⻝ ┇ ❝cuatro.

ChanYeol miró el mensaje que KyungSoo le envió en la mañana, sonriendo de lado al ver la imagen adjunta de un rechoncho JongIn lleno de tierra después de ayudar a su mami en el jardín, para después tratar de volver a concentrarse en la operación que haría en media hora. Sin embargo, el hecho de que KyungSoo le dejara de vez en cuando mensajes tímidos, le hacía ver que el omega estaba poniendo de su parte para que las cosas funcionaran, y eso le aliviaba un montón.

Luego de lo que hizo su mamá, temía que KyungSoo lo rechazara sin pensarlo un poco. Sin embargo, el omega seguía a su lado, nervioso, asustadizo, pero seguía allí. Se estaba encariñando demasiado rápido, aunque en ese momento, no le importaba mucho. Le gustaba saber que tenía a alguien a su lado.

Tocaron a la puerta de la habitación y soltó un gruñido en señal de que la persona entrara.

SeHun se asomó con una ceja enarcada. Su amigo era pediatra, y solían juntarse para fumar o comer algo de vez en cuando.

— Noto el amor en el aire. — Dijo SeHun con sarcasmo.

ChanYeol frunció el ceño, mirándolo con ojos entrecerrados.

— ¿Qué quieres, cejudo? — Le dijo bruscamente.

SeHun arrugó los labios, observándolo mientras resoplaba.

— Hace mucho no tenemos una noche de hombres... — Comenzó a decir, vacilante.

— Mierda — ChanYeol lo miró con burla —, ¿te peleaste con Baek? 

Su amigo negó con la cabeza, sin embargo, sus ojos tristes demostraban que estaba mintiendo con claridad, y ChanYeol se inclinó un poco. Cada vez que Hun y Baek tenían una pelea, el mayor solía ir a buscarlo para pedirle que fueran a tomar algo, tratando de despejarse.

— ¿Qué fue lo que hiciste? — Le preguntó, calmado.

— ¿Por qué todo el mundo cree que fui yo el que hice algo? — Se quejó SeHun, sentándose en la silla frente al escritorio —. ¡Baek igual puede cagarla!

— Eh...

— Le dije que había engordado. — Soltó Hun atormentado —. Ni siquiera lo pensé, lo dije porque mientras lo abrazaba– 

— Oye, no quiero saber eso. — Protestó ChanYeol.

—... le apreté su rollito y se lo dije. — SeHun continuó como si nada —. Me echó de la cama y hoy en la mañana no me dijo nada. — Siguió lamentándose como un niño pequeño —. Por favor, ChanYeol, tengamos una noche de machos. 

— Estoy seguro de que eres cualquier cosa menos un macho en este momento, SeHun. — Se burló ChanYeol, recostándose en la silla.

SeHun lo miró de forma incrédula.

— No puedes decirme cuando estás como un perrito enamorado detrás de Soo. — Replicó SeHun.

—¡No estoy como un perrito ena–!

— "Oh, ¿por qué Soo no me acepta? ¿Por qué Soo le presta más atención a su bebé? Odio a Innie, lo odio tanto, quiero ser un bebé para que así Soo me mime". — Imitó SeHun con una voz patética. 

ChanYeol lo fulminó con la mirada, convenciéndose a sí mismo de que no había forma alguna de que él actuara de esa forma alrededor del omega. SeHun estaba exagerando, que dijera esas cosas era imposible.

— Saldré a tomar contigo sólo porque hace mucho no lo hago. — Contestó de mal humor.

SeHun sonrió ampliamente, poniéndose de pie.

— Pasaré por ti a las seis. — Dijo, antes de salir.

ChanYeol respondió con un gruñido, conteniendo las ganas de lanzarle su lápiz a su amigo, y se limitó a sacar el móvil viendo la nueva notificación que llegó minutos atrás. KyungSoo le envió una foto de él, poniendo una expresión de asco mientras señalaba la tierra llena de lombrices, y su rostro le sacó una sonrisa pequeña, en tanto le contestaba.

Bueno, quizás SeHun tenía razón y si estaba actuando como un perrito enamorado alrededor de KyungSoo, pero no lo iba a admitir nunca en la vida.

Recibió minutos atrás un mensaje de ChanYeol, diciéndole que no iba a alcanzar a llegar y que se fuera a su casa sin dudarlo, pues se verían al día siguiente. Luego de terminar de arreglar el patio, tomó en brazos a Innie, saliendo del hogar del alfa para dirigirse a su casa.

JongIn estaba lleno de tierra porque quiso ayudarlo en el jardín, así que lo primero que hizo al llegar, fue darle un baño que resultó siendo un desastre. A su bebé no le gustaba bañarse y, aprovechando cualquier distracción de KyungSoo, salía de la bañera sin importarle si estaba desnudo, para escapar corriendo entre risas y gritos.

Así que KyungSoo terminó con la ropa mojada, con un dolor en el estómago debido a las risas y agotado por el largo día. JongIn parecía igual de agotado que él, porque cuando lo recostó en su cuna, no protestó un poco pidiéndole dormir con él y se quedó dormido en unos minutos.

KyungSoo soltó un bostezó, entrando a su cuarto, y cayó dormido apenas su cabeza tocó la almohada.

Sin embargo, su sueño placentero se vio interrumpido por unos fuertes golpes en la puerta, seguidos de timbrazos y gritos.

Maldiciendo por lo bajo –y rogando que JongIn siguiera durmiendo– observó la hora para luego ponerse las pantuflas con una bata. Eran las tres de la mañana, ¿quién podía venir a esa hora?

Espera.

¿Era la voz de ChanYeol?

— Kyungiiiiiiiieeeeeeeeee, ábreme, bebé, por favoooooor. — Gemía ChanYeol, golpeando la puerta. 

Bajó las escaleras, atónito.

— ¡Te quieeeeeeeeeero, mi amooooooooor, mi lindo pingüiiiiinoooooo! — Insistía ChanYeol de forma risueña. 

Tomó aire, frunciendo los labios, y abrió la puerta. Alcanzó a agarrar a ChanYeol antes de que cayera al suelo, pues se había estado apoyando en la puerta cuando la abrió. El alfa olía a cigarrillos y cerveza, y KyungSoo arrugó la nariz, sorprendido por la sorpresa.

Iba a decirle algo, pero ChanYeol levantó la vista.

— ¿Por qué me miras con tu triángulo malvado? — Gimoteó como un niño pequeño —. Quiero besarte, Kyungiiiiiieeeee. — Y extendió los labios en una trompita. 

KyungSoo quería seguir luciendo enfadado por haber visto su sueño interrumpido, pero la actitud de ChanYeol le estaba enterneciendo contra su voluntad. ¿Cómo era posible que un alfa maduro se comportara de esa forma?

Así que negó con la cabeza, sonriendo de lado.

— Voy a llevarte a tu casa, ChanYeol. — Le dijo, dando unos pasos.

— Nooooooooooooooooo. — ChanYeol se aferró con más fuerza a él —. No te he visto en todo el día, bebito.

— Me estás viendo ahora. — Regañó KyungSoo.

— Pero nunca es suficiente. — Protestó ChanYeol con pena —. Podría verte todo el día y nunca sería suficiente, Kyunggie.

El omega sintió sus mejillas ruborizadas, y mordió su labio inferior de forma indecisa. Observó el sofá en el comedor, antes de notar el rostro un poco rojo de ChanYeol. Bueno, podía dejarlo durmiendo en el sofá, estaba seguro de que en el estado de ChanYeol daba lo mismo.

— ¿Dónde estabas, ChanYeol? — Le preguntó, acariciándole el cabello.

ChanYeol le sonrió, feliz por su atención, y KyungSoo sintió su corazón latir con más fuerza al ver la bonita sonrisa del alfa. Lo hizo entrar y cerró la puerta.

— SeHun me invitó a beber porque estaba peleado con Baek — Se quejó ChanYeol —, es horrible escuchar sus quejas, pero dijo que debía hacerlo porque él siempre me escucha cuando me quejo de ti.

La sonrisa de KyungSoo se tambaleó y sus inseguridades volvieron.

— ¿Tienes alguna queja? — Murmuró con la voz temblando.

— Sí. — ChanYeol sonrió de forma perezosa —. Me quejo siempre de lo lindo, adorable y tierno que eres, Kyunggie. Eres como... ah... como mi guitarra. 

— ¿Eh? — KyungSoo frunció las cejas.

— Sí, porque cuando te veo... — ChanYeol se arrebujó a su lado —, me siento feliz. 

KyungSoo estaba seguro de que iba a morir pronto por las dulces palabras que ChanYeol le decía debido a su borrachera. Era demasiado para él, nunca nadie antes le dijo cosas tan dulces en tan poco tiempo, ni siquiera su difunto alfa.

— Entonces fuimos a beber con SeHun y me contaba toda su vida sexual con Baek. — Siguió ChanYeol —. ¿Sabes lo que hacen en la cama? — El rostro del alfa se iluminó —. Mi amor, ¿eres elástico? 

Oh, santa virgen, ¿realmente le estaba preguntando eso?

— ¿Dónde está SeHun? — Preguntó para desviar su atención.

— Fue a seducir a Baek — ChanYeol lo abrazó por la cintura —, aunque estoy seguro de que Baek le dará un golpe. — El alfa hizo un pequeño puchero —. Quiero dormir contigo, Kyunggie, abrazadito a ti y decirte lo lindo que eres. Mi omega. — Soltó un suspiro —. Mi bonito omega.

— ChanYeol, vas a dormir en el sofá. — Regañó KyungSoo.

— ¡Noooooooooo! — Lloriqueó ChanYeol como un niño pequeño —. No quiero, no quieeeeero. — ChanYeol sacudió a KyungSoo —. ¿Por qué a tu bebé gordo lo dejas dormir contigo? 

— ¿Le acabas de decir gordo a mi bebé? — Preguntó KyungSoo, incrédulo.

— Quise decir rechoncho.

— ¿Se supone que eso es mejor?

— Si no duermo contigo, voy a morirme.

— No vas a morirte.

— ¿Si te canto una canción, me dejarás dormir contigo?

KyungSoo iba a negarse, pero ver la mirada insistente de ChanYeol le hizo ver que no podría librarse de ella.

— Sólo si tu canción me conmueve. — Respondió soltándolo, cruzándose de brazos.

ChanYeol asintió con entusiasmo, comenzando a aclararse la voz.

Entonces, empezó a cantar:

— Perra, perra, eres una perra, tengo novio, pero igual te caliento la sopa porque soy una perra. ¡Perra, perra, perra!

KyungSoo lo miró de forma inexpresiva cuando terminó de cantar.

ChanYeol lo miró con una amplia sonrisa.

Unos segundos después, KyungSoo comenzó a reírse sin control alguno, sosteniéndose de su estómago para no caerse. ChanYeol se reía también, encantado al ver al omega riéndose con tanta libertad, bajando su guardia totalmente.

A ChanYeol le encantaba la risa de KyungSoo, era un sonido demasiado encantador y dulce.

Lo atrajo otra vez.

— ¿Podré dormir contigo, Kyunggie? — Le preguntó, ansioso.

KyungSoo asintió, sonriendo, permitiendo que los brazos de ChanYeol lo sostuvieran esa noche.

ChanYeol se sentía en el paraíso, a pesar del dolor en su cabeza que parecía romperlo en dos.

Pero qué le importaba, porque cuando abrió los ojos y vio a KyungSoo acurrucado a su lado, durmiendo con tranquilidad, todo lo demás desaparecía. Todo lo demás podía irse al diablo si despertaba cada día del resto de su vida con su omega abrazándolo, durmiendo entre sus brazos como si fuera el lugar más seguro del mundo.

Su omega.

Apretó sus ojos brevemente, haciendo una mueca ante el nuevo dolor de cabeza, pero no se movió, sólo atrajo más a Soo en sus brazos. Podía recordar toda la conversación que mantuvo con SeHun durante las noches, sus quejas, el verlo cantar karaoke, cuando salieron del bar a tropezones, caminando por la calle mientras gritaban, cantaban y se reían de estupideces. Su amigo caminó a su casa con la intención de seducir a BaekHyun para arreglarlo todo, pero ChanYeol estaba seguro de que fracasó, porque una de las cosas que más amaba Baek era dormir.

Y luego él caminó hacia la casa de KyungSoo con la desesperada necesidad de verlo, de sentirlo, de acariciarlo, y cuando lo vio a los pies de la puerta, con su pijama junto con el rostro amodorrado por el suelo, supo que quería a KyungSoo como no quiso a ningún omega en su vida.

Supo que KyungSoo era suyo, y él era de KyungSoo, y nadie en el mundo iba a cambiar eso.

Se comportó como un idiota, lo sabía muy bien, por lo que se estaría atormentado hasta la muerte por ser como un niño pequeño cuando se emborrachaba. Sin embargo, no le importaba en ese instante, pues hizo reír a KyungSoo, e incluso logró meterse a su estrecha cama.

Cuando comenzaran a vivir juntos, ChanYeol le regalaría una cama enorme donde ambos pudieran dormir cómodamente y, por qué no, hacer otras cosas. 

Haría todo lo posible para que KyungSoo tuviera siempre esa sonrisa preciosa que pocas veces esbozaba, aquella sonrisa que parecía iluminar su día.

Entre sus brazos, KyungSoo se removió, abriendo sus ojos con lentitud.

Santa madre de Jesús, ¿acaso Kyunggie se podía ver más lindo?

— ¿ChanYeol? — Le murmuró, levantando la vista —. ¿Qué haces en mi cama?

Enarcó una ceja, viendo el momento exacto en el que el chico parecía recordar lo que ocurrió horas atrás. Sin embargo, contra todo pronóstico, no comenzó a gritar escandalizado como se lo esperaba, sólo ladeó la cabeza.

Antes de que pudiera decirle algo, ChanYeol hizo un movimiento rápido, dejándolo bajo su cuerpo e impidiendo que se moviera.

— ¿Puedo besarte? — Le preguntó en voz baja.

KyungSoo lo observó con ojos enormes, su boca entreabierta, y se inclinó para darle un beso. Al menos, eso pretendía.

— ¡Maaaaaaaaaaaaami!

KyungSoo lo echó a un lado cuando la puerta se abrió de un portazo y un rechoncho bebé entró tambaleándose, sonriendo enormemente.

— ¿Papi?

JongIn se detuvo, mirando desde KyungSoo hacia ChanYeol, sin comprender un poco lo que estaba ocurriendo. Finalmente, terminó por inflar sus mejillas.

— ¡Mami! ¡Mami! — Chilló JongIn, subiendo a la cama con esfuerzo, comenzando a gatear hacia ellos —. ¡Mía, mía, mía! ¡Papi feo! 

— ¡Innie! — Exclamó KyungSoo cuando el bebé lo abrazó por el cuello, abrazándolo como si fuera un mono —. ¡Esa no es forma de saludar a ChanYeol!

Pero JongIn sólo le sacó la lengua a ChanYeol, que fruncía el ceño debido al dolor de cabeza por los gritos del niño.

— ¿Crees que los cerditos vuelen, Kyunggie? — Preguntó ChanYeol de pronto. 

— ¿Eh? — KyungSoo lo miró atónito, pero antes de poder preguntar a qué se refería con ello, ChanYeol se puso de pie y tomó a JongIn por la tela del pijama en la espalda, levantándolo en el aire.

El niño chilló por la sorpresa en tanto KyungSoo se sobresaltaba por completo.

— ¡ChanYeol, bájalo! — Chilló el omega, espantado.

— Tranquilo, no le haré nada malo. — Bufó el alfa, sin soltar al bebé —. Yo sí pienso que los cerditos vuelen.

KyungSoo contempló, atónito, la forma en que ChanYeol arrugaba los labios, mientras JongIn gritaba. El alfa se puso a caminar hacia la ventana.

— ¡PARK CHANYEOL! — Gritó KyungSoo, horrorizado cuando ChanYeol sacó a JongIn por la ventana. 

— ¡AAAAAAH! ¡MAAAAAAAMI! — Chilló JongIn, suspendido en el aire.

— Escúchame, mocoso — Dijo ChanYeol, sin soltarlo un poco —, tu mami es mía–

— ¡NUNCA! — Gritó JongIn.

— ¡CHANYEOL, ¿QUÉ DEMONIOS TE PASA?! ¡DAME A JONGIN! — Gritó KyungSoo, poniéndose de pie.

— No hasta que este mocoso aprenda. — Gruñó ChanYeol, fulminando con la mirada a JongIn —. ¡Tu madre es mía!

— ¡NO! ¡NO, NO Y NO! — Exclamó JongIn, pataleando y moviendo sus brazos en el aire.

— ¡Te haré volar! — Amenazó ChanYeol.

— ¡CHANYEOL!

JongIn, sin estar un poco asustado, le sacó la lengua groseramente. Hubo un momento de silencio, donde nadie respiró, mientras el bebé seguía sosteniéndole la mirada con desafío.

ChanYeol entró otra vez a JongIn, y el niño lo abrazó por el cuello mientras ChanYeol suspiraba, recostándose en la pared, sentándose en el suelo.

— ¡Mami, iba a volar! — Chilló con entusiasmo JongIn. 

ChanYeol levantó la vista, sólo para que KyungSoo le quitara a JongIn de los brazos, sin decir nada, y comenzar a revisarlo.

— ¡Eres un idiota! — Sollozó KyungSoo ante la sorprendida mirada del alfa —. ¡Creí que... yo pensé que...! — KyungSoo no pudo seguir hablando por el llanto, pero no era necesario que lo hiciera para saber lo que quería decir.

— KyungSoo...

Pero el omega lo abofeteó, descontrolado por completo. 

— ¡Pudiste...! ¡Pudiste haberlo...! — KyungSoo dejó de hablar, asustado.

ChanYeol acarició su mejilla adolorida, en tanto KyungSoo se sentaba en la cama, apretando a JongIn en sus brazos. El niño los contempló con expresión asustada.

— ¿Tan poco confías en mí como para creer que pensaba matar a Innie? — Le preguntó ChanYeol fríamente. 

El llanto de KyungSoo se detuvo de a poco, y el omega levantó la vista.

Se miraron en silencio, los ojos de ChanYeol eran hostiles mientras los de KyungSoo se hallaban colorados por el llanto.

— Te dije que no haría nada malo — Espetó ChanYeol duramente —, pero si cada vez que me acerque a Innie vas a reaccionar así, entonces no sé por qué estoy aquí. — ChanYeol se giró hacia la puerta —. Hemos terminado. 

— ¿Papi? — Gimoteó JongIn.

Pero ChanYeol no se giró cuando salió de la habitación, furioso, tratando de contener toda la molestia y el dolor que lo ahogaba en ese momento, debido a lo que significó para él que KyungSoo todavía no le tuviera la confianza suficiente como para estar a solas con JongIn. Que todavía dudara de sus intenciones, a pesar de que ya le demostró varias veces que no pensaba hacerle algo malo a su bebé.

Si KyungSoo no confiaba en él, entonces ellos dos no tenían futuro alguno.

— ¡ChanYeol!

Se giró mientras bajaba las escaleras, viendo a un deplorable KyungSoo lanzarse a sus brazos, sin dudarlo un poco. El alfa tuvo que agarrarse al pasamano para no caerse y provocar así un accidente, en tanto KyungSoo enterraba el rostro en su cuello, temblando.

— Lo siento — Murmuró KyungSoo a su oído, todavía con la voz quebrada y con muchos temblores en su cuerpo —, lo siento, yo no... Sí confío en ti, lo prometo, es sólo que... cedí al pánico y... y JongIn es todo lo que me queda...

— No. — ChanYeol lo abrazó —. Me tienes a mí también.

KyungSoo asintió sin mirarlo, aspirando el aroma que el alfa exhalaba, tranquilizándose con su toque dulce y amable.

— Kyunggie... — Susurró ChanYeol —, sigo un poco molesto.

El omega parecía querer hacerse pequeño en sus brazos.

— Te lo recompensaré — Le respondió —, ¿cómo puedo hacerlo?

ChanYeol le levantó el rostro, mirándolo a los ojos.

— Vamos a tener una cita mañana en la tarde — Le dio un beso en la frente —, y comenzarás a utilizar el anillo de compromiso que pienso comprarte, mi amor. 

Mi amor. Sonaba perfecto.

Asintió, dándole un beso a ChanYeol en la mejilla, volviendo a aferrarse a él sin soltarlo un poco.

KyungSoo temía que ChanYeol desapareciera un día y tuviera que volver a la triste oscuridad a la que ya estaba acostumbrado.

ChanYeol sabía que estaba en problemas cuando abrió la puerta y vio a su padre bajo el umbral de ésta con una expresión helada.

Al parecer no bastaba con la terrible resaca que tenía en ese momento, sino también tendría que lidiar con sus inacabables problemas familiares.

— Si es por lo de Jiwoo y mamá, ya puedes irte. — Le gruñó, haciéndose a un lado para darle la pasada.

Por supuesto que tendría que darle la pasada, después de todo, su padre era también un alfa, lo que significaba que ChanYeol era un alfa puro al ser hijo de dos alfas, algo poco común en ese mundo. Le otorgaba un puesto de más categoría, se le consideraba superior por ese simple hecho, y ponía más responsabilidades sobre su espalda.

Además, sus padres solían ser más duros con él por eso, esperando siempre lo mejor de ChanYeol. Olvidaban, a veces, que su hijo era un alfa y por lo tanto no podían obligarlo a algo que no quería.

— Tu madre está histérica porque comentó que su hijo quiere... casarse con un omega que luce más como un prostituto que como una persona decente. — Dijo su padre a modo de saludo.

ChanYeol apretó sus manos mientras fruncía los labios, disgustado totalmente.

— ¿Quieres que me haga cargo de ella? — Gruñó —. Vienes a perder el tiempo, no pienso casarme con Jiwoo ni hacer lo que mamá diga.

Su papá miró el comedor en silencio, examinándolo con cuidado.

— Jiwoo es una chica linda. — Dijo con tranquilidad.

— Jiwoo lo único que quiere es una buena posición. — Replicó ChanYeol, apoyándose en la pared.

— Es una chica linda, Park ChanYeol — La voz de su papá se endureció —, y es una omega. ¿Qué más quieres? Es inteligente, agradable y tiene buen cuerpo. Follar con ella no te costará nada, y si lo deseas... — Hizo una pequeña pausa antes de sonreír burlonamente —, puedes llevarte a ese omega que quieres y tenerlo como un amante. Estoy seguro de que a los dos no les molestará follar contigo al mismo tiempo. 

ChanYeol sintió su piel ponerse de gallina mientras una insana y horrible rabia lo llenaba por lo que su padre dijo con tanta calma.

— Retira lo dicho ahora mismo. — Ordenó sin un ápice de amabilidad.

Su padre frunció las cejas.

— No dije nada malo. — Contestó el hombre, bufando.

— KyungSoo será mi único omega y lo respetaré como tal. — Dio un paso, sonriendo burlonamente —. Que tú y mamá tengan miles de amantes no significa que yo seré como ustedes, ¿lo tienen claro?

El alfa frente a él se quedó un momento en silencio, sus fríos ojos examinando el rostro de su hijo de forma analítica.

— No voy a permitir que te cases con un omega hombre, Park ChanYeol, y menos con un omega que ya tiene un hijo. — Advirtió su padre.

ChanYeol mantenía esa sonrisa burlona, pero el resto de su rostro seguía siendo helado y despectivo.

— Ese bebé es mi hijo también, ¿o acaso mamá no te lo dijo? — Dio otro paso.

— Somos tu familia, ChanYeol. — Espetó su padre.

— No. — El menor humedeció sus labios —. Mi familia desde ahora es KyungSoo y JongIn, nadie más, así que, o me dejan en paz, o nunca más me verán en sus vidas.

Su padre lo miró con desprecio sin agregar algo más para luego salir de la casa despotricando en voz baja. Apenas se quedó solo, la sonrisa desapareció de los labios de ChanYeol, convertidos ahora en una fina línea apretada en señal de molestia.

Si bien no era la primera vez que desafiaba a sus padres, si era la primera vez que los vio a ambos de acuerdo con el hecho de que tuviera a una pareja que ellos no aprobaran. Lo que significaba una cosa peligrosa: los dos se pondrían de acuerdo para impedir que estuvieran juntos.

Tendría que apurar sus planes, a conciencia de que las cosas con KyungSoo todavía no eran serias, y cualquier paso en falso podría arruinarlo todo.

Y podía ocurrir que, si KyungSoo se enteraba de que el estar comprometido con ChanYeol haría que la integridad de su hijo corriera peligro, acabara con todo lo antes posible.

ChanYeol no quería pensar en esa alta probabilidad, porque quería desesperadamente a KyungSoo como su omega, como su esposo, como su pareja por toda la vida.

Se dejó caer en el sillón, frotando su frente con irritación, y se dedicó a mirar la pared en blanco, pensando en alguna solución a todo lo que estaba pasando.

— ¿Hoooooola? ¿Baaaaaek?

— Ah... Ho-hola...

— ¿Estás bien, Baek? — KyungSoo arrugó los labios, sosteniendo el móvil contra su oreja —. Suenas agitado. 

Hubo un pequeño momento de silencio entre ellos dos, y luego se escuchó un gemido de dolor al otro lado de la línea.

— Sí... Estoy bi-bien... — Baek tomó aire —. ¿Qué... pasa...?

KyungSoo miró a JongIn, que estaba jugando con las piezas de un juego, concentrado en ello.

— Te quería pedir un pequeño favor, si podías cuidar a JongIn por el resto de la tarde. — Preguntó con súplica.

— Ah... — Baek soltó una risa nerviosa —. No... no creo poder, Soo...

Soltando un suspiro, KyungSoo revolvió su cabello.

— ¿Seguro? — Insistió con suavidad.

Baek tosió.

— Verás, Hun y yo...

— Vale, no quiero saber, adiós, pasen una linda noche. — Y antes de que Baek pudiera decirle algo más, KyungSoo cortó la llamada suspirando, pensando en lo que podía hacer.

Dentro de unos minutos ChanYeol vendría para ir a buscarlo y tener su cita, ¿y con quién iba a dejar a JongIn? Baek era la única persona en la que confiaba lo suficiente para hacerlo, la única persona que no lo juzgaría, y estaba ocupado con su esposo. Podría contratar una niñera, sin embargo, conocía muy bien a JongIn para saber que su pequeño bebé podía lucir tierno y amoroso, pero era un pequeño demonio cuando no estaba cómodo.

¿Y si lo llevaba a la cita? No quería pensar en eso, no quería que ChanYeol cambiara sus planes o las exigencias de JongIn estuvieran de por medio. No quería que ChanYeol se sintiera presionado a aceptar más a su hijo.

Tocaron al timbre de la casa y soltó un quejido en voz baja. Sin embargo, segundos después abrió la puerta, encontrándose con un ramo de flores y a ChanYeol relajado frente a él.

Parpadeó, sonrojándose.

— ChanYeol, podías entrar por la puerta...

— Vamos, Kyunggie, no me arruines nuestra primera cita. — Se quejó ChanYeol, entregándole el ramo —. ¿Estás listo o deberé esperarte para que te arregles como hacen muchos omegas?

KyungSoo soltó una risa baja, haciéndole pasar mientras negaba con la cabeza.

— No, es sólo que... — Bufó —, llamaré a una niñera para que cuide a JongIn, ¿podrías esperarla?

— Claro — ChanYeol se encogió de hombros, entrando al comedor —, pero ¿no quieres llevarlo con nosotros?

KyungSoo volvió a parpadear, observando a ChanYeol tomando en brazos a JongIn como si nada, haciéndolo reír.

— Qué dices — Rascó su nuca —, no quiero que JongIn te moleste.

— Por favor, JongIn no me molesta. — ChanYeol lo observó, sonriendo de lado—. Kyunggie, somos una familia, ¿no es así?

Familia. Que bien sonaba la palabra en su mente, en los labios de ChanYeol. Significaba algo totalmente importante para él, algo que le calentaba el corazón de formas inimaginables y le hacían pensar que quizás las cosas podían mejorar a pesar de todo.

— Si no te incomoda, está bien. — Le respondió KyungSoo, sonriendo tímidamente.

— No digas eso. — ChanYeol se acercó, cargando a JongIn —. No pienses en mí, KyungSoo, piensa en ti. ¿Quieres que JongIn nos acompañe?

KyungSoo lo miró a los ojos, mordiendo su labio inferior, para terminar por sonreír ampliamente, tomando la mano de ChanYeol.

— Eso me encantaría, ChanYeol. — Dijo al fin, dándole un apretón suave.

— Vamos, entonces.

KyungSoo se esperó la típica cena en un restaurante caro, por lo que no pudo esconder su expresión de sorpresa y entusiasmo cuando ChanYeol se estacionó fuera del parque de diversiones.

JongIn se quedó mirando los juegos con expresión embobada, mientras KyungSoo comenzaba a caminar al lado de ChanYeol.

— ¡Ese! — Chilló, apuntando a una montaña rusa.

ChanYeol, al pagar, miró a JongIn enarcando una ceja.

— Te caerás de allí y quedarás hecho masita en el suelo. — Le dijo como si nada, tratando de asustarlo.

Pero JongIn extendió sus bracitos en el aire.

— ¡Masita de cedito! — Dijo, antes de reírse. 

KyungSoo comenzó a reírse, llenando de besos las mejillas de JongIn, y ChanYeol le tomó la mano sin dejar de sonreír, sintiéndose satisfecho por haber pensado en que ir a ese lugar sería una buena idea.

— ¡Ese mejol! — JongIn apuntó a un barco pirata, moviendo sus piernas.

— ¿A cuál quieres subirte, Kyunggie? — Le preguntó ChanYeol, ignorando a JongIn deliberadamente, que berreó en señal de protesta.

— ¿Oh? — KyungSoo puso una expresión de horror —. Oh no, ni loco pienso subirme a una montaña rusa.

— ¿Qué? ¿Les tienes miedo acaso? — La voz de ChanYeol sonó incrédula.

— ¡Podría salirse un tornillo como en esa película y moriríamos!

— Es una película, Kyunggie.

— ¡MORIRÍAMOS! 

— Vale, vale, lo entendí. — ChanYeol rodó los ojos —. ¿Y al barco pirata?

— ¿Y si se suelta el barco y salimos volando?

— KyungSoo...

— ¡Volveríamos a morir! 

— ¡Está bien! — ChanYeol apuntó al carrusel, rodando los ojos —. ¿Y ese?

— Es muy aburrido.

— ...

— La estoy jodiendo, ¿cierto? — KyungSoo pareció retraerse con su propio comentario —. Bueno, si quieres subirte a algo...

— No. — ChanYeol hizo una mueca de diversión —. Es sólo que... me gusta verte así, tan relajado. Tan tú. Me gusta que seas así, Kyunggie.

KyungSoo sintió sus mejillas ruborizadas y quiso decir algo, pero los nervios se lo impedían en ese momento.

ChanYeol lo ayudó a relajarse más, apuntando al edificio donde estaba la pista de hielo, y le dijo que JongIn podía jugar allí sin terminar hecho papilla. El omega asintió, tomando aire para relajarse, y siguió a ChanYeol por entremedio de la multitud de personas.

Una vez en el interior del lugar, KyungSoo le puso un casco a JongIn, que estaba entusiasmado por entrar a la pista. ChanYeol fue a buscar algo que le ayudara a sostenerse y no caer al suelo, regresando con un caballito que se impulsaba si se rebotaba en su lomo.

JongIn dijo que el caballito lucía como su mami, haciendo que KyungSoo se enfurruñara. ChanYeol llevó al niño al borde de la pista hasta que el berrinche se le pasara a KyungSoo, que se acercó segundos después para sentar a JongIn sobre el pequeño caballito con cuidado, mirándolo con una expresión de temor a que algo le pasara. 

El niño, en cambio, lo único que quería era que lo dejaran para poder avanzar solo por la pista de hielo.

— No le pasará nada, Kyunggie. — Le dijo ChanYeol, apoyándose en la barrera que separaba la pista de hielo del resto.

— Mhn...

El omega suspiró, negando con la cabeza, y empujó a JongIn suavemente por la pista, que chilló de la emoción mientras rebotaba en el asiento, haciendo que el caballito avanzara sin ninguna dificultad. JongIn se rió sin control alguno, demasiado feliz de estar allí metido, y KyungSoo sonrió, ubicándose al lado de ChanYeol.

— No era necesario que viniéramos aquí, ChanYeol. — Le dijo de pronto KyungSoo, sin dejar de mirar a JongIn, que seguía patinando con el caballito en la pista, ajeno al resto —. Sé que querías una cita sólo los dos, tuvimos que–

— No te preocupes, Soo. — ChanYeol le tomó la mano, dándole un apretón —. Me gusta pasar tiempo contigo y Innie. Podemos tener una cita los dos solos en otro momento, no importa.

KyungSoo mordió su labio inferior, observándolo ahora a la cara mientras ChanYeol le devolvía la mirada con calma.

— ¿No te sientes celoso? — Preguntó en voz baja.

— ¿De qué? — ChanYeol enarcó una ceja —. ¿De qué estés más pendiente de Innie? ¿Debería estarlo? — El alfa se acercó unos centímetros —. Eres su mamá, Kyunggie, es normal que le prestes más atención a tu bebé que a tu pretendiente.

— Novio. — KyungSoo hizo un gesto nervioso —. Si me voy a casar contigo, eres mi novio.

Los ojos de ChanYeol brillaron.

— ¿Lo somos? — Humedeció sus labios, llevando una mano a su bolsillo, sacando una cajita pequeña —. Pensaba proponértelo esta noche, Soo. — La abrió, revelando un anillo de oro puro —. Quiero que seas mi prometido. No pretendiente ni novio. Prometido. — Ladeó la cabeza —. Quiero que fijemos una fecha a la boda, cuando quieras, me da lo mismo. 

KyungSoo enrojeció por completo, sin saber qué decir ante las repentinas palabras de ChanYeol, dichas sin vergüenza alguna. Miró del anillo al rostro del alfa, sintiendo sus piernas como gelatina, sin saber cómo sentirse con respecto a ello.

— Yo...

— Si crees que es muy apresurado, está bien — ChanYeol hablaba con seriedad —, podemos hablarlo más adelante, no quiero que te sientas presio–

— Está bien.

ChanYeol se quedó en silencio antes las palabras dichas por el omega con rapidez, que sentía sus mejillas rojas todavía, sin levantar su vista del suelo.

A KyungSoo le gustaba mucho ChanYeol, le gustaba la forma en la que lo trataba, como si fuera un diamante, aunque no llegara ni a los pies de uno. Le gustaba la forma en la que lo miraba, la forma en la que le hablaba, la forma en la que se comportaba alrededor de JongIn. Todavía tenía sus pequeños resquemores, pero estaba aprendiendo a confiar de a poco en el alfa y a sentir que las cosas podían ir bien por primera vez en su vida.

Que ChanYeol podía enseñarle a confiar en una persona sin problema alguno.

— ¿Estás seguro, Kyunggie? — La voz de ChanYeol se suavizó y puso un dedo en su barbilla, levantándole el rostro.

— Park KyungSoo suena bien, ¿no crees? — Se atrevió a decir el omega, sonriendo débilmente. 

ChanYeol pareció pensarlo un momento para luego asentir con aprobación.

— Park KyungSoo suena perfecto. — Respondió, deslizando una mano por la nuca de KyungSoo y empujándolo para darle un beso en los labios.

KyungSoo cerró sus ojos, sintiendo la respiración de ChanYeol contra sus labios, y cuando abrió la boca se escuchó un grito:

— ¡MAMI!

Se alejó al ver a JongIn echado en el suelo, acostado boca arriba, moviendo sus brazos y pies como una tortuga, el caballito tirado a su lado.

El niño gritaba porque no podía ponerse de pie y rompió a llorar, fastidiado.

ChanYeol quería reírse al ver a JongIn luchando por ponerse de pie, pero sabía que no era lo correcto cuando KyungSoo chilló con horror, entrando a la pista de hielo a pesar de que no llevaba patines.

¿Y para rematar la situación? Por supuesto, KyungSoo resbaló y golpeó el suelo estrepitosamente con su trasero.

ChanYeol no lo aguantó más: comenzó a reírse sin control.

— ¡Park ChanYeol! — Chilló KyungSoo.

Pero ChanYeol no podía dejar de reírse, mostrando una amplia sonrisa, arrugando sus ojos y sosteniéndose de la pared para tratar de calmarse un poco. KyungSoo, con dificultad, se arrastró hacia JongIn, que dejó de lloriquear para quedarse echado con una expresión enfurruñada.

Todavía se podían oír las risas del rubio cuando KyungSoo salió con esfuerzo de la pista, arrastrando a un malhumorado JongIn entre sus brazos.

Por supuesto, la risa se le acabó cuando JongIn le hizo un gesto grosero que decía claramente "me caí a propósito para quitarte la atención de mamá, estúpido". 

Ese engendro...

Soltó un gruñido de celos, ayudando a KyungSoo a ponerse de pie, que tenía otra vez esa expresión enfurruñada en su rostro, ese gesto raro que hacía con sus labios que indicaba que estaba disgustado.

Trató de controlar la pequeña risa que quería salir de su boca, pero resultó imposible.

KyungSoo lo miró, fastidiado, para luego sonreír minúsculamente.

— Me has mentido todo este tiempo. — Dijo de pronto, haciéndolo callar. ChanYeol lo miró con una ceja enarcada —. Tú tienes la sonrisa más hermosa del mundo, ChanYeol. 

No pudo evitarlo: ahora fue el turno del alfa de ruborizarse. Sus mejillas se sentían repentinamente calientes y desvió la vista, avergonzado por las palabras de KyungSoo dichas con cariño, con ternura.

Quería comérselo a besos de pronto, pero sabía que, si se acercaba, JongIn comenzaría a protestar porque ese bebé era del diablo.

Se limitó a tomarle la mano y pasar un brazo por su cintura, dándole un pequeño beso en la mejilla.

— Vamos, aún nos quedan muchos juegos a los que ir.

Aunque, por supuesto, apenas se subieron a algunos primero porque JongIn era demasiado pequeño y debido al miedo de KyungSoo por los juegos de alta velocidad. ChanYeol lo aprendió de la peor forma luego de dejar al bebé con un guardia, en tanto la pareja se subía a una montaña rusa y el alfa terminó sordo de un oído al escuchar los gritos del pobre de KyungSoo.

— Creo que salimos muy bien en esta fotografía. — Dijo el omega cuando iban de regreso a casa.

ChanYeol se detuvo en un semáforo, observando la fotografía que KyungSoo mostraba, y sonrió de lado. Por supuesto que salían bien, con la rueda de la fortuna de fondo y KyungSoo riéndose mientras sostenía entre sus dedos un algodón de azúcar. JongIn, en tanto, aplaudía, sentado en los hombros de ChanYeol, que miraba a KyungSoo con una minúscula sonrisa y agarraba su mano fuertemente. El omega llevaba unas orejas de panda y ChanYeol portaba unas de gato. 

— La pondré en mi oficina. — Dijo ChanYeol cariñosamente.

— La familia Park. — Comentó KyungSoo, abrazando el oso de peluche que ChanYeol le consiguió en uno de los juegos.

— Park... Innie... Innie... — Balbuceó JongIn en el asiento trasero, medio dormido.

La pareja se miró sin dejar de sonreír, y minutos después ChanYeol se estacionó fuera de la casa de KyungSoo.

— Gracias por la cita, ChanYeol. — Murmuró KyungSoo con timidez.

El mayor le tomó la mano, dándole un pequeño beso.

— Te llevaré a más citas. — Dijo calmado.

KyungSoo abrazó al oso con más fuerza, mirándolo a los ojos.

— No es necesario, estoy acostumbrado... — Hizo una pequeña pausa — a que todo vaya rápido, ChanYeol.

El alfa no desvió la vista, observando la triste expresión de KyungSoo.

— ¿Cómo fue él?

Y no era necesario que KyungSoo preguntara a quién se refería con él.

— Se llamaba Kim Hyungsik — Dijo el omega, apoyándose en el respaldo de la silla con una mueca en los labios —. Yo vivía en las calles desde los trece años, por lo tanto, cuando tenía mis celos, solía meterme en un puente para... para que nadie me oliera. — ChanYeol le dio un suave apretón —. Pero a los dieciséis no alcancé a llegar y... y HyunSik me encontró escondido en un callejón.

— Abusó de ti.

— Sí. — KyungSoo mordió su labio inferior —. Me marcó ahí mismo y dos semanas después nos casamos. Así que ya ves... nunca tuve una cita con mi alfa. — El mayor comenzó a hacer círculos con su dedo pulgar en la palma de la mano de KyungSoo, haciéndole saber con eso que estaba allí —. HyunSik trabajaba como asistente del director de una compañía de autos, así que ganaba mucho, lo suficiente como para... para mantenerme contento, como él solía decir. Era guapo, muy guapo, no tanto como tú, claro. Era de... de estos alfas conservadores, por lo que no me dejó trabajar y tampoco quiso que terminara mis estudios, ya que no los iba a necesitar, según él.

Con las últimas palabras, ChanYeol sentía que se crispaba levemente. La gran mayoría de los alfas eran conservadores en muchos sentidos, en especial en cuanto al lugar que le correspondía al omega dentro de la sociedad: creían que debían quedarse en casa todo el día, limpiando y teniendo la cena lista, cuidando a los niños y siempre sonriendo.

Pura mierda, pensaba ChanYeol.

— Por lo que... me quedaba en casa la gran mayoría del tiempo y tuve que aprender a cocinar. Las primeras veces todo me quedaba horrible — Soltó una risa amarga —, y cuando eso sucedía, HyunSik se encargaba de hacerme saber con un buen golpe a no cometer el mismo error. Le tenía un miedo horrible, a pesar de que sabía que era mi alfa, pero no podía evitarlo. En especial cuando la noche llegaba y él quería follarme, porque sólo buscaba su propio placer.

ChanYeol lo atrajo, sintiendo ganas de vomitar, de matar a ese alfa que se atrevió hacer sufrir a Kyunggie.

— Pero de todas formas... fue un matrimonio normal. Siempre que yo asintiera en todo, las cosas iban a estar bien porque HyunSik así lo quería. ¿Te confieso algo? — KyungSoo lo miró —. Me... me alegro de que hubiera muerto.

— Yo igual. — Concedió ChanYeol —. Era un hijo de puta...

— No. — Le interrumpió KyungSoo —. Estoy alegre de que muriera porque... porque si siguiera vivo, yo no podría estar contigo, ChanYeol. No habría podido ser tu omega. — El menor ocultó su rostro en su pecho —. Quiero ser tu omega.

Las palabras de KyungSoo hicieron que su estómago diera vueltas, su corazón se acelerara en unos segundos, y una increíble sensación de felicidad y calidez se extendiera por todo su cuerpo. Estrechó a KyungSoo en sus brazos, levantando su cabeza, chocando con sus ojos, y le acarició la mejilla.

Luego, se inclinó y le dio un pequeño y suave beso en sus labios.

Los labios de KyungSoo eran suaves, tiernos y dulces. Se acoplaban perfectamente a los suyos sin ningún problema, y deseó poder quedarse allí todo el tiempo del mundo.

Pero, por supuesto, necesitaban respirar, así que se alejó luego de unos segundos.

— Y yo quiero ser tu alfa, Soo. — Le susurró, antes de volver a darle otro beso.

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