♡ → Capítulo vigésimo quinto
I'm back. Ya sé que no me extrañaron, pero pronto ya no tendrán que preocuparse por mí, porque esta historia está por llegar a su fin. Estuve escribiendo esto hasta la madrugada, en total me llevó dos días completar la idea y... me siento muy conforme con todo lo que logré, ya até los cabos sueltos, falta el broche de oro. Espero que disfruten bastante del capítulo porque, sinceramente lo hice lo más jocoso y dulce que pude, esto es todo lo que no soy la mayor parte del tiempo, así que espero se note el esfuerzo. Por cierto, es el capítulo más largo de todos (8032 palabras, tómelo con calma), me dio pereza hacer dos partes, espero no les importe. Sin más que decir...
¡Arriba el Showki!
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Haber llegado a casa después de estar con Hyunwoo hubiese sido perfecto de no ser por una cosa, o más bien por una persona: Sanghyuk. No le malinterpreten, no es que no amase a su amigo, sin embargo, un interrogatorio (explicito) era lo que menos deseaba y aun así era lo que le tocaba. Suspiró resignado cuando no tuvo más que soltarle las respuestas al otro; de todas formas, y a decir verdad no podía evitar querer fanfarronear sobre el espléndido cumpleaños que cierto moreno le había dado.
-Sanghyuk, entiendes que somos hombres a punto de llegar a los treinta y que tenemos responsabilidades, ¿verdad? No me puedo quedar todo el día chismeando contigo como si fuéramos quinceañeras.
Le reprochó al otro quien soltó un sonido de indignación tras llevarse las manos al pecho.
-No puedo creer que me hayas ofendido de esa forma, Kiki... Por favor, ¿cuántas veces en la vida tu mejor amigo se consigue un 'Sugar Daddy'? No es justo que no me quieras contar nada.
Rodó los ojos ante la insistencia de su amigo, sin poder evitar sonreír, al fin y al cabo, detalles como esos eran los mejores de Sanghyuk. Además que el otro era parte de su familia, estaba agradecido de todo el interés que mostraba (a pesar del drama).
-Te dije que dejaras de decir que Hyunwoo es mi 'Sugar Daddy', Hyeongjun y Minhee podrían escucharte. No sé cómo hiciste que nuestros hijos se volvieran tan chismosos como tú.
-No puedo creer que sigas insultándome de esta manera. Nuestros hijos no son chismosos, solo quieren mantenerse al día.
-Por supuesto, por eso Minhee lee los mensajes del teléfono de su madre.
-Qué te puedo decir, quiere cuidar bien de su madre y yo quiero cuidar bien de mi esposa.
Lanzó una mirada de reproche y molestia a su mejor amigo antes de propinarle un 'zape' con los dedos en la frente, escuchando inmediatamente el quejido exagerado que lanzó su adverso.
-Eso por ser un fisgón.
-Maltrato físico y emocional. Empiezo a cuestionarme por qué somos amigos.
-Porque sin mí, tu vida sería un desastre y Minji te hubiese dejado.
-Está difícil de refutar todo eso, pero... ¡hey! Minji me ama con todo y que soy un chismoso.
-Por supuesto que lo hace, todos lo hacemos.
Y no había sarcasmo alguno en su voz. Sanghyuk podía ser exasperante, fisgón, celoso y muy de vez en cuando manipulador, pero en el fondo una buena persona y el mejor amigo que la vida le hubiese podido dar. Sanghyuk tenía suerte de tener a una mujer como Minji de esposa, y viceversa, ambos se complementaban a la perfección... tanto como él y Hyunwoo.
-Entonces, si no es tu 'Sugar Daddy'... ¿ya son oficiales?, ¿Exclusivos?... ¿Amigos con derecho?
-Pues... la verdad...
-Oh no. Kihyun, no me digas que echaste a perder las cosas otra vez.
Lanzó una almohada a la cara de su mejor amigo, quien logró esquivarla con éxito.
-¿Cómo que otra vez? No hice nada, es solo que nosotros... nosotros no hablamos de eso. Nosotros...
Largó un suspiro entre preocupado y cansado. Ahora que lo hablaba con Sanghyuk no sabía cómo sentirse al respecto, ¿sería tan importante ponerle una etiqueta a lo que tenía con Hyunwoo?
-Oye, no. Kihyun, tranquilo. Está bien si no definen ahora lo que son, es decir, acaban de re-encontrarse después de un malentendido. Mientras las cosas hayan fluido y ustedes estén felices siempre tendrá tiempo para hablar sobre cómo quieren llamar su relación.
Siempre se decía así mismo, que no debía asombrarse por la facilidad con la que Sanghyuk podía cambiar de ser un fastidio a una persona centrada con todas las respuestas que necesitabas oír, le era imposible, sin embargo, muy grato.
-No quise presionar el momento preguntando por algo así... no después de todos los regalos y las cosas tan bonitas que me dijo, sentí que no hizo falta.
-¿Hm?, ¿regalos?... estás hablando de la cogida que te dejó caminando raro o...
Y nuevamente volvía a cambiar. Esta vez la almohada si había caído donde debía.
-¡No estoy hablando de sexo, Sanghyuk!
-Bueno, bueno. Ya no te me aceleres, Kiki. No vi que llegaras con nada en las manos, cómo pretendes que no piense que es eso si es lo único que te noto diferente.
Dijo el otro tratando de defender su punto, a lo que un intenso rubor se asomó en sus mejillas.
No se le notaba tanto que había tenido sexo, ¿o sí?
-¡Yah! Deja de hablar de eso antes que los niños te escuchen.
Angustiado por el pensamiento de que su hijo al otro lado del apartamento pudiese estar escuchando las barbaridades que decía Sanghyuk, se apresuró a quitarse el collar que Hyunwoo le había obsequiado, el cual había permanecido convenientemente escondido bajo su suéter. Una vez lo tuvo en sus manos se lo tendió con cuidado, buscando callarle la boca.
-¿Oh?... vaya... ¿Hyunwoo te regaló esto?
-S-sí y...
Antes de siquiera poder decirlo, su amigo ya había descubierto el propósito del dije. Fue graciosa la manera como los rasgos en el rostro ajeno adquirieron aquella expresión de sorpresa en algo similar a cámara lenta.
-Kihyun, ¿Tú pusiste la foto o lo hizo Hyunwoo?
-Lo hizo Hyunwoo.
...
-Oh por Dios, Kihyun, ¿¡Te das cuenta de lo que significa esto!?
Alarmado por la reacción tan explosiva que había tenido su amigo dio un brinco en su lugar mientras este seguía viendo entre el collar y su persona.
-¿No?
-¡Cómo no vas a saberlo! Kihyun, esto es la prueba de que tienes a ese hombre a tus pies. Lo único que falta es que te de las llaves de su casa.
-Bueno, si tener el código de seguridad de su casa cuenta, entonces... creo que sí las tengo.
-No puede ser... ¡Kihyun, ese hombre te ama!
Quiso refutar al otro por su apresurada conclusión. Pensar que Hyunwoo fuese capaz de amarle no era descabellado, tampoco le incomodaba (solo le hacía sentir unas extrañas y agradables ansias), pero apenas se habían dicho un 'te quiero'.
Sin saber qué decir, optó por apartar la mirada tras tomar el collar de las manos ajenas, para así volver a colocárselo en el cuello. Pensó en guardarlo, más no era lo que realmente quería. Deseaba llevar esa joya consigo porque le hacía sentirse cerca de Hyunwoo (y también de su hijo).
"¿Será cierto lo que dice Sanghyuk?... Hyunwoo, él... ¿me ama?"
Pensó con marcado interés, sintiendo su corazón dar un vuelco pasional ante la idea.
-Kiki. Tierra llamando a Kihyun.
Salió de su trance al escuchar la voz a sus espaldas e intentando restarle importancia al asunto, se dispuso a ordenar lo poco que había fuera de su lugar en la habitación.
-No te atrevas a ignorarme, Yoo Kihyun.
-Ahg, ¿por qué tienes que ser así, Sanghyuk? Sí, me obsequió ese collar p-pero eso no significa que me... ame, es decir, todavía es muy pronto para eso y tú lo dijiste antes, nosotros...
-No tiene que decirlo, solo demostrarlo. Kihyun, cualquier hombre regala joyería, más si es uno que tiene billones en su cuenta bancaria, pero él te regaló algo con significado.
...
-No solo hizo eso. Él... me dijo que quiere encargarse de la fiesta de cumpleaños de Hyeongjun.
-¿Qué?
Hizo una pausa al suspirar y tras echarse de espaldas a la cama empezó a explicar.
-Me dio a entender que quiere demostrarme lo mucho que le importamos los dos, no solo yo. Así que se ofreció a arreglar todo para la fiesta de cumpleaños de Hyeongjun, quiere hacerla en su casa.
-¡No puede ser! ¿¡Iré a la casa de un multimillonario!?
Gruñó ante la respuesta de su mejor amigo e intentó lanzarle otra almohada pero ya no quedaba ninguna cerca.
-¿De verdad es todo lo que piensas decir?
-Bueno, fue lo primero que salió de todo lo que pensé. Kihyun, si ustedes no han puesto un nombre a esa relación no importa, con cosas así ya es obvio que son como un 'matrimonio moderno'.
-¿Qué?... Qué se supone que significa eso, Sanghyuk.
Comentó incrédulo al incorporarse en la cama una vez su amigo se sentó a la orilla.
-Un 'matrimonio moderno' así es como le digo yo a las parejas que no se casan pero igual hacen todo lo de una pareja casada. Hyunwoo y tú están a nada de serlo.
-Dios mío, cada día dices más estupideces.
-Podrán ser estupideces ahora, pero tarde o temprano te darás cuenta que tengo razón.
-Sí, cómo sea. El sábado será la fiesta.
-¿Y ya le dijiste a Hyeongjun?
-No, tengo que hablar con él sobre todo este... asunto.
Suspiró al dejarse caer nuevamente de espaldas a la cama. La repentina sensación de pesadez que le llenó por dentro le hizo reparar en la importancia de lo que debía hacer. Nunca antes había tenido que tener una conversación de ese tipo con Hyeongjun, nunca antes había tenido que explicarle a su hijo que estaba saliendo con alguien, y peor aún... explicarle que ese alguien podría (esperaba que fuera) permanente en sus vidas. Tenía constancia de que su hijo al menos se llevaba bien con Hyunwoo, y que el moreno estaba dispuesto a tratar con su hijo, todavía, no dejaba de ser una tarea menos complicada.
De repente fueron unos cariñosos mimos en su cabello los que disiparon nubosidad de su quejumbroso pensamiento, y al abrir sus ojos se encontró con la sonrisa comprensiva de Sanghyuk.
-No te estreses de más por algo como eso, Kihyun. Hyeongjun ya está grande para entender esas cosas, y por lo que sé... Hyunwoo le cae bien. Deja que él tenga su oportunidad de demostrarte lo que quiere. Todo saldrá bien.
Y así era como Sanghyuk podía pasar en menos de media hora a ser la persona más irritante, al mejor amigo que alguien pudiera desear, múltiples veces.
Tras incorporarse se abrazó con fuerza a su adverso, recibiendo el mismo afecto. Sanghyuk tenía razón, las solo debía confiar en que todo saldría bien.
♥
Pero mentalizarse y confiar no era suficiente. No cuando estás a punto de decirle a tu hijo de diez años que muy probablemente termine teniendo otro 'padre'.
"Estás volviendo a pensar de más, Kihyun."
Se reprochó segundos antes de tomar valor y finalmente tocar a la puerta del cuarto de hijo, empujando la misma con cuidado al notarla entre abierta. En el interior de la habitación descubrió a un enérgico Hyeongjun que bailaba al ritmo de alguna canción de un grupo popular de K-pop, ya ni se molestaba en preguntar de cual, eran demasiados pero todos curiosamente talentosos igual que su hijo.
-¿Hyeongjun? Hijo, tengo que hablar contigo.
Tras soltar la primicia advirtió rápidamente la confusión y angustia en el rostro del pequeño, lo cual le generó un poco de culpabilidad, más aun cuando este hubo empezado a hablar.
-¿Eh?, ¿hice algo malo? Yo ya me disculpé con la tía Minji por lo del otro día, lo juro.
Ignorando el hecho de que no sabía de lo que hablaba su hijo, resolvió que después preguntaría al respecto y que daría prioridad a la razón por la cual había ido hasta allí.
-No, no, Junnie. No es por eso, tengo que decirte algo importante y también hablar sobre tu cumpleaños.
Se acercó hasta la cama de su infante, sentándose a la orilla, invitando al pequeño a su lado que no tardó nada en parecer interesado en la conversación que estaba por tener.
Había estado ensayando lo que le diría a su hijo desde la misma noche posterior a la charla con Sanghyuk, sabía que debía escoger palabras adecuadas y puntuales que no dejaran la imaginación de su hijo volar demasiado alto. Pero ni con toda la práctica del mundo dejaría de estar nervioso.
-A ver... ¿recuerdas a Hyunwoo?
-¿El señor Son?, sí. ¿Por qué? ¿Le pasó algo al Señor Son?
-No, no le pasó nada. Solo quería explicarte algo sobre él.
Intentaba que los enormes y curiosos ojos inocentes de su hijo no le intimidasen, pero allí estaba forzándose a decir todo sin titubeos.
-Como habrás visto, él y yo somos muy buenos amigos y...
-Y has estado saliendo con él.
-Sí. E-espera... ¿qué?
-Tú y el Señor Son están saliendo como lo hacen los adultos de las novelas.
Atónito ante las palabras de su hijo, parpadeo varias veces como si todo aquello fuese un sueño, un espejismo. Tanto habría subestimado la inteligencia de su pequeño, o es que los niños de ahora eran más intuitivos que nunca.
-¿De dónde sacaste esa conclusión?
-Mini me lo dijo.
Por supuesto que tenía que ver con Minhee.
-A ver, ¿y Minhee te dijo algo más?
Preguntó con interés pero ciertamente cabreado por el camino que estaba tomando la conversación.
-Mini me dijo que tú y el Señor Son eran novios porque ahora te quedabas a dormir en su casa.
Vio a su hijo encogerse de hombros como si aquello fuese noticia vieja, nada relevante. No podía salir de su asombro (e indignación).
-¿Y tú crees en lo que te dice Minhee?
-No quería creerle, pero después escuché a tío Sanghyuk hablando del Señor Son con tía Minji y... papi, ¿tú y el señor Son de verdad son novios?
Preguntas como esa eran las que hacían el ser padre algo tan difícil. Era obvio que aunque su hijo estuviese más pendiente de lo que pensaba, no podía esperar que entendiera la (absurda) complejidad de las relaciones entre adultos.
-Pues verás... el Señor Son y yo no somos novios, pero si estamos juntos.
-No entiendo, papi. Mini dice que si se dan besos y están juntos es porque son esposos o novios, pero tú no estás casado con el Señor Son como los papás de Mini.
Ganas no le faltaron en ese momento de tener el poder de castigar a Minhee, pero era solo su exasperado ser hablando por la injusta corrupción que el otro niño le tenía montada a su inocente hijo. Amaba a Minhee, pero definitivamente hablaría con Sanghyuk.
-Bueno, Minhee tiene razón de cierta forma. Es cierto lo que él dice, pero no todas las relaciones entre adultos son iguales. Lo que el señor Son y yo tenemos es parecido a ser novios. Ambas formas están bien, siempre y cuando las dos personas involucradas estén de acuerdo, ¿sí?
Vio a su hijo meditar por un momento la información que le había ofrecido, pero algo en las facciones del niño no le terminó de satisfacer.
-Papi, pero... si tú y el Señor Son están juntos así, ¿entonces el Señor Son también va a ser mi papá?
Abrió los ojos cómicamente ante la pregunta e intentó responder de la mejor forma posible.
-No, no. Hyeongjun, junnie. El que tu padre salga con alguien más, sea hombre o mujer no necesariamente significa que también sea tu otro padre o madre.
Era muy pronto para todo.
-Yah... está bien.
La conversación no estaba saliendo para nada como la había imaginado. Estaba seguro de que había dicho las cosas mal y que no se había dado a explicar cómo hubiese querido, pero ya no había marcha atrás. La manera como su niño le había respondido en ese tono tan apagado no hacía más sino aquejar su corazón, debía hacer algo rápido para cambiar el ánimo de su hijo porque no soportaba verle así de... decepcionado.
-¿No tienes alguna otra pregunta que quieras hacerme con respecto al tema? Prefiero que me preguntes a mí antes de sacar tus conclusiones con Minhee.
Vio a su hijo negar con la cabeza y suspiró. Presionar a Hyeongjun nunca era una buena opción, esperaría a que este estuviese listo para hablar.
-Si llegas a tenerla, no dudes en preguntarme, ¿sí?
-Sí, papi.
-Bueno, ahora... hablemos sobre tu cumpleaños, ¿tienes una idea de lo que quieres?
-¡Sí, sí! Quiero... ¡animales y globos!
-¿Animales y globos?
Sonrió complacido al ver como de un momento a otro su hijo había pasado de tener una nube sobre su cabeza a volver a ser más radiante que el sol.
Dejó que el pequeño se trepara a su regazo y empezara a explicar la visión que había creado con Minhee sobre cómo sería su fiesta de cumpleaños.
-¡Mucho purpura y blanco! Y pastel de chocolate porque es el favorito de Mini y mío.
-Ya veo, suena a una muy buena fiesta de cumpleaños, ¿tú y Minhee estuvieron pensando mucho en ello?
-Sipi. Desde su fiesta de cumpleaños.
Peinó los adorables rulitos de su hijo y besó su frente, enternecido por la actitud y las ansias del pequeño a la llegada de aquel día.
-Bueno, este año todas esas cosas podrían hacerse realidad, pero.
-¿Pero?
-Qué te parece si en vez de hacer la fiesta aquí la hacemos en otro lugar.
-¿Dónde más podríamos hacerla, papi? ¿¡Haremos mi fiesta en el acuario!?
Rió ante la pregunta de su hijo y se apresuró a negar.
-¿En un castillo?, ¿en la casa de Mini?... uhm, ¿en el parque?
-No, no, nope.
-Esto ya no es divertido, papi.
Hizo una pausa al volver a reír por el puchero que dibujaban los labios de su hijo, y decidió dejarse de rodeos.
-El señor Son y yo estuvimos hablando y pensamos que si tú querías podemos hacer la fiesta en su casa. Allá hay mucho más espacio para que puedas jugar con tus amigos, ¿te parece una buena idea?
Ante la promesa los ojos del niño parecieron brillar y rápidamente asintió. No podía culparle por la emoción que de pronto sintió su hijo, rara vez le dejaba invitar amigos al apartamento porque era muy pequeño para albergar a tantos personas. Así que definitivamente era una buena oportunidad.
-Bien entonces está decidido.
Se sorprendió por el grito de felicidad que soltó su hijo y el cómo este empezó a brincar de un lado a otro.
-Voy a invitar a Wonjin, a Jungmo, Woobin Hyung, y... ¡A Mini! Y...
Le era imposible borrar la sonrisa de sus labios al ver a su hijo tan feliz, era demasiado tierna la escena en sí, el ver a su pequeño enumerando los nombres de sus amigos con los dedos de sus manos.
Amaba ser padre, amaba a su hijo y el poder hacerle feliz con tan simples detalles.
-Tendremos que anotarlos a todos en una lista para que no se nos olvide nadie.
Sugirió a lo que su hijo asintió complacido, corriendo luego a abrazarle fuerte. Abrazo que correspondió sin pensarlo.
Una vez el pequeño se hubo soltado de sus brazos se dispuso a salir de la habitación detrás de su hijo que corrió tras anunciar que buscaría a Minhee para anotar todo lo que habían hablado, sin embargo, el pequeño volvió sobre sus pasos y le debuto diciendo.
-Papi, papi. Tienes que decirle al señor Son que gracias por prestarnos su casa para hacer mi fiesta.
Y así es como una vez más su hijo se robaba su corazón.
-Por supuesto que lo haré, pequeño.
-¡Oh! y Papi, papi...
Vio a su niño acercarse nuevamente a él para abrazarle.
-Si el señor Son te hace feliz entonces yo también lo seré.
Hyeongjun era un sol. Su sol.
♥
No le pareció lo más sensato llamar Hyunwoo a mitad de semana para decirle todas las cosas que necesitarían para la fiesta. Es decir, suficiente tenía con que el hombre usara del tiempo de su ajustada agenda para organizar una fiesta infantil, lo mínimo que podía hacer era dar la cara y verle, explicarle con calma, hacerle alguna sugerencia y agradecerle por décimo quinta vez el tan hermoso gesto.
Por ello, se encontraba a punto de entrar en territorio inexplorado, en el lugar que nunca pensó remotamente a poner un pie cerca aunque trabajase a solo una cuantas calles de allí.
Ante él se erguía imponente el edificio principal de la empresa multimillonaria Monsta X, empresa que pertenecía a nada más y nada menos que a su 'algo', Son Hyunwoo. Respiró un par de veces antes de dar un paso dentro del edificio, recorriendo con la mirada la amplitud del lobby. No era fanático de lugares como ese, pero la sensación tan pulcra y profesional que transmitía la arquitectura del interior se le antojaba impresionante. Todo parecía parte de algún set de filmación, incluso las personas que ocupadas, iban de un lado a otro vistiendo sus lujosos trajes. De por sí no se sentía en su zona de confort, pero ya estaba allí y tenía una misión (además que moría de ganas por ver al mayor). Por supuesto que había luchado por encontrarse al moreno en otro lugar, pero éste tuvo que declinar sus propuestas por la cantidad de trabajo, así que allí estaba anunciando su llegada a la recepcionista del lugar.
-Buenas tardes. Indíqueme su nombre, por favor.
-Buenas tardes... soy Y-yoo Kihyun.
-Señor Yoo. El señor Son le estaba esperando. Tenga, con este pase podrá acceder al ascensor, vaya hasta el último piso, la oficina del señor Son es la del fondo a la derecha. Feliz día.
No le sorprendió tanto las palabras de la chica sino su nivel de profesionalismo, por lo que tardó quizá más de lo que debía en responder.
-Gracias... igual para usted.
Con el pase en mano siguió las instrucciones que la chica diligentemente le había indicado, y para cuando reparó en su lugar en el espacio tiempo ya sus pies le había llevado hasta la puerta que rezaba el nombre de su amado. Intentó no sentirse nervioso por la cantidad de miradas que desde hacía rato intentaba ignorar, respiró tres veces y calmó sus ansias hasta finalmente tocar la puerta con timidez.
-Pase.
Escuchó al otro lado de la puerta y sin pensarlo dos veces, queriendo huir de toda la atención que había ganado entró con prisa a la oficina del mayor, cerrando rápidamente tras de sí.
-¿Kihyun? No pensé que llegaras tan pronto, ¿por qué pareces tan agitado?
Se recostó sobre la puerta y largó un pesado suspiro, aún no lograba calmar por completo su ansiedad. Quizá había sido un error citarse con el moreno en su oficina, ahora todo el que trabaja allí estaría investigando y escudriñando en su vida y...
-Kihyun, ¿estás bien?
Alzó la mirada advirtiendo rápidamente la preocupación en los orbes ajenos. Notando de igual forma la cercanía del moreno, quiso abrazarle, sostenerse de su cuerpo pero se contuvo, pues era la primera vez que estaba con el mayor en su entorno laboral, no sabía cuáles eran sus límites y si al moreno le gustaría mostrarse de esa forma en un lugar privado, pero igualmente público.
-S-sí, es solo que... hay mucha gente allí afuera y todos estaban mirándome.
-Ah, lo siento. Olvidé ese detalle, pero no tienes que preocuparte. Aquí los rumores entre empleados no son un problema, mucho menos cuando eres el jefe.
Intentó sonreír ante las palabras pensadas para su tranquilidad y de a poco se refugió en ello y en la presencia del más alto.
-Ven conmigo, no te quedes allí.
Dejó que el moreno tomara una de sus manos, y como siempre éste le besó el dorso antes de guiar sus pasos hasta el sillón de cuero que adornaba uno de los rincones de la oficina cerca del ventanal. Todo el lugar era similar al resto del edificio, pero ciertamente más al estilo de la casa de Hyunwoo.
-¿Seguro que estás bien? Nunca estás así de nervioso.
Se acomodó para quedar más cerca del moreno en el sofá.
-Es que... es la primera vez que estoy en un lugar así. También es la primera vez que estoy en un lugar así contigo, Hyung.
-No tienes que preocuparte. Aquí no va a pasarte nada, no te sientas intimidado.
Fue segundos después que registró los fuertes brazos del mayor envolverle y de esa forma, terminó de soltar todo el estrés que su cuerpo alojaba.
-Te eché de menos...
-Y yo a ti, bebé.
Un beso. Dos besos. Tres besos más tarde y de pronto el magnetismo entre ambos los hizo juntarse en la posición de siempre: él sobre el regazo del moreno, besando sus labios con el hambre y la pasión de alguien que no ha visto a su amor en años.
Pero tenía que enfocarse.
-E-espera, espera, espera... no vine a esto. V-vine a hablar de la fiesta de Hyeongjun.
Murmuró apresurado entre besos que posteriormente su adverso movilizó hasta su cuello, arrancándole suspiros.
-Hm, sí... a eso viniste, pero también puedo hacer tiempo para esto.
Sonrió al oír al moreno, por supuesto que siendo el jefe podía hacer aquello, y no es que eso no le excitase, pero tenía una misión por cumplir.
Dejó un último beso en los labios del más alto, y éste pareció entender el mensaje.
-Está bien, para otro día será. Dime, qué te pidió Hyeongjun.
Aclaró su garganta e intentó acomodarse un poco, manteniendo su posición en el regazo de su opuesto.
-Sí, pues... de acuerdo con lo que él y Minhee escribieron...
Sacó la nota que había guardado en su bolsillo. El papel de colores arrugado que contenía escrito en una alborotada caligrafía todos los deseos del niño. No perdió de vista la sonrisa que se dibujó en los labios del moreno al ver el papel, y aunque fuese tonto, ese detalle se le antojó tierno.
-Animales y globos. Importante que no sean globos de animales ni animales de globos. Todo tiene que ser purpura y blanco y con chocolate. Aquí también dice que quiere un trampolín, pero le dije que no a eso.
-¿Por qué el trampolín no?
-Porque no es seguro. Estamos hablando de una fiesta llena de niños de diez años, Hyung.
Vio al mayor remediar en el asunto y finalmente asentir.
-Pareces confundido.
-Nunca he organizado una fiesta infantil, tampoco tuve muchas cuando era niño. Estoy algo perdido con eso de los animales.
Contuvo una carcajada que se le quiso escapar y antes de hablar besó una de las mejillas ajenas.
-Precisamente por eso quise que nos viéramos. Minji me recomendó un par de lugares para llamar con respecto a la decoración, pero quería conversarlo contigo.
-Esto parece más complicado de lo que pensé, ¿de cuántos niños estamos hablando?
-Diez niños. Obviamente irán Sanghyuk y Minji, invité a Jooheon y a Hoseok, que es muy probablemente lleve a su novio.
-Son menos invitados de lo que pensé. Está bien, no veo proble...
Rápidamente al escuchar el sonido de la puerta abriéndose, su cuerpo se fue en piloto automático y con agilidad se bajó del regazo ajeno para quedar sentado a un lado del mayor. Para cuando hubo alzado la mirada quien le recibió fue un confundido y pasmado Changkyun.
-Ehm... lo siento, espero no estar interrumpiendo nada.
Escuchó decir al chico y rápidamente negó mientras Hyunwoo hablaba.
-Para nada. Estaba hablando con Kihyun sobre la fiesta que haremos para su hijo.
-Ah, cierto. Me comentaste algo al respecto. ¿Ya tienen todo listo?
-De hecho no tenemos nada, solo los requisitos que nos dio el niño.
Vio al moreno alzar la nota que anteriormente había estado en sus manos, para luego ser tomada por Changkyun quien pareció leerla con detenimiento.
-Suena a un buen plan. Tú hijo tiene buen gusto, Kihyun.
-¿G-gracias?
Contestó algo incómodo porque era la primera vez que estaba a solas con esos dos. No entendía cómo después de todo lo que había pasado podían actuar de forma tan normal,
"¿Estaré sobre-reaccionando otra vez?
-Bien, venía a entregarte esto, Hyung. Recuerda que en dos horas tenemos una reunión con Hyungwon. Gusto en verte, Kihyun.
Y de pronto un impulso, una explosión en forma de petición verbal.
-¡Espera! A-ah.... Changkyun, ¿te gustaría ir a la fiesta?
De pronto eran dos los pares de ojos que le veían en completa extrañeza. No sabía si habría sobrepasado algún límite o acuerdo entre ellos, pero dentro de sí sus intenciones eran cristalinas. Hyunwoo quería acercarse más a su vida, ser parte de ella y él quería lo mismo, por lo tanto... quería conocer más a Changkyun. Si él quería que las cosas entre Hyunwoo y él funcionaran debía espabilarse de todos los prejuicios y la pena que pudiera quedarle con respecto a Changkyun, y la fiesta de su hijo era la excusa perfecta.
-¿Yo? Pues, tendría que ver si puedo hacer un espacio, pero... está bien. Gracias por la invitación.
Esbozó una sonrisa sincera aunque un poco temblorosa y ya para cuando el chico se hubo retirado de la oficina con su actitud desinteresada (e indescifrable) de siempre, se enfrentó con la ligera tensión que quedó remanente en la oficina.
-¿Invitaste a Changkyun?
-S-sí... ¿no debía hacerlo?
-No, no... solo que no me lo esperaba.
Se sentía dubitativo. No estaba seguro de nada en esos momentos, pero quería arriesgarse a ganar porque Hyunwoo siempre hacía eso por él.
-Es que quiero... quiero estar también en tu vida, conocer más de ella. Quiero conocer más de Changkyun si ustedes me lo permiten.
El silencio posterior a su confesión se le hizo eterno, sí, pero no incómodo. Una sonrisilla bailaba tirando de las comisuras de los labios del moreno y mientras se acariciaban con la mirada, fueron víctimas nuevamente de la indudable atracción.
-Prometo que le daré a Hyeongjun una fiesta inolvidable, tú ya no te preocupes por nada, ¿sí?
En la luminosa mirada del mayor no encontró más sino devoción, la misma que esperaba estar expresando, pero solo para estar seguros le tomó del rostro y unió sus labios.
-Sé que lo harás. Confío en ti... gracias, mi amor.
♡
-Ahg... se suponía que yo era un invitado, no uno de los decoradores, Nunu.
-Te prometo que te compensaré toda la ayuda, Changkyun. Ahora por favor deja de quejarte.
Escuchó el chasquido que hizo el menor con la lengua y pudo imaginarse como este había rodado los ojos. Él también estaba estrado y todo había resultado mucho más complejo de lo que había esperado, en su vida hubiese imaginado que hacer una fiesta para un niño pudiese llevar tantos detalles y tanta planificación. Por suerte tenía el dinero para pagarse un buen decorador y a un asesor, sin embargo, tener su casa llena de esas personas le era foráneo, incómodo. Obviamente necesitaba la ayuda de Changkyun.
-Hyung, el de las luces dice que ya está todo listo en el jardín, que vayas a ver si te gusta.
Suspiró y dejó a un lado las cosas que tenía entre sus manos para ir hasta el jardín y comprobar con agrado, que todo estaba tal como le habían prometido. Los arcos de luces sobre el jardín hacían juego con los animales tallados en madera que había por el lugar, parecía un la escena sacada de algún libro de fantasías, hasta la mesa de los dulces lucía increíble con la decoración de globos que increíblemente hacía lucir todo más costoso, excelso. Y por supuesto el trampolín era su parte favorita de todo el asunto.
-Es genial todo el concepto de las luces y los animales y los colores, pero... ¿no te parece que es demasiado?
-Cómo voy a saberlo, la última vez que fui a una fiesta infantil fue tu fiesta de 19 años.
Soltó una carcajada ante la mirada fulminante del menor.
-Muy chistosito me saliste. Pero ya, de verdad espero que Kihyun no se moleste contigo porque creo recordar que me dijiste que no te pidió nada excéntrico, y esto sin dudas lo es.
-Ya no pienso retractarme, si Kihyun se molesta buscaré la forma de arreglarlo, pero estoy seguro que no le importará nada si todo esto logra gustarle a Hyeongjun.
Estaba estresado en demasía, sentía los músculos de la espalda tensos y no había podido dormir bien con todo el asunto. La idea de que su esfuerzo no fuese suficiente para encantar al niño le atestaba. Había querido dar lo mejor de sí tal como en el cumpleaños de Kihyun porque... ya no sólo se trataba del barista, sino también del pequeño.
No sabía si se estaba esforzando demasiado, pero recién se daba cuenta de lo mucho que anticipaba convertirse en una figura paterna.
-Estoy seguro de que le encantará. A mí me hubiese gustado mucho tener una fiesta así.
Recibió unas palmadas en los hombros por parte del menor, y aunque fuese poco el gesto tan simple, alivió parte de la tensión.
-¿Qué hora es?
-Hora de que vayas arreglándote para buscar a Kihyun.
-¿Seguro que podrás hacerte cargo de lo que falta?
-Me indigna el hecho de que me hagas esa pregunta cuando llevo más de cinco años arreglando tu empresa.
-Eso era justo lo que quería escuchar. Volveré en una hora.
-Sí, sí. Lo que sea.
Le obsequió una sonrisa de ojitos chiquitos al menor y posteriormente un fuerte abrazo antes de ir corriendo hasta su habitación para cambiarse.
El plan era simple. Buscaría a Kihyun y lo traería hasta la casa para que diera una inspección al lugar antes de que Sanghyuk llegase con Hyeongjun y los demás.
-Todo saldrá a la perfección.
Dijo a su reflejo en el espejo tras acomodar el cuello de su camisa y su cabello. Se colocó un poco de perfume y tras dar un último vistazo a su apariencia, sonrió satisfecho. De camino a la salida verificó que Changkyun tuviese todo en orden y que el resto de la casa estuviese en óptimas condiciones. Hacía demasiado tiempo no recibía visitas más allá de lo habitual, pero todo parecía estar saliendo de maravilla. Y con actitud positiva salió de la casa.
Para Kihyun ♡ - Ya estoy saliendo, bebé.
De Kihyun ♡ - Estaré esperándole abajo, Hyung.
Sonrió al obtener una respuesta inmediata a su mensaje y, estando alegre emprendió su viaje hasta la casa del menor.
♥
Agradeció que a pesar de ser sábado por la tarde el tráfico estuviese liviano. Para cuando se dio cuenta ya tenía a un pelirrojo bastante ansioso sentado a su lado.
-Qué bueno que no hace tanto frío hoy, estaba preocupado por el clima ya que la fiesta será en el jardín y... hola, ah. Te ves increíble y...
-Kihyun, bebé. Respira.
Intentó calmar al barista que parecía haber corrido un maratón cuando solo había estado esperándole. No lo culpaba, él también estaba anticipando cómo se desarrollarían las cosas esa tarde, pero ya estaba más confiado que antes.
Se inclinó desde su lugar para darle un pico en los labios al pelirrojo, seguido de otro beso en su frente.
-Tú también te ves increíble, pero no tanto como lo que organicé para Hyeongjun.
-¿Eh?
Se rió ante la mueca de confusión del menor y antes de que pudiera decir algo se centró en manejar de vuelta a casa. No había tiempo que perder.
♥
No sabía si interpretar el silencio de Kihyun como algo bueno o malo. A su lado Changkyun
parecía leer sus pensamientos y estar igual de incómodo ante la falta de respuestas, empezaba a impacientarse y la verdad no sabía si soportaría mucho más, por ello prefirió llamar la atención del barista, así fuera para enfrentar una discusión.
-Uhm, ¿Kihyun? No has dicho nada desde hace cinco minutos.
Advirtió el cambio repentino en el pelirrojo y como este pareció salir de su estupor. Quizá solo estaba sombrado.
-Lo siento, lo siento. Es que... esto es muchísimo más de lo que imaginaba y seguramente más de lo que pidió Hyeongjun, pero es... es hermoso. No puedo negarlo.
Le vio soltar el cuerpo como si se sintiese derrotado y también el deje de mortificación que se asomaba en su mirada.
-No es tanto como piensas.
Escuchó decir a Changkyun.
-Podrá parecer que Hyunwoo Hyung gastó demasiado en todo, pero no fue así. No te estreses por eso y gózalo, a Hyeongjun le gustará.
Ya después le daría las gracias a Changkyun por haber intervenido con tan brillante jugada, obviamente era mentira, porque se había gastado demasiado en todo el asunto, pero al notar la alegría emerger nuevamente en Kihyun se dijo así mismo que una mentirilla blanca no le haría daño a nadie.
-Iré a ayudar a los decoradores a terminar de guardar lo que sobró. Por cierto, dicen que mañana por la mañana vendrá a recoger todo, que si tenemos algún problema podemos llamarles.
Asintió para responder a las instrucciones del menor y le dejó ir.
Ya estando a solas con el barista se acercó para rodear su cintura desde atrás, registrando rápidamente como este cedía a su tacto.
-Todo esto es como un mundo de fantasía, ¿cómo se te ocurrió un arreglo así?
-No fui yo, fue Changkyun. Él fue quien se reunió con el decorador.
Admitió en voz baja, plantando un beso en la mejilla de un asombrado Kihyun.
-Vaya, entonces... tendré que darle las gracias de nuevo.
-Me las puedes dar a mí también. Yo también ayude, lo de los arcos de luces si fue mi idea y el trampolín también.
-Los arcos son hermoso y... espera, ¿qué? ¡Hyunwoo te dije que no quería un trampolín!
-Pero no se trata de ti, bebé. Se trata de Hyeongjun. Además me aseguré de comprar el más seguro de todos.
-Ya va, a ver si entendí... ¿le compraste un trampolín a mi hijo?
-Sí, está allá al otro lado del jardín.
-No puede ser. Son Hyunwoo, cómo...
Y las palabras del menor se quedaron a mitad de camino tan pronto se escuchó el tono de llamada del celular del menor.
Sabía que había sido salvado por la campana, pero a juzgar por la fiereza en la mirada del barista, supo que tendría una conversación pendiente con éste después.
-¿Estás afuera? Sí, ya voy a abrirte, espera un momento.
...
-Sanghyuk está afuera con Hyeongjun y los demás. Tú y yo tendremos esta conversación después.
Dijo el menor en un tono firme, tratando de verse molesto pero Kihyun molesto sólo se le hacía tierno. Contuvo una sonrisa y le acompañó hasta la puerta para recibir a los demás. Tan pronto abrió cuatro pares de ojos cayeron sobre él y posteriormente cuatro sonrisas sacudieron la poca angustia que tenía.
-Bienvenidos, adelante.
Se hizo a un lado para dejar pasar a las cuatro personas y en seguida un brillante Hyeongjun fue el primero en hablar.
-¡Wow! La casa del señor Son es increíble.
-¡Sí, es enorme!
Secundó un igual de entusiasta Minhee.
-Feliz cumpleaños, Hyeongjun.
Murmuró a espaldas del niño, quien se dio la vuelta e hizo una pequeña reverencia para luego mostrar una gran sonrisa.
-Gracias por dejarme hacer mi fiesta aquí, señor Son.
-No hay de qué pequeño. Aunque, la fiesta no es aquí... todo está en el jardín, ¿por qué no dejas que Changkyun los guie a ti y a Minhee hasta allá?
Vio al pequeño asentir y tras tomar la mano de su amigo, siguió los pasos detrás de un alegre Changkyun. Bueno saber que su 'niño' se llevaba bien con los demás niños.
-Hyung. Te presento a Sanghyuk y a su esposa Minji.
Escuchó decir a Kihyun quien a su lado tenía a las dos personas que más había deseado conocer.
-Es un placer conocerlos finalmente. Siéntase en casa.
Dijo al estrechar gentilmente la mano de ambos.
-El placer es mío. Kihyun me ha hablado puras maravillas de ti, ahora veo por qué.
Se rió un tanto avergonzado por la confesión del mejor amigo del pelirrojo y tratando de restarle importancia continuó con el ameno intercambio de palabras.
-¡Papi, papi, papi!
Se escuchó la voz de Hyeongjun quien corriendo de prisa se arrojó a los brazos de su padre.
-¿¡Papi, viste todo lo que hay en el jardín!? ¡Es como Narnia!
Rió ante el entusiasmo del pequeño.
-¿Entonces sí te gustó?
-¡Me encanta!
-Me agrada saber que sea así, pequeño.
Observando la escena enternecido, lo que terminó por sacarle de su trance fueron los brazos de un pequeño que le rodearon con fuerza. Bajó su mirada encontrándose con el radiante e infantil rostro de Hyeongjun.
-Muchísimas gracias, señor Son.
Despeinó un poco los cabellos del niño y tras su gesto le vio salir corriendo de nuevo.
Nunca antes había sentido semejante calidez en su corazón.
♥
Una hora más tarde ya se encontraba en el jardín hablando animadamente con Sanghyuk, rodeado de toda la vida que esos conocidos y desconocidos le estaban obsequiando a su hogar.
Nunca en su vida pensó que tendría a diez niños hiperactivos corriendo, brincando, jugando y gritando de un lado a otro por su jardín. Mucho menos pensó que eso era justamente lo que había estado necesitando desde hacía años. Estaba agradecido de que todo saliera a la perfección.
Se dio además unas palmaditas imaginarias al hombro, porque a pesar de todo el trampolín si había sido un éxito.
-Y por eso es que Kihyun ya no me deja dormir en la misma con él.
Se rió por la graciosa anécdota que el mejor amigo del barista le contó, definitivamente el chico era todo un personaje, le recordaba de cierta forma a Changkyun por sus ocurrencias.
-Creo que yo también tendría miedo de dormir contigo después de algo así.
-Ah, pero a Minji no le importa mi sonambulismo.
Volvió a reír esta vez en compañía del otro, y no lo pudo evitar, aunque estuviese hablando con Sanghyuk sus ojos siempre buscaban silenciosamente a Kihyun. El pelirrojo tan hermoso como siempre hablaba al otro lado del jardín con Hoseok y Minhyuk.
-Sabes... tenía mis reservas contigo incluso antes de la discusión que tuvieron, pero sin siquiera conocerte ya sabía que eras un buen hombre.
Volteó a ver con asombro al chico que se mostraba sonriente.
-Pues, siempre doy lo mejor de mí. Kihyun no se merece menos, Hyeongjun tampoco.
-Exactamente, ¿ves? Por eso es que no me cabe dudas de que ustedes son el uno pare el otro.
-Vaya, no pensé recibir tu aceptación tan rápido, pensé que me costaría mucho más. Estoy agradecido.
-Yo también lo estoy, por como cuidas de Kihyun.
Bajó su mirada sin poder creer lo afortunado y lleno que se sentía en esos momentos. Veía a lo lejos a Changkyun hablar animadamente con Jooheon (aquellos dos parecían llevarse muy bien a su parecer), a los niños disfrutar de todo lo que había arreglado y a Kihyun ser más sonrisas que persona, y no cabía... no cabía en el sentimiento, en la emoción que ahora era incluso más grande que su propio cuerpo.
-¡Oye, Kiki!
Escuchó a Sanghyuk llamar a Kihyun por aquel apodo que no sólo llamó su atención sino la de Changkyun.
-¡Sanghyuk te dije que no me llames así en frente de otros!
-¿Oh? ¿Le dices 'Kiki a Kihyun? Yo le digo 'Nunu' a Hyunwoo.
Tuvo que procesar que aquello estuviese pasando porque de verdad no lo creía posible. Cuando encontró la mirada del Kihyun, supo que aquello era una realidad, una coincidencia demasiado grande y no hizo más que reír porque la vida era absurda, pero hermosa.
-No puede ser... ¡Las vueltas que da la vida! Creo que ya conseguí a mi nuevo mejor amigo. Lo siento, Kihyun. Lo siento Hyunwoo.
Habló un confianzudo Sanghyuk que ahora se colgaba de los hombros de un divertido Changkyun mientras hablaban sobre lo que seguramente eran más formas de hacerle perder la paciencia.
-Increíble como 'Dios los crea y el diablo los junta', ¿no?
-Es sinceramente fascinante... Kiki.
-Ugh, no. Por favor tú no, Hyung.
Soltó una carcajada al ser golpeado sin fuerza por el menor a quien terminó por rodear con sus brazos en un apretado abrazo.
-Quizá te llame así de vez en cuando, pero sigues siendo mi bebé.
-Mh, me gusta más que me digas bebé... Nunu.
Arrugó la cara ante la venganza del menor, pero no pudo hacer más que volver a sonreír, porque sinceramente aquel mote no le molestaba. Sin advertir las consecuencias se inclinó para robar un beso de los labios ajenos, que posteriormente alzó una ola de exclamaciones y vitoreos.
-¡Qué vivan los novios!
Escuchó a sus espaldas las voces en unísono de Changkyun y Sanghyuk.
Se sentía avergonzado y con el corazón latiendo a millón, pero no le importó ser el centro de atención. A Kihyun tampoco, porque a pesar de parecer una cereza se alzó para robarle otro beso.
-Te quiero, Nunu.
Escuchó o más bien sintió contra sus labios el murmullo del menor.
-También te quiero, Kiki.
♥
Y aunque parecieran los protagonistas de la tarde, las cosas volvieron a su lugar cuando el festejado empezó a reclamar la atención que merecía por su cumpleaños.
Así fue como terminó asombrado por la habilidad y el talento que Hyeongjun y Minhee tenían al bailar. También por la facilidad que tenía el niño para encantar a sus amigos y convencerlos de cualquier cosa, y como este prácticamente podría haber devorado todo su peso en dulces de no ser por el llamado de atención que su padre le dio.
Debía admitirlo, con cada segundo que compartía con el pequeño no hacía más que encantarse de su viveza e inocencia. Kihyun tenía un hijo que brillaba más que las luces y las estrellas de esa tarde-noche y estaba más que feliz de tener la oportunidad de ser aceptado por el pequeño.
-Creo que es buen momento para cortar el pastel. Sanghyuk, ve por lo niños.
Escuchó decir al barista a lo que su amigo atendió, yendo tras el tumulto de energía y risillas que seguía haciendo de las suyas en el jardín.
Sin necesidad de una orden, se levantó de su lugar y fue ayudar al pelirrojo quien le agradeció el gesto. Una vez tuvieron todo preparado y las velas encendidas en el pastel. Un alegre Hyeongjun hizo su aparición aplaudiendo extasiado al ver que su pastel era un león.
Y así fue como se dio cuenta de que nada en su vida era remotamente comparable con la belleza de aquel momento. Con el resplandor de aquellas sonrisas y lo hermoso que a sus oídos sonaba el canto desafinado y exagerado de aquellas personas que se habían reunido para cantarle Hyeongjun. No era su fiesta, no era su cumpleaños, pero se sentía como suyo. Se sentía parte del momento y no había nada más magnífico que eso.
Sonrió a Kihyun quien teniendo entre sus brazos a Hyeongjun seguía cantando alegremente hasta finalizar la canción. Tras el pequeño soplar las velas y abrazar nuevamente a su padre volvió a brincar de un lado a otro con sus amigos.
No sabía cómo sería capaz de retribuirle tanto a la vida por esa oportunidad, pero ya se las arreglaría.
♥
Más tarde, sentado cómodamente a la mesa disfrutando del pastel, seguía en silencio escuchando el sin fin de anécdotas que contaban todos los adultos en la mesa. Los niños ya parecían un poco más tranquilos y reían mientras jugaban sobre la grama.
-Minji, ¿seguro que no quieres champaña?
-Oh, no Kihyun, estoy bien.
Escuchó decir a la chica que curiosamente se llevaba una mano al vientre y posteriormente miraba de forma curiosa a su esposo.
-Hm, sí. Creo que... ya que estamos todos reunidos es buen momento para dar una importante noticia.
Dijo Sanghyuk a lo que Kihyun le miró extrañado tratando de escudriñar para encontrar una respuesta, pero a juzgar por el asombro escrito en todo su rostro supuso que el menor nunca se imaginó lo que esos dos dirían.
-¡Vamos a tener un bebé!
...
-¿¡Qué!?
Se escuchó la voz de un niño a lo lejos que supuso era Minhee.
Y antes de que todos pudieran decir algo o felicitar a la pareja, el niño ya había llegado a los brazos de su madre.
-¿Mami voy a tener a un hermanito?
-Más bien una hermanita.
Entre la conmoción y las felicitaciones el niño se abrazaba más fuerte a su madre mientras sollozaba feliz. Y allí entre todo ese bullicio fue que terminó de entender la importancia de una familia, de una relación, de una amistad... del amor.
Buscó los ojos de Kihyun quien entre lágrimas le regaló una sonrisa y para él, el tiempo pareció detenerse en esa milésima de segundo. Estaba todo completo. Estaba en el lugar correcto y con las personas correctas.
"No necesito nada más."
Pensó cuando tras besar la mano de Kihyun le envolvió en un abrazo fuerte al que posteriormente se unió un eufórico Hyeongjun.
Y así fue como se lo sintió. Él ya no quería a Kihyun... él amaba a Kihyun.
.
.
.
Esto ya parece haber terminado, pero no es así, ¿se imaginan lo que vendrá ahora?
Para el final de esta historia tengo un par de sorpresas más. Ya verán que... cada detalle importante que escribí en éste capítulo tiene una razón de ser.
Estoy emocionalmente agotado, estos meses no han sido fáciles mí ni para nadie, pero este fic me ha ayudado bastante a despejarme. También todos los comentarios y el apoyo que he recibido, no me canso de darle las gracias a mis lectores. Les estoy agradecido.
Ya tengo en mente todas las historias que quiero escribir pero no me decido por ninguna, quizá para el próximo (y último capítulo) les pida su opinión. Arreglaré mis ideas nuevamente y veré a qué historias darles prioridad.
Espero hayan disfrutado. No olviden cuidarse, nos leemos ヘ(゜◇、゜)ノ
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