Todo es una pantalla
Aquellos zapatos color carmesí atraían las miradas de las doncellas, pero quien seria la atrevida que llevaría tal calzado para nada discreto. Muchos rumores se habian inventado en torno a aquellos zapatos rojos y nadie tenia el valor de comprarlos, muchos susurraban que el zapatero que los habia maldito. Otros susurraban que los zapatos absorbieron al vida del zapatero que los creo, solo rumores que la gente incauta inventaba hasta que una joven doncella se acerco a verlos y entonces se escucho.
Quiero comprarlos... -una chica joven de largo cabello negro y brillantes ojos claros se acerco a donde vendían el calzado-
Esta segura señorita?... -afirmo el vendedor, con los rumores que rondaban no estaba seguro de poder venderlos-
Claro que si... -la joven le entrego al hombre una bolsa con monedas de oro, el hombre agradecido le dio los zapatos en una elegante caja de madera donde habían estado guardados-
Aquella atrevida joven era lady Madelaine, una de las doncellas mas conocidas y apreciadas del lugar. Contando con una amplia gamas de pretendientes debido a su linaje, heredera principal del legado de su padre Lord Suioki. Una vez cumplidos sus 15 años la doncella ya tenia autoridad sobre las empresas de su padre, aunque ella prefería pasar el resto de su día jugando con su hermano menor.
Valentin!!!... los tengo... -sonreía alegre mientras se daba prisa hacia un joven de traje un poco mas alto que ella-
Que bueno que pudiera conseguirlos lady, es mejor que volvamos. Su hermano debe estar esperándola... -acompañando a la joven se encontraba su mayordomo particular para nada discreto, sus profundos ojos y su dulce sonrisa podía cautivar a cualquier doncella pero eso no parecía funcionar con ella-
Son tan rojos como la sangre...-susurro abrazando aquella caja, su acompañante sonrió de forma cómplice ante las palabras de a contraria y regresaron a la mansión familiar-
Aquellas palabras cómplices de la doncella hacia el mayordomo eran mas que indiscretas para el, teniendo cierto gusto por la sangre el cual secretamente compartía con la joven.
Una vez en la mansión esta decidió esconder aquellos zapatos rápidamente en su habitación, ya que su madre no aprobaría el calzado. Una vez ocultos se escucho la puerta del cuarto dejando ver al hermano menor esperando a su querida hermana para jugar, con una dulce sonrisa esta lo levanto en brazos y fueron al patio para jugar al aire libre.
Durante el día todo era una pantalla a lo que realmente ocurría en el interior de la gran mansión, Lord Suioki era un hombre trabajador pero tenia problemas con el alcohol, aun así era dedicado a su familia y a su exigente mujer Madame Suioki.
Madame Suioki era una mujer totalmente materialista, amaba a sus hijos y esposo pero amaba mas los objetos materiales. Desde que había nacido su primogénita se había vuelto mas exigente con su esposo, los doctores decían que seria algo pos parto pero ya habían pasado 15 años .
El pequeño conde, el hermano menor de Madelaine era el mas encantador de la casa. Siendo el consentido al ser el hijo menor y el hijo varón. Por otra parte la primogénita siempre tenia una sonrisa en su rostro a pesar de las dificultades, los motivos de la sonrisa eran desconocido pero se sabia que su mayordomo estaba literalmente queriendo algo mas que su sangre....
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