Capitulo 65
Soy pésima recordando los caminos, necesito hacer lo mismo que Hansel y Gretel y dejar mi camino de migas para saber por dónde volver. La pequeña estatua dentro del pueblo no se me olvidará; así que, al terminar mi cometido en el Santuario buscaré esa estatua y de ahí me guiaré para regresar a casa con mi familia. La charla con Daryl me costó un ojo de la cara pero valió la pena si es que comprendió el mensaje de lo que pienso hacer. Como siempre, juego con el dije de mi collar para distraerme en algo. «Nada es completamente bueno y nada es completamente malo» la frase correcta para describir a todas las personas, ni siquiera yo soy del todo buena, justo ahora me siento del todo mala. El sujeto a mi izquierda sigue parloteando sobre el papel que desempeñaré en su reino como una de sus tantas esposas, además de psicópata nos salió mujeriego, claro que si ¿por qué no?
Una gran fábrica de alza frente a nosotros, su gran vivienda de la que es amo y señor se trata de una mugrienta fábrica abandonada; mi celda de la prisión se ve más lujosa que esto.
—Bienvenida a tu nuevo hogar, preciosa.
En los cercos frente a la fábrica conserva caminantes atados, lo inquietante son las personas ahí, ¿qué carajo hacen con ellos? mueven a los muertos de lugar, les cubren las cabezas y se alejan luego de descubrirlas. Portan unos trajes idénticos a los de Daryl, y si me baso en el aspecto de mi Bombón y el trabajo que hacen ellos parece que hay clases sociales en este lugar; por encima de todos esta Negan, siguen sus hombres y por ultimo están ellos. Apenas apaga Negan el auto, me bajo igual que si el asiento quemara. Lastimosamente no puedo decir que en mi tiempo aquí lo quiero lo más lejos posible, si él me quiere todo el tiempo a su lado así debe ser, pero que no espere obtener algo más de mí o le volare las canicas con su amada Lucille.
El camión que venía delante nuestro comienza a ser descargado, sus hombres se mueven como hormigas para llevar la comida dentro del recinto. El abrazador sol envuelve a esos pobres hombres del otro lado de la cerca; pensar que Daryl fue obligado a realizar ese tipo de tareas me aumenta las ganas de quemar este lugar.
—¡Muñeca, es por acá!
Resoplo manteniendo mis pensamientos alineados y no cometer una locura, por ahora. Voy detrás de Negan quien me espera en la puerta, hace un ademan indicándome pasar primero y al pasar a su lado intenta tomar mi mano.
—No me toques —siseo, alejando mi mano. Cruzo mis brazos sobre mi pecho para evitar futuros roces. Ni siquiera espero a que abra la puerta, quiero ver cuanto antes cada esquina de esta lugar. Al abrir la puerta mis ojos no creen lo que ven, este sitio parece una clase de bazar fusionado con una casa refugio para personas desamparadas, apenas hay espacio para coexistir entre estas personas—. ¿Es una maldita broma? tanto show, estilo, entradas triunfales y aires de grandeza ¿para tener a tu gente viviendo en estas circunstancias? ni siquiera tienen privacidad, aquellas personas de allá usan sabanas como paredes, casi duermen uno encima del otro. Deberías de utilizar todo ese tiempo que inviertes en infundir temor a otras comunidades en hallar maneras de que tu gente viva mejor.
—¡Ay, perdón! olvide que te traje aquí para que me dieras tu punto de vista sobre como dirijo mi comunidad y no para que seas mi maldita esposa. —ruedo los ojos—. Ahora sígueme, ESPOSA, te voy a llevar a que pongas algo más digno de una mujer de Negan.
—¿Un tiro en la cabeza? porqué supongo que toda mujer que tenga que aguantarte y lleve el titulo de "mujer de Negan" se da un tiro. A excepción, claro, de Lucille la mujer vampiro.
—Me agradabas más cuando estabas de rodillas suplicando por la vida de Daryl.
Negan: 1
Yo: 0
No digo ni una palabra más. Un día tendré el privilegio de verlo de rodillas suplicándome para que lo mate, del mismo modo que nos mantuvo a mi grupo y a mí, del mismo modo que llegue a suplicarle por la vida del amor de mi vida. Doy vistazos rápidos al lugar, estas personas son tratadas como esclavos a excepción de los idiotas que portan una chaqueta de cuero. La pirámide acaba de adquirir una nueva división: en la parte más baja están los hombres de trajes, luego estas personas, encima de ellos quiero pensar siguen las esposas de Negan, siguiéndole sus estúpidos perras con chaquetas y por ultimo el todo poderoso Negan encabezando la pirámide. De armarle un guerra civil aquí dentro ni para qué planearlo, es evidente el miedo que estas personas le tienen. Por donde Negan pasa las personas más cercanas se arrodillan. Veo algunos de sus matones dispersos por las orillas del reciento, sólo observan de brazos cruzados a todos.
A unos metros de nosotros justo por encima de la puerta que acabamos de cruzar hay una escalera con una plataforma, Negan se dirige allí y yo acelero la marcha, paso por delante suyo, no bajo la mirada, no me encorvo, no me dejo intimidar; no pienso irme detrás de nadie. Estas personas no me conocen, pero lo harán, no conocerán a la Betty de Alexandria; ni a la Betty que se arrodilla y suplica; ellos conocerán una nueva versión más oscura y retorcida. Llego hasta la primer plataforma, desde aquí se aprecia el recinto y la miseria en la que viven; Negan se queda abajo, mirándome con su típica sonrisa de idiota. En un intento de que deje de mirarme le muestro ambos dedos medios, pero sólo ocasiona que su sonrisa se ensanche más.
Menea su cabeza casi diciendo «eres un caso». Al llegar arriba conmigo todos se arrodillan ante él y eso lo hace engrandecerse frente a mí, le sube el ego. Pasa su brazo por mis hombros a la vez que hace un anuncia:
—¡Escuchen todos! Ella es mi nueva esposa Betty. Quiero que hagan sentir a mi muñequita en casa, ¿entendieron? Esta mañana salimos al mundo a combatir a los muertos, trajimos un gran botín y como un milagro apareció esta muñequita quien acepto unirse a esta bella familia y se comprometió a ser una linda esposa amorosa —toma mi mano, deposita un beso sobre el dorso de esta. Si las circunstancias fueran otras, le volteo el hocico como al Pato Lucas luego de recibir un escopetazo de Elmer Gruñón en temporada de conejos—. Estoy feliz y por ello hoy todos van a recibir vegetales frescos sin importar los puntos.
Elevo las cejas sorprendida al ver su reacción ante las palabras de Negan. En este lugar trabajan por puntos para ganarse las cosas, ¡hombre, pues que puta explotación! entonces si se enferman y no laboran no comen, ¿o qué? A este baboso lo pueden desterrar de su cargo en un santiamén, elegir a otro mucho mejor y ¡listo! Es una pena que acá no haya un Rick Grimes sino las cosas serian diferentes.
Para recalcar todavía más el hecho de que mi presencia en este lugar es meramente como su jodida esposa, Negan me agarra por la mandíbula sutilmente girando mi rostro en su dirección
—Bésame —ordena.
Recuerda Betty: dócil y gentil. Cumplo su orden, al igual que en Alexandria el beso no significa nada. Si, nuestros labios se mueven en sincronía en un beso lento pero sólo estoy intercambiando gérmenes con este saraguato pulgoso aborto del diablo. Tal cual como se escucha es lo que siento ahora, nada.
—Tus labios son exquisitos —murmura sobre mis labios.
—Ya lo sé. ¿Me sigues mostrando tu mundo de caramelo o seguirás con esto de la sesión de besos? Me urge ir al baño, tengo unas repentinas nauseas.
—Acabas de matar un momento tan romántico.
—Es un don —sonrío falsamente.
—¿Notaste el gran juego que hacen nuestras chaquetas? Es como si ya estuviéramos destinados a estar juntos. —me guía por los pasillos, su brazo vuelve a posarse sobre mis hombros .
—Ay, por favor, ni al caso, Negan.
—Bien, niégalo ahora, pero muy en el fondo sabes que es cierto.
Frunzo la nariz con desagrado. Lo pongo en perspectiva, en lugar de ir a la prisión Ruby y yo seguimos adelante hasta llegar a Washington, nos tomamos con los Salvadores, venimos acá y conociéndome chanza y si me hubiera enamorado de Negan, total feo no es; sin embargo el que haya matado a Ford, secuestrado a Daryl y humillado a Rick hacen que cualquier encanto que tenga se esfumen como un Gansito abandonado en el congelador. Siento los pasillos como un laberinto, no sé cuantas veces giramos o cuantas escaleras subimos hasta sepa Dios que piso donde terminamos llegando a un cuarto que bien antes pudo ser una oficina, pero ahora con los muebles y la cama es un mini departamento que obviamente pertenece a Negan, el sitio grita su nombre por todos lados.
Lo veo dirigirse a un armario. El estomago se me revuelve al pensar que Negan puede obligarme a estar con él, daré batalla lo más que pueda pero ¿si eso no es suficiente? comienzo arrepentirme de haberle dicho a Daryl que no necesitaba ser salvada esta vez. ¿Cómo estará él? debe estar rondando la comunidad como león enjaulado deseoso de salir, de ser por él ahora mismo ya estaríamos huyendo de regreso a Hilltop.
—Ustedes se visten como bibliotecarias, sin ofender. —pone sobre la cama un vestido negro corto, la parte de la manga es corta como una camiseta y en la parte de abajo un poco abultada—. Ponte el vestido y estos tacones, seguro son de tuya. Después dejas tu chaqueta, por muy sexi que te veas con ella no puedes traerla a menos que digas la palabra mágica que empieza con soy y termina con mi nombre.
—Vete a la mierda, pendejo. No voy a usar ese vestido, no voy a dejar mi chaqueta y mucho menos voy a jurar lealtad a ti. ¿Hay una manera en la que tus esposas se deben vestir? de acuerdo, puedo con ello. Voy a usar algo que a mí me gusté y no ese vestido sin chiste, ¿dónde encuentro más ropa?
Lo sigo cuando se da vuelta. Le gusta que sus mujeres enseñen piel de más, de otro modo no me habría dado ese vestido con toda la espalda descubierta, querrá que agarre una neumonía. Es momento de usar toda esa ropa que antes no me habría atrevido, veamos un nuevo cambio de ropa me hacen sentir poderosa como a Sandy en Vaselina. Este camino es un poco más fácil de aprender, a unos metros y pasillos más alejados de la habitación de Negan se encuentra otra habitación con puertas dobles, detrás de estas se encuentra una mini sala de estar con bar seis mujeres con vestidos negros.
—Tus esposas irradian felicidad ¡bravo, Negan! eres un esposo grandioso, mira nada más lo felices que las tienes.
—Me agradabas más cuando no hablabas. Queridas esposas, quiero presentarles a mi otra esposa Betty. Ayúdenla a vestirse de manera apropiada así como ustedes saben que me gusta —le guiña a una castaña detrás de la barra—. Voy a estar supervisando que todo vaya en orden allá afuera. Háganse amigas, cuéntense secretillos y todo eso que las chicas hace. Cuando estés lista vas a buscarme, muñeca.
Lo ultimo me dice antes de depositar un casto beso sobre mis labios. Es tan molesto el que insista con los besos. Negan se va y nosotras quedamos sumergidas en un incomodo silencio donde solamente nos dedicamos a vernos mutuamente, ellas me ven a mí y yo a ellas, una por una. Negan tiene este sitio ambientado como un burdel, lo saben ellas y no están contentas con su labor este sitio. Una chica rubia es más o menos de mi edad, las demás aparentan tener aproximadamente treinta. Mis habilidades para hacer amigos ya se me terminaron y mi semblante debe ser tan severo que les da una pista de que no estoy aquí para hacer amigas. Son seis y Negan es uno, increíble que aun no hayan acabado con él.
Es mejor volver volver e improvisar algo con lo que sea que Negan tenga en su armario. Pierdo mi tiempo en este lugar.
—¡Espera! —detengo mi mano sobre el pomo de la puerta al escuchar hablar a una de ellas—. Entendemos la rabia que debes sentir en estos momentos, Negan no da muchas opciones cuando te ofrece ser su esposa.
—En realidad yo me ofrecí... a cambio de mi novio —digo, las veo por sobre mi hombro. A menos que ofrezcan una buena charla me quedaré.
—Te entiendo, también me ofrecí a ser su esposa para salvarle la vida a mi esposo. —dice la misma mujer.
—Me llamo Frankie —dice la mujer pelirroja—. Ellas son Tanya, Amber y Sherry.
—Quizás algo de mi ropa te quede, mi habitación no esta lejos de aquí. Vamos —ofrece amablemente la rubia.
—¿Tendrás de casualidad alguna falda, short, pantalón o conjunto de dos piezas?
Las cuatro intercambian miradas un segundo. Parece que dije: ¿has visto una vaca saltar la luna?
—Usualmente usamos vestidos —informa Sherry.
—Es lo que a Negan le gusta —dice con desagrado Tanya.
—Me importa un pepino lo que a Negan le guste —mascullo. Ellas me miran como si estuviera diciendo el nombre del innombrable—. Acepte ser su esposa, pero jamás le dije que se la dejaría fácil. Torturo a mi novio, mato a uno de mis amigos y se trajo para acá gran parte de nuestras cosas, principalmente nuestras armas. Tiene hombres rodeando mi comunidad con ordenes de disparar a mi novio si tan sólo se asoma un centímetro. Y el pendejo todavía cree que voy a portarme como una buena esposa y obedecerlo en todo, voy hacerlo que se arrepienta de haberse metido conmigo y mi gente.
—Juegas con fuego, Betty —advierte Sherry—. Negan no es un hombre con el que se pueda jugar. Mi esposo, mi hermana y yo escapamos hace un tiempo, mi hermana murió y mi esposo me convenció de que lo mejor era volver, así que lo hicimos; regresamos y Negan casi lo mata, me ofrecí a ser su esposa a cambio de perdonarle la vida mi esposo, lo hizo pero aun recibió un castigo.
—La plancha —dice Frankie.
—Negan le quemo la mitad del rostro a Dwight. Te aconsejo que mejor no intentes nada y...
—¿Dwight es tu esposo?
—Sí —susurra con dolor.
El mundo puede ser tan jodidamente pequeño en ocasiones. Recuerdo la historia que Daryl me conto mientras le ponía unos puntos a su herida, dijo que un tipo y su esposa le robaron sus cosas, la hermana de ella murió, jamás me dijo nombres. Y Sherry me viene a decir que ella y su hermana escaparon junto con su esposo, su hermana murió y decidieron volver al mismo maldito hoyo del que habían salido.
—El día que huyeron hubo un hombre que los ayudo, ¿no es cierto? allá en el bosque, un hombre les ayudo y ustedes le robaron sus cosas.
—¿Y cómo sabes es...?
Mi puño impacta contra su pómulo, casi le doy en el ojo; cae al suelo sosteniendo la zona afectada, no pude aguantarme las ganas de darle un buen derechazo al encajar todas las piezas en mi cabeza, me gana el enojo.
—Eso es por Daryl.
Amber, Tanya y la otra chica socorren a Sherry quien se toca la zona afectada, con algo de suerte mañana no tendrá un moretón en el rostro. Frankie, por otro lado, defiende a su amiga de miseria, su cachetada no la veo venir, las pelirrojas enojadas golpeamos duro. Se planta frente a las demás bloqueándome el paso, su mirada intimidante me reta a intentar pasar sobre ella. Tanta ira acumulada que tengo dentro de mí cuerpo y Frankie viene a darme luz verde para desquitarme.
—¡¿Qué te pasa, idiota?! —inquiere.
—Date por muerta, Frankie —sonrío.
Justo como lo esperaba ella me sujeta del cabello, tirando de este con la intención de someterme en el suelo. ¿No entiendo el afán de jalar el cabello en una pelea? le quita lo divertido. Le doy atino dos puñetazos en el estomago los cuales la doblegan para poder agarrarla bien del cabello, así como esta y sumándole el desequilibrio que dan esos rascacielos que trae puestos la tiro al suelo; ella logra arañarme parte de la cara y el cuello, por la chaqueta no puede arañarme los brazos.
—¡Uy! la gatita saco las uñas —dejo que me dé un golpe en la cara para hacer justa la pelea.
Sus manos vuelven a halar mi cabello, haciendo mi cabeza de un lado a otro. Forcejeamos para quedar una encima de la otra. Para su mala suerte ella, perdió la ventaja, logro alejar sus manos de mi cabello, le pongo un brazo contra el suelo y se lo aplasto con mi pie inmovilizándole esa mano; su otro brazo no es problema, pongo mi rodilla contra su hombro y si bien no impido que me arañe la pierna ya no puede jalarme el cabello. La tomo del cuello del vestido levantándola un poco, le acertó dos cachetadas bien dadas.
—¡A mí no me vuelves a tocar, ¿entendiste?! —vocifero. Mi tercer cacheta es interrumpida por un par de brazos que me sacan de encima de Frankie, forcejeo para liberarme, apenas me alejan lo suficiente, logró zafarme y me doy vuelta para darle tremendo puñetazo en la cara a la persona que espero sea Sherry. Las demás mujeres ahogan un grito al ver que le di tremendo derechazo a Negan, tanto que se le gira el rostro y camino unos pasos atrás—. Tenía tantas ganas de hacer eso desde que nos quedamos solos en el auto.
Negan: 1
Yo: 1
Puedo jurar que Tanya esta temblando al ver el semblante de Negan. Intento recomponer mi respiración, estoy eufórica por la desgreñada con Frankie, toda mi vida desee poder pelear con alguien y al fin se me cumple; la mejor parte es que no resulte tan golpeada, ¡técnicamente gané! y recibí punto extras por darle a Negan en la cara. Las otras personas en la habitación no comparten mi entusiasmo por tal triunfo, las chicas palidecen y Negan esta echando humo por las orejas. Mi sonrisa burlona lo enfurece más. Su enguantada mano sujeta mi garganta con fuerza tomándome por sorpresa su reacción, aun así no le demuestro miedo, sino que más bien ensancho más mi sonrisa y le sostengo la mirada. Esta tan enojado que no puede pronunciar palabra alguna, comienza a respirar tan fuerte como un toro.
—Aprieta un más —me las ingenio para hablar claro—. Me gusta eso.
Sueno como una maldita enferma, pero ¿a quien le importa? no se la voy a poner fácil. En las pautas nunca dije que me portaría bien. Sus ojos bajan un segundo a mis labios entreabiertos.
—Eres una maldita psicópata —murmura a centímetros de mi rostro.
—Igual que tú, querido esposo. —le acomodó su chaqueta.
Al fin me suelta concediéndome la bendición de respirar otra vez. De verdad pensé que iba a ahorcarme hasta matarme, aprieta fuerte el idiota. Sus esposas están igual de blancas que el papel.
—Vestirse como bibliotecaria da ciertas ventajas, ¿no lo crees?
—Se puede saber por qué carajos se estaban peleando. Las deje solas un maldito segundo, ¡un segundo!
—Betty empezó todo, golpeó a Sherry de la nada y...
—Frankie me defendió y fue cuando se descontrolo todo —termina la frase Sherry.
En forma resumida así fueron las cosas. Mi agresión tiene un gran motivo, injustamente no fue y Sherry lo sabe bien. Ellas tienen más antigüedad aquí que yo, seguro les creerá a ellas. Las mejillas de Frankie quedaron igual de coloradas que el trasero de un babuino, sonrío orgullosa al ver su cara de disgusto, molestar gente es mi pasión, mi propósito en esta tierra.
Negan me toma del brazo con fuerza, mis intentos por soltarme son en vano.
Salimos del burdel y regresamos a su habitación, de mala manera soy obligada a sentarme en unos de sus distinguidos sillones. Me llena de orgullo ver como el golpe empieza a manifestar un tono púrpura verdoso, no cabe duda que la derecha es mi mano buena para pegar. Suspira exasperado, se sienta frente a mí moviendo a Lucille de una mano a la otra, su mirada es igual o un poco menos intimidante que la de Daryl, tengo experiencia en sostenerle la mirada a Dixon así que puedo sostenérsela a este cabron.
—¿Y bien? —pregunta después de vernos a los ojos unos largos minutos. Yo ladeo la cabeza en un gesto inocente de desentendimiento—. ¿No dirás nada en tu defensa?
—Mmmmm... ¿tienes tiempo de escuchar la versión extendida del por qué golpee a Sherry? Frankie fue sólo un comodín para recibir lo que de verdad le tocaba a Sherry, y tú, bueno, apareciste en el momento indicando para recibir un poco también.
—Dime de una vez antes, estás acabando con mi paciencia, muñeca. No quieres verme enojado —habla entre dientes.
—¡Ay, que genio! De acuerdo te voy a contar, todo empezó un día que descubrimos una horda de caminantes cerca de la comunidad...
Se siento terriblemente identificada con este meme🤣🤣🤣. Siempre ando de chismosa y sale buen material para los fics,
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