Capitulo 64



El que intentarán quebrarlo en el Santuario lo podía soportar, incluso más; pero el que quebrarán aquello a lo que él mira como lo más puro de este mundo, no lo iba a permitir. Betty le daba ese toque de felicidad a su vida, ella podía hacerlo olvidarse de sus molestias con un simple par de palabras. Si bien Daryl nunca estuvo interesado en buscar una compañera de vida, sentar cabeza y todas esas cosas que Abraham comenzaba a buscar con Sasha, bien parece que Betty lo hizo cambiar de parecer. Nada le parecía más entretenido que escucharla hablar sobre las cosas que le gusta hacer, lo que hubiera hecho si nunca hubiesen llegado los muertos, verla cuando se encontraba distraída, es ahí donde se podía apreciar a la autentica Betty en todo su esplendor; todo lo que alguna vez llego a pensar que era irritante de ella, ahora lo veía como sus mejores cualidades.

Sin embargo, un fanfarrón con bate envuelto en púas se estaba llevando lo único bueno que tenía en esa vida, él no dejaría que le toquen un solo cabello a su mujer. Así que al marcharse Negan luego de alardear lo bien que lo pasaría con su nueva esposa, Daryl no perdió tiempo y se dirigió a su casa para buscar el arma que él había escondido en el armario desde aquel día que desviaron la horada.

Pensaba volver al Santuario y rescatar a Betty a toda costa, aunque la vida se le fuese en ello.

—Daryl, ¿qué crees que haces? —pregunto Rick al verlo revolver la habitación. No respondió. Toda su atención y fuerzas estaban puestas en encontrar el rifle—. No puedes volver allá, Negan te dejo quedarte.

—Si, acosta de llevarse a Betty —escupió con odio. Se encontraba débil por las noches sin dormir bien, lo mal alimentado que estaba pero aun así reunió la fuerza suficiente—. ¿Tienes una idea de lo que ése imbecil les hace a las mujeres? Sus dichosas esposas están ahí en contra de su voluntad, si una mujer le gusta se la queda y nadie puede objetar nada ni oponerse, ni siquiera ellas. Betty no va a pasar por esa mierda, no lo voy a permitir, Rick. ¡¿Dónde carajos está ese maldito rifle?!

De haber un colchón en la habitación lo habría volcado, pero tuvo que conformarse con voltear la base y la cabecera de la cama. Negan se había llevado casi todo. Camino de un lado a otro como un animal enjaulado, estaba furioso con Negan por llevarse a Betty; furioso con ella por aceptar ese trato; furioso con el mismo Dios por arrebatarle las cosas buenas. Rick custodiaba la puerta impidiendo que su hermano saliera corriendo, la situación también le molestaba a él, apreciaba mucho a Betty, la quería del mismo modo que a Carl, pero no podía permitirse perder a alguien más. Ya pensaría en algo para salvarla, por lo pronto debían conseguir suministros.

—Entiendo que estés molesto, yo también lo estoy. Betty no debió aceptar ése trato, lo sé, pero tú también trata de entenderla un poco, ¿quieres? —Rick intentaba hacerlo razonar. El temperamento de Daryl era tan volátil como la gasolina misma—. Ella la paso muy mal estos días, no quiso que Carson le revisara el golpe, no dormía, no comía, al igual que tú quería salir corriendo a buscarte, apenas y con Ruby pudimos hacer que entrara en razón y se quedará dentro de la comunidad. Te pido, por favor, que no salgas; te necesito aquí, hermano.

Contener a Daryl en su estado actual era tarea difícil, y eso lo tenía bien presente Rick. Pero por más que le doliera el que se llevaran a Betty no podía hacer nada todavía, su prioridad era no perder a nadie más, preservaría todas las vidas posibles. Rick sabía lo bien que Betty podía cuidarse, ella era muy lista y él pensaba que con algo de suerte esa misma noche la joven pelirroja a la que le tenía un cariño paternal lograría escapar; antes le había tocado verla escabullirse, para los hombres de Negan sería difícil darse cuenta que ella les había pasado cerca. Cuando Negan eche de ver que ella no esta, Betty ya se encontraría a salvo con ellos. Rick empezaba a idear un plan para esconder a la joven si es que llegaba en la noche.

—Es mi mujer, Rick —dice Daryl un poco más calmado. El recordarla es lo que lo mantuvo cuerdo en aquel oscuro cuarto, le daba la fuerza de soportar las torturas y no dejarse quebrar. Se volvió su razón para vivir, aquello lo asustaba, jamás se imagino sentir algo tan fuerte por una persona como lo hace por ella. Sin Betty ¿qué motivo tendría para seguir adelante?—. Tengo que sacarla de ahí. ¿Sabias que el idiota está buscando tener un hijo? Está intentando dejar embarazada a la mujer de Dwight. No lo va a intentar con mi Betty, primero lo mato antes de que intente si quiera tocarle un cabello.

—Se nos ocurrirá algo para sacarla de ahí, pero ahora no tenemos armas —Rick se acercó a Daryl, posa una mano sobre su hombro. Las palabras no estaban rindiendo frutos, por su cabeza paso la idea de atar a Daryl a la pata de la mesa—. Hermano, ella es inteligente, astuta y valiente, se las ingeniara para escapar. ¡Hablamos de Betty! Si hay alguien que sepa darle su merecido a las personas es ella; ¿olvidaste lo ocurrido con los Salvadores de aquella base? ¿o lo que les hizo a Los Lobos? La primera vez que conociste a Betty y Ruby en el granero me constaste que ella no tenia miedo cuando Martínez le apunto a la cabeza con el arma, ¿cuál fue la palabra que usaste para describirla?

Daryl rio por la nariz al acordarse: —Maniaca.

La pelirroja que saltó sobre el auto, después hizo una acrobacia y termino en el suelo apuntándole a Martínez en la cabeza, su mirada y su sonrisa maniática la hacían parecer como una psicópata. Quien pensaría que esa maniaca rondaría sus pensamientos las veinticuatro horas del día.

—Cuando Betty logré escapar, porqué sé que lo hará,  la llevaremos a Hilltop con Glenn, Maggie y Sasha. Negan no volverá acercarse a ella jamás, te lo prometo.

Posiblemente Rick tenía razón, lo mejor era permanecer en la comunidad hasta que Betty volviera, después se la llevaría lejos donde Negan no pudiera volver a acercarse a ella. Pero tampoco podía permitir que ella pasará siquiera una noche en ése sitio. Por más fuerte y valiente que Betty fuera él sabía lo frágil que puede ser a veces, se sentía con la necesidad de protegerla. Recordó los aprietos en los que suele meterse inconscientemente, la vez que se cayó del árbol y casi se la come un caminante; la vez que se clavo los colmillos de la serpiente; cuando llego con la gente de Terminus; el día que hablo con Isaac que se puso mal; eran pequeñas situaciones de las que ella no sabía como salir bien librada y él siempre estuvo allí para salvarla. En esos momentos sabia que aquella era una de esas situaciones y debía salvarla. La mirada de Daryl recayó en las armas que ella le entrego antes de marcharse; recordó como Negan la besaba y la sangre vuelve a hervirle. Iba a cortarle las manos por haberlas puesto en ella; le sacaría los ojos por haberlos puesto sobre ella y lo castraría si llegaba a obligarla a hacer algo que ella no deseara. Y ya sabía con que arma lo haría.

Si bien aún llevaba puesto el harapiento traje que lo obligaban a usar tomó las armas de su mujer y camino con largas zancadas hacia la entrada a la comunidad sin escuchar las suplicas de Rick. Bajo de dos en dos los peldaños en la escalera, llego a la puerta principal de la casa y antes de tocar si quiera el pomo ésta fue abierta abruptamente por Ruby, quien tenía una expresión de urgencia. La mejor amiga de Betty se encontraba agitada, con ella venían Marcus e Isaac. Ruby le extendió un walkie-talkie, ni siquiera necesitó decir nada para que Daryl comprendiera de lo que se trataba aquello. Soltó las armas y arrebato el dispositivo de las manos de Ruby. Sus manos comenzaron a sudar, al presionar el PTT la interferencia se detuvo, trago saliva antes de pronunciar su nombre.

—¿Betty?

—¿De donde salió ese walkie-talkie? —le pregunto Rick a la pelinegra.

—Uno de los hombres de Negan lo trajo, dijo que Daryl tenía cinco minutos para hablar con Betty, luego quiere que se lo devuelva justo a los cinco minutos o amenazo con dispararle a Eugene.

La respuesta tardo dos segundos en llegar, dos segundos fueron mucho para él. Necesitaba oírla decir algo, lo que fuera.

—Estuviste cercas, casi le atinas —escuchar a Negan lo vuelve a enfurecer—. Mi muñequita insistió mucho en que le otorgara al menos cinco minutos para despedirse de ti, Daryl. Y como soy un esposos complaciente accedí con la pequeña condición de que la luna de miel se adelantará, en lugar de esperar hasta la noche lo haremos justo al llegar, y ya no falta tanto camino para que esta gatita grite mi nombre.

—Busca provocarte, no le des ese gusto —advierte Rick al ver como su respiración se acelera.

Cuatro cositas pensaba decirle, mas él podría tomar represalias contra Betty, si le hacen daño por su culpa jamás se lo perdonaría.

Presentía que Daryl intentaría volver al Santuario para sacarla, si era así le echaría su plan a perder, existía la posibilidad de que Negan lo volviera a capturar y esta vez sí lo matara. Para Betty no fue tarea fácil el obtener esos cinco minutos con Daryl, tuvo que suplicar mucho a Negan para convencerlo y con lo que a ella le gustaba rogar, al final termino insultándole. El que Negan alardeara sobre hacerla gritar su nombre le causo gracia, sus planes eran hacerlo gritar a él y ni tenía idea del alacrán que se había echado encima. Su cerebro trabajaba rápido para pensar en una forma de decirle a su familia que escaparía sin que nadie lo comprendiera.  Los mensajes sublimes no eran lo suyo, así que se esmeraría en hacerles saber su plan sin ser descubierta. Al no obtener respuesta por parte de Dixon, Negan le dio el walkie-talkie a Betty, había llegado la hora, respiro profundo para no llorar al escuchar su voz; eso lo haría tener más ganas de rescatarla.

—Daryl, soy yo —fue lo primero que atino a decir para romper el hielo. El corazón del cazador dio un vuelco al escucharla—. Negan desplazo a sus hombres por los alrededores de Alexandria y sus ordenes son sencillas: matarte si sales de la comunidad. Sabe que intentaras sacarme, así que, por lo que más quieras no vayas a salir. No te preocupes por mí, estoy justo donde debo estar.

—Eso es pura mierda, ¿te recuerdo de verdad donde debes estar? —mascullo serio.

—Daryl, por favor... —suplica, esperando algo de comprensión por parte de él—. He tomado mi decisión, voy a quedarme en el Santuario el tiempo necesario. Sé cuidarme sola y volveré pronto... Negan volverá a la comunidad, le pediré que me lleve y aunque sea de lejos podre verte.

No era consuelo para él. La quería ahí a su lado donde puede cuidarla, donde puede abrazarla y decirle lo mucho que la necesita. Los demás pasaron a segundo plano, eran él y ella en ese momento.

—¿Se supone que eso debe hacerme sentir mejor, eh? —su tono era más severo de lo esperado.

—Si estas enojado conmigo puedo entenderlo, Daryl. Sólo te pido que no hagas que te maten, sino el hecho de que yo este aquí no tiene sentido. Si tú estas bien valdrá la pena cualquier cosa que haga, porque por ti soy capaz hasta de pelear a puño limpio con el diablo, ¿lo entiendes? Cuida a Marcus y Cerbero por mí mientras regreso. —miro sobre su hombro para comprobar que Negan se encontraba lejos. Pararon un instante en la carretera para que ella pudiera tener sus cinco minutos a "solas" con Daryl, aunque sabia que algunos Salvadores estaban escuchándolos—. Yo misma me metí en esto; puedo cuidarme. No necesito que me salves esta vez.

—Sé que eres puedes cuidarte por tu cuenta pero...

—¡Te estoy pidiendo que confíes un poco en mí, mi amor!

—¡Lo hago! —aseguró. Confiaba en ella como en nadie más.

Sintió la necesidad de aclararle aquello que Negan tanto alardea que ocurrirá entre ellos al llegar al Santuario.

—Quiero que tengas una cosa bien presente, mi cielo: eres y siempre serás el único hombre. —las pisadas de Negan sobre el asfalto le anuncian que su tiempo se a terminado, para cuando él bailotea los dedos sobre el techo del auto, ella hace una señal pidiendo un segundo más—. Prométeme que te quedaras en la comunidad. Prométemelo, Daryl... sólo dilo aunque sea mentira.

Las promesas las consideraba importantes; Daryl no deseaba decepcionarla con aquello. Del mismo modo que cuando iban a desviar la horda de caminantes, dijo en un susurro:

—Lo prometo.

Y una promesa no se debe romper nunca de los nunca.

—Nos veremos pronto, te lo prometo.

La interferencia se escucho de nuevo. Daryl la llamo un par de veces pero no hubo respuesta, seguro lo apagaron, pensó. Ruby le pidió el walkie-talkie, no deseaba averiguar si de verdad le dispararían a Eugene. Necesitaba pensar, estar a solas un momento. Sin decirle nada a los presentes subió hasta su habitación por un conjunto de ropa, necesitaba una ducha con urgencia. Abrió de lleno la llave del agua fría, su cuerpo se estremeció al sentir el agua helada contra su piel, su mirada se concentro en la suciedad que se iba por el caño, la sangre seca y la mugre de todos esos días. Se encontraba más angustiado en esos momento que cuando estaba recibiendo las torturas.

Betty enfatizaba mucho la palabra volver , en una ocasión menciono que era ahí su lugar; tal vez Rick si tenía razón después de todo y ella escaparía. Confía plenamente en Betty, si ella estaba segura de su propósito en aquel asqueroso lugar, entonces él debía confiar y cumplir su promesa. Al igual, si los Salvadores se encontraban rodeando la comunidad y tienen ordenes de dispararle, que caso tendría salir a que lo maten, pensó un segundo en el dolor que eso le causaría a Betty. ¿Cómo sobrellevaría los próximos días? el miedo a perderla lo consumía, ¿y si se equivocaba? ¿y si de verdad necesitaba que la salvara? ¿y si..? las dudas no lo dejaban tranquilo. Se pregunto si así se sentía Betty cuando tenía sus ataques de ansiedad. Últimamente se volvieron constantes para ella y él no sabía como hacerla sentir mejor.

Salió del baño e ignorando las voces en la planta baja de su casa, subió al lugar donde se encontraban los últimos momentos gratos con ella. La habitación se encontraba casi en las mismas condiciones en las que la dejo, salvo por el montón de rollo esparcido por el suelo y una camiseta suya en el sofá; se la imagino echa bolita sobre el sofá abrazando su camiseta y llorando a mares mientras planeaba el intercambiarse por él. Daryl observa detenidamente la habitación recordando así el más mínimo detalle de aquella noche que fue la mejor de toda su vida, junto a la mujer que ama y ahora se arrepentía de no habérselo dicho en ése momento. En ocasiones se sentía inseguro por no llegar estar a su altura, Betty era demasiado para él; ella era radiante, hermosa, carismática, una reina en todo el esplendor de la palabra, podía salir con el hombre que quisiera y lo elegía a él. ¿Qué tan suertudo se debe ser para que una mujer como ella se interese en alguien como Daryl Dixon?

Sus ojos dieron con la mochila de Betty, la cual se encontraba medio oculta entre las sabanas en el piso. Por mera curiosidad fue abrir la bolsa externa de esta, es el lugar donde ella guarda sus toallas para sus emergencias femeninas. Ya una vez había abierto su mochila con la intensión de saber como es que siempre trae de todo, se llevo una sorpresa al encontrarle un dildo en la bolsa externa; espero a Betty en la habitación y cuando ella entro y lo encontró con el dildo en la mano se puso del mismo tono que su cabello e intento quitárselo a toda costa.

—¿Por qué tienes uno de estos? —pregunto con diversión agitando el dildo.

—¡Dámelo! —gritaba frenética—. ¿Qué tienes que andar hurgando mis cosas, Daryl?

—¿Lo has usado?

—¡Qué te importa!

El recuerdo lo hizo reír y su sonrisa no desapareció al comprobar que el artefacto seguía allí. No se quedaría con la duda y le preguntaría de donde lo saco.

—Veo que encontraste a Bartolomeo —Ruby logro asustarlo. En seguida guardo todo de regreso en la mochila, Betty lo mataría si se entera que anduvo exhibiendo sus cosas. Ruby traía consigo un plato de sopa de un extraño color, no era de buen ver pero con el hambre que tenía se comería hasta la sopa de espinacas que Betty prepara. La pelinegra se sienta en el sofá y le hace una seña de que se acerque.

—¿De verdad le puso nombre al dildo? —pregunto incrédulo.

—Mmhm. Te traje algo de comer, pensé que tendrías hambre. —le alcanza el tazón. Daryl lo recibe con gusto, si bien la sopa tiene un mal aspecto el sabor es todo lo contrario—. Cuando estuvimos en Atlanta buscando a su mamá, pasamos por una sex-shop en el centro; bien pudimos seguir nuestro camino pero Betty es demasiado curiosa y dijo que no quería morir sin haber visto todo en este mundo. Entramos en la tienda y la recorrió de extremo a extremo, vio de cosas que era tan divertido verla hacer sus gestos al no saber como se usaban los arneses. Fue al mostrador y se pudo a ver los diferentes tipos de dildos que existían, tú novia es una pervertida de primera, quiero que lo sepas.

—¿Mi Betty? eso es imposible de creer —objetó con ironía.

—Para no hacerte el cuento tan largo, agarro ese dildo y dijo que tenía cara de Bartolomeo y se lo quedo. 

—Sólo Betty le encuentra caras a los objetos.

—Es única en su clase —se frota las manos. Ambos ríen un poco.

Se quedaron callados el resto del tiempo que Daryl terminaba la sopa. Eran pocas las veces en las que ellos dos entablaron una conversación, tienen a Betty en común y no eran muy allegados, aunque eso no impedían que se cuidaran las espaldas porque así lo querría Betty. Ruby deseaba darle alguna clase de consuelo, ¿qué podía decirle sin que saliera corriendo a ir a buscarla?

—Si Betty te pidió que no salieras hazle caso. Ella piensa regresar, volverá más pronto de lo pensado. Negan no sabe lo que se acaba de llevar —argumentó. Él escuchaba atento, ella era su mejor amiga, la conocía desde mucho antes que él; así que debe saber sus planes—. Los hombres que matamos, aquellos que intentaron robarnos y pasarse de listos, Betty los hizo suplicar por su muerte... los torturó y corto algunas extremidades; a uno de ellos le corto su masculinidad y se la metió por la garganta y la dejo ahí hasta que el tipo se asfixio solo. El otro murió en su agonía sin unas extremidades y devorado por caminantes de la cintura para abajo, Betty lo colgó de un árbol y le bajo los pantalones. Imagina lo que le hará al hombre que torturo a su novio  y mato a Abraham.

—¿Crees que lo logré? —jugo con la cuchara dentro del tazón.

—Por supuesto, la motiva la venganza y en ése estado Betty se puede llegar a convertir en la reina de los asesinos.

Ese dolor que tanto a estado eludiendo se volvió a instalar en su pecho. No le gustaba sentirse de aquella manera; la mayor parte de su vida sintió dolor físico, pero ese sentimiento instalado en su pecho adjunto con la lluvia de recuerdos lo estaban poniendo realmente mal. El dolor emocional era mil veces peor. El quebrarse frente a Ruby no estaba en sus planes, por lo tanto busco una manera de distraer su mente. En el descansa brazos a su lado se encontraba un walkman, un poco de música lograría distraerlo.

Un minuto de The Goo Goo Dolls fueron suficientes.

—¡¿Quien mierda escribe estas canciones?! —se quito los auriculares y arrojo el walkman al sofá. Camino hasta una de las ventanas. La letra de la canción lo hiso sentirse identificado y pensar en Betty una vez más. Esta vez si lloraría. La imagino corriendo por las calles de Alexandría, dando sus clases de tiro, bailando en la sala con Marcus e incendiando la cocina al hacer huevo revuelto. Esa maldita canción solamente logro echarle limón a la herida.

A Ruby le dolía igual el que Betty no estuviera en la comunidad, Negan podía hacerle muchas atrocidades y Betty lo que menos necesitaba era una tragedia más en su vida. Fue hasta Daryl para reconfortarlo, el cazador amaba demasiado a su amiga, eso era evidente; los dos se amaban demasiado. Daryl no decía nada, pero en verdad necesitaba ese abrazo, un par de lagrimas rebeldes se le escaparon mojando el hombro de Ruby.

—Hallaremos la manera de recuperarla —aseguro.

Hace unas semanas me entro la loquera y ¿por qué no? que me abro una cuenta en TikTok y que comienzo a subir videos relacionados con la historia. Algunas cosas no ocurrieron y no sé porque no se me ocurrió antes añadirlas a la historia, pero la tía esperanza es lo ultimo que se pierde damas y caballeros, así que gracias a que una gran amiga me dio la idea de hacer una historia repleta de pequeños One-Shots donde cuente relatos de la historia que olvide agregar acá y la cuál publicare al culminar esta historia primero. Espérenla pronto *guiño guiño*.

¡Al fin fue resuelto el misterio! Lo que Glenn vio en la mochila de Betty cuando llegaron a la prisión fue a su Bartolomeo. Esta mujer es más curiosa que un gato.

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