El legado carmesi

En el presente de la historia nos encontramos en una antigua mansión, rodeada por un bosque y con un camino a su entrada. Unas cuidadas y limpias enredaderas siendo utilizadas como guías en el camino nos llevan a una gran puerta de madera en óptimas condiciones a pesar de sus años, dentro se puede apreciar a mayordomos y doncellas realizando sus tareas de limpieza y mantenimiento del lugar. Todos poseen trajes de la época Victoriana y actúan a la par de la época, sobre la escalera principal un gran cuadro familiar con sus rostros rasgados a arañazos, excepto la imagen de la joven de cabellos negros y piel clara que sonríe levemente con sus manos sobre los hombros de que al parecer es su hermano menor.
Llegando a la alcoba principal se encuentra con una puerta de madera la cual es levemente goleada por una de las doncellas para acceder al cuarto, dentro de este se pueden apreciar las paredes las cuales son cubiertas por una infinidad de cuadros de la misma joven que se encuentra en la entrada en diferente posturas y edades. Al acceder al balcón de la habitación se puede apreciar a una joven bebiendo el te y disfrutando de una lectura, observando con cuidado podemos ver que la joven tiene los cabellos negros, sus ojos marrones claros, su piel clara y sonriendo levemente. Su vestuario sencillo compuesto por un vestido fino de dormir pero en sus pies unos refinados zapatos de taco rojos carmesí que destacaban sin ninguna duda.
Esta doncella heredo por parte de muchas generaciones anteriores una fabrica de zapatos  donde el emblema de esta compañía son un pequeño par de zapatos rojos, este emblema fue diseñado rememorando a sus antecesoras quienes utilizaban zapatos rojos en ocasiones especiales.
Todo momento era una ocasión especial para recordar a sus antecesoras mientras disfrutaba de la brisa y un buen te con las mas finas hierbas importadas.

Pero esto es el presente, volvamos años mas atrás. Cuando el cuadro de la sala estaba en condiciones, cuando todo comenzó, cuando el carmesí domino a esta doncella.

Siglo XIX (19) la reina Victoria estaba al mando y el comienzo de una nueva era sin dudas mejoraría todo o al menos esa era la idea de los pobladores, antes de este gran suceso un muy antiguo zapatero realizaba el ultimo par que sus viejos ojos le permitían. Unos pequeños y muy detallados zapatos rojos, diseñados con una medida promedio ya que no eran un pedido especial, pero el zapatero quería darse el gusto de hacer un ultimo par de zapatos antes de que su inminente final llegara.
Unos zapatos hermosos sin dudas, un par que cualquier joven doncella querría pero el dinero por esta venta llegaría demasiado tarde. Con la muerte del viejo zapatero, los zapatos se perdieron en una caja de madera. Limpiando el hogar de donde vivía el zapatero se cruzaron con aquella caja, los zapatos en su interior estaban intactos, como si nadie los hubiera usado jamás y sin dudar los pusieron a la venta.

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