Capítulo 16

En verdad que no me creía lo que pasó hace horas atrás. Daryl beso mi mano, bueno técnicamente estaba succionando el veneno... a quién le importa.

El rastrea y yo observo. Quiero aprender a rastrear, no se ofreció a enseñarme y quizá si lo observo aprenda algo.

-mira, aquí - señala un montón de hierba aplastada-. Hubo una pelea.

-parece una especie de cuna improvisada -opino.

-¿Qué mierda dices?

-¡Sí! Sólo observarlo bien. Parece el lugar donde dormirá Tarzan.

Lo escuché gruñir y maldecir.

-¿Nunca viste esa pelicula? Es un clásico. Es obvio que alguien se recosto ahí, por el diámetro deduzco que un bebé -levanto la barbilla con orgullo. Ver esa serie de detectives y tanto Disney sirvieron de algo.

-¿Quién es el experto aquí? Hubo una pelea y se fueron después por allí -sigue un sendero de hierba aplastada.

Lo que digas Sherlock. A mis espaldas hay un enorme arbusto de bayas, estas son diferentes a las que encontré horas atrás. Admito que me da miedo comerme una, ¡y si también son venenosas! No me quiero parecer a la Comadreja. Quien haya visto Los Juegos del Hambre entenderá.

Voy detrás de Daryl en cuanto veo que no esta. Salgo a unas viejas vías de tren, hay algunos cadáveres al borde de éstas.

-¿Sigues pensando que era un bebé? -replica con sarcasmo.

-hasta la persona más inteligente se equivoca. Pregúntale a Einstein.

No dijo nada y siguió caminando por las vías. Lo seguí en silencio. Todo iba bien hasta que algo salió de mi, esa cosa que debió irse en cuanto el apocalipsis empezó. La cosa que nada más viene a joderme la vida una vez al mes.

Con simple hecho de saber que ya llegó me pongo de malas por dos razones.

a) las toallas sanitarias y las pastillas para los cólicos son escasas.

b) ¿Por qué diablos lo tenemos las mujeres?

-¡¿En serio?! -veo mi vientre- ¿en este momento?

Agggg. Malditos sean los hombres por no tener que soportar esto.

-Betty...

-¡cierra la boca! -exclamó. Lo último que deseo es escuchar sus quejas y soportar su malhumor-. No estoy de ánimos para soportar tus burlas, quejas o lo que desea que ibas a decir. Necesito que me ayudes a buscar un lugar donde pueda cambiarme.

-hace cinco minutos estabas hablando en metáforas, riendote de tus propias tonterías -dice. Parece difícil de creer pero cambió de humor muy rápido.

-¿Yyyy?

Necesito encontrar un lugar para ponerme la porquería con alas.

Me siento sucia.

Mi cara de malhumor es peor que la de Daryl. Odio la vida. Odio al mundo. Odio todo. Los siguientes tres días serán los peores del mes, dos días con cólicos y los primeros tres voy a parecer manguera de bombero. Situaciones como estas es cuando necesito mis audífonos y las canciones más sad que existan; Taylor Swift o Adele.

Unos metros más adelante hay un frondoso arbusto entre medio de dos árboles enormes, perfecto.

-quédate aquí. Si te mito volteando en esa dirección -señalo el arbusto- té sacaré los ojos, ¿entendiste?

-se te está haciendo costumbre amenazarme, niña.

-estas advertido.

Lanzo la mochila al suelo, rebusco el pantalón más oscuro que tengo, lo que menos deseo es que se manche y se noté. En el cierre de afuera, de la pequeña bolsa, guardo algunas cosas de higiene femenina como por ejemplo: Toallas de uso diario (que no uso por cierto), tampones, toallitas húmedas para allá abajo, pastillas para cólicos, etc. Son infinidad de cosas, de las cuales ya no me queda nada, salvo por una maldita toalla con alas y un estúpido tampon violador, ¡odio esas cosas!

Me aseguro de que no haya un caminante cerca o algún pervertido mirando. Este proceso llevo evitándolo por días, ¡no quiero la regla! maldita sea. Coloco la cosa con alas donde es debido y subo mi calzón, me pongo el pantalón sucio de mezclilla oscura. También me pongo mis viejos tenis gastados y rotos. Si encuentro un caminante que más o menos de mi talla de zapato no dudare en quitárselos, los necesito más yo.

La camiseta manga larga de franela la amarro a mi cintura. Mi chaqueta es ahora la única cosa que cubre las armas que llevo en la sobaquera. Pongo el cuchillo de papá donde siempre, el arma que normalmente uso en la cintura, esta vez decido llevarla en la pierna. De la misma forma que el Carlangas.

-¡Listo! -salgo detrás del arbusto-. Espero no hayas visto.

-no te preocupes -dice-, no había nada bueno que ver de todas formas.

¿Debo sentirme ofendida o enojada? no tengo el mejor cuerpo de todos y no espero tenerlo, me siento ofendida. Qué espera encontrar en estos días ¿a Barbara Palvin? ¿Kendall Jnner? ¡Hola! confórmate con lo que hay.

Decido quedarme callada. Ok, no.

-ya quisieras tocar todo esto -me adelanto más. Golpeando con mi cabello su cara.

Mi parte malvada que ama ver el mundo me dice que haga un comentario que todo hombre odia. Siento que si lo menciono Daryl se moleste más de lo debido y se pase...

Que más da.

-¡Mira! -señalo la cosa entre sus piernas- eso parece un pene, pero más pequeño.

Su cara ofendida y sorprendida no tardan en aparecer. Justo en el ego.

-te sorprenderías -protesta.

-¿ah, sí? -pregunto irónica-. No entiendo por qué los hombres se ofenden cuando les dicen que tienen chiquito el miembro. ¡Acéptenlo! no tendrán una cosa de dos metros. Y no soy experta en el terreno del sexo pero dudo que a las mujeres les importe eso, mientras les de placer que más da.

-preguntar eso es como que yo te preguntara el por qué tu afán de usar brasier -se defiende. Eso dolió, me esta queriendo decir que aparte de que no tengo buen cuerpo que tengo bubis pequeñas-. ¿Entiendes mi punto? Y resolviendo a tu pregunta; a las mujeres si les importa el tamaño.

-no a todas -protesto.

-se nota que no tienes idea de lo que hablas -ríe burlesco.

No tengo objeción ante esa lógica. No se ni lo que digo, quería fastidiarlo y me salio el tiro por la culata. No me di cuenta que esta es la primera conversación que sostengo con Daryl sin que me mande a callar, y todo por -aunque sueñe extraño y gracioso- el tamaño de su miembro.

¡Vaya cosas de las vida!

-¿La princesa del drama se quedo sin argumentos? -se burla.

-numero uno; soy la reina, no te equivoques Bombón. Numero dos; no me quede sin argumentos, es solo que esta es la conversación más larga que hemos tenido -rio poco.

Siento su mirada sobre mi, actuó como si no me diera cuenta. Puedo jurar que lo vi sonreír, la comisura de su labio se elevo un milímetro ¡lo juro!. Olvide por completo que tengo que buscar lo más rápido posible más toallas con alas, la que traigo no resistirá mucho y ya no tengo más.

-¿sabes de un lugar donde pueda conseguir unas cosas que necesito? es urgente -meto mis manos en mis bolsillos delanteros.

-¿3312? -eleva las cejas.

-¡¿Qué?! -exclamo. Daryl sonríe un poco. Entendí su maldita referencia, ¡diablos!-. ¿Viste Monsters Inc.?

Continúo caminando, ignorándome completamente. No me importa que me ignore, mantuvimos una conversación de dos minutos, hizo una referencia de mi película favorita. Dixon se esta ablandando un poco, me esta dejando trepar esa pared que pone entre las personas, nada más que se apendeje y ya no me podrá sacar de su corazón. Cuando quiera hacerlo será demasiado tarde, estará loco por mi y no hace falta decir que yo lo estoy con él.

Es que es exageradamente sexy, malo y todo un enigma. A mami le gusta.

Caminamos por el bosque hasta encontrar un campo de golf, debe haber muchas cosas allí dentro. Solo espero hallar lo que busco. No hablamos más desde hace rato, si no tuviera mi sexto sentido que nunca falla, diría que Daryl solo esta neutro; pero no, esta debatiéndose algo.

No aparecieron muchos caminantes, no debe de haber tantos por esta zona. Algo que Dixon intento sin estallar, fue enseñarme a orientarme en el bosque. Fracase. Eso no es algo que se aprenda de la noche a la mañana, en verdad que intentó no matarme ¡lo vi en sus ojos! ya que sus cara me decía todo lo contrario.

La puerta fue difícil de abrir. Estaba trabada y las bisagras chillaron al abrirla. Una peste a muerte me dio directo en la cara, gracias a Dios no he comido nada sino ya lo estaría vomitando. Hay cadáveres por todo el lugar.

-que peste -cubro mi nariz.

-veré que no haya caminantes. Busca tus tampones, yo iré por otras cosas.

Después de todo si entendió lo que necesito. Pero los tampones no me gustan esos objetos violadores desvirgina mujeres. Muevo todo tipo de cosas entre los cuerpos, reviso sus bolsillos en caso de que tengan algo útil. Uno de ellos guardaba una multi-navaja en su bolsillo izquierdo. Encontré un herbario bajo un montón de ropa, esto es exageradamente útil, algún día no tendremos medicamentos y nos tendremos que fiar de los té casero. Aquí claramente dice que la manzanilla es buena para los cólicos menstruales.

En un viejo bolso de piel encontre medicamentos para casi todo. Inclusive para hemorroides. Las cuales no tengo. Una linterna, fósforos, chocolates rancios, una que otra lata de guisantes y espinacas. Lo que sea es bienvenido.

Una particular bolsa plástica color negra esta oculta bajo una almohada, que casualmente tiene encima un caminante posiblemente bien muerto.

-no te muevas. Quédate quieto. Buen caminante muerto. -estiro lentamente mi mano. En mi otra mano tengo listo mi cuchillo por si las moscas.

Le un tirón retiró la bolsa plástica. El cadáver no se movió, ¡es buena señal!... creo. Acabo de ganarme la lotería; un paquete de toallas sanitarias sin abrir. Las guardo en mi mochila. De nuevo guardo mi cuchillo en su funda, tengo que decirle a Daryl que ya podemos irnos.

Me toman con fuerza de los hombros, obligándome a caer. Estaba medio parada, no se cual de los estúpidos cadáveres se levantó y ya quiere comerme. Esos ruidos extraños que hacen retumba en mi oreja.

Trato de darme vuelta para inmovilozarlo y poder matarlo. Parezco tortuga sobre su caparazón.

-¡Daryl! -grito desesperada.

Giro mi rostro para ver donde está su cabeza y casi me muerde la oreja, ¡mierda!

-¡Pendejo! Me van a matar, imbécil. Te necesito.

Si giró sobre mi cuerpo le daré una ventaja de morderme. Hasta hora mis posibilidades son nulas y ésa parece mi única opción.

Aquí vamos. Giro sobre mi cuerpo dos veces, retirandome lo necesario para poder sacar de menos el arma bajo mi chaqueta de béisbol. Se abalanza sobre mi y meto el arma en su boca disparando.

Suspiro aliviada. Es la segunda vez que un caminante me agarra con la guardia baja. ¡Y el pendejo de mi Bombón no apareció! La cara y el pelo se me salpicaron de sangre.

-¡Dixon! -lo busco. Tomo mis cosas y recorro el lugar. Paso por una clase de bodega donde supongo guardaban la comida, voy a matarlo. Por fin lo encuentro en el bar, jugando tiro al blanco con unos dardos-. ¿No me escuchaste?

-oí un disparo -responde, encojiendose de hombros.

-y tal vez no pensaste que necesitaba tu ayuda, ¿eh?

-sabes cuidarte sola, no necesitas mi ayudas -lanzo otro dardo.

Me sorprende. Me cree capaz de cuidarme sola.

Parece como si hubiera tomado un balde de sangre y me eché encima. Le daré algo especial, algo que vi en muchas películas y no creo que alguien más se lo dé en estos días. Un trago.

Me coloco detrás de la barra.

-¿Quieres un trago?

-si, por qué no -va por sus dardos.

Busco una botella que no esté echa añicos. Sentí que se me salía la virginidad con un maldito estornudo, puta regla.

Se me están pegando las malas costumbres de Daryl. Ya me hice bien putas malhablada.

-encontré esto. -pongo en la barra la única botella. La abro y le doy un trago, ¿Qué clase de bebida es esta?

-no pienso beber esa mierda -Daryl toma la botella para ver el nombre-. Esto es basura.

-no hay nada mejor.

-¿alguna vez te emborrachaste?

-dos veces. Y no te rías. -suplico-. Fue con un shot de tequila.

Lo primero que le dije y fue lo que hizo. ¡Se reía en mi cara! Desgraciado.

-eres patética. Esa es la primera historia graciosa que has contado en todo este tiempo.

-oh, gracias, Daryl. Eres tan amable y sutil con eso de no reírte de las personas - digo, enojada al instante.

-sigueme.

Voy detrás de él. No entiendo a donde es que me lleva, pero si sigue riendo de esa forma y hablando más, no me importa a donde me lleve. Si que estamos avanzando en esto de socializar.

Hasta donde entendí si ha escuchado todo lo que le he dicho en estos días. Prepárate mundo, se viene un gran desastre.

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