Capítulo 31
Una cosa es la que se hace en situaciones como estas y es guardar la calma. No mire bien como era la serpiente; lo que sé es que tenemos 30 minutos para buscarle un antídoto antes de que los síntomas aparezcan y muera.
-¡Mantén la calma! ¡no entres en pánico!
-¡Tú estás entrando en pánico pendeja! -corrige.
-Hay que ver la herida. Debes traer puesta ropa floja y...
-Betty -me toma de los hombros, sacudiéndome un poco. Veo sus ojos reflejando dolor-, sí hay una persona que puede ayudarme aquí eres tú. Leíste libros de medicina y confió en que sabes lo que hay que hacer.
Lo principal es ver la herida, en Georgia hay algunas serpientes que no son venenosas. En realidad no se donde carajos estamos actualmente, pero quiero pensar que continuamos en Georgia. Levanto la tela hasta dejar al descubierto la mordedura, hay tres buenas noticias; una es que la mordedura tiene forma de herradura, quiere decir que la serpiente no es venenosa; la otra es que nada más sentirá dolor por un tiempo, con un analgésico se le quitará; y la última es que puedo usar esto como excusa para que obligar a Rick a ir a esa comunidad.
-¿Por qué tienes esa mirada? -inquiere con cierta desconfianza-. Betty, ¿qué se te acaba de ocurrir?
Que no se me acaba de ocurrir.
Actriz que llevo dentro, es hora de sacar chispa.
-Tengo una buena y una mala noticia -anuncio, incorporándome-: la serpiente que te pico no es venenosa.
-¿Y la mala?
Su voz decía que no quería saber la respuesta.
-Es que te negarás ayudarme en un plan que se me acaba de ocurrir -sonrío inocentemente.
-Betty -dice en modo de advertencia.
-Sólo finge que te duele, yo les diré que una serpiente te mordió y debemos llevarte lo más pronto posible ante un doctor o morirás; así podré hacer que Rick se convenza de ir a ésa comunidad -explico.
-¡Pero sí me duele, pendeja! ¡y sí me mordió una serpiente! -replica.
-Obviamente. -le doy la razón-. Ruby, por favor.
Junto las manos en señal de suplica. Se lo piensa unos minutos, es cruel de mi parte pedirle que haga eso pero es un buen mayor. Acepta a regañadientes.
La llevo al Granero a cuestas como si de verdad le costará caminar. Según mis investigaciones las picaduras de serpientes NO venenosas no pasarán de solamente un dolor y hasta ahí; así que las muecas de que de verdad le duele la pierna no son fingidas. Carl y Noah se nos unen al ver como llevo a Ruby a toda prisa y más alterada que una señora que acaba de perder a su hijo en el super.
Rick sostiene a Judith mientras la alimenta con lo que parece puré. Aaron nos observa expectante.
-¿Qué ocurrió? -demanda barba negra.
-Una puta serpiente, éso paso -respondo en un tono de voz más alto de lo que pensaba. Dejo a mi amiga apoyada contra las tablas de la pared. Restriego mi cara en una señal de frustración, mis ojos pican por las lágrimas.
-¿Una serpiente? -repite dudoso Carl.
-¡Sí, Carl! -exclamo desesperada.
El pants que trae puesto le queda lo suficientemente flojo para poder levantarlo a la altura de su rodilla y vendarle la pantorrilla. Tiene una leve hinchazón.
-Betty, cálmate...
-¡¿Que me calme?! ¿quieres que me calme, Rick? La vida de mi amiga depende de un hilo y tú quieres que me calme -espetó alterada.
Actuó como loca, lo sé; pero es necesario para que parezca convincente. Con suerte nadie sabra identificar la mordedura de una serpiente para nada venenosa.
-Necesitamos ponerle un vendaje.
-Hay vendas limpias en mi mochila -ofrece Aaron.
-Carl.
-Las traigo en seguida -va corriendo a buscarlas.
El único que tengo el presentimiento que puede saber sobre la picadura es el mugroso de Daryl. Ése maldito es una copia sexy de Mowgli y Tarzan, conoce los bosques mejor que nadie; por lo tanto debe conocer igual los animales que los habitan. Sera mejor que cubra la herida antes de que él aparezca y descubra mi mentira.
Carl vuelve entregándome las vendas. Rick, Aaron y Noah observan atentos como cubro la herida con la venda, estiro su pierna y le indico que no la mueva mucho. Sujeto al líder del antebrazo y lo alejo un tanto del resto, es hora de ejecutar mi super plan a prueba de tontos.
-Rick, tenemos que darle algún antídoto. Necesita un antisuero antes de treinta minutos, que es cuando los síntomas comienzan aparecer. -informo.
-Hospitales por aquí cerca no hay, y nos tomaría más de treinta minutos despejar uno y más aún buscar todo lo necesario.
-¿De verdad? Eso no lo pensé -exagero mi tono sarcástico.
-Oye, solo trato de buscar una solución. -restriega su desalineada barba de Santa Claus malvado.- Los demás no deben tardar en aparecer, traerán los autos que Aaron tiene y buscaremos una solución para salvar a Ruby.
-Hay una más rápida que gastar la gasolina hasta que el veneno haga que mi amiga muera -digo, esperando que algo haga click en su cabeza.
-No haremos éso, Betty -sentencia.
Decidida, y molesta por su falta de sensatez, me acerco al hombre atado que se hace llamar Aaron. Quedo a su altura cuando me pongo de cuclillas, miro directamente a sus ojos y hago la pregunta:
-¿Tienen un medico que pueda ayudarle? más importante, ¿tienen medicamentos? -pregunto claramente desesperada y urgida por "salvar a mi amiga", la cual hace un gran trabajo con fingir que le duele.
-Tenemos a Pete, es cirujano. Y sí hay medicamentos, posiblemente él sabrá que hacer con Ruby -contesta decidido y sin una gota de titubeo.
-¿Posiblemente?
-Rick, no dudo de las capacidades de Pete; pero no puedo asegurarte al cien por cien que haya todo lo necesario. Tenemos intravenosas, medicamentos, mas no sé si haya algo contra picadura de serpiente.
Sobre unas cajas están todas las cosas de Aaron, las bengalas están ahí, la pistola igual. Si no quiere entender por las buenas de que la idea de ir allá no es tan mala, tendré que convencerlo usando mis métodos para nada ortodoxos. Voy por la pistola, veo que ese cargada y salgo afuera.
-Betty, detente -Rick trata de pararme. Soy más rápida que él y corro hacia la salida-. Oye no...
Tarde. Apunto al cielo disparando con la esperanza de que tanto Michonne, el resto y la persona que viene con Aaron acuda al llamado. Rick sujeta con brusquedad mi brazo forzándome a ver su rostro lleno de cólera. Logra intimidarme si es lo que buscaba.
-¿Estás demente? -espeta-. ¿Qué acabas de hacer? Los que sean que estén con él vendrán para acá, acabas de dar nuestra ubicación.
-¡Ése es el punto, Einstein! -sacudo mi brazos mirándome de su agarre-. Si de verdad quieren probar que son buenas personas nos ayudarán, salvarán a mi amiga, y veremos cómo es su comunidad.
-Papá, tiene sentido. Además Ruby lo necesita -apoya mi idea su hijo.
Vuelvo adentro con Ruby, quien habla con Noah en murmullos. Regreso la pistola a su lugar, de aquí en adelante sólo queda esperar a que acudan a mi batiseñal.
-Si es una trampa, ya caímos en ella.
-Rick, por Dios, cierra la maldita boca.¡Es la vida de Ruby la que está en juego! -le grito-. Si la situación fuera al revés, si Michonne o Carol o Maggie estuvieran en la situación que lo está ella, no dudó que ahorita mismo ya estaríamos de camino allá.
-La cosa sería la misma -asegura.
-No. No lo sería, Rick -contradigo, segura de que así lo seria-, sé que no lo sería porque ellas te importa lo suficiente como para no pensar en los riesgos a la hora de salvar su vida. En cambio nosotras...
Lo que digo tiene un dejo de verdad. Por lo visto Rick Grimes actúa como si la vida de nosotras dos no le importará en lo absoluto. En lugar de negarlo se queda de pie mirándome con ese ceño fruncido tan típico y con sus manos en su cadera.
Murmuró un: "lo ves", antes de dejarlo ahí parado y volver con Ruby. Pasan alrededor de tres minutos cuando Daryl y Carol llegan con la rapidez de un rayo al lado de Gabriel y Eugene. Hago lo posible por mantenerlos alejados de ella, Porter será un idiota pero sabe cosas, no dudó que sepa identificar una mordedura de serpiente. Daryl insiste en verificar la mordedura y recibe varios manotazos y gritos de mi parte que lo hacen abandonar su idea.
La que antes era una actuación de histeria, ahora era verdad, Michonne y los otros estaban tardando. ¿Habrán visto la bengala?
Para mantener a Daryl ocupado y que no vuelva intentar ver la mordedura, agarró el herbario que tome en aquel club de golf. Recuerdo que en una de las tantas veces que lo leí encontré una planta que sirve para mordeduras venenosas; tanto de arañas y escorpiones, como para serpientes.
-Daryl -lo llamo. El susodicho voltea verme, sus intimidantes ojos azules se clavan en los míos llenos de mentiras-, ¿podrías ir a buscar esto para Ruby? Para hacerle un té. Por favor.
-Por supuesto -acepta, su mirada se ablanda un poco. Toma el libro analizando la hoja y memorizando su forma.
-Voy contigo -se ofrece Carol.
Sin decir nada, Daryl le pasa el libro, toma su ballesta y se va con Carol pisandole los talones. Mantengo hidratada a Ruby, sí mal no recuerdo éso es lo que se debe hacer. Ella se queja de vez en cuando del dolor.
Grimes mayor nos observa desde la distancia, se semblante ya dejo de ser aterrador, esta pensativo. Quizás lo que le dije aún ronde por su mente. En cambio, Grimes menor esta aquí conmigo dándome ánimos. Cuenta viejas anécdotas de cuando asistía a la escuela para hacernos reír un poco. Este niño es increíble, ¿para qué Dios haría que personas como él vivieran en esta mierda? No cabe duda que cada día me hago más atea.
El ruido de unos autos se comienza a escuchar cada vez más cerca. Son ellos; tienen que serlo. Rick va a su encuentro y yo permanezco en mi lugar. Los portazos indican que bajaron ya todos.
-Vimos la bengala. ¿Qué ocurrió? -inquiere Glenn.
-No tenemos mucho tiempo -comienza el lider, entrando con todos tras el-, una serpiente mordió a Ruby, tenemos que ir a esa comunidad.
Todas las miradas vienen a parar en nuestra dirección. Maggie se acerca rápido para preguntar por el estado de mi amiga, asegurando que todo saldría bien y que ellos ayudarían.
Un hombre desconocido viene al lado de Abraham. Es delgado, rubio y parece inofensivo. Su mirada recae en Aaron, se le acerca preocupado alarmando a Ford que le apunta con su rifle.
-Estoy bien, Eric. Tranquilo - lo tranquiliza Aaron.
-¿Quién eres? -demanda Daryl. Entrando con su ballesta en alto, listo para disparar. Sus manos tanto como las de Carol están vacías, señal de que no encontraron la planta.
-Soy Eric. El compañero de Aaron -se presenta-. Me preocupe mucho al ver la bengala y fue cuando...
-Salio de su escondite -interrumpe Rosita-. Nos estaba siguiendo.
-Estamos perdiendo tiempo -habla por primera vez Michonne-. Hay que irnos, ahora.
Ford es quien viene por ella. La carga hasta la caravana. Tomo el arco y su mochila, sigo de cerca a Ford hasta que la deposita sobre la diminuta cama que hay aquí dentro. Observo por la ventana como Rick da órdenes a diestra y siniestra, en especial a Eric y a Aaron que continúa atado de manos.
En los siguientes cinco minutos ya están todos acá, excepto por Glenn, Michonne y Rick que van en el pequeño auto con Aaron; los demas venimos apretados en la caravana, Abraham conduce y Eric fa las indicaciones de como llegar a la comunidad.
Permanezco en mi lugar al lado de Ruby. El viaje es largo asíque le recomendé dormir un poco. Eric calcula que estaremos en su comunidad para el medio día. Olvide por un segundo que la serpiente no era venenosa y lloré en silencio como Son de verdad fuera a perderla. Caí en mi propia trampa.
Escuché decir a Ford que la bateria estaba por morir. El dolor en la pierna comenzo a disiparse gracias a unos analgésicos que le di a escondidas. Carl y Noah se acercan un momento para reafirmar que las cosas saldrían bien. La culpa por verlos tan preocupados me carcome viva, sí supieran las verdaderas intenciones detrás de esta obra de la mártir, ¿se enojarian, o estarían de mi lado?
Voy a irme al infierno por esto.
¡Ah, esperen! Ya estoy en él.
Incluso Daryl se acerca un momento. Se queda sentado a mi lado sin decir una palabra, debe pensar que sigo enojada por lo que pasó horas atrás. Lo estaba, si, pero ya se me pasó; lo máximo que he llegado a estar molesta con una persona fue un tienpo de cinco minutos, me enojo fácil y de la misma forma se me pasa... en algunas ocasiones.
Su mano se posiciona sobre mi pierna diciéndome de una forma silenciosa que no estoy sola. Me permito apoyar la cabeza en su hombro, es la cosa que tenemos con él; no es necesario decir mucho, nuestros actos y nuestro silencio lo dice todo. Mi mirada sigue fija sobre el cuerpo en paz quebreposa sobre la cama, sí no fuera por el pequeño movimiento de un mechón que tiene sobre su cara diría que está muerta. El mechón se mueve con cada exhalación que hace.
-Parece como si ella...
-No lo digas -susurra.
Bajo la vista hasta su mano que sigue sobre mi pierna, recuerdo los manotazos y los gritos que le di.
-Perdón por golpearte y gritarte.
-Me lo merecía -comenta.
-Actúe como una loca -insisto.
-Estás en todo tu derecho. Ella es tu familia -dice.
Volvemos a quedarnos callados. Él fue el primero en percatarse de que la caravana se había detenido, volvió realidad la profecía de que la batería debía morir. Todos bajamos a excepción de Ruby.
-Volveré a buscar la planta, regreso pronto -toma mi brazo con delicadeza.
Asiento. ¿Daryl Dixon acaba de avisarme que hará algo? Normalmente él hace lo que le plazca y no le dice nada a nadie. Glenn y Ford se encargan de revisar lo que sea que le haya pasado a la caravana.
Me siento a la sombra con las palmas de las manos apoyadas sobre la caliente carretera. Tara se pone a mi lado sonriendo de lado, devuelvo el gesto pero no llega a hasta mis ojos.
-Antes de que todo empezará, ¿quien eras? -saca un tema de conversación. Rompiendo el sepulcral silencio.
-Una estudiante de prepatoria. Luego sería una enfermera -respondo, sonriendo al imaginarme con mi título.
-Yo era cadete de policía -argumenta.
-Tu nuevo apodo será Cadete Chambler -comento.
-Esta bien, enfermera Williams -sigue el juego. Reímos un poco-. O tal vez debería llamarte enfermera Dixon.
-Cierra la maldita boca -sentencio mirando alrededor para ver si no anda cerca-. Maggie y Glenn te están metiendo ideas locas en la cabeza.
-¿Segura que son ideas locas? Cuando los vi allá dentro aparentaban otra cosa -objeta.
-¿Nos estabas mirando? -observo.
Hace un sonido afirmativo con la garganta. Ya no hay respeto por la privacidad. Una figura aparece frente a nosotras irrumpiendo nuestra charla sobre el espiar a las personas.
Daryl confiesa no haber encontrado nada pero si un unas bayas que se ven jugosas.
-¿Estas no son venenosas? -pregunto, haciendo que recuerde la vez que como unas.
-A diferencia de ti; yo sí sé diferenciarlas -dice tajante, mas con cierta burla en su voz.
-En mi defensa, jamás me había quedado más de dos minutos en un bosque. -protesto.
Bufa. Deposita su paño rojo sobre mis manos, es un buen puño de bayas. Le sonrío agradecida, lanzó una al aire en un intento de atraparla con la boca, solamente que me golpea la mejilla. Tara se ríe junto con Maggie y Rosita de mi fracaso, malditas. Les muetro mi dedo medio a las tres junto con mi sonrisa más falsa.
-Pudrance -les digo.
-Te queremos igual -dicen Maggie y Tara al mismo tiempo.
Rosita por su parte me dice algo en español que estoy segura Ruby me traduciría.
-Si no lo entiendo no cuenta -replico.
El motor ruge anunciando que estamos listo para partir se nuevo. Algunos vitorean felices por volver a la carretera, yo por mi parte subo como rayo para ver a mi amiga.
Continúa con su siesta, tiene el sueño más pesado que nunca haya visto. Duerme más que un puto oso perezoso. El camino se llena de curvas que hacen devolver lo poco que he comido. Recuerdo que mamá solía darme una pastilla para dormir todo el camino cuando se llenaba de curvas la carretera.
Enjuago mi boca con agua del lavamanos. Hago gárgaras y escupo. Salgo limpiando mi boca con la manga de mi chaqueta. Algunas miradas se dirigen a mi.
-Odio las curvas -digo entre dientes.
Los escucho reír mientras me alejo. Mi desgracia les parece graciosa, con esta clase de amigos ¿para qué quiero enemigos?
La ciudad de Washington pasa fugazmente por la diminuta ventanilla, después de todo si llegamos a nuestro destino.
-Eric, ¿cuánto falta?
-Tan sólo unos minutos. Ya estamos cerca, Betty -sonríe amablemente.
Hay una camita extra, que es donde me encuentro sentada. Los pocos minutos que faltan intentaré dormir un poco. Paso mi brazo detrás de mi cabeza como almohada, cierro los ojos e intento mantener la mente en blanco. Dejo de pensar en mis pesadillas, mis amigos, en todo; sólo me concentro en el cansancio que siento y la merecida siesta que me merezco.
Diez minutos son los que puedo descansar. La caravana se vuelve a detener y yo ya estoy despierta, alerta y lista para lo que sea. Vuelvo agarrar las pertenencias Ruby, esta vez Daryl es quien la lleva en brazos.
Bajamos de la caravana y Aaron y Eric son quienes se encargan de que nos abran la enorme reja. Los muros son mucho más altos de lo que pensé. La reja se abre dejando a la vista el cielo.
Mierda ¿a dónde diablos venimos a parar?
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