Capitulo 63

Cada vez que alguien me pregunta como estoy deseo gritar que estoy molesta y hay un gran sentimiento de venganza dentro de mí más fuerte que yo y en mi primer oportunidad haré arder todo; sin embargo, me limito a responder con un «estoy bien». Me mantengo ocupada con cualquier cosa con tal de no pensar en salir corriendo a buscar a Daryl. Después de la charla con Marcus él no se ha apartado de mí en ningún momento, alega que Daryl se lo pidió porqué la soledad me hace mal, que yo no he nacido para estar sola. Si mi Bombón lo sabe es por las ocasiones en las que me quede sola en el bosque y me perdí o arriesgue mi vida, me fui a meter a la boca del lobo cuando llegue a Terminus, por suerte no me comieron esa banda de caníbales.

Rick y Carl tuvieron una charla conmigo sobre los motivos de no poder salir, al parecer mi amiga le fue con el chisme a los Grimes de que tenia intenciones de fugarme, razón por la que a la media vuelta me encuentro con Carl o con su papá. La discreción y el perfil bajo no son cualidades que yo poseo, hago un gran esfuerzo por parecer lo más serena posible ante nuestra situación actual.

Mi único trabajo hasta ahora es permanecer en la enfermería, hacer los inventarios y tirar los medicamentos caducados. Leo el herbario intentando memorizar las propiedades curativas de las plantas. Los medicamentos se escasearán tarde o temprano, tendremos que recurrir a la botánica sí o sí. En algo debo ocupar mi mente qué mejor que la medicina, con algo de suerte y hasta le pierdo el miedo a operar.

—Hola, Betty —me giro al escuchar mi nombre. La cara de preocupación de Rick no ha desaparecido desde hace cuatro días; le preocupa no tener las provisiones suficientes para Negan sin contar que no sabemos nada del estado de Maggie y su bebé—. ¿Cómo estás?

—Igual que las ultimas diez veces que me lo has preguntado en el día, Rick. —hago un intento de sonrisa torcida. Su expresión me dice que no me cree ni una palabra. Suspiro cansada por la situación—. Escucha, no voy a salir a buscar a Negan, ¿de acuerdo? ya me calme, alinee mis chakras y mis vibras están en su mayor resplandor para patearle el trasero a Negan y su gente cuando sea el momento. Que si mal no recuerdo Maggie nos pidió que nos preparáramos para la guerra antes de ir son Glenn, Sasha y el cuerpo inerte de Abraham.

—Sí, pero no podemos lanzarnos a una guerra así como así. Ellos no superan en numero...

—¡Y nosotros en armas! Vamos, ¿dónde quedo ése Rick desquiciado que mata a todo al que amenace a su familia?

Se pasa la lengua por los dientes superiores, esta cansado de mi insistencia.

—Igual que tú deseo aniquilar a Negan, pero aún no podemos hacer nada. Somos pocos en la comunidad; algunos todavía no saben disparar bien, seamos realistas en esos aspecto.

—¿Sabes qué? dejemos esto por la paz. Esperemos a que Negan se le antoje matar a cualquier otro de la comunidad, porque lo va hacer... todas las veces que desee y por el motivo más pendejo nos ira matando uno a uno.

—Betty, por favor...

—Tengo razón y lo sabes, Rick.

Baja la mirada al asfalto. Quizás estoy siendo muy severa, fría e insensible. Comprendo sus ganas de esperar, pero odio que ni siquiera al menos este haciendo algo para intentar contraatacar a los Salvadores. Se preocupa más por encontrarles suministros. Recuerdo el inventario que me pidió de los medicamentos ayer, olvide entregárselo.

—Aquí esta el inventario de los medicamentos que me pediste —extraigo la hoja de mi bolsillo derecho, se la extiendo, él la toma. Me ve un segundo para luego leer el papel—. Si me disculpas iré a buscar la moto de Daryl que se quedo en algún lugar por las vías.

—¿Saldrás sola? —pregunta alto al encontrarme lejos de él.

No respondo. Sigo dando largas zancadas hasta el porche de la casa. Genial, ahora me siento la peor de las personas por haberle hablado así a Rick; lo más seguro es que se haya sentido culpable o que nos este fallando. La idea de salir a buscarlo para pedirle perdón cruza por mi mente, maldita conciencia y maldito estúpido y blando corazón. Apoyo la frente en la puerta reflexionando el salir o no, mi mano juega con la perilla de la puerta dudando el abrirla o no.

¿A quien engaño? a mis seres queridos no les puedo hablar así; podré ser una mierda con otras personas y hasta cruel; sin embargo se trata de Rick Grimes, una de las personas que más aprecio y quiero como un segundo papá. Regreso a donde hace unos minutos discutí con él y no se encuentra ahí; bien, lo intente. En algún otro momento lo veré y le pediré disculpas. Mi actitud es contradictoria. El ángel en mi hombro dice que debo ir a buscarlo, pero el diablo me dice que es más que justificable mi conducta luego del encuentro con los Salvadores.

Rosita y Spencer pasan a mi lado. Me limito a saludarlos con un «hey».

Spencer se detiene para anunciar: —Iremos a buscar algunas cosas para cuando ellos vuelvan. ¿Quieres venir, Betty?

—No gracias —respondo monótona.

—Te servirá de distracción. Así no piensas tanto en... bueno, ya sabes —dice esto último con pena. Entiendo a lo que se refiere.

—¿Algún encargo en especial? —Rosita trata de sonar lo menos arisca. A ella se le da bien poner su enojo por sobre todo. Mataron a Ford, el hombre con el que había compartido gran parte de su experiencia en el fin del mundo; luego de aquello no la vi llorar más, al contrario, su mirada y su rostros reflejan las ganas de venganza que tiene. Ojalá pudiera ser como ella, así no me echaría a llorar por enojo como suelo hacerlo.

Detesto llorar cuando me enojo porque parece que me han logrado herir, cuando en verdad lo único que deseo es matarlos de formas inhumanas y no puedo... no podía. Eso hacía la Betty de unos años atrás, una que no había perdido a tanta gente que le importaba ni le habían hecho daño de la manera en que lo hicieron; con cada pérdida ocurren dos cosas o me hago más fuerte o me vuelvo más loca. Mis ganas de venganza al igual que las de Espinosa son grandes, combinadas con mi lado suicida son peligrosas, no me importa a quién me lleve entre las patas pero de una cosa estoy segura: Los Salvadores van arder.

Termino aceptando su invitación, si iré a buscar la moto de Daryl es mejor ir acompañada. Posiblemente Rosita pueda enseñarme a conducirla o Spencer y en una de esas sorprendo a Daryl cuando vuelva. Rosita y Spencer van por uno de los autos mientras abro el portón. Eugene se encuentra ahí reparando un radio para Negan. Se ha recuperado muy bien después de la tremenda golpiza que le dieron, decidió retomar sus guardias y de paso hace lo que mejor sabe hacer: reparar cosas.

—¿Puedes hacer que explote en la cara de Negan? —pregunto. Él levanta la vista un segundo para mirarme, no dice nada simplemente la vuelve a bajar y sigue reparando el cacharro—. ¡Vamos! Hazlo en nombre de la ciencia. Con algo de suerte pierde un ojo o se le astilla el corazón. —no me hace caso—. De acuerdo, no me hagas caso, ignórame y júzgame de demente.

Spencer invita a Eugene a unirse a nuestra expedición, pero la rechaza diciendo que no serviría de mucho. Del otro lado se oyen autos y motocicletas. Intercambio miradas con Spencer, Rosita y Eugene, este último está atemorizado.

Su espantosa silueta es lo único que vemos, Negan se acerca hasta el portón con su estupido bate y su arrogancia.

—Tan tan tan... —da unos golpes fuertes a los barrotes. Sería tan sencillo levantar el arma y dispararle ahora mismo, un tiro limpio entre ceja y ceja—. Cerdito, cerdito, déjame entrar.

Todavía no son los siete días, ¿qué mierda hace aquí?

Mi cuerpo se estremece, tengo miedo después de todo. La ansiedad me contrae el estómago y me dan ganas de salir corriendo. Pongo mi atención en normalizar mi respiración: inhala y exhala. Es sólo un pendejo con un bate de béisbol, no debe atemorizarte, te has enfrentado a cosas peores.

Recorro la primer puerta de las dos. Dejo apenas al descubierto a mis amigos detrás de mí. Negan tiene su engreída sonrisa que se ensancha al verme.

—Hola, muñeca. ¿Me extrañaste? —su tono seductor me hace rodar los ojos.

—¿Tienes problemas de cadera o algo así? cada vez te inclinas más.

—Sé que me extrañaste, no intentes ocultarlo. Te apuesto un beso a que pensaste en mí todo este tiempo desde nuestro ultimo encuentro.

En eso tiene razón, pensé en él todo este tiempo, pero no de la manera en la que se imagina. Balancea su peso de un lado a otro manifestando su  impaciencia por entrar y llevarse lo que le plazca.

—¿Era necesario traer a tantos de tus lacayos? —pregunto con burla al distinguir unas figuras moviéndose por el muro a mi izquierda. El estar cerca de la reja me permite ver un poco más hacia afuera.

—Ay, pero si no son muchos. Además traigo a uno en especial que quiso venir a saludar a los viejos amigos, ¿no es así, Daryl? —se gira hacia su izquierda. Mi expresión cambia al escuchar su nombre; él esta aquí, tengo más posibilidades de convencer a Negan para intercambiarlo. Negan amplia su sonrisa de comercial de pasta dental al ver como intento divisar a Daryl—. Abre.

Lo hago por mis inmensas ganas de ver el aspecto de Daryl, comprobar que esta en una pieza. Rick hace acto de presencia, la severidad al igual que la del rostro de Rosita reflejan el odio que sienten hacia él.

—Dijiste una semana. Viniste antes —habla cortante.

—Te entrañe —confiesa. Empiezo a temer por la vaca Bessie, la comida es muy poca y lo más apetitoso que tenemos es esa vaca pinta. Un caminante sale de entre los autos de Negan, se aproxima a nosotros. Él, como todo engreído, aprovecha la oportunidad para demostrar que sabe matar a un muerto—. Oye, Rick, mira esto. ¡Es mío!

Va hasta el muerto viviente y le propina un buen batazo que le arranca parte de la piel podrida de la mejilla. Se puede decir que de un solo golpe lo mato. Cuando se dirige a su gente para decirles que es momento de entrar a la comunidad, Rick y yo también miramos en esa dirección. Si es un considerable numero de Salvadores el que trajo, pero no tantos como el de aquel día; sólo son los suficientes para qué no olvidemos que ellos son muchos hijos de perra armados y que pueden matarnos. Ojala no olviden quitarle la bota del cuello al tigre, porque lo van a lamentar. Todos y cada uno de esos idiotas que porta una chaqueta de cuero. Sin embargo, toda mi atención se detiene en Daryl, quien no luce nada bien; debajo de sus ojos tiene unas grandes bolsas que delatan lo poco que duerme, tiene golpes en el rostro, lo visten con harapos. Esos ojos que antes veía con una chispa ahora están apagados, vidriosos. Apenas puede sostenerme la mirada, evita verme a toda costa, en cambio yo no puedo apartar mi vista de él, tampoco dejo de preguntarme ¿qué es lo que le han hecho?

Siento la mano de Rick envolver mi antebrazo pidiéndome de una manera silenciosa no hacer una imprudencia. Soy pendeja, pero no tanto, si intento algo nos van a dejar con más agujeros que un queso suizo. Y en todo caso de querer hacerlo lo primero que haría sería ir corriendo abrazar a Daryl, estrecharlo fuerte y hacerle sentir que todo estará bien, que voy a protegerlo, que estoy aquí y no voy a dejar que le hagan más daño. Luego le meteré una bala a cualquier que piense siquiera en tocarle uno solo de sus cabellos.

—¿Viste lo que hice, muñeca? —habla con la intención de captar mi atención.

—Matar un muerto, que gran hazaña. Hoy en día todos pueden hacerlo.

—Me refiero a que acabo de brindarles un servicio, me encargue de un imbécil muerto que podía matar a cualquiera de ustedes —hace una reverencia como dando las gracias—. Servicio. Sostenme esto.

Pasa su bate a manos de Rick a l pasar por nuestro lado para echarle un vistazo a la comunidad. Alexandria es la replica exacta de lo que era el mundo antes de los muertos, al cruzar los muros parece que el apocalipsis nunca toco este sitio; a excepción de las personas andando de aquí para allá con armas. Su gente entra igual, yo me muevo hasta que Dwight y Daryl cruzan las puertas, es Rick el que va detrás de Negan, yo por mi parte permanezco lo más cerca posible de Daryl.

—¡Guau! este si que es un lugar lindo. Me gusta. Aquí tienen un derroche de riqueza. Supongo que tendrán mucho para ofrecer. —admira cada rincón a la vista.

Rick se gira hacia Daryl sin hacer caso a las palabras de Negan.

—Daryl...

—No, no —lo interrumpe—. Él es mío.

—Daryl es mío, perra —quiero decirle. De verdad que estoy a punto de decirlo y al igual que una en Mean Girls me le iba a echar encima para golpearlo.

—Tú no lo miras y no le hablas y yo no te obligo a contarle ningún miembro —continua. Muy muy despacio se da la vuelta para mirarnos a Espinosa y a mí interponiéndose entre Daryl y nosotras—. Eso va para todos los demás —canturrea.

Prefiero mirar a Daryl que hacer contacto visual con este tlaconete con problemas de cadera. Su intensa mirada no cesa, finjo no verlo aun cuando su respiración me da justo en la cara. En verdad deseo borrarle esa sonrisa de un buen golpe.

—Púdrete —murmuro. Por el bien de todos será mejor que me esfume de aquí.

—Uff que boquita. ¿A dónde crees que vas, muñeca? quiero que tú y Rick me den un recorrido por el lugar.

Tengo que ser flexible. Sus hombres proceden a revisar casa por casa en busca de algo que sea de su agrado, nadie puede objetar ni decir nada. Los alexandrianos están desconcertados por el asalto a sus casa, deben pensar: carajo, se llevan nuestras cosas y Rick no hace nada. Cada lugar le fascina más que el anterior, con cada estúpido comentario que hace me dan ganas de arrancarme las orejas. Diviso a Ruby en el porche de su casa, meneo la cabeza indicándole que no vaya a hacer algo estúpido. Habla como si al llevarse nuestros muebles nos hiciera un favor, es un gran abuso. Esperare un poco más antes de hacer mi gran oferta para...

—¡Oye, eso es mío! —le grito a un tipo de cabello rubio largo. Justo pasamos por la calle donde vivo, mi casa la están revisando y sacando los muebles, entre ellos los colchones de los cuartos. Por suerte no han sacado el baúl de comics de Marcus o la colección de películas del ático, pero lo que si este degenerado si se esta llevando es uno de mis calzones. Intento arrebatarle mi prenda, es más rápido—. Dámela o te juro que te voy a cortar...

—Oigan, oigan, tiempo, tiempo. ¿Cuál es el problema? podemos llevarnos todo lo que queramos —Negan se inclina enfatizando el queramos.

—Dile a éste  pervertido cara de escroto que me devuelva mi ropa interior —demando, extiendo mi mano. Mis pantaletas color morado de repuesto  para cuando olvido lavar están siendo expuestas ante los ojos de todos.

Negan muestra la palma de su mano de su mano, el pervertido le da mi prenda, Negan la hace bolita en su puño.

—¿Piensas usarlas tú? —alza una ceja mirando a su lacayo. Permanece callado por unos segundos para después negar—. Largo de aquí.

De una manera discreta pone sobre mi mano la prenda echa bolita.

—Admite que son lindas —dice.

—Cierra la boca. —las guardo en uno de los bolsillos de la chaqueta.

El recorrido continua. Pide ver a la enferma Maggie, la cual piensa llevarse con él. Por suerte la inútil cabeza de Gabriel funciono por primera vez, cabo tres tumbas en el cementerio: una para Ford, otra para Maggie y la ultima para Glenn, su versión es sencilla y creíble. Glenn se quito la vida después de morir su esposa... y eso no lo sabe Daryl, al igual que Negan se cree la historia de Gabriel. Ojala pudiera decirle la verdad.

La armería, las medicinas, por suerte nos dejan la comida. En la primer oportunidad me escabullo para irme con Ruby, no puedo seguir ahí viendo a Daryl sin poder hacer nada para salvarlo.

—Míralos —masculla entre dientes mi amiga, esta molesta. Sus ojos van como flechas siguiendo los movimientos de los usurpadores—, son como buitres.

—Pronto se irán —suspiro cruzándome de brazos. A lo lejos puedo verlos subir las armas a los autos—. Algún día vendrá la nuestra. Carl lo dijo ya, ellos no saben lo peligrosos que podemos ser.

El Comisario tuvo las agallas de amenazar a uno de los salvadores al ver que se llevaban todas las medicinas, también amenazo a Negan, quien se limitó a quitarle su arma y resaltar más su estatus; primero está él, luego su gente y al último estamos nosotros, sus esclavos. Marcus esta en las escaleras de la casa sentado, mirando a Rick hablar con Negan, a este ultimo ve con severidad. Parece una versión diminuta de Daryl; si algo aprendió fue a mirar mal a las personas. Tenía, según él, una buena propuesta para Negan y parece haber cambiado de opinión sobre el ofrecerle la mitad de sus comics, una porque uno de los Salvadores ya se los llevo todos; cosa que no lo hace feliz. En realidad, ¿a quien le hace gracia que un grupo de zánganos venga y se lleve sus cosas?

—Tan sólo deseo... —Isaac guarda silencio un momento al pasar entre nosotros los hombres de Negan cargando un colchón— que se larguen para planear algo. No podemos dejar pasar este atropello.

—Tienen a Daryl, amor, no podemos hacer nada por ahora.

—¡Haber ustedes dos se me sueltan! —exclamo no tan alto. Tomo a cada uno del brazo impidiendo que se abracen. Isaac me ve desconcertado a ver mi reacción—. Al traumado del bate le encanta dejar mujeres solteras para luego quedárselas él. Aunque no lo creas Beeckman, no deseo que te revienten el cráneo a batazos o se lleven a Ruby en contra de su voluntad para complacer los enfermos deseos de aquel enfermo. Mientras sigan aquí absténganse de tocarse, disfruta el dolor ajeno.

Me apoyo en el barandal del porche. Tengo que asegurar que no ponga los ojos en ninguna otra, si solo se lleva la comida entonces ofrecerme a ir con él en lugar de Daryl será algo que le agrade.

—¿Qué estas pensando, Betty? —pregunta Ruby. Ignoro si estoy haciendo algo que la haga alarmarse, pero ya tengo un nuevo objetivo.

—Nada.

—Mueves la pierna cuando estas ansiosa y tienes la mirada que siempre pones cuando tienes una idea loca. ¿En que piensas?

Paulatinamente voy dejando de mover la pierna. Es un tic muy obvio y ella conoce el significado de cada tic. De soslayo observo como se inclina apoyando su hombro en el poste que sostiene el techo del porche. Su anatomía me bloquea en paso a los peldaños, espera expectante una respuesta que jamás le daré. Negan se mueve, empiezan a irse, es hora de actuar.

Salto la baranda esquivando a mi amiga y su complejo de pepe grillo. Doy zancadas largas y rápidas para alcanzarlos. Dos de sus autos salen y dos de los nuestros entran; son Rosita y Spencer que descargan la moto de Daryl.

—¿Quieres dar una vuelta, preciosa? —me dice el idiota de cara quemada, se sube a la moto y la acelera haciendo rugir su motor. La burla es la que no tolero. Ya tiene el chaleco de Daryl, su ballesta y su moto, ¿qué sigue? ¿el perro?

Mi molestia no sólo le causa risa, sino también la de Daryl, si bien no puedo ver su rostro escucho ese ruidito parecido a un gruñido que hace desde fondo de la garganta cuando esta molesto. El gusto de montar esa moto se le acabará pronto. Aprovecho la ausencia de Rick para hablar directamente con Negan, Daryl puede enojarse pero no voy a permitir que esté un día más en ése infierno; han pasado unos días y tiene un aspecto espantoso, no quiero imaginar si se queda una semana.

—¿Podemos hablar?

No disimula su sorpresa al oírme hablarle. Desde que llegaron no he hecho más que mantener la boca cerrada, me sorprende lo mucho que pude estar sin decir una palabra, hablar es mi pasión, si no hablo me marchito.

—Pero por supuesto que sí, muñeca. Dime, ¿quieres que lo hagamos a solas? —propone.

—Por favor —hago el amago de que avance. Si nadie escucha mejor.

—Ojalá quiera que nos divirtamos un poco —dale dice a Daryl cruzando los dedos. No objeto nada porque ése es el plan. Daryl no dice ni pío por más que quisiera... y conociéndolo le zamparía un puñetazo de poder hacerlo. Ruby e Isaac se unen al manojo de personas aglomeradas cerca de la puerta principal, menea la cabeza rogándome no hacer una tontería, formuló un «lo siento» antes de entrar a la primera casa de la calle. —. ¿Quieres negociar por Daryl?

—Así es —confirmo. Cierro la puerta tras nosotros. Echo mis hombros hacia atrás, entrelazo mis manos detrás de mi espalda tomando una postura firma, si bien a veces mi postura es algo encorvada, en estos momentos necesito parecer segura de lo que haré. Su sonrisa traviesa y la chispa en su mirada me desconciertan; mi expresión le deja saber lo próximo que diré—. Estas incomodándome e invades mi espacio personal. Gracias. 

—¿Rogaras para dejarlo aquí? Muñeca, seré sincero contigo. Desde aquella noche donde me pediste que no le hiciera daño llamaste mi atención y quede más interesado cuando me retaste a matarte. No recuerdo a una mujer que me haya hablado así —se pasea por la sala de estar admirando la decoración. 

—Siempre hay una primera vez para todo. 

 Mis ojos siguen su silueta, veo atenta todos sus movimientos. Aunque por fuera tengo un semblante sereno, postura firme y mirada asesina, por dentro estoy hecha un lio. Comienzo a dudar de mis capacidades, y si lo convenzo qué diablos hará conmigo. No pienso quedarme mucho si al caso unos días para asegurarme de que ese lugar arda con él dentro y listo, pero y si no logro escaparme en unos días. De cierta manera Negan me provoca miedo. Tanto así como para temblar como las Hienas cuando escuchan el nombre Mufasa no, pero si temo que mis acciones hagan que tome represarías contra mi familia. 

Su admiración se centra en mí, siento como si indagara por dentro de mi cuerpo, creo que hasta puede ver cómo se comunican mis tres neuronas entre si. Tengo la necesidad de arrojarle un zapato a la cara para que deje de mirarme igual que un filete. 

—Vamos al grano: deja a Daryl aquí y en su lugar iré yo. Estoy dispuesta a comportarme de lo más dócil y accesible posible, siempre y cuando Daryl se quede en la comunidad. Y antes de que digas algo —hablo antes de que pueda negarse o decir algo—, todo mundo sabe que una mujer así provee mejor compañía que un hombre. 

—¿En serio estas dispuesta a hacer eso por él? —inquiere asombrado. Asiento, segura de la decisión que estoy tomando—. Daryl debe tener mucha suerte entonces, mira que para que una mujer lo de todo por él... hasta su vida, se debe ser un maldito idiota con suerte. 

—Por favor, tú harías lo mismo por una mujer. —cruzo mis brazos sobre mi pecho—. Esta espada era de mi papá, me la dio antes de morir. Por mucho valor sentimental que le tenga no le pongo nombro a un objeto inanimado, en cambio tú... ¿quién era Lucille? ¿tu mamá? ¿tu hermana? ¿tu tía? ¿prima? ¿abuela? ¿esposa? ¡claro! —sonrío al ver cual palabra tuvo más impacto en él. El hacer mención a su esposa no le causa gracia; su característica sonrisa se va apagando poco a poco hasta abrirle paso a un semblante serie e intimidante igualito al que yo he tenido en toda la mañana desde su llegada y soy yo la que sonríe igual que él porque me llena de jubilo el haber encontrado una pequeña fibra sensible que puedo usar a mi favor—. Lamento mucho lo que le sea que le haya ocurrido... por que supongo murió, ¿no? Bueno, lo lamento mucho, en serio, lo digo de corazón. A puesto a que si ella viviera darías lo que fuera por verla bien, es más, estarías dispuesto a morir en lugar de ella, corrígeme si no. 

—Daría mi vida a cambio de la de ella —dice seguro. 

—Eso es amor verdadero —destaco—. Ahora imagina que estas en una situación de vida o muerte donde sólo uno de ustedes puede vivir, sin dudar haces lo que sea para que ella salga ilesa y en una pieza porque la amas más a tu propio reflejo, ¿verdad? 

—¿Cuál es el punto?

—Cuando se quiere a alguien se hace hasta lo imposible por esa persona. Tú darías tu vida por Lucille porque la amas, lo sigues haciendo a pesar de que ella ya no se encuentra acá; y yo estoy dispuesta hasta venderle mi alma al diablo a cambio del bienestar de Daryl. Haré todo lo que me pidas, las cosas que haga Daryl allá yo las haré, lo que sea. Sólo te pido a cambio que él se quede aquí, por favor. 

Se frota la barba pensando en mi oferta. He dejado al descubierto mi debilidad. Cruzo los dedos esperando una respuesta afirmativa. 

—Te haré una prueba para comprobar que de verdad estas dispuesta a todo. Si la pasas, Daryl se queda, ¿trato? —extiende su mano. 

—Hecho. 

Estrecho su mano. Espero a escuchar la dichosa prueba, hasta bailo merengue con un caminante si quiere. Sin decir nada abandona la casa, lo sigo temiendo que me pida una locura como cortarle un brazo a alguien. Con este hombre se puede esperar cualquier cosa, el dolor ajeno le gusta. 

Ruby es lo primero que veo al volver, levanto los hombros ante su inquietud. Ni siquiera sé lo que se viene después de esta charla, lo único certero es que Daryl se quedará acá y yo me iré. Michonne viene entrando a la comunidad con un venado sobre los hombros y Rick a sus espaldas trae un rifle. Su mujer no luce feliz, pero Negan al ver a nuestro líder entregándole el ultimo rifle faltante de nuestra amplia armería sonríe gustoso. 

—¡Pero mira nada más! 

—Ella salió a cazar desde temprano —explica Grimes. Si claro, Michonne salía a practicar. Cualquiera que la conozca bien lo sabe—. Este rifle no estaba en el inventario, pero quiero dártelo. 

—Eres muy considerado, Rick. Tú si sigues las reglas —Negan entrega el rifle a uno de sus hombres quien lo sube a uno de los camiones—, si siguen así de cooperativos nos llevaremos muy bien. 

—Ahora que ves que seguimos tus reglas, quiero pedirte que Daryl se quede. 

Demasiado tarde, Rick, yo ya me adelante. Negan se gira hacia mi y señala a Rick con su pulgar. 

—De verdad que quieren a Daryl en este lugar —alza los brazos buscando una explicación y luego los cruza—. Betty, ya hizo un trato a cambio de Daryl. Es un trato jugoso al que no puedo decir que no, ningún hombre en su sano juicio se negaría en realidad. Para recompensar la falta de comida, he decidido llevarme a uno de ustedes conmigo. 

—¿Betty, qué trato hiciste? —Ruby se pone a mi lado, murmura su pregunta. Su voz delata lo asustada y enojada que esta. 

No la mira, mantengo la mirada fija en un punto fijo por encima de las cabezas de todos. 

Cuando Negan se acerca a nosotras me pongo alerta. Sus botas chocan con las mías, lleva una mano a mi cintura llevándome hasta él, ya no hay campo para el espíritu santa entre nosotros e intento poner algo de espacio con mis manos en sus hombros; su otra mano se desliza de mi mejilla hasta mi nuca y lentamente se va acercando a mis labios. Intento hacer mi cabeza hacia atrás pero su mano me lo impide. Comprendo que esta es la dichosa prueba de la que hablaba, si lo que quiere es un beso se lo daré; un beso es un precio bajo por la libertad de Daryl. 

Dejo de poner resistencia. Por más nauseas que me cause el besar a este hijo de perra, me abstengo de patearle las canicas y recibo su beso. Mis manos se aferran a su chaqueta para contener mis impulsos. Un breve beso que para mi resulta tan insignificante. Mis labios se mueven a la par con los suyos, a vista de todos damos el espectáculo de besuquearnos de manera apasionada. Deseo con todas mis fuerzas patearle las uvas y escupirle la cara. 

Rompe el beso y al verlo a los ojos distingo que tiene una chispa. Se relame los labios sonriendo triunfante. Lo que más me surra es que debía hacerlo teniendo a Daryl tan cerca, quien desde que llegaron ha hecho su mayor intento por evitar mirarme, pero ahora su vista es bien puesta en nosotros dos. La sangre debe hervirle, Negan lo hace con toda la intención de joder. 

—Betty, será una de mis esposas —anuncia—. Muñeca, dale tu espada y cuchillo a Daryl y espérame en el auto.  

¡POR QUÉ ME GUIÑA! Hago lo que dice, pongo sobre las manos de Daryl las dos únicas armas que me acompañan ahora. No puedo ni verlo a la cara. Sin mirar atrás me dirijo hasta el auto de Negan, ocupo el espacio del copiloto. 

Desde aquí veo como Negan se regocija, gesticulo y se inclina como si le doliera la cadera. Esto lo va a pagar muy caro. Llego el momento de que la Reina Roja haga rodar un par de cabezas. 




Lo sé me ausente bien mucho. La universidad me consume viva. Ya estoy un poco más libre y trataré de subir dos capítulos cada que actualice para recompensar la tardanza.

Betty ya se va al Santuario!!!!! ¿Qué creen que ocurra? sinceramente yo aún no sé jijiji

Gracias por todo el apoyo que le están dando a esta historia ¡son las mejores personas del universo! No sé como poner emojis desde la computadora maldita sea, pero  creo que así se ponen los corazones <3 <3 <3 hasta mis lectores fantasmas tienen un lugarcito en mi cocoroco. 

Bienvenidas todas aquellas nueva/os lectores!!!! 

Me encanta leer sus comentarios, a veces salen con cada cosa. Y no saben el esfuerzo que hago para no soltarles un spoiler a veces jajaja. 

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