en la mejilla.

Desearía poder quedarme a fastidiar su atmósfera de intranquilidad y nervios por el destino de Amber y Mark. Carl es más importante.

Vengo a encontrarlos en la caja de zapatos donde pase la noche. Sé que el cuerpo ya no está ahí por el rastro de sangre en el suelo, lo sacaron arrastras y no sé si Carl alcanzó a verlo; Terrence limpia los pisos, el rastro de sangre por dónde se llevaron a Jeff. Carl está molesto, ve el cuarto con repulsión mientras Negan le cuenta algunas cosas.

Cuando se percatan de mi presencia odio la manera en que me miran Carl y Terrence; detesto ver lastima en sus ojos, no soy una víctima, tampoco soy débil; están presenciando el baño de sangre que hice con Jeff y sólo se están centrando en el acto que él deseaba hacer conmigo y no en cómo lo torture; ellos ven a la persona frente a ellos, la pobre chica que fue traída aquí para convertirse en la esposa de un bastardo como Negan, mas no prestan atención al monstruo que puedo llegar a ser.

El segundo monstruo de la sala vienen hacia mí ofreciéndome de nuevo su brazo para ayudarme andar con estos tacones.

—¿Te he dicho ya que tienes más ovarios que muchos de mis hombres? —menciona al tenerme a su lado.

—¿Era necesario traerlo aquí? —veo de soslayo a Carl.

—Chico, voy a mostrarte al resto de mis esposas. Y por muy hermosas que sean veras que lo que te dije es cierto.

Siento que estuvieron hablando de mí en mi ausencia.

Primero que nada quiero agradecerle a gbyplay por el lindo banner que hizo✨❤️. Me encanto muchísimo, esta hermoso🥺.

Ahora sí, antes mencione que subiría de dos capítulos para compensar la tardanza en actualizar, y se me está complicando un poco con las clases y al recién curso de inglés (obligatorio) al que debo ingresar. Casi termino el cuatrimestre, tendré mínimo una semana de vacaciones antes de iniciar el nuevo cuatri, así que en esa semana trataré de preparar algunos borradores para irlos editando y publicando.

Gracias a tod@s ustedes por la paciencia y el cariño que le dan a esta historia. Una cosa que le debo agradecer a Wattpad además de darme unas increíbles lector@s es las amistades que he formado en esta plataforma. walkergirlie  y BEAUTY_ANGEL2000  son las amistades mas lindas que Wattpad pudo darme ❤️✨.

La verdad yo si shippeo a Negan y Betty 😗✌🏼. #Began en otra realidad.

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